❥ 10

Jeongin estaba algo asustado, más bien sus piernas temblaban alrededor de la cintura de Chan.

—¿Y si Amy nos oye?

—Ella lo amará completamente.

El mayor se removió un poco apartando los papeles del escritorio.

—Hay condones en mi cartera —le avisó a Chan. El menor asintió y movió sus manos buscando la cartera, sin dificultad saco una tira de condones.

Se veía tan relajado y Jeongin no entendía cómo es que él estaba temblando por todas partes y Chan ligero como una pluma. Lo vio acomodarse el condón sobre su miembro bien erecto. Jodidamente grande y en unos momentos iba a tener todo eso llenándolo por completo. Se estremeció ante el pensamiento y la curiosidad por saber cómo se sentía, a Jeongin siempre le gusto el sexo.

Sexo con su mejor amigo sonaba un poco enfermo, pero eso sólo lo hacía excitarse más. Chan le sonrió cuando alineó su eje, su sonrisa era demasiado atractiva para ser real. Arrugo la nariz y frente al sentir la invasión, Chan empalándolo hasta el fondo.

Se sentía pegajoso, definitivamente estaban hechos un desastre, Chan estaba sudado por todos lados y a medio vestir, el traje caro arrugado y el cabello despeinado.

—Si preguntan diremos que peleamos.

Jeongin sonrió y pronto se convirtió en un gemido doloroso cuando en menor empezó a moverse suave y lentamente.

Sí que dolía, pero no lo suficiente como para pedirle que se detuviera ni para darle una patada en los testículos.

De hecho, se sentía bien, una combinación entre el dolor y el placer, un masoquista probablemente lo amaría. También era reconfortante no tener que llevar el control, que fuera Chan él que lo sostuviera y usara a su gusto para darse placer y a su vez entregarle el mismo placer a él.

Ahora Chan se movía más rápidamente, el escritorio se movía peligrosamente y Jeongin pensó que iba a romperse.

Antes de que algo como eso pasara Bang lo cargo y se sentó en la silla con Jeongin encima de él, luego lo beso y Yang lo dejo invadirle por completo, su cuerpo, su boca, hasta que se volvió un desastre encima de su regazo temblando y chorreando en su abdomen, Chan le acompaño después de unas embestidas más.

—Definitivamente no podemos seguir siendo amigos después de esto —declaró Chan y Jeongin le dio la razón.

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