Yang Jeongin logró acorralar a la mujer, en una esquina del edificio, lejos del evento. En el momento justo cuando nadie les estaba prestando atención.

—No creas que voy a dejar que mi mejor amigo se case con una mujer como tú —le dijo de forma amenazante.

Sohee frunció el entrecejo tratando de parecer confundida.

—No sé de qué hablas —dijo seriamente o había perdido la memoria, o era una mujer hipócrita.

Yang gruñó internamente y la tomó del brazo con fuerza.

—No te hagas la ignorante, tú sabes de que hablo, ¿o es que anoche te aluciné? —preguntó sarcásticamente.

—Es la primera vez que te veo, no sé qué quieres lograr, hombre, pero no intrigues contra mi compromiso o voy a enojarme —ella se apartó bruscamente y lo miró furiosa—. Te lo advierto, tengo a Chan en la palma de mi mano no querrás meterte conmigo ni entre nosotros —ella miró a los lados, percatándose que nadie los observara y se acercó a su oído de Jeongin y le dijo en un susurro—. Por cierto, las rosas son muy cliché, deberías cambiar a algo más innovador.

Entonces, ella se fue meneando las caderas y jugando con su cabello.

"Perra", pensó Jeongin y apretó los puños, él no iba a perder contra una mujer como ella. Creía que podía llegar y arruinar su amistad con Bang de años, pero no eran mejores amigos por nada, él no iba a permitir que Chan se casara con esa basura, no importaba si fracturaba su amistad, Jeongin le diría y después se encargaría de rogar perdón.

Pero por el momento esperaría a que acabará el evento, una cosa era arruinar su compromiso en las cuatro paredes de su oficina cuando estaban solos y otra muy diferente arruinarlo frente a todos sus compañeros de trabajo y jefes.