POCIÓN (ONE-SHOT)
Disfrútenlo muchas gracias!!.
Una pequeña y tenue luz se podía ver a lo lejos en aquel oscuro pasillo. Esa tenue luz, de color celeste, casi rozando lo blanquinoso, se escapaba por el minúsculo espacio que quedaba entre la puerta y el suelo. Dentro de esa habitación, dónde dormían tres chicas cada una con aspiraciones diferentes para su vida y para su futuro, una lámpara mágica daba la luz suficiente para que alguien pueda leer, sobretodo esos libros viejos con páginas desgastadas por el pasar de los años, oh bueno, en este caso siglos.
Una jóven de cabellos anaranjados, alcanzó a despertarse cuando percibió dicha luz que interrumpía la oscuridad que necesitaba para poder dormir plácidamente. Estiró su mano para tomar sus lentes puesto que no podía ver bien, de paso, era de noche. Se los puso, parpadeó un par de veces hasta que su visión se aclaró lo suficiente para observar lo que sucedía. Una de sus amigas estaba leyendo un libro, uno bastante viejo.
—¿Qué haces Sucy? —con voz algo somnolienta preguntó Lotte.
Pero no hubo respuesta. Susy estaba tan concentrada leyendo que ni siquiera se dió cuenta de que su amiga le estaba hablando. Sucy era extraña, debía admitirlo, en el primer momento que observó como transformó una araña en un pedazo de fino diamante con su misma forma la catalogó como una chica rara. Ella era esa típica chica que le gustaban cosas que a decir verdad, a cualquier otro le obligaría a decir: "Bueno, esto no es normal, mejor me alejo". Sin embargo, en medio de toda su extrañeza, Sucy no era de esas que interrumpen su sueño por nada del mundo, a menos que algo realmente le interese tanto como para no dormir en toda la noche.
Lotte se bajó de la cama, a penas su pie tocó el suelo frío retrocedió, buscó sus pantuflas y se las puso. No era conveniente pescar un resfriado o enfermarse, no ahora que estaban próximas a recibir clases sobre pociones que curaban enfermedades, y Akko se emocione tanto que desee crear una poción para curarla. Returbio.
—¿Sucy? —se sentó a su lado. Ahí fué cuando Susy finalmente reaccionó—, ¿Qué estás leyendo? —medio alcanzó a ojear el libro que Sucy tenía en sus manos, pero como estaban las hojas desgastadas se le hizo difícil leer los textos escritos en el.
—Lamento haberte despertado —comentó Sucy.
—No pasa nada, ¿Pero qué estás leyendo?.
—Un viejo libro sobre pociones —respondió con ese tono de voz lento y despreocupado.
—Sé que te gustan las pociones y todo lo que eso conlleva pero, ¿Leer a esta hora?, Mañana temprano recibiremos clases sobre transformación de materia, y no creo que sea conveniente que tengas sueño.
—Eso no me preocupa, lo que quiero ahora es encontrar esa fórmula.
—¿Y para qué la quieres?, ¿Qué harás con dicha poción?.
—Para ayudar a Akko —respondió Sucy, tardando un poco en decir su respuesta—, lo que estoy buscando es una fórmula para preparar una poción que potencie las habilidades de una bruja. Creo poder lograrlo.
—¿Una poción para potenciar habilidades?.
—Sí, esa poción es para Akko, en teoría esa poción debería ayudarla lo suficiente como para que pueda realizar hechizos y conjuros de nivel intermedio. Akko no puede ni siquiera realidad un hechizo muy básico, algo que las niñas de cinco años sin ningún talento o algo por estilo pueden realizar, como hacer flotar una piedra pequeña. Akko no es una bruja, es solo una chica común y corriente, pero se ha esforzado como ninguna otra, y siempre se muestra optimista, alegre, siempre dice que quiere ser una gran bruja como su ídola.
—Sí lo sé, siempre nos lo dice, aproximadamente 200 veces en el día y 65 veces por la noche —comentó Lotte mientras se arreglaba los lentes—, siempre dice que quiere ser como Shiny Chariot, aunque a decir verdad, no creo que pueda lograrlo, a veces no solo basta con esforzarse.
—Eso sonó pesimista, no es algo típico en tí —dijo Sucy.
—Perdón, creo que el sueño que siento en estos momentos me están obligando a decir cosas tontas —ella pasó su mano por detrás de su cabeza, en tanto que daba un largo bostezo.
—Vuelve a dormir, mañana hay clase, yo seguiré con esto —dijo Sucy, volteando otra página para seguir leyendo.
—¿Estás segura?, ¿No necesitas ayuda? —preguntó Lotte. Sucy negó con la cabeza, y continuó leyendo su libro. No recordaba en que página exactamente había leído algo sobre esa fórmula, pero estaba dispuesta a encontrarla, aunque le tome toda la noche, y la siguiente, y la siguiente. Lotte, no tuvo más remedio que irse a dormir, aunque quisiera ayudar, el gran sueño que sentía le vencía la batalla de mantenerse despierta, y no sé atrevía a tomar la poción que Sucy creó, la familia Manbavaran era inmune a los venenos y pociones peligrosas, pero Lotte no, ni de lejos.
Al cabo de unos pocos minutos Lotte ya se había vuelto a dormir. Sucy prosiguió con lo suyo. Por un momento le echó una mirada a Akko, quién dormía en su cama. Aunque Sucy era algo extraña, sería una mentira colosal decir que no se preocupaba por sus amigas, sobre todo ahora con lo que le sucedió a Akko en clases anteriores...
Flashback...
La clase de hechizos había comenzado. El tema era transformaciones, es decir, transformar algún objeto pequeño e insignificante en algo maravilloso. Akko había escogido una piedra pequeña, según ella, la iba a convertir en una gran estatua de su ídola —que sinceramente en ocasiones resulta cansado escuchar el mismo y el mismo cuento—. El resto de estudiantes transformó lo que había traído. Algunas hicieron cosas simples, una estudiante transformó un pedazo de madera en un pequeño pero lujoso mueble, otra transformó un pedazo de tela en un vestido color beige.
Sin embargo, nunca falta quién se luzca. Diana escogió una pequeña y hasta seca hoja para transformarla en una bellísima planta con flores, a ojos de las alumnas y de la maestra.
Todas quedaron asombradas de lo que había hecho Diana, la adularon, le dijeron lo asombrosa que era ella y del enorme potencial que tenía para ser una bruja de alto nivel. Pero Diana solo ignoraba los comentarios, según ella, convertir una hoja seca en una bella flor era algo que hasta las más pequeñas podrían hacer.
Por su parte, Akko miró lo que hizo su "rival" —si es que en algún momento esa rivalidad puede tomarse como verdadera— y sintió enojo y obviamente celos. Venga, ella también podía.
Dijo a todo pulmón —de manera incorrecta— las palabras para realizar la transformación, pero no resultó, la piedra ni siquiera se movió o hizo algún cambio. Volvió a gritar dichas palabras incorrectas, y nada. Lo único que obtuvo fueron las risas y burlas de las demás.
—No puedo creer que en realidad ella sea tan ingenua e inútil —fué lo único que dijo Diana, antes de darle la espalda e ignorar completamente a la castaña, quién se encogía producto de las burlas.
Lotte y Sucy también observaron la dichosa escena, Lotte hizo un gran espejo de tamaño humano a base de un trozo de cristal, y Sucy creó una planta maloliente con pétalos de colores nauseabundos pero cumplió con el objetivo de la clase.
Fin del flashback...
Al principio a Sucy sí le parecía gracioso las tonterías que Akko hacía y de su ingenuidad. Clase tras clase, no había ni una sola clase en la Akko no destaque salvo por no hacer nada, me refiero a que no cumplía con el objetivo o el motivo de la clase, pero ser el centro de las burlas eso lo cumplía y con méritos.
No obstante, y luego de ver cómo se burlaban, y se burlaban de Akko por no tener ninguna habilidad para la magia, Sucy empezó a sentirse un poco mal por su amiga, al principio era gracioso —es la dura verdad— pero, luego dejó de serlo. La gota que derramó el vaso fué cuando Sucy, una noche, alcanzó a escuchar como la castaña sollozaba en su cama, cubriendo su rostro con su almohada, susurrando: "solo quiero ser como Shiny Chariot" seguido de un suspiro tan triste que resultaba ser deprimente para quién lo escuche.
Fué en ese preciso momento en dónde Sucy se decidió por ayudarla. Y la mejor manera de ayudarla era con esa poción para potenciar habilidades, en teoría, debía funcionar, aunque Akko no sea una bruja como tal.
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Transcurrió una semana para ser exactos. Sucy logró dar luego de algunos días con aquella página en dónde había leído sobre dicha poción. Se demoró tres días más en reunir todo los ingredientes para hacer aquella poción. Todo esto sin que Akko lo sepa, no quería darle falsas esperanzas, según ella, si Akko se enteraba de eso, pueda que tal vez se ilusione más de lo necesario.
Ahora se podía ver como Sucy se encontraba dentro de la habitación, realizando la poción para ayudar a su amiga. Mezcló varios ingredientes, unos hongos color violeta con manchas rojas que logró conseguir viajando durante la noche a un río, no tan lejos de Luna Nova, unas hojas amarillentas, un líquido espeso de color rosado (que se conseguía haciendo otra mezcla) algo que parecían ser los restos de alguna fruta (que previamente había triturado) y unas cuantas gotitas de agua común y corriente.
Lo mezcló todo muy bien durante unos minutos, hasta tener una consistencia adecuada, y para finalizar, echó unos cuantos polvos —nunca hay que olvidarse de los polvitos mágicos— y pronunció el conjuro (que ella creía era el correcto).
Más temprano que tarde dicha mezcla brilló intensamente, casi parecía que iba explotar; pero lo único que pasó fué que del recipiente salieran dos humos de color rojizo en forma de pequeños corazones, los cuales se unieron formando un solo corazón.
Después de eso el humo desapareció.
A Sucy le extrañó un poco eso, pensó tal vez que la poción tendría mayor efecto aún en aquellas personas que se esforzaban y eran de buen corazón. Un pensamiento algo extraño, pero desde su punto de vista efectivo. No le dió más vueltas al asunto y antes de poder darle aviso a Akko, decidió probarlo, no había ningún problema con eso ya que su familia, los Manbavaran eran inmunes a cualquier tipo de veneno, y ella también lo era. Tomó unos pocos tragos, y esperó unos momentos, pero no sucedió nada, Sucy no sintió que sus habilidades se hayan potenciado, para nada.
—¿Qué hice mal? —un poco decepcionada agarró el libro, y leyó de nuevo la fórmula. Aparentemente todo lo hizo como decía el libro, todos los ingredientes eran correctos. Entrecerró un poco sus ojos, y leyó unas palabras que estaban escritas arriba de la fórmula, pero la página estaba tan desgastada que no pudo leer bien. Solo entendió una palabra que era "Amor".
Suspiró muy decepcionada. Cerró el libro y lo arrojó en su cama, luego de eso se acostó en la misma. Se destrozaba la cabeza pensando qué había hecho mal, si había seguido todos los pasos al pie de la letra. Tal vez hacer esa poción era algo que estaba fuera del alcance de su mano. Lentamente fué cerrando los ojos, últimamente no había dormido bien por reunir los ingredientes. Tan solo en unos pocos minutos, Sucy se durmió profundamente.
Akko irrumpió en la habitación entrando de manera enérgica, al parecer algo le había ocurrido hace poco.
—Ya lo verán, les demostraré que puedo ser incluso mejor que Diana —pensaba mientras ingresaba en la habitación. Nuevamente, Diana la había hecho quedar en ridículo frente al resto de alumnas, y ni siquiera estaban en horas clase.
Se dió cuenta que Sucy estaba dormida, por lo que guardó silencio. Ella era conciente de que Sucy no había dormido bien en esos últimos días, pero no sabía el por qué. Prontamente se percató de un dulce aroma que se coló por su nariz. Ese aroma la llevó hasta el recipiente en dónde Sucy había preparado antes la poción, solo que ella no lo sabía.
—Esto huele delicioso —se dijo a sí misma—, ¿Qué es?, ¿Será algo para comer? —le echó una miradita a Sucy. En su mente imaginó que Sucy no era de aquellas chicas que comían o preparaban cosas con dulces y espléndidos aromas que derretían a una persona, Sucy prefería los olores fétidos y sumamente desagradables. Se le ocurrió que eso era de Lotte, algo que ella había preparado y lo dejó ahí.
Sonrió sutilmente. Tal vez a Lotte no le moleste compartir eso con su mejor amiga. Agarró dicho recipiente y lo acercó a sus labios, le dió una probadita y ¡Wow!, Estrellitas de color amarillo aparecieron en sus ojos. Le había encantado su sabor, no solo tenía un aroma magnífico, sino un sabor maravilloso y único, nunca antes había probado eso.
Lamentablemente Akko no supo decir basta y le dió otro sorbo, y luego otro, y otro más. De sorbo en sorbo se terminó por acabar la poción. Venga que Sucy solo probó una minúscula parte, pero Akko vacío todo el recipiente. Se acabó lo que ella creía, Lotte había preparado. Nada que una sonrisa, un abrazo y un evidente "lo siento" no pueda arreglar, Lotte siempre la perdonaba, ¿Por qué no ahora?. Se fué de la habitación, no sin antes guardar dicho recipiente vacío.
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Por la noche, en aquella habitación, las tres chicas se encontraban aparentemente durmiendo, digo aparentemente porque en realidad una de ellas luchaba por entregarse a los brazos de Morfeo...
Iba a entregarse a otros brazos.
Un calor en su estómago, el cual subía a su pecho, bajaba por sus muslos y rápidamente subía a su cabeza no la dejaban dormir. No podía hacerlo. Sentía que algo la estaba obligando a salir de su cama, alguna fuerza la estaba atrayendo. Se sentó en su cama, estiró su ropa porque ese calor no podía soportarlo. Sentía cosquillas en su estómago, en sus piernas, sentía que todo a su alrededor daba vueltas. Por algún extraño motivo salió de su cama, se colocó sus pantuflas y de manera inexplicable caminó hasta la cama de una de sus mejores amigas. Observó que Sucy tampoco estaba durmiendo, porque se movía sutilmente, ella también estaba sintiendo esas cosas pero en menor medida.
No esperó ni un segundo en acostarse a su lado, aquella fuerza invisible la obligaba a hacer esas cosas. Era la poción. Solo funcionaba si dos personas la tomaban, pero Akko tomó más que Sucy, por eso sentía esas sensaciones tan extrañas. Sucy sintió que alguien se había acostado a su lado por lo que se volteó rápido y miró, a pesar de que estaba muy oscuro, que se trataba de Akko.
—¿A-Akko? —preguntó. Akko no respondió nada, simplemente guardaba silencio. Pero, sucedería que Sucy sintió muy claramente como algo estaba subiendo por su cuerpo, acariciando. Era la mano de la castaña encendida—. E-Espera... ¿Qué crees qué haces?.
—Sucy... —susurró su nombre con un tono de voz que, a decir verdad, era suficientemente extraño para decir: Basta, esto ya no es gracioso es excitante... digo, extraño—, no sé que me está pasando —sus labios inconscientemente se acercaba poco a poco a los de su amiga— algo me está obligando a acercarme a tí de esta manera.
¡Rayos!, A Sucy también, pero ella podía controlarse un poco debido a que no ingirió mucho de aquella poción. Solo cabía preguntarse que tanto podía resistir. Akko ya estaba siendo dominada casi por completo.
—No te acerques así... —desviaba su boca hacia todas partes, pero Akko la seguía insistentemente.
—No puedo evitarlo... esto es extraño —sus labios intentaban tocar los labios de ella, a pesar de que Sucy luchaba colosalmente por no ceder ante eso.
La lucha de Sucy fué en vano. Ambas terminaron por unir sus labios en un beso que no fué para nada inocente o tierno. Fué muy apasionado, era el efecto de la poción, que más afectaba a Akko que a Sucy. Ambas se separaron, aquella calor que sentía la castaña no hizo más que crecer.
—¿Sucy? —en sus pupilas se podían ver corazoncitos.
—Esto debe ser por esa poción —explicó.
—¿Poción? —preguntó Akko, mientras sus manos no dejaban de explorar el cuerpo de Sucy.
—Yo quise ayudarte, leí... en un libro sobre una poción, que potenciaba las habilidades de las brujas. Creo, que los ingredientes no eran los correctos, sobre todo... —sus manos también empezaban a explorar el cuerpo de la castaña—, unos hongos que usé, confundí la fórmula ahora lo tengo claro, no potencié nuestras habilidades, potencié nuestro líbido.
—¿Qué? —intentó hacer una mueca de horror, pero la sensación que las manos de Sucy le daban cuando tocaba su cuerpo le impedía hacerlo.
—Lo siento... no quise...
Guardó silencio gracias a que Akko se inclinó para besarla. Ambas, en medio de aquellas sensaciones, tuvieron que esperar a que el efecto de la poción termine. Akko agarró la sábana que estaba hecha pilo a un lado y cubrió tanto su cuerpo, como el de Sucy...
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Abrió sus ojos repentinamente. Del susto, casi se cae de la cama. Akko toqueteó todo su cuerpo, toda su ropa parecía estar normal, no había señales de haber sido... bueno... —¿Es necesario explicar cómo queda la ropa cuando ambas partes están con la calentura a diez mil por hora?— ¿Dañada?. Todo estaba en su sitio. Respiró aliviada, solo fué un sueño.
Observó hacia la cama de Sucy. Ella estaba dormida. Akko sintió sus mejillas arder como nunca antes...
—¡No volveré a comer dulces antes de ir a dormir!.
FIN
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