🌙Oscuridad 🌙
El día de hoy, estábamos en clase de la Profesora Imelda, todo estaba corriendo normalmente. El tema que nos estaban enseñando ahora era en base a los hechizos de ataque con objetos más grandes como rocas, Hipo se había convertido en el alumno favorito de la Profesora Imelda, ya que los ciertos accidentes que teníamos en las practicas, llegaban de alguna forma al Profesor Héctor, pobre a veces me da un poco de compasión por él.
-Bien, muchachos veo que cada uno está avanzando en sus hechizos, y me están poniendo muy orgullosa.- dijo la Profesora Imelda mientras a uno de nuestros compañeros tomaba una de sus mejillas.
Nos había puesto en parejas para practicar en arrebatar o lanzar lejos a nuestro enemigo, Miguel aún no llegaba a esta clase, estaba un poco preocupado por qué pocas veces llega tarde ya sea por cualquier razón con su cama, pero esta vez la clase ya iba en mitad de sus horas y él no estaba. Y mi pareja el día de hoy es Marco de la Cruz, es muy parecido a su primo excepto por su mirada y su lunar estaba en otro lugar, es muy serio pero l verdad en todas las clases destaca en todos, también aprende muy rápido.
En veces me daba un poco de miedo de que reaccione un poco violento o muy mala gente, por cómo te mira o trata. Pero esta vez estaba decidido para llevarme bien con su primo, tal vez él sepa un poco los intereses amorosos de su familiar.
-Oye...- dijo el chico moreno que se encontraba frente de mí. Sus ojos claros me estaban mirando directamente a los míos, mis mejillas estaban rojas pero no era la misma reacción que sucede cuando estoy con Miguel. Ay Miguel como deseo que estés aquí.
-Eh...¿si?- dije poniendo una leve sonrisa nerviosa.
-¿Eres muy amigo de Hipo cierto?- espera, ¿me está preguntando por mi amigo?.
-Si, ¿pasa algo malo con él?
-No, de hecho quiero que me digas unas cuantas cosas de él- no dejaba de tener su rostro totalmente neutro, así como voy a saber si trama algo malo o bueno.
-Y...¿Qué te gustaría saber de él?
-No lo conozco mucho pero, ¿Siempre es así de tímido?
-Bueno, eso depende de la situación, tal vez tenga algo de nervios a iniciar un platica- mentí un poco, tal vez tenía un poco de miedo hablarle con él si le da esa mirada.
-Umhh...sabes he querido entablar una plática, pero no sé de qué hablar, siento que...no soy bueno para esto- muy bien juzgue antes de conocer, también es un chico sensible y tímido.- digo esto porque siempre le hecho un piropo y nada.- olviden lo que dije.
-Je, creo que con piropos no vas a llegar que hable...¿piropos?
-Si...echarles los perros, pegándole el chicle, intentado que cachetie la banqueta o más aun ligando, pero no afloja. Por eso te pregunto si es muy tímido.
-Eh...creo que tu método, es algo...amm
-¿Rápido? Mmm ya veo...- llevó una de sus manos a su barbilla.
-Hipo no está acostumbrado a ese tipo de acercamientos, tal vez deberías iniciar como una charla normal.- me quedó claro: le gusta mi amigo.
- Bueno, si debería intentar, gracias amigo, oye otra cosa...¿Tú y mi primo?
-¡Eh! No no no ...jeje solo somos...amigos jeje- aún que quiero llegar a otra cosa más.
-Oh ya veo.- dejó sacar una leve sonrisa- yo preguntaba porque mi primito anda mucho en las nubes últimamente, y me había platicado de alguien que le llama la atención, pero no dijo más.
-Ya veo jeje- en definitiva necesito saber quién es la tipa que me lo anda robando.
-¡Profesora!- entró una de las alumnas de mi salón con un rostro de terror como si hubiera visto a un fantasma.
-¿Qué pasa pequeña? ¿qué tienes? Tranquila, respira.- estaba la Profesora intentando calmar a la chica.
Pero unos gritos comenzaron a escucharse afuera del salón, algunos pasos que se convertían en gente corriendo en pánico, escapando de algo. Todos nos mirábamos confundidos, Kubo e Hipo se acercaron hacia mí, mientras que Marco se fue junto a Leo.
-¿Qué esta pasando allá afuera?- dijo Hipo algo extrañado.
-Ay...no esos gritos si dan mucho miedo, hasta me hace tener escalofríos- dijo Kubo comenzando a frotar sus manos en sus brazos.
-Escuchen muchachos, estén en calma por favor permanezcan en sus lugares, iré al salon de junto con otros profesores para tomar esta situación.- dijo la Profesora haciéndonos señas de tomar nuestros asientos. Entonces ella salió con varita en mano.
-Debemos de ir a ver- dije mientras mis amigos me veían con un rostro aterrizado.
-¡Estás loco! No ves todo el relajo allá afuera, no sabemos nada- dijo Hipo tomándome de los hombros.
-Por eso, allí esta el detalle, no sabemos que hay allá afuera que aterroriza a los alumnos.
-En verdad, ¿Te golpeaste la cabeza?- dijo Kubo picando mi frente.
De pronto,un frío comenzó a sentirse en nuestra aula, las ventanas comenzaban a cristalizarse como si hubiera llegado el invierno. Nuestras pociones que estaban en el mueble junto a la ventana se convirtieron en hielo.
Nuestros alientos se convirtieron visibles por lo helado que estaba el ambiente, un extraña tristeza, fría y llena de muerte se podía percibir entre nosotros. Uno de nuestros compañeros se acerco a la ventana para ver que estaba sucediendo afuera, o lo poco que se logrará ver.
-oigan...hay alguien que está caminando afuera y están entrando a los pasillos- nuestro salón se quedó en silencio completo, temblando de lo helado que estaba. Si bien nuestra clase estaba cerca de los jardineros que estaban ubicados en la segunda planta, donde tenías acceso a los pasillos de nuestros salones.
El silencio también invadió los pasillos, ya no se escuchaban los gritos o los pasos acelerados de pánico, la electricidad se fue en unos segundos de ese silencio. Eso significaba una cosa: Dementores.
Miré con sorpresa a mis amigos, y ellos también entendieron mi mirada llena de sorpresa.
-¡Todos! ¡Ocultence en dónde puedan!- subí de un brinco a uno de los escritorios.
- ¡Ey ey perate chinito! ¡¿Qué sucede?!- dijo Marco esquivando a todos los compañeros que corrían a ocultarse y llegando hasta nosotros.
-¡Son dementores! Tienen que ocultarse, no hay tiempo de...- todos miramos la perilla de nuestra puerta que comenzó a girarse, ya habían llegado.
Rápidamente nos fuimos debajo de nuestros escritorios, viéndonos con un poco de miedo de que no nos descubrieran, un leve sonido a respiraciones de ultratumba se oían dentro del aula. Miré por una orilla del escritorio, y vi como 3 de ellos entraban buscando a sus alrededores, ¿Qué están buscando?¿No deberían estar en Askaban?.
Volví a retomar mi escondite, oí cómo lentamente se acercaban a los muebles de la ventana, y otro levitaba arriba de nosotros, Dios como quisiera saber el hechizo para hacerlos sacar de aquí. Pero de pronto mi mente hizo percatarme de algo muy importante.¡Miguel!
Si estaban dentro de la escuela, eso quiere decir que él debe estar en peligro, tengo que ir por él que tal si no sabe del hechizo o peor aún no trae su varita. Me estoy poniendo un poco dramático.
-Shh Hiro, nos van a descubrir- me susurró Hipo que estaba a un lado mío.
-Tengo que ir por Miguel- susurré con mi respiración acelerándose.
-¡¿Qué?! Estás loco como vas ir por él si ellos están aquí- estaba preocupando a mi amigo, tiene razón estoy loco, pero no puedo dejar que este en peligro mi morenito.
-Ayúdame, por favor...no puedo dejarlo allí sólo, que tal si no sabe aún como defenderse.
-Mmm- Hipo miraba a sus alrededores, y cómo escuchaba a los dementores arriba de nosotros- bien los distraeré pero tendrás que ir rápidamente a la salida sabes que no nos dejarán así tan fácil.
-Gracias Hipo- saqué mi carita y la tome con fuerza, mientras que Hipo logró alcanzar un libro para poderlo arrojar para distraerlos. Nos asomamos lentamente, ellos estaban aún buscando y acercándose a los escritorios cerca de la de nosotros, Hipo rápidamente lanzó al mueble de las pociones, haciendo caer y distraer a los dementores, y en eso tomé fuerza y salí corriendo.
Pero no corrí con tanta suerte uno de ellos me estaba siguiendo por todos los pasillos, miré a las ventanas y vi que no eran unos cuántos, eran más de doscientos dementores volando por toda la escuela.
Al mirar frente a mi camino me topé con otros más que salían de otra aula, me miraron y me se dirigieron ante mí, doble hacía mi derecha que me llevaba al pasillo que daban a los baños principales de nuestra ala.
Diez dementores detrás de mí, mi respiración ya me estaba exigiendo detenerme, pero no podía dejar a Miguel sólo, jamás me lo perdonaría ¡jamás!.
Llegué al final del pasillo, las puertas de los baños estaban congeladas y no podía abrirla, en cuánto saque mi varita para descogelarla y esconderme solo unos momentos para buscarlo, pero unas manos heladas como un cadáver me tomo de sorpresa cargandome y despegar mis pies del suelo, mi varita cayó al suelo, perfecto ahora estoy desarmado.
Un dementor se posó frente a mí, podía ver su piel blanca y putrefacta y que la simple oscura tela podía ocultar levemente, se acercó lentamente su respiración estaba en contra la mía, helada y llena de tristeza, abrió su boca y comenzó a llevarse poco a poco mis entrañas.
Memorias llegaban a mi mente y veía como se iban hacía ese dementor, dolor y sufrimiento llenaba mi interior, mis gritos eran lo más fuertes posibles para que al menos me ayudarán.
Otro dementor se acercó para tomar mi otra escencia, después otro y otro, más de esas criaturas se llevaban mi felicidad, pero entonces una voz fue mi salvación.
-¡EXPECTO PATRONUS!
Una luz comenzó a inundar todo el lugar en dónde estábamos, los dementores volaban como locos buscando su salida, esa luz la sentía completamente cálida, cómo si en ella quisiera estar todo el tiempo. El que me tenía, me soltó y caí al suelo, sentí que no fue mucho la altura, pero no podía moverme mucho, mis energías habían desaparecido.
Y entonces los dementores se retiraron, mientras aquella luz se iba apagando, mis ojos comenzaban a cerrarse, cuando a lo lejos oía aquella voz gritaba.
-¡HIRO!...
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Comencé abrir mis ojos, sentí que había pasado mucho tiempo de haberlos cerrado, intente moverme lentamente. Me di cuenta que no estaba en mi habitación o en el pasillo que había quedado hace rato, entonces miré que estaba en la enfermería, cuando vi a la enfermera entrar. Era una mujer no mayor de los treintas, su piel era morena, llevaba en unas arracadas algo grandes, su cabello se veía algo rizado pero lo tenía con una pequeña coleta.
-Parece que ya despertaste pequeño- se acercó para verme mucho mejor y dejando una pequeña bandeja con algunos alimentos.
-Si eso parece...¿que pasó?- sentándome lentamente en la camilla.
-Bueno, al parecer los dementores se fueron en tu contra, como zombies llenos de hambre. Y quedaste desmayado por 3 horas.
-¿Usted me ayudó?- pensé que ella fue mi salvadora.
-Oh no muchacho, yo solo te atendí mientras estabas inconsciente...- agache la mirada aún pensando que no pude encontrar a Miguel-...pero deberías agradecerle a tu compañero, que te trajo hasta aquí, ay ese muchacho no se retiro de ti, hasta que le dije que fuera mientras al baño o a comer.
-¿Compañero?¿Cómo...cómo era él?- abrí mis ojos a tal comentario, tal vez fue Hipo o Kubo.
-Bueno era un poquito alto que tú, piel morena, sus ojos eran de color cafés y tenía un lunar arriba de sus labios. Pensé que era tu compañero por el color del uniforme.
¡Ese era Miguel! Él me salvó, o bueno no sé si fue el del Patronus, pero me trajo hasta acá, Dios debió serle un martirio cargarme hasta acá. Estuve en sus brazos Dios, mis mejillas ahora se que están rosadas por tan sólo acordarme de él. Que bueno que estuvo bien.
- Ay muchacho debiste tener mucho cuidado con esos dementores.
-Si lo sé pero, tuve que ir por un amigo, pensé que estaba en peligro- dije comenzando a jugar con mis dedos de la mano.
-Debe ser alguien muy importante, ten toma un poco de chocolate te dará un poco de fuerza.- me dio un trozo de chocolate y comencé a comerlo, de pronto la puerta abrió de golpe.
-¡Chinito ya estás despierto!- entró Miguel con una sonrisa y corrió directamente a abrazarme, me abrazaba con tanta fuerza que de vuelta me iba poner inconsciente.
-Ay hermanito, ¿Estás bien?- entró Tadashi enseguida, me revolvió un poco mis mechones dejándolos más despeinados de lo qué están siempre- Nunca salgas así despavorido cuando hay dementores- me dio un pequeño zape en mi cabeza al menos no dolió.
-Perdóname Tadashi- reí levemente, pero mi hermano no dejaba de verme algo molesto.
-Chinito tu hermano tienes razón no debiste salir así...¿Porqué te saliste del salón? -dijo Miguel sentándose en un lado de la camilla.
-Bueno...- mis mejillas comenzaron a subir más de color- pensé...- vamos Hiro tú puedes decirle- que estabas en peligro y ...yo...
-¿Fuiste por mí?- me miró directamente.
-S-si...
-Ay chinito, yo estaba bien, pero el que se puso en peligro fuiste tú, sabes...-soltó un leve suspiro- estoy agradecido por haberte encontrado en el pasillo.
-¿Tú fuiste el del Patronus?- mi mirada cayó en Miguel, buscando a que me dijera que él fue.
-Si, fui yo, me memorice ese encantamiento por un libro que me prestó Jack para sacar un duplicado, fue difícil porqué nunca estuve especializado en defensa.
-Miguel...- mi rostro estaba rojo al saber y conocer a mi salvador.
-¿Estás bien Chinito? ¿Tienes fiebre?- acercó su mano a tocar mi frente, pero en eso mis brazos lo rodearon dándole uno de mis mejores abrazos que le podía darle por agradecer.
Tadashi y la enfermera se vieron, y salieron dejándonos solos en la habitación, esta vez le agradezco a mi hermano por darme esta pequeña privacidad.
-Ora chinito, me vas a hacer chivear...- rompió el abrazo riéndose un poco y rascándose su nuca.
- jejeje Muchas gracias Miguel
-No es nada, también harías lo mismo por un amigo ¿No?.- Bienvenido a las aerolíneas para friendzonelandia Hiro Hamada.
-Si...claro que sí- pero por ti haría mucho más.
-Oye, ahora que estamos solos...debo de hablarte algo muy importante...- dijo Miguel poniendo una mueca seria.
-¿Qué sucede?...- lo miré algo confundido.
-¿Has oído hablar sobre Voldemort?
Continuará....
Helloooo gente bonita xD volví con más uwu, y bueno ya vamos entrando al trama.Poco a poquito uwu.
Y gracias Miguelin nuestro chinito se encuentra muy bien. Y pues el día de hoy quiero mandarles unos cuántos saluditos a:
Veggitto567
Lyniel_Gernay_Romel
GabrielaArgoudMartin
NicolleValdieso
Akari_13
Qué me sacan una sonrisa en los comentarios :3 y siguen también esta loca historia.
También quiero compartirles dos escenas del capítulo Aletas :3 que me dedique a dibujarlos espero y le guste muchísimo.
Cuando el chinito se nos fue detrás de Miguel y lo encontró siendo un Tritón junto a su amiga Astrid :3
Y este no sé porque salió asi de cabeza pero tal vez por el tamaño xD, ya aquí cuando Miguel le dice a Hiro que si así saben los besos de las niñas xD.
Sin más espero que les haya gustado este cap :3 los quiero mucho nos vemos en la próxima.
Beka-san~
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