-La llegada de la Oscuridad-
-Mi señor...
-Al fin has llegado, mi fiel compañero.¿Que nuevas tienes para mí?.
-El director del Colegio de Magia ha sido al fin encerrado en nuestras masmorras de Azkaban. Nuestro agente encubierto ya está infiltrado dentro mi señor, solo espera su señal.
- Me parece perfecto...nunca creí al fin regresar de tanto tiempo...aquella batalla no sólo fue mi derrota. Fue mi tercera oportunidad de tomar todo el poder mágico.
-¿Entonces cuál es su orden, mi señor?
-Esta vez ...solo mandaré a uno de mis secuaces...pero, después de haber llegado. Será mi momento de enfrentarme a ella y esta vez...¡La eliminaré por completo!
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Pov Kubo
Un relámpago me había logrado despertar de golpe, mis latidos estaban totalmente agitados y mis respiraciones eran jadeantes. Miré a mi alrededor y todos mis amigos aún estaban dormidos.
Me di cuenta que la tormenta había gobernado esa noche, podía ver a los relámpagos lo que había más allá de la oscuridad.
-Leo...¿Leo?...-susurré a Leo quién estaba en la cama de lado.
-Otros...cinco...minutos...Nando...
-Leo...quiero que me acompañes a la sala de entretenimiento...¡Leo!- lo moví un poco para que logrará despertar, pero, todo fue en vano. Solté un suspiro de resignación y volví a mi lugar para colocar mis zapatos.
Salí sin hacer ningún ruido a la sala, tenía demasiada sed y a veces no soporto ir solo a estas horas. Siempre nuestros consejeros dejan a oscuras el lugar, según para qué ningún alumno pudiera salir de sus camas. ¿Pero alguien pensó a los sedientos de medianoche?.
Con calma llegue y efectivamente estaba oscuro y solo. Caminé a la mesa para tomar un vaso para servirme agua, mientas la bebía escuché unos pequeños susurros que provenían de los pasillos de fuera.
-¿A dónde me llevas?...- alcance a escuchar como una voz masculina decía. Sin más decidí ver a través de la puerta para ver quién se trataba, ví que la luz de una linterna se alejaba junto a unos pasos de allí.
Rápidamente fui detrás de aquella luz y voz, dedicó que solo se trataba de una sola persona, ya que no escuchaba respuesta alguna cuando mencionaba algo. Caminé por la habitación de las pinturas con máximo silencio, había algunas que les molestaba oír ruidos y empiezan a quejarse.
- ¿Por el pasillo?...- escuché aquella voz un poco susurrante. Me escondo en uno de los pilares de los pasillos para ver de quién se trataba, sin embargo, pude percibir a alguien aún con el uniforme.
Llevaba la capucha puesta en su cabeza, lo que me era imposible reconocerle. Estaba solo no había nadie, ¿Entonces con quién hablaba?.
Ví que poco a poco avanzaba a donde se ubica la habitación del silencio, caminé rápidamente para seguirle el paso. Al llegar a la puerta, este desconocido se detuvo dudoso. De pronto buscaba algo en la puerta tal vez alguna manera de entrar.
-Dudo...que entres así amigo.- dije en bajo para mí mismo. Pero hubo algo que me sorprendió, el se alejó unos centímetros de la puerta y esta se abrió.- ¡¿Cómo pudo!?
El chico miró a donde estaba, pero, sólo estaba para serciorarse de que nadie lo haya seguido.
Me escabulli de inmediato cuándo entró, por suerte dejo abierto la puerta. Lentamente cerré aquella puerta para que no me escuchará, pero, un ruido más fuerte llamo mi atención.
Me sorprendí al ver que aquél chico había abierto aquél lugar secreto dónde luchamos contra Ernesto de la Cruz. Esto ya estaba más extraño, ¿Quién quedría ir a ese lugar?.
El chico entró sin decir nada, detrás de él fui también. Cada paso que avanzaba escuchaba como hablaba con alguien.
Miraba a mi alrededor y me di cuenta que con la poca luz que daba, hacía una extraña reacción a las paredes.
Pequeñas estrellas brillaban, figuras casi visibles iban apareciendo. Cada dibujo simulaban una gran batalla con tres jovenes contra alguien poderoso. Con forme iba avanzando, los dibujos iban cambiando, las ropas de los dibujos iban transcurriendo al pasado. Me detuve en seco cuándo me di cuenta de algo muy similar.
En uno de esos dibujos, estaba plasmada una mujer con cabellos similares a Hiro. En su pecho parecía resplandecer con un objeto, alrededor de ella se podían ver diferentes piedras de distintos colores.
-Los...cristales- dije mientas pasaba por uno de ellos. Frente de aquella mujer había una silueta oscura sin forma alguna, parecía que la iba a devorar.
-Bien aquí estamos, ahora , ¿Que debo de hacer?- habló aquél chico, caminé a donde provenía y lo ví en mitad de aquella sala donde había una especie de símbolos. Este, estaba en medio de aquellos símbolos, lentamente bajo su linterna y se sentó en el suelo.
De su mochila saco un libro muy antiguo, y el comenzó a hojear en busca de algo. Yo me escondí para que no se diera cuenta, aún no podía ver su rostro.
-¿Solo debo leer esto?...-dijo el chico.- Bien, lo haré...veamos...es escritura antigua...así que estará fácil.
Aquél sujeto comenzó a recitar una extraña lengua, un viento fresco comenzaba a presentarse en el lugar. En mi pecho sentía una especie de presión, algo me hacía atraerme a lo que este desconocido estaba haciendo. Aquél viento fresco comenzó a enredarme como si me fuera a llevar a un torbellino, ¿Que es lo que está pasando?
-¡¿Quién está allí?!- exclamó el chico cerrando de inmediato el libro y levantándose del suelo. Aquella presión se había desvanecido, el viento había parado y parecía que no hubiera sucedido nada. Solté un suspiro y salí de mi escondite.
-Tú...- dijo el chico sorprendido y abrazando con fuerza aquél libro.
-¿Tú quien eres?- saque mi varita y apunte desafiante.- ¿Cómo sabes de este lugar?.
-Yo...no sabía que conocías de este lugar. Tranquilo baja tu varita no soy el enemigo...- lentamente bajo su capucha y me sorprendí que era Norman el nuevo amigo de Hiro.
-¡¿Que vienes a hacer aquí, Norman!?
-Es ...algo raro de explicar. Más no es nada malo créeme.
-¿Entones que me dices del libro y tú recitación?
-Es que...alguien me dijo que tenía que venir a hacer esto.- dijo algo nervioso.
-¿Quién?- pregunté, pero el rostro de Norman se sorprendió a mi pregunta, miró a su costado como si se tratara de alguien invisible. Recordé lo que nos había mencionado Hiro, el era una persona muy distinta y tenía habilidades que ningún otro mago pudiera tener. Bajé mi varita sin decir ninguna palabra.
-¿No me crees cierto?.
-Te creo...pero debes darme una explicación.
-Este libro habla...sobre los cristales de magia. Estaba escondido en uno de los estantes de la biblioteca bajo una llave. Un espíritu mencionó que debía hacerlo justamente en este salón.
- ¿Espíritu..?- Norman asintió y de nuevo miró a su costado.
-Dice que ahora su nombre no es importante...recitar el hechizo es lo más importante.
-¿Pero que tiene que ver ese hechizo con los cristales?.
-Dice...que este hechizo hace entregar los verdaderos poderes de los portadores, sino, la oscuridad estará en una gran ventaja.
- Pero...No estamos en peligro.
-Eso es lo creemos ahora.-volvio a mirar al vacio- fue que ha visto personas que no lo son y eran infiltrados en el colegio...por eso necesita otorgarles sus antiguos poderes.
-¿Cómo es que puedo confiar en ello...?-Norman se quedó en silencio, de nuevo miró a su vacío y su rostro se empezó a poner rojo. Cosa que a mí me saco rareza de él por qué se estaba comportando así.
-Agh....dice que tú y Leo, en el baile de Verano...- mis ojos se abrieron de golpe, podía sentir mi rostro subir de temperatura.
-¡Está bien, está bien!- dije nervioso- ¿Que es lo que debemos hacer?.
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- No debes temer Tana. Encontraremos la forma de detener a Voldemort.
-Lo sé Albus, pero, algo dentro de mí ...me dice que ya no volveremos bien de ello.
-Tana, los cristales ahora están a salvó. Ahora todos estamos juntos en esto...te prometo que cuando acabe, nos iremos a Santa Cecilia.. formaremos nuestra familia..
-Albus...no digas cosas que me hacen sonrojar.
-Mi hermosa chinita, veremos qué de esa saldremos bien.
- ¿Que es ese humo negro?....
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Pov Hiro
-¡Hiro! ¡Levántate chino precioso!- sentí como unos suaves labios rodeaban mis mejillas. Poco a poco miré a mi alarma, estaba con una gran sonrisa amplia que podía ver aquél oyuelo coqueton que tiene.
-Miguel...¿Porque me despiertas tan temprano?
-Bueno...como hoy es un día especial quise levantarte más temprano de lo normal.- dijo Miguel sonriéndome, como si esperara que le dijiera algo más. De pronto en mi mente cayó como agua fría en mi rostro, ¿Un día especial?...eso solo podía significar una cosa...
-¿Ya recordaste mi chinito?
-Es nuestro aniversario...-dije con una sonrisa nerviosa.
-¡Exactamente! Y justamente hoy hay la mitad de nuestras clases. Para nuestras suertes suspendieron las clases después de medio día.
- ¿Dónde están los demás?- miré que los demás ya no se encontraban en la habitación.
-Eso pronto lo sabrás...anda. Aquí tienes tu uniforme. Te esperaré en la sala de entretenimiento. No te vayas a tardar.- dijo Miguel mientras llegaba a la puerta para salir.- Tenemos un chorro de cosas por hacer.
- Si...en un momento te sigo mi ....canelita..-respondí con una sonrisa nerviosa, pero, en cuanto Miguel cerró la puerta, me levanté de golpe para empezar a ponerme mi uniforme.¡Había olvidado que este día era nuestro aniversario!
Ya tenía el regalo perfecto, pero, nunca pensé que ese día llegaría a pronto. Tomé de mi cajón de mesa, una pequeña cajita de terciopelo roja, lo había comprado en la ida en Santa Cecilia. Era un precioso collar de oro con un dije de un cristal de color rojo que venía junto con otro de piedra azul. Nunca había pensado en regalar algo así a alguien, pero cuando lo miré me recordó la primera vez que ambos nos conocimos.
Dónde aquella misteriosa melodía que nos hizo vernos de nuevo, de cómo al conocerlo todo mi mundo había cambiado por completo.
Cuándo en aquel festival nos entregamos a un hechizo de pasión, el poder sentir sus labios en mí es como si me hubiera sellado desde aquel momento. También el descubrir que en nuestra vida pasada fuimos amantes y estaban dispuestas a vivir felices.
¿Esa es una segunda oportunidad para continuar? Sonreí para mí mismo y me coloque mis cosas para ir a estudiar. Iba a toma mi varita pero, recordé que en el ataque con el cristal de la libertad, está estaba rota.
Solté un suspiro y la dejé en el mueble. Salí para poderme encontrarme con Miguel, pero, para mí sorpresa no era a la persona que esperaba.
-¿Marco? ¿Dónde esta Miguel?
-Uuuuy ese wey ya se fue mi chinis. Pero, dejo esta notita para ti- se levantó del sofá dándome una pequeña tarjetita.- ¡ah! Y no viene sola.- me entrego una pequeña caja de madera, tallada a mano con algunos detalles de flores de cerezo. Al abrirlo no había nada , solo eran unos pequeños espacios donde deberían estar algo.
-Tranquilo Hiro, esa cajita ya no va estar vacía...bueno mi trabajo era hecho. ¡Nos vemos en clase!
-¡Espera Marco! ¿Porqué dices que no estará vacía?
-Mmm no lo sé...si haces lo que dice esa nota, talvez encuentres la respuesta.- dijo sonriente dejándome en la habitación. Negué con mi cabeza sonriendo por lo que estaba haciendo Miguel. Miré la nota que me dió y tenía algo escrito en el:
"¿Recuerdas nuestro primer encuentro? ¿Porque no vas allí? Te espero mi chinito"
Sin dudar más, tomé la caja y lo lleve a mi mochila. De inmediato fui a aquel lugar en donde nos conocimos. No sentí el tiempo que me tomó, parecía que había volado por las nubes por llegar allí. Mientras recorría aquél pasillo, en mi mente sonaba aquella melodía que me atraía.
Cuándo llegue allí, otra vez la persona que yo esperaba ver no lo era. Allí estaba Hipo con un pequeño libro, creo que eran sus notas para estudiar para un examen, cuando me miró me saludo con una gran sonrisa.
-¡Hola Hiro!
-Hippo...¿Y Miguel?- volví a preguntar, pero mi amigo solo río un poco.
-Bueno, él se fue a hacer otra cosa muy importante, pero, .e dijo que te diera esto - extendió de nuevo una pequeña tarjeta, sin embargo, con su otra mano me entrego una pequeña concha de mar.
-Esto...
-Eso, lo tienes que colocar en un lugar que debes de saber.- dijo Hipo sonriéndome ladinamente, entonces recordé la caja que me dieron. La saqué y la abrí de vuelta, una cosa que había pasado por alto era las figuras talladas en cada hueco vacío. En una de ellas estaba la figura de una concha de mar.
-Creo que ya encontraste lo que debes hacer..-me sonrió Hipo- tengo que irme debo ir con Jack. Nos vemos más tarde Hiro.
Y de nuevo me han dejado solo, miré de nuevo la nota nueva que me habían dejado. Mis ojos se abrieron al ver mi siguiente destino. Ay Miguel, ¿A dónde me vas a llevar?.
De nuevo tomé camino a mi nuevo objetivo. Por lo que veo en la caja que me entregaron alta tres cosas más por conseguir. ¿Que tanto planeas Rivera?
Ahora me encontraba frente a una oficina del único profesor, que aún que he faltado y la última vez le grite diciendo que la situación de mi mejor amigo era primero. No sabría que reacción tomaría. Toque con fuerza la puerta esperando respuesta para entrar.
-¡Pase!- al fin habló. Abrí la puerta y trague en seco.
-H-hola Kyle...
-Oh, eres tú. Pasa.- sin decir más obedeci, miré con cierta curiosidad toda su oficina. Nunca había estado aquí, siempre eran Miguel y Marco quienes venían más seguido con él. Había por todos lados frascos con criaturas extrañas, libros antiguos de magia oscura, amuletos de diferentes tipos de defensas colgados por el lugar.
-¿No te da miedo estar aquí?.
-No, para nada. Me hace sentir más tranquilo.- respondió sin dejar mirar unos apuntes y libros que tenía en su escritorio.- ¿Hoy irás a clase?- comenzamos con las preguntas.
-Este ...yo ..bueno se que he salido últimamente en tu clase...pero son por buenas razones. Los cristales, mis amigos y...ya sabes....-sonrei nervioso, sin embargo Kyle no tenía ninguna expresion. De pronto dejó salir un suspiro pesado mientras entraba sus libros y notas que estaba usando.
-Esto es para ti- me dió otra nota para mí.- vino tu novio hacer no se qué y me pidió que te lo diera, pero antes...- se levantó de su asiento y caminó a donde estaba una pequeña repiza de amuletos, me miró he hizo una leve sonrisa- ¿Cuál de estos te hace familiar?
-¿Los amuletos?...-dije mientras también me levantaba, miraba con detalle cada uno de esos amuletos. Eran de diversos tamaños y colores, pero, había uno que me hizo llamar la atención de inmediato.
Uno de ellos era un cuarzo tallado con la forma de la misma catrina. De pronto había recordado aquella noche de día de Muertos que la familia de Miguel me hizo ponerme un traje de "catrin". Sonreí y tomé con cuidado aquél amuleto.
-Lo descubriste Hamada.
- ¿Que tiene que ver todo esto?- mire a Kyle , pero él sólo sonrió.
-Yo no puedo decírtelo, pero tal vez en la siguiente parada Miguel te lo pueda decir.
-¿Pero y las clases?
-Oye, de eso no te preocupes. Ya es costumbre que te salgas y faltes así que...este día te lo vuelvo a pasar.
-Oh Kyle.. yo pensaba que...
-Con la condición que en la siguiente prueba serán todos los temas visto- era bello mientras duró.
De vuelta salí de nuevo en busca de Miguel, solo faltaban dos lugares más. No dure mucho en seguir , lo mismo sucedió en el siguiente no estaba Miguel pero me encontré con mi hermano mayor y el profesor Héctor, igual me dieron otra nota y otro objeto, ahora este parecía un cuarzo muy cristalino con algunas incrustaciones azules dentro de él.
La pequeña caja iba llenándose con cada parará que hacía. La última era donde hicimos nuestro primer entrenamiento, Sora era el que se encontraba alli dandome por último la última nota y otro objeto. Este último era un pequeño frasco con algunas perlas dentro, cada una eran de diferentes colores dando que diera un extraño brillo colorido. La caja al fin ya estaba llena, pero, ahora lo más importante era mi última parada.
"Aquél atardecer del inicio de nuestro curso, fue el más maravilloso que pude ver visto. Fue único porque estuviste allí.¿Recuerdas donde lo miramos?"
Una sonrisa se formó en mis labios, yo sabía perfectamente a que lugar se estaba refiriendo. Era el único lugar que podíamos disfrutar de ello, el lago.
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Ya había llegado al camino que llevaba al lago, por suerte el día había estado nublado y el sol no me estaría molestando. Me acerqué al pequeño muelle que estaba allí, logré percatarme de una silueta sentada viendo al horizonte.
Aquel cabello oscuro y piel canela, lo podía reconocer de inmediato. Al fin había llegado a mi último destino.
-¿Al fin lo decifraste mi chinito?- habló Miguel quién me miró que me estaba acercando a él.
-Bueno, si hablas de que me hiciste recorrer mitad del colegio. Si decifre que me querías agotar.
-jajajaja que gracioso, claro que no lo haría.....aún que...
-¡Miguel!- me acerque a su costado para tomar asiento junto a él.
-¿Sabes porque es esa pequeña caja?
-Lo hiciste tú ¿Cierto?.
-Si, estuve días exigiéndole q mi abuelo que me enseñará a tallar, pero, al final valió la pena.
-¿Que significaban todos esos objetos?, Cuándo los miraba, siempre se me venían muchos recuerdos juntos...
-Ese es el objetivo- sonrió Miguel mientras tomaba la pequeña caja- cada uno es un símbolo de que nos pasó a ambos...las sirenas, nuestro vuelo en escoba, nuestro día de muertos, nuevos amigos. Son cosas que jamás cambiaría por nada del mundo.
-Miguel...-senti como mis mejillas se volvían rojas al estar escuchándolo.
- Así que hice la caja para guardar esos momentos...y no solo eso es lo que quise darte.- tomó su mochila y saco una caja de madera en color chocolate, adornada con moño azul y dorados. Me lo dió para que lo tomara, lentamente abrí aquella caja y no podía creer lo que estaba viendo.
Adentro venía una nueva varita, similar a la que tenía antes pero está tenía el mango tallado con mucha delicadeza, pequeñas figuras. Su color mármol lo hacía verse como una joya nacional.
-Esta...preciosa. No debiste Miguel...de seguro fue una fortuna.
-Na, me salió casi de grapa. Resulta que, una de las chicas de mi clase de pociones, tiene familiares que se dedican a ello. Así que le pedí que hicieran uno especial para ti ya que , la última termino muy mal.
- Pero ...no debiste...esto es demasiado.
-No lo es. Créeme que por mí te daría todo el universo para verte feliz Hiro.- sonreí sonrojado y sin dudar lo abrace con fuerza.- Feliz aniversario, Hiro.
-Espera...aún no te he dado lo miró- dije mientras me separaba de el. Saque aquella cajita de terciopelo, con cuidado se lo di para que lo viera. Sus ojos se abrieron al ve su contenido, con cuidado saco el collar con la piedra azul.
-Wooow chinito...esto esta rechulo.
-Bueno, ese collar viene con el rojo, los tomé porque eran los colores que a ambos nos caracterizaba. Así que ...
-¡No inventes! ¡Esto es mas de lo que merezco!- tomó mis manos y me miró directente a mis ojos- Hiro en verdad...me haces muy feliz. No importa lo material, pero, el tenerte aquí es lo único que puedo pedir.
Nuestra distancia estaba cortándose poco a poco , al fin de tanto tiempo ocupados en nuestros asuntos. Podía volver a sentir a Miguel cerca de mí, podía sentir nuestros alimentos chocando a punto de unirse,pero, un estruendo hizo romper nuestro ambiente.
-¿Que rayos es eso?- señaló Miguel a la deriva. Mis ojos se abrieron de golpe al ver aquél fenómeno, esto ya no era una visión o recuerdo de Tana.
Aquella nube oscura, estaba acercándose a nosotros.
Continuará....
Helloooo gente boniiitaaa!! Después de siglos aparci xD, ya se ando de aquí y allá
Pero ya estamos de vuelta aquí.
Y que creen, ya entramos en este cap la recarga final de esta historia, ufff está vez si me la llevé como la historia de HP xD.
Pero sin duda, la primera en la que me divertí muchísimo con todos ustedes. Les agradezco mucho el apoyo que le han dado a estas locas ideas que salen de la nada pero que me hacen feliz que a cada uno de ustedes, les vaya gustando.😍😍☺️☺️
Espero que les haya gustado mucho este cap.
Sin más que decir nos vemos en el siguiente con más 😍❤️❤️❤️
Los amo muchooo😍😍☺️☺️
Beka-san~
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