La batalla y el Cristal perdido- parte 2
Nota inicial: helloooo gente bonitaaa!!! Volvimos con más!!!
Según debía subirlo ayer, pero, tuve un pequeño bloqueo. Sin embargo pude superarlo 🤣🤣🤣
Espero que estén listos para lo que se viene uwu, creo que este título se extenderá un poco por la batalla. ❤️❤️❤️
Deseo que sea de su agrado y agradezco el apoyo que le dan a esta historia. Además de decirle que mis historias fueron elegibles para el Wattys2019, esperemos que todo vaya bien ❤️❤️❤️❤️
Les dedicó a los fans de Kuban el fanart que era arriba, ya hacía falta hacerles uno de esta historia❤️❤️❤️😎😎
Sin más sigamos con ello....los amo!!!❤️❤️
Beka-san~
Pov Hiro
Sora nos guío de nuevo por los túneles debajo del colegio, nos tenían a todos encerrados y vigilados por dementores. Aún no sabíamos que le habían pasado a todos los profesores, estaba desesperado de que algo le había pasado a mí hermano. No me permitía si algo le hubiera sucedido y yo no pude hacer nada, aquellas luces me intrigaban, todos estarían allí reunidos, aquellos gritos me daban mala espina.
De nuevo pasábamos por aquella estatua de Tana que estaba oculta por esos pasillos, la miré por unos segundos y sentía que en algún momento abriría los ojos para seguirnos con la mirada. Tomé con fuerza el diario que llevaba en mi mochila, pensaba en los posibilidades que hariamos en la batalla que se aproximarse.
-Dios...esto huele a mucho mo....-decia Coraline mientras se sacudía unas cosas de su capa.
-¿Aún no llegamos Norman?- preguntó Hipo mientras miraba alrededor.
-Si, dice que debemos tomar el sendero que lleva directamente a la habitación del silencio....- dijo Norman mientras señalaba al lugar que debíamos tomar.
-Pero, ese camino está algo estrecho...-explico Sora.
-No tenemos de otra que meternos.- habló Marco- yo ayudaré a alumbrarle.
-¡shh, guarden silencio!- dijo Kubo quién hizo detenernos. Primero escuchábamos las gotas de agua que caían al suelo, sin embargo, se empezaron a oír voces arriba de nosotros.
Algunos se podían escuchar como gritos de terror, está ve ya habían comenzado con los alumnos. Se oían como corrían con desesperación, miré a ver a todos y les di la señal de seguir.
Pasamos por donde había dicho Norman, mientras más caminabamos, más mojoso se ponía.Había momentos en que se ponía el pasadiso muy apretado y chocabamos todos al caminar. Sora al final nos hizo detenernos de golpe al llegar, era extraño al ver aquel muro que teniamos en frente.
Estaba una especie de dibujo escrito en él, se me hacía algo conocido aquél simbolo tallado, cómo se lo hubiera soñado. Jack se unió a Sora para poder mover el muro,y entonces salieron para ayudarnos a entrar.
Nos dimos cuenta que la habitación del silencio estaba todo desordenado, alguien ya había venido antes que nosotros. Se podía ver aun el humo de los libros recién quemados, hasta la misma pintura de Tana tenía un enorme agujero en lo que era la mitad de su rostro. Parecía simular una gran herida por un hechizo.
- Uy creo que estuvo buena la fiesta por aquí- comentó Marco.
-Alguien vino a buscar lo mismo...-dijo Leo quien observaba uno de los libros que yacían en el suelo.
-Entonces ya sabían de el cristal y no lo lograron encontrar- dijo Kubo.
Observe el lugar y algo estaba mal, si estaban buscando el cristal no debían de haberlo dejado tan evidente. Cómo por ejemplo la pintura de Tana estaba en una posición que se podía observar todo el lugar, tal cómo lo supuse estaban dejandonos una trampa.
De pronto, la puerta fue movida con fuerza, estaban intentando entrar pero había una pequeña caja que evitaba entrar de inmediato al lugar.
- Dice que alguien viene y trae una capa oscura- dijo Norman volteando hacia nosotros.
-¡Todos escondanse!- grite y empuje a los demás a los pasillos de los libros.No dijimos nada y nos ocultamos como pudimos, guardamos silencio esperando al individuo que iba entrar. De pronto de un golpe mandaron a volar la puerta, Kubo salto por el estruendo, pero Leo logró taparle la boca para que no hiciera ningun ruido.
Miguel lentamente saco su varita al igual que Coraline y Jack, debíamos estar alerta a lo que fuera entrar.
No tardó que un tipo entrará a la habitación, sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo con tan solo escuchar sus pasos huecos. Sentí como Kubo tomaba mi brazo con fuerza, se sentía como un escalofrío te ambiente se estaba tornando en nuestro alrededor.
-Malditos mocosos...no estaban...-esa voz la podía reconocer de inmediato. Era el mismo director que vimos anteriormente, el sombrío y mala persona que conocimos.
Todos sabíamos que ese no era nuestro director desde que lo vimos en persona, los años anteriores y antes del festival de verano.
-Se que debieron venir aquí...- decía a di mismo observando el lugar.- el maldito cristal lo debo encontrar... - comenzó a volver a voltear todas las cosas. Todos nos habíamos mantenido en silencio sin movernos, no debíamos delatarnos.
-¿Que vamos a hacer?- susurró Miguel mirandome con algo de preocupación.
-No lo sé...
-Chicos...- susurró ahora Norman- debemos ir al salón de abajo...
-Pero no podemos hacer que nos vea..- comentó Jack- Pensemos bien las cosas antes que nos descubra.
- Yo tengo una idea...- propuso Marco quién comenzó a gatear hacia adelante de nosotros.
-¡Espera Marco!
-Shhhhh calma primito que de esta me encargo.- sonrió y saco su varita. Comenzó a susurrar algo en bajo y hacía leves movimientos con ella. Mientras aquél director seguía con su búsqueda, detrás de él se estaba formando una especie de sombra humana. No tardó aquella cosa en correr y llamar la atención del tipo.
-¡Ey! ¡Maldito mocoso! ¡Detente! -gritaba saliendo de vuelta de la habitación, aprovechamos de inmediato correr a donde se encontraba la puerta del pasaje.
Sin embargo, cuando la puerta estaba abriendo, el ambiente comenzó a bajar de temperamento. Miramos a la puerta al escuchar una especie de aliento de ultratumba. ¡Eran esos malditos dementores!
-¡Rápido entren!- exclamó Miguel metiendonos con prisa. Sora se unió para ayudarle a cerrar la puerta, pero, uno de los dementores estaba acercándose.
Kubo no tardó en lanzar un Specto Patronum y alejar el dementor de la entrada, esto ayudó en que ambos pudieran cerrarla sin interrupción. La Oscuridad hizo su aparición, no podíamos ver nada en absoluto, pero de pronto en mi pecho comenzó a emanar una luz. Al mismo tiempo los escalones comenzaron a iluminarse con pequeñas esferas de luz parpadeantes.
Era una clara señal de que debíamos seguirlas, sin pensarlo más yo tomé la delantera. El cristal brillaba con más intensidad cada vez que avanzaba, aquellas pequeñas esferabas flotaban por el camino hasta que estás terminaban en la habitación de los símbolos.
-Es aquí- habló Norman empujando la puerta, lo que no esperábamos era de que aquellos símbolos en el suelo estaban brillando demasiado.
Entramos con cuidado al lugar, vigilando de que no hubiera nada malo en ese momento. O de que algún cómplice de Voldemort estuviera ocultó allí. Saqué el cristal de mi pecho y se lo entregue a Miguel.
-Dice que Jack debe colocarse junto a Miguel en el centro.
- Bien ...creo que estoy listo ...-comento Jack algo nervioso, sin embargo, Hipo tomó su mano para calmarle.
-Hagamoslo Jack- habló Miguel quien camino al centro de aquellos dibujos. No tardó Jack en incorporarse frente a frente con Miguel.
El cristal comenzó a emanar una luz demasiada blanca, la oscuridad de la habitación se había desaparecido. Todos los muros comenzaron a iluminarse, formando figuras, unas eran criaturas mágicas y mitológicas. Sirenas, minotauros, faunos, hadas y duendes, se hacían presentes parecían que formaban un círculo alrededor de toda la habitación.
Parecían como si estuvieran haciendo una especie de conjuro o invocación, porque sus brazos estaban extendidos a la misma altura de los demás.
Miguel tomó las manos de Jack , el cristal de la nada comenzó a flotar de su cuello, quedando en medio de ellos.
Del suelo, un extraño objeto brotaba con una luz brillante y cálida. Poco a poco iba subiendo para quedar a la misma altura de dónde estaba mi cristal.
-Eso es...- habló Coraline- mi abuelo tenía razón, es el único cristal que emana pureza.
- Por eso él lo quiere...-susurré- para poder usarla a su conveniencia.
Jack soltó a Miguel para poder tomar el cristal, pero, al momento de tenerlo en sus manos, los demás cristales comenzaron a parpadear en mi bolsa.
-Estan intentando adjuntarse con el cristal de la Vida- habló Coraline- si lo haces Hiro, es posible que tengas un arma muy poderosa para poder derrotarle.
-¡Vamos Hiro! ¡Es nuestra oportunidad!- exclamó Kubo dándome una sonrisa. Asentí con mi cabeza y caminé hacia donde estaban Miguel y Jack, sin embargo, fue demasiado pronto para decir que iba ser nuestra salvación.
Todo comenzó a temblar, la luz de la habitación se apagó a esa interrupción. El techo comenzó a colapsarse, parecía que algo arriba de nosotros intentaba entrar a la fuerza.
-¡Quite se de allí de inmediato!- gritó Leo, todos buscábamos esquivar aquellas rocas que no dejaban de ser con el temblor. Se podía oír gruñidos feroces de la parte de allá arriba, todos corrimos en dirección de las escaleras, pero, una inmensa garra penetró el techo.
-¡¿Pero que chingados es eso?!- exclamó Marco cayendo al suelo del golpe por el impacto.
De pronto aquella garra volvió hacia arriba, un silencio incomodo hizo que un sentimiento de desesperación estuviera en cada uno de nosotros. Sin embargo, unas carcajadas maliciosas se escuchaban, una densa neblina oscura estaba entrando por aquella entrada. Esto está mal, muy mal.
-Estas voces...- dijo Kubo- no puede ser posible.
-Vaya Vaya, pero si es nuestro querido sobrino...- habló una voz en aquella neblina, en eso una ráfaga de luz en forma de látigo se entrega en el cuerpo de Kubo. En segundos lo llevo hacia la oscuridad como un muñeco de trapo siendo devorado en la oscuridad.
-¡Kubo!- gritó Leo con desesperación, pero las carcajadas de mujeres provenían de esa neblina que poco a poco se acercaba a nosotros.
-Pensaron que iban a salirse con la suya...
-Eliminandonos...lo que no sabían es que nosotras nunca morimos.
-¡Debemos irnos Hiro!- gritó Coraline.- ¡Debemos salvar a los cristales!
-¡Pero debemos ir por Kubo!- exclamé , estaba a punto de ir a su rescate, cuando el brazo de Leo me detuvo. Me miró con determinación, en sus ojos ya podía ver aquél color carmesí combinado en llamas que habían transformado completamente su mirada.
-Ustedes vayan, yo me quedaré y traeré a Kubo.
-¡¿Estas loco?!- exclamó Miguel- ¡No vamos a dejarte solo!.
-¡Miguel, deben salvar esos cristales! ¡Yo podré contra ellas! ¡Vayan, yo les daré tiempo!- dicho esto saco su varita y aquél látigo mágico lleno ahora de llamas se hizo presente. Las dos siluetas de aquellas brujas se hicieron frente a Leo, rieron con fuerzas y rasgaron sus shamisen.
Los demás comenzaron a subir las escaleras para salir del lugar. Miré de nuevo a Leo y el también me miró de vuelta, me sonrió tranquilamente y continuó luchando contra esas brujas.
Di media vuelta y salí detrás de los demás. Cuándo llegamos a la puerta, un gran estruendo se hizo presente atrás de mí. El polvo venía hacia mí , sin embargo, me lance a un costado para que saliera haciendo un desastre a todo lo que estaba frente.
Miguel me tomó del brazo para seguir corriendo de allí, afuera de la habitación, había dementores vigilando la puerta.
-¡Yo me encargo de ellos Hiro!- habló Norman sacando su varita también, pero antes de eso me entrego un libro de conjuros- ¡Ustedes continúen! ¡Úsalo cuando veas necesario!
-¡Continuemos chicos!- habló Hipo, Norman no tardó en sacar hechizos de los patronum para dejarnos un escape y seguir huyendo.
Seguimos corriendo por los pasillos evitando a los dementores, lanzabamos hechizos para poder alejarlos. Todo el lugar era infestado de ellos, buscábamos algún pasadiso para estar a salvó, pero , lo sentía mucho más lejos encontrarlo.
-¡Hiro cuidado!- gritó Hipo tirándome al suelo, un hechizo se estrelló en el muro en dirección en donde estaba pasando.
-¡Chicos!- gritó Miguel yendo a nuestro encuentro.
-¡Demonios, fallé!- dijo una voz que venía de los jardines, una mujer con una gran gabardina, su cabello era corto , su piel era completamente pálido que hacía resaltar sus labios rojos. Pero lo más tetrico de ello era que en ves de ojos, llevaba un par de botones. Cuándo nos miró sonrió con una sonrisa completamente tétrica. - creo que no apunte muy bien...
La mujer volvió a apuntar con su varita hacia nosotros, con un leve movimiento lanzó su ataque.
Sin embargo, Coraline de inmediato respondió en su contra, deviando aquél ataque.
-Vaya, Vaya...un sanador de cristales. Creí que los había eliminado por completo, pero , dejé una peste viva.
-¡No tocaras a mis amigos, maldita bruja! ¡Primero pasarás por mi!- gritó Coraline con inmensa rabia. La mujer volvió a atacar, pero, ella le volvía a responder.- ¡¿Ustedes que miran?! ¡Sigan!
-¡Ya oyeron a la patrona chinito! ¡Vámonos!- dijo Marco ayudándonos a levantarnos.
Pasaban los minutos corriendo por los pasillos, viendo a alumnos heridos en el suelo, otros encapuchados oscuros tirados por su lucha. Solo corríamos Marco, Jack, Hipo, Sora, Miguel y yo, evitando a toda costa los ataques que iban saliendo de la nada.
Los dementores venían detrás de nosotros, a donde fuera nuestra dirección, ellos estaban allí. ¡¿A dónde ibamos a salir?!
Ya mis piernas estaban a punto de dejar de correr, podía sentir como temblaban. Ya no quería que nadie más se sacrificara por intentar ayudarme.
-¡Sora! ¡¿Dónde damos!?- gritaba Miguel aún jalandome de mi mano.
-¡A la derecha!- gritaba mientras seguía auyentando a los dementores setas de nosotros. Desesperados, dimos vuelta a la dirección que dijo, pero nuestros ojos se abrieron de golpe al ver que no había ninguna salida. Habíamos llegado a un lugar cerrado, había una extraña estatua allí, pero no había ninguna puerta o atajo.
-¡Pinche pelos parados! ¡Aquí no hay nada!- gritó molesto Marco quién tomó a Sora por el cuello de su uniforme.
-¡Aquí había una salida! ¡Lo ví en el mapa!- exclamó en defensa Sora intentando sacarse.
-¡Cálmate wey!- dijo Miguel separandolo. - ¡Ahora mantenganse juntos que aquí vienen!
Nos reunimos apuntando con nuestras varitas hacia donde venían los dementores. Retroediamos haciadonde estaba aquella estatua, los dementores se reunieron y se acercaban a nosotros, en segundos se fueron con velocidad a donde estábamos.
Estábamos listos para atacar cuándo el suelo se movió bruscamente y nos hizo dar una vuelta inesperada. La pared había cambiado de posición, al chocar al voltearse hizo que cayera nos al suelo.
- ¡Avísenme cuando hagan ese tipo de cosas!- respondió Marco intentando levantarse.
-¡Yo no lo hice!- respondió Sora, estaba a punto de levantarme cuando ví frente de mi una mano extendiéndose para ayudarme a levantar.
-Me alegro que estén con bien...- dijo una voz masculina que pude reconocer de inmediato.
-¡Tadashi!
¡Mi hermano estaba con bien!
Continuará.....
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