❤Enlazando Sentimientos❤

Esta semana ha pasado muy rápido, ¿Saben por qué? Miguel y yo nos inscribimos en el curso de Quidditch del colegio, la verdad me emociona muchísimo el poder entrar en el equipo. Cuándo Tadashi era estudiante, fue uno de los mejores jugadores, llevó al colegio tras varias victorias.

El año pasado que llegué a estudiar aquí, miré la habitación de todos los torneos que  han pasado por generación por generación y vi  una antigua foto de mi hermano con su equipo con medallas y trofeos, desde ese momento decidí que algún día estaría allí. Pero había un problema, mi escoba nunca escuchaba mis órdenes, supongo que mis emociones jamás las tengo muy estables que digamos.

La última vez que la use me hizo volar como loco por todos los pasillos, y cuando pensé que todo había estado tranquilo, la escoba me llevó al lago y me dejó caer allí. Y tuve que permanecer en cama por unos tres días con resfriado.

Y hoy era mi primer entrenamiento solo a mí y a Miguel. Pues Jack decidió que nos ayudaría con nuestras escobas y cómo poderlas manejar mejor y sin problema, Miguel  aún no tenía su propia escoba y jamás había volado en una oficialmente, porque nos platicó que un día en su casa estaban haciendo sus tareas domésticas, él y su primo les tocó barrer el patio.

Entre tantas bromas, él hizo que la escoba saliendo volando directamente hacía mamá Elena, llevándola por toda la casa. Ese día los dos se llevaron unos buenos chanclasos por parte de ella, aparte del susto llevándola a chocar hasta su habitación.

Entonces sería nuestra primera vez, a la vez tenía miedo y emoción por tener que mejorar y por pasar más tiempo con Miguel, ese chico cada vez me trae un poco loco por él. Llegamos al patio trasero de la escuela en donde hacían los entrenamientos de vuelo, allí estaba Jack cargando algo envuelto en sus manos, en cuanto nos miró nos saludó con una gran sonrisa.

-¡Hey! Al fin llegan, ¿Emocionados?- dijo Jack con una sonrisa que delataba que tanto cómo nosotros estaba igual de emocionado.

-Yo no pude dormir toda la noche por pensar en que se sentía andar por los aires- dijo Miguel llevando sus manos a los lados como si planeara un avión.

-Oh y hablando de eso, esto es  para ti- le entregó lo que tenía en sus manos, Miguel me miró con curiosidad, yo solo le di una sonrisa y él fue a sentarse a una de las bancas que estaba allí.

Comenzó a abrir  como si fuera el regalo de Navidad que sus padres tenía oculto desde hace meses, cuando al fin llegó al final de su envoltorio, sus ojos se llenaron de brillo y asombro.

-No…puede ser…- soltó como si no pudiera creer lo que estaba viendo. Me acerque a él lentamente para ver que era, igual mis ojos se abrieron grandes. Era una escoba especialmente para Miguel, se parecía un poco a la Nimbus 2000, pero era mucho más moderna supongo que era la más reciente, en su mango había algunos detalles como pequeñas calaveras, flores y papel picado. Supongo que hacía referencia al día de Muertos, era digno a Miguel. Tenía colores oscuros con detalles dorados, que hacía resaltar muy bien la combinación.
Pero…pero Jack ¡esto habrá sido una fortuna!...tengo que pagártelo- dijo Miguel ya algo asustado por el detalle de nuestro instructor.

-No, no, Miguel no necesitas hacer esto, además no fue mucho, mi familia es dueña de la fábrica de escobas, así que decidí diseñarte una para ti.- soltó un leve suspiró.- además me dijiste que no tenías ninguna y quise dártela.

-Es un gran regalo Jack…- se levantó y se colgó del cuello del chico, la verdad me molesto un poco, por la forma que lo abrazó, cielos me estoy volviendo un poco obsesivo y celoso. Pero entonces algo hizo salirme de mis pensamientos. Miguel había dejado un gran abrazo en mí, mis mejillas habían subido de tono al ver que sus mejillas ahora acariciaban las mías.

-Bien, ya que estamos listos es hora de empezar nuestro entrenamiento- llevó su mano a sus labios para hacer un pequeño silbido, los dos nos quedamos algo extrañados, pero entonces un leve sonido nos hizo llevar nuestra mirada a los cielos. Allí estaba la escoba de Jack volando hacía nosotros, y en cuanto llegó a su dueño se detuvo y siguió levitando.

-¿Cómo lograste hacer eso?- se acercó Miguel a ver la escoba de Jack.

-Cómo sabrán las escobas siempre están ligados a nuestras emociones, haciendo que sean uno mismo con nosotros, deben descubrir la manera de llamarlas, por ejemplo muchos los llaman con un silbido, un nombre, un leve hechizo o simplemente lo piensan.- dijo nuestro entrenador.

-Entonces, ¡Chinito! ¿Cómo llamas a la tuya?- me miró directamente a mis ojos, haciendo que mi corazón se acelerará, ¡Ay Morenito no me ataques así!.

-Bueno, yo la llamó Navi, pero…digamos que siempre le silbo al igual que Jack.- dije apenado pues cada vez que la intentaba llamar siempre llegaba de golpe, mandándome a volar y hacer que choque con cosas o alguien.

-¡Llámala! Quiero conocer tu escoba de seguro es bonita como…- hizo una pausa- como…tu personalidad.- se rió nerviosamente. ¿Qué es lo que acaba de pasar? Vi como un pequeño sonrojo se iba formando en sus mejillas.

-Eh…eh está bien lo haré…espero no me haga pasar un mal rato- dije lo último en un susurro para que no me escucharan y vieran mi mala relación con ella. Hice un pequeño silbido entonando el coro de mi canción favorita que era Inmortals de Fall Out Boy.

De pronto un silencio lleno nuestro ambiente, ¡perfecto! Ahora no iba responder a mi llamado, mis manos estaban sudando mucho, no quería dejar en mala Miguel por conocer mi escoba más terca. Creó que es igualita a mí.

Un leve sonido de viento empezó a percibirse, sabía que ya venía con una gran velocidad, ya estaba preparándome mentalmente para el mayor golpe de mi vida. Jack y Miguel dirigieron sus miradas al cielo, y allí venía con la máxima velocidad que le podía otorgar los vientos. Mi corazón se detuvo por completo al ver que venía directamente hacía mí. ¡Adiós mundo!.

Cerré fuertemente mis ojos esperando el golpe, pero no había sucedido nada. Cuando abrí lentamente mis ojos, miré totalmente cerca de mi rostro la punta del mango de mi escoba, no se movía. Miré que Jack mantenía su varita apuntando a Navi, supe que él la detuvo para no tener mi muerte ahora.

-¡Fiuuu! Eso es tuvo cerca- dijo Jack bajando su varita lentamente.

-Si…gracias Jack, como ven, siempre hace eso. No tenemos muy buena relación- dije rascándome mi nuca.

-Tranquilo, al menos ya entendí el problema Hiro y te ayudaré- dijo el chico de ojos azules dándome una gran sonrisa tranquilizadora.

-Wooow…- salió de los labios de Miguel que poco a poco observaba mi escoba a máximo cuidado, veía como pasaba su mano acariciando cada detalle de ella.

Navi tiene unos cuantos detalles hechos a mano de algunas flores de Sakura acompañada de un Kanji del Viento. Es de colores  Morados y oscuros con otros terminados en dorado. Miguel estaba completamente fascinado con Navi, pareciera que no le importo que segundos antes fuera a matarme.

-Hiro…¡Está genial!- gritó dando unos pequeños brinquitos. Mi corazón latía intensamente con solo ver su felicidad y que en verdad le gustara todo lo que hago y tengo. Tan solo supieras Miguel

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Pasaron algunos minutos cuando comenzamos a probar en traer nuestras escobas a nuestras manos, todo iba muy bien aunque hubo unas cuantas ocasiones que Navi me dio unos buenos golpes, haciendo que Jack y Miguel terminaron burlándose de mí.
Entonces se vino la prueba máxima de todas, intentar volarlas. Ya tenía mi piel erizada con la idea de que volvería a caer en el lago, o peor aún llevarme directamente a estrellarme con el director o peor aún con el Profesor Héctor.

Miguel y yo ya estábamos en nuestras posiciones, Jack nos miraba con una leve sonrisa viendo que nos concentráramos en lo que íbamos a hacer.

-Recuerden, concéntrense, sus sentimientos son la clave para volar correctamente. Hiro intenta tranquilizarte un poco, veo que tus emociones son un poco desequilibradas pero…busca algo que te haga sentir en paz. ¡Bien! ¡Ahora!- dijo Jack dándonos un poco de silencio.

“Busca algo que te haga sentir en paz”, ¿Pero que me ayuda a estar tranquilo?, ahora tenía revuelta mi mente buscando ese centro de tranquilidad. De reojo, miré a Miguel que estaba a un lado mío, estaba muy concentrado, tenía sus ojos cerrados y respirando más relajado. Y de pronto sus pies dejaron a estar en el suelo, lentamente estaba levitando.

Miguel tiene más control en sus emociones, pero me daba curiosidad que es lo que le traía a él paz. Miguel. Su nombre resonó en mi mente, él era mi paz. Estando a su lado me hacía sentir de lo más tranquilo, amaba estar con mis amigos, pero al estar solo con él, el mundo desaparecía y los dos solo existíamos.

Recordé la vez en que sus ojos quedaron impregnados en los míos, Su risa que me hacía contagiar su energía y felicidad. Sus leves abrazos que llegaba a darme de sorpresa cuando caminaba en los pasillos concentrado en mis libros.

Cuando en clases me enviaba notas mágicas preguntándome ya sea para ver cómo estaba o si veríamos a Astrid para nadar juntos de nuevo. Todas esas situaciones me hacían sentir tranquilo y en paz con él.

-¿Hiro?- oí que una voz me llamaba, abrí lentamente mis ojos y miré en dirección de aquella voz.

-¿Miguel? ¿Qué pasa?- dije algo confundido.

-¿Ya viste?- me dijo mientras que una sonrisa iba formándose en sus labios, me hizo una seña hacía el suelo, entonces me di cuenta que mis pies ya no lo estaban tocando. ¡Estaba ya levitando!.

-Hiro tranquilo no pierdas la concentración- miré a Jack que estaba observándonos- ahora intenten subir y volarlas,  ya sus emociones están enlazadas con ellas.

-Pe…Pero y si ella…- me interrumpió Miguel.

-Hiro tranquilo, si sucede algo yo te ayudaré, ¿Confías en mí?.- dándome su mano para que sintiera su tranquilidad. Miré su mano y después a sus ojos, solté un leve suspiro y tomé su mano apretándola. Confiaba en él, sabía que él estaría allí si sucediera algo.

Volvimos a nuestras posiciones, aún seguíamos levitando, ahora era el momento. Vamos Navi no podemos defraudar a Miguel, debemos seguir nuestras metas desde ahora en adelante.

Entonces, subí de golpe asustándome un poco, ¡Navi no por favor!, pero esta vez era diferente. Se detuvo en una altura considerable, no se movía como loca, ni siquiera estaba moviéndose o volando fuera del lugar. El atardecer estaba escondiéndose entre las montañas, podía mirar desde arriba la escuela  ver el pueblo de lejos, ubicar el Bosque Tenebroso y entre otros lugares. Al fin estábamos haciendo las cosas bien.

-Me habías asustado, pensé que lo harías lento- dijo Miguel llegando  a la altura en la que estaba, vaya está aprendiendo más rápido.

-Parece que Navi y yo ya estamos en buen término.- acaricié el mango de mis escoba.

-Oye Chinito…

-¿Sí?

-¡Las traes!- medio un u golpe en mi hombro y voló a gran velocidad, intentando de huir.

-¡Hey no se vale! – me reí un poco y volé detrás de él, al fin podía manejar a Navi bajo mucho control, al fin me sentía sin preocupación de otro accidente. Volamos a través del lago, yo detrás de Miguel intentando darle sus Traes, nuestras risas se escuchaban por todo el lugar. Era muy divertido el ir siguiéndolo y ver toda su adrenalina a su máximo esplendor.  Pasando el lago, volamos en dirección a la escuela, pasábamos las torres como si fueran unos simples conos de tráfico.

Pasamos los patios principales, nos reíamos de algunos estudiantes nos vieran de sorpresa, en uno de los patios logré captar a Kubo con Leo sentados, les llamé y ellos me saludaron, pero mire que mi mejor amigo daba muchos brincos de felicidad por verme volar en Navi sin problema. En uno de los pasillos caminaba Hipo con Marco.

Hipo me miró y me hizo algunas señas  y hablaba con el primo de Miguel dándole unos pequeños jalones en su brazo.
Con qué así sentía volar en los vientos, ahora entiendo por qué mi hermano amaba este deporte. Aun no dejaba de mirar a Miguel que iba ya a un lado de mí.

Nuestras miradas chocaban y dejábamos de soltar unas cuantas risas entre nosotros. En un momento Miguel levantó sus manos y dio un típico grito de mariachi, con solo oírlo me hizo sentir su emoción, como si estuviéramos conectados.  Del poco tiempo que he tenido de conocerlo y que mis sentimientos están creciendo cada día más,  pienso que tal vez siempre hemos estado conectados de alguna forma, el estar volando ahora a su lado me hace sentir que teníamos que conocernos.

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Después de un par de horas de nuestro primer entrenamiento, caminábamos camino a nuestras habitaciones, aun no podíamos creer que hubiéramos al fin volado en nuestras escobas sin ninguna equivocación. Miguel hacía muchos gestos volviendo a revivir estos momentos. Me daba mucha gracia verlo así pareciera cómo un pequeño niño con su primer juguete y las aventuras que hiciste.

-Y luego hiciste algo así ¡ahhhh!...Pero woooow después no podía pararte chinito.

-Calla, tú fuiste el que me provocaste en seguirte, y además que fuiste y te llevaste el sombrero de tu abuelo.

-Oye, pero a mí no se me ocurrió la idea de intercambiar el sombrero de mi abuelo y ponérselo a tu hermano.- me miró con una sonrisa traviesa. Dios bendice esa sonrisa que me mata todos los días.

Seguimos caminando por los pasillos, cuando un grupo de chicas venían en nuestra dirección, al pasarnos ellas miraron directamente a Miguel, vi como sus mejillas estaban rosadas y soltaban algunas risitas, conocía esos comportamientos, siempre lo hacían las fans de mi hermano. Pero ahora lo estaban haciendo con él.

-Adiós Miguel- dijo una de ellas con un tono un poco coqueto.

- Así...¿Adiós?- respondió Miguel dándoles un pequeño saludo con su mano.

- ¡Es tan lindo!- Gritaron en unísono  y salieron corriendo  soltando algunas risitas. Con ganas de convertirlas en sapos.

-A caray… y estas ¿Quién son?

-Tal vez tu Grupo de novias ¿quizás?- seguí caminando y dejándolo atrás. Si bien Jack era muy popular con las chicas, también Miguel ya estaba llevando el segundo lugar de los chicos más guapos del colegio. Parece que tengo competencia.

-¿Novias? Jajajajajajajajajajaja- soltó una carcajada haciéndome detener y verlo algo extrañado.- ay no chinito, sonaste como una chica celosa ajajajajaja.

Mis mejillas se pusieron rojas al escuchar ese comentario, parece que fui muy obvio. Uy creo que ya lo está sospechando o ¿no?

-Ay no Hiro, que buenos chistes haces- soltó un suspiro de cansancio- bueno bueno, las chicas son muy bonitas, pero…naaaa .

-Espera… ¿no hay ninguna que te llamé la atención?- mire lleno con curiosidad al borde de explotar.

-¿ah? ¿Por qué tanta curiosidad?

-Eh no solamente quiero saber si mi amigo está enamorado jeje- reí algo nervioso, por Dios Hiro se sutil y no obvio.

Miguel cruzó sus brazos un momento pensando en lo que le pregunte. ¡Entonces si había alguien! ¿Quién era? Tengo como pensar en alejarla de él. Sus ojos dejaron de ver al vacío y me miró directamente y soltó una risa.

-Sí hay alguien.

-¿Ah? Digo…así jejeje que picarón- reí falsamente- ¿y me dirás quién?

-mmm no aún no, cuando sea el momento te lo diré chinito.- revolvió mi cabello haciéndome sonrojar- bien vamos a comer algo y después vamos con los demás a contarles.

Solamente asentí y caminamos, aun hablando ya de otro tema. Ahora estaba determinado en otro objetivo en cumplir:

SABER QUIÉN CONQUISTO EL CORAZÓN DE MIGUEL.

Continuará…

Helllooooo he vuelto jajajaja disculpen si me perdí un poco pero estuve algo ocupada, pero ya estamos con más de esta loca historia.
En esta vez si me inspire en lo más cursi de Hiro y como tendría que controlar esas emociones, me hizo acordarme de viejos tiempos jaja.
Y Agradecerles el apoyo de seguir con esta historia, me alegra mucho el que les guste muchísimo, en el siguiente cap les compartiré algunos dibujitos de las escenas de este fic xD.
Sin más nos vemos en la siguiente criaturitas :3 los quiero.

Beka-san

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