=De vuelta a la realidad=
-¡Maldito Marco de la Cruz!-gritó Kyle entrando de golpe al lugar.
-Uff bueno al menos ya sabe mi nombre-dijo Marco con una sonrisa ladina.
-Espera Kyle ¿Qué pasa?.- me acerqué a él para intentar al menos calmarle un poco. Pero aún así no dejaba de intentar a llegar con Marco quién lo miraba con una sonrisa en su rostro, en verdad quiere morir sin dudar.Todos de la familia abrieron camino viendo a un completo extraño furioso con el miembro más loco y descuidado, cómo si supieran la situación. Sin embargo Tadashi y Héctor intentaron detenerle.
-Ey Kyle, por favor calmate un poco, ¿Qué sucede?.-preguntaba mi hermano colocándose frente de su camino.
-¡Ese estúpido mocoso se llevó algo de mi propiedad! - dijo apuntandole furioso a la dirección de Marco quién éste estaba tan calmado.
-¿Qué chingados hiciste Marco?-preguntó Miguel quién lo veía algo serio y cruzando sus brazos.
-¡¿Dónde está Marco?!¡¿Devuelveme ese libro?!.
-¿Y porqué debo de regresartelo?- dijo y se acercó para posar su brazo en mis hombros- si tú bien sabes que le pertenece a Tana.
Héctor y Tadashi se quedaron sorprendidos al ver que el mismo Marco mencionó el nombre de Tana, Kyle se quedó en silencio y al fin pude ver una expresión de sorpresa en su rostro. Un silencio incómodo inundó el lugar, hasta que mamá Elena salió frente a nosotros.
-Emm, disculpen si tienen problemas, es mejor que vayan a la cocina allí estarán mejor mis niños.
-Tiene razón abuelita- respondió Miguel con una leve sonrisa para su abuela- vengan es por aquí.- todos caminamos hacía la cocina, sin embargo, la fiesta volvió a comenzar de vuelta. Entramos y Miguel cerró la puerta para tener mayor privacidad.
-¿Cómo es que saben de Tana?- nos miró a todos cómo si lo hubiéramos descubierto, Tadashi y Héctor sólo quedaron en silencio mirándose al uno al otro.
-Tú deberías saberlo chino mamón- dijo Marco viéndole directamente- recuerdas que siempre sabías sobre la existencia de ella, tú y el Consejo Mágico saben perfectamente lo que...Tú sabes quién está tras lo que le pertenece a ella.-de pronto la mirada de Kyle se posó en mí, yo tragué en frío cuándo su mirada seria. Dejó salir un cansado suspiro, comenzó a jugar con una de sus manos sus cienes.
-Kyle...sabemos tú trabajo enel Consejo, pero, ¿Qué tratas de hacer con mi hermano?- dijo seriamente Tadashi, ya sabíamos algo de que él estaba trabajando de doble bando, con el «director» y con el Consejo de Magia. Pero sus acciones parecen ser en contra de sus órdenes a cumplir, eso fue lo que había mencionado Marco cuándo me entregó el libro de hechicería.
-Esto no tiene nada que ver con lo que quieren esos estúpidos del Consejo.- de pronto llevó una de sus manos a su chaqueta y comenzó a buscar algo, tpero entonces entre su mano mostró un pequeño anillo de plata con una extraña piedra preciosa incrustada en él, era de un azul profundo cómo el anochecer. Mi corazón comenzó a latir cuándo vi aquél anillo, sentía cómo si ya lo hubiera visto en algún lugar. Sin embargo, Kyle se levantó y se dirigió ante mí.- Esto te pertenece mocoso- extendió su mano para que tomara el anillo- tú sabes a quién se lo diste.
Lo miré extrañado a lo que me estaba diciendo, con algo de nervios, tomé el anillo y lo miré detenidamente. En mi mente vagaban ciertos recuerdos a ese anillo, así que de pronto llegó cómo una especie de clic en mí. Miré a Miguel y le entendí el anillo- este es tuyo, Tana se lo había hecho a Albus.- Miguel lo tomó y lo colocó en su mano.
-Entonces...¿Porqué lo tenía usted profesor?-preguntó Miguel viendoló algo extrañado.
-Mi familia siempre estuvo protegiendo ese anillo, mis padres me habían otorgado esa tarea de prteger el libro y el anillo de los fundadores del colegio. Cuándo comencé a trabajar en el Consejo de Magia, se habían escuchado rumores del regreso del señor tenebroso y la posible recarnación de la misma fundadora de el colegio de magia. Tuve que filtrarme en las misiones que nos otorgaban, así que entré cómo nuevo profesor de artes oscuras, sin embargo, el director actual estuvo actuando extraño desde el festival de verano.-respondió Kyle dejandosé recargar en una de las sillas de madera del comedor.
-¿Cómo que el director está comportandosé extvaño?-preguntó Héctor acercandosé un poco al serio Kyle.
-Al parecer está ocultando en su refugio oculto que está en su oficina. Además que no se ha pvesentado a las reuniones del consejo, el último día de clases se había mencionado hacer un chequeo último a los archivos de los alumnos pero, estaba muy enfocado en la habitación del silencio. Quería que todos los archivos del lugar fueran eliminados.
-¡¿Qué?!- respondió Tadashi- ¿Porqué no se nos dio aviso de eso?.
-Eso fue lo extraño, no lo pidió y tampoco pidió opinión de los docentes del colegio. Así qué tuve que estar más cerca de todo lo que pasa alrededor de él, sin embargo, "alguien" se dedicó a estar a mi lado para robarme el libvo de hechizos.
-Cuyo libro no era tuyo, sabe. Además eso ibas a hacer no regresarselo.-dijo Marco ofreciendo una mirada algo seria.
-Si pero al menos me lo hubieras pedido esa noche y explicado que ya sabías hubiera sido muy diferente.
-¿Cuál boche?-miró Miguel con una sonrisa ladina, mientras que el rostro de Marco se volvió rojo.
-A ver a ver, chamaco. ¿Qué anduviste haciendo a nuestras espaldas?- dijo Héctor cruzando sus brazos.
-¡Nada! Solo charlamos...sólo eso.
- Oh, espera...¿esa es tu forma de charlas, maldito mocoso.?-le sonríe algo malicioso Kyle mirandole con una de sus cejas levantadas, Marco sólo lo miraba completamente sonrojado.
-Bueno si ya no hay más que decir, será mejor que regresemos con la familia y disfrutar nuestra última noche.- dijo Tadashi suspirando y volviendo a la puerta para salir.
-Tienes razón, chino de mi corazón- dijo Héctor también dirigiendose a la salida.-vamos ppr ese rico ppnche de la tía lety, está para chuparse los dedos.
-Yo también me voy- dijo Marco pero éste fue detenido por un sonriente Kyle.
-Tú no vas a ningún lado. Debemos «hablar» mocoso insolente. Hiro disculpa por este malentendido, después hablaré contigo más serio, pero ahora...este joven molesto, me va escuchar un momento.
-Eh...si está bien ammm...vámonos Miguel- empuje a Miguel para salir de la cocina y dejar a ambos allí.
-Oye espera...pero aún no...-cerré la puerta y sólo comenzamos a escuchar unos cuántos ruidos provenientes de allí. Por lo que veo no se podra entrar durante unas horas.
La fiesta había terminado después de la media noche, muchos de la familia ya se habían retirado para irse a dormir, sin embargo, Miguel y yo aún disfrazados nos dirigimos a caminar por el pueblo. Nuestras risas hacían ecos por las calles, mientras caminabamos podíamos ver pequeñas luces de veladoras en algunas de las casas que pasabamos, parecía que hacían un especie de camino para todas las ánimas que vienen de visita. Los grillos ya hacían ambientación, las estrellas se podían ver tan claro, parecía un gran océano de diamantes arriba de nuestras cabezas. La mano de Miguel permanecía entrelazada a la mía por todo el camino, estando ambos así vestidos, parecía que la misma Catrina caminaba por el lugar con su fiel charro negro. En verdad Marco se lució demasiado en el maquillaje.
-Sabes Hiro, es bueno que esté día de Muertos lo haya pasado contigo.
-También me lo pasé muy bien, es la primera vez que me suceden éste tipo de cosas. Pero me alegró que todo sea a tu lado.
-Cuándo dijiste sobre el diario de Tana y los cristales, nunca me imaginé que yo y Marco éramos portadores de alguno, en especial que yo haya sido Albus anteriormente. Ya veo porqué a veces tenía esos locos sueños.
-Está bien, también aún no me puedo creer que yo haya sido la fundadora, la maga más poderosa del mundo mágico.¿Crees que logremos conseguir los demás cristales?.
-Bueno, si a ti te pude conseguir, quién me dice que no lo hagamos con los cristales- le di un pequeño codazo en sus costillas sacándole un auch de respuesta. Sin darnos cuenta ya habíamos llegado a la plaza del mariachi, mis ojos se abrieron a ver tal hermosa y mítica sorpresa. El lugar estaba adornado con varias flores de cempásuchitl, algunos pétalos regados para formar un pequeño sendero al kiosco principal. Veladoras alumbraban también ambientando un poco de misterio y nostalgia, sin duda alguna era un gran altar de muertos.
-Es hermoso...
-¿Verdad que sí?, siempre soñaba poder ver a estás horas éste lugar, no podía porqué mi abuela nos vigilaba con todo y chancla en mano. Pero hoy fue una gran excepción. Ven sube conmigo.-me tomó de la mano y me llevó al kiosco, dónde algunos papeles picados muy coloridos adornaban el interior.
Pero entonces, un silencio nos inundó a ambos, Miguel me hizo mirarle directamente, sus ojos brillaban gracias a luz que hacían aquellas veladoras dándome un poco de paz y calidez. Llevó una de sus manos a mi rostro para acariciar una de mis mejillas, poco a poco se fue acercándose para poder acortar nuestras respiraciones. Un beso se posó en nuestros labios, fundiendose con lentitud, mostrando cierta ternura y cariño, lleve mis manos para rodear su cuello y darle más accesibilidad para tenerle cerca. El sombrero que llevaba ayudaba bastante para cubrirnos, pero aún así la noche apoyaba en mostrar a la Catrina dando amor a su amante sin dar rastro de quién eran.
-Te amo Hiro, aún que sea nuestra última noche aquí en mi tierra...verte así...desearía que este momento jamás se acabara.
-Tampoco quiero que se acabé...me la pasé de maravilla.
-Hiro...quiero hacer algo...-de pronto tomó mi mano y se puso incado ante mí, mis mejillas se sonrrojaron al ver lo que Miguel estaba haciendo- Hiro Hamada...cuándo esto terminé, viviremos juntos y al terminar nuestros cursos mágicos, ¿Te casaras conmigo?.
-Miguel...¿Es...en serio?
-Es en serio, yo he decidido estar siempre a tu lado. No importe si debemos pasar otros años más pero...mi amor por ti es eterno.
Mi corazón latía cómo loco, ver aquella seriedad en aquél rostro pintado de calavera, sabía que era una promesa que venía desde su corazón. Muchas ideas venían a mi cabeza, algunas eran malas y buenas, pero esta vez quería irme por lo que mis sentimientos decían por primera vez.- Yo...si. Prometo casarme contigo Miguel.
Una gran sonrisa apareció en su rostro, se levantó y lanzó un guerte grito de mariachi, miré alrededor esperando que ninguno del pueblo se asustara y viera a dos chicos calavericos en medio de la oscuridad. De pronto un gran abrazo me tomó sorpresa, levantándome y haciéndome girar el cuál al final fue sellado por otro beso pero éste más profundo.-Verás...que todos los días trataré de hacerte feliz, mi Chinito.
-Siempre lo has hecho Miguel, desde el primer día que te conocí...- de vuelta volví a besarle, dejando que aquél altar gigante nos envolviera en su mítico aroma y luz.
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-Espero qué se lo hayan pasado de lo mejor en éstos días- dijo la mamá de Miguel dándonos una leve sonrisa, pues ya estabamos listos para partir de vuelta a nuestras actividades.
-Claro que fue de gran gusto estar de visita-respondió Tadashi quién se estaba despidiendo de mamá Elena.
-Por favor váyanse con mucho cuidado, y que mi Diosito me los proteja.- dijo mamá Elena abrazandome fuertemente.
-Eso haremos mamá Elena.
-Oiga mijo- dijo Enrique acercándose a mí- cuideme a mi chamaco a veces es medio testarudo pero es un buen chico y se nota que lo quiere remucho.
-Eso haré señor, no se preocupe, le daré unos cuántos botazos si sale de la raya- miré con una sonrisa a un Miguel que hizo una extraña expresión.
-Ey, chamaco ya mero llegas, correle que ya te estamos esperando- dijo Héctor quién gritaba a un adolorido Marco que muy a duras penas caminaba bien.
-Ya voy...hago lo que puedo, si no fuera por este puto chino.-cojeaba un poco, acercándose a dónde estabamos.
-Ya te lo dije merecias una gran «charla» por llevarte el libro, sin mi permiso. Para la otra tenlo por muy seguro que necesitaras una silla de ruedas- Marco le empujó haciendo que por primera vez riera Kyle. El silbato del tren sonó, así que debíamos partir ya, despedimos de vuelta a la familia. Ya estando adentro, desde la ventana nos despedimos, viendo cómo aquél magico pueblo de Santa Cecilia se quedaba a lo lejos, en verdad voy a extrañarles.
-Bueno Hiro, tengo algo de sueño...¿Te molesta si me duermo un ratito en tus piernas?- dijo Miguel quién se acercaba a mí.
-Claro no es molestia- sin negarse se acostó y sentí cómo poco a poco relajaba su cuerpo, miré a la ventana para ver aquél paisaje, solté un leve suspiro. En verdad extrañaba ver a los demás, contarles todo lo que a pasado y además ir diciendo acerca de los cristales. Sin embargo, lo que no sabía que al llegar allá, y va cambiar toda mi perspectiva....
CONTINUARÁ.....
Holiiiis espero que les haya gustado éste caps uwu, disculpen si no he subido últimamente pero me ocupe esta semana con algunos asuntillos por allí.
Pero aún así ya estamos aquí uwu////
Sin más nos vemos en el sig cap. Los amo ❤❤❤❤❤❤❤
Beka-san~
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