Siempre me has gustado.

Siempre te he querido

y con locura.

A pesar de la distancia,

a pesar de mi pareja

y de la tuya.

Eres una mujer extraordinaria.

Eres jodidamente inteligente,

te comes el mundo con las palabras

y con tres argumentos

destrozas al más fuerte.

Pero a nadie le he contado tu secreto,

y es que en realidad

eras más fuerte que ellos.

Eres fuerza, eres pasión y eres tenaz.

Y eres preciosa.

Y te gusta leer,

y eso te hace

aún más bella.

Te he imaginado

infinitas veces

leyendo sobre mi cama,

frente a la ventana

y con poca ropa.

He imaginado

tímidos rayos de sol

buscando tu calor.

Y pájaros

que acuden volando

a tu canto.

He imaginado

tus caricias sobre mi piel

y mis dedos

entre tus piernas.

He soñado

más veces de las que

cualquier mortal pueda vivir

cómo dejabas el libro a un lado

para besarme

y fundirnos en una.

Sobre mi cama,

entre las sábanas.

Sin camiseta,

pero sin frío.

Porque el sol es pervertido

y viene a vernos mientras

me corro.