Prólogo
En una colina cercana al Clan de Las Alturas un gato rojizo acechaba a un pequeño ratón. Dobló las patas traseras, y un segundo despúes, el animalillo colgaba de su boca, muerto. Con un paso lento, descendió la colina, y llegó a una zona rocosa. Había una cueva, donde descansaba una figura gris. El gato dejó el ratón delante de la figura, y ésta lo empezó a engullir.
-Gracias, Raíz de Abedul.
La figura gris salió de la cueva. Era de noche, y la luna brillaba con las estrellas en lo alto. Le iluminó el pelaje, y se pudo distinguir a una gata de ojos jade. Se estiró, y volvió a la cueva para engullir el ratón. El gato rojizo se echó al lado de ella, y lamió la espalda de la gata mientras comía. Cuando terminó el ratón, hizo lo mismo con él. Compartieron lenguas un rato. Al finalizar, clavó los ojos en los de su compañera.
-Me alegro de que hayamos podido escapar del incendio- dijo -¿Verdad, Canción Nocturna?
La gata gris miró a los ojos esmeralda de éste. Su mirada reflejaba tristeza, y los cerró.
-Pero no mi hermana...- Sollozó-
Rompió a llorar. El campamento del Clan de Las Alturas había sido incendiado por los dos patas, y pocos gatos pudieron escapar del fuego. Raíz de Abedul se pegó a ella como una lapa y también cerró los ojos.
-Lo siento, mi amor,- La tristeza estaba también en sus palabras.- Pero no pudimos salvarla.
De pronto, la gata empezó a respirar entrecortadamente, y un líquido transparente estaba ahora en el suelo.
-Al menos...-se veía cortada por sus mismos jadeos- nuestros cachorros... estarán bien...
Una sonrisa se dibujó en su rostro, haciendo que el corpulento gato que estaba a su lado cediera y sonriera también. Raíz de Abedul se levantó y sentó enfrente de ella, la felicidad se veía en su rostro.
-¡Rápido,-gritó la gata-van a salir!
Un pequeño bulto marrón salió. Raíz de Abedul se acercó y lo atrapó. Empezó a lameelo hasta que quedó limpió y lo depositó enfrente de su madre, orgulloso.
-Es macho-dijo orgulloso.
-Va a salir otro,-dijo ella- pon al pequeño aquí y ocúpate de coger al otro.-pausó-A ver si esta vez es hembra.
Lo último lo dijo con tono burlón.
El cachorro que salió era de un color rojizo claro, badtante peculiar era su pelaje.(Ahora mismo no me apetece describirla entera Xd) Raíz de Abedul cogió al bultito de pelo y lo examinó.
-Es hembra...-dijo en tono un tanto burlón.-
-Oh, ¡que bien!
La gata se levantó, cogió a la cachorrita y la depositó junto a su hermano. Acto seguido, se echó y los apretó contra su barriga, haciendo que mamaran.
-Realmente son preciosos...- Dijo el padre algo soñador.-Me alegro de que sean mis cachorros.
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