Segundo Acto

décadas en soledad

¿siempre se había sentido así el estar sola?

Selesty había decidido comenzar un nuevo viaje, pero abandonar a su amiga no estaba en sus planes, decidida a disculparse por haberla dejado sola durante unos años, volvió a su tan amada guarida -Aquel lugar en el que había compartido hermosos recuerdos y soñado con grandes esperanzas- pero algo era diferente, al regresar no todo era igual, la tumba de su gatuna amiga no estaba, y en su lugar se observaba un frondoso y fuerte árbol

Decidió acercarse a este para ser bienvenida con una fresca brisa de parte del manzano.

Desde aquel día pasaba todas sus tardes bajo la sombra de su manzano, que no sólo le daba pequeñas brisas para refrescar sus tardes calurosas, sino que le otorgaba las más deliciosas y jugosas manzanas que jamás había probado - claro que ella al ser una diosa no necesitaba de alimentos humanos, pero probar aquella fruta le era un honor- Selesty amaba pasar sus veranos y primaveras junto a SU manzano, amaba recostarse bajo su sombra y escuchar aquellos pequeños susurros que le cantaba junto al viento. Odiaba tener que abandonar a su preciado árbol los inviernos y otoños, pero ella debía seguir su camino junto al verano.

Una tarde veraniega, el viento logró llamar su atención, una tormenta se avecinaba. A pesar de ser una diosa no podía controlar el clima, o más bien NO DEBÍA interferir con todo aquello que afectase al mundo humano, ya sea para bien o para mal... con tristeza abandonó su fiel compañero, no sin antes depositar un corto beso en su áspera corteza.

~nos veremos pronto~

...Susurro antes de partir...

La mañana llegó con un cálido sol como acompañante, Selesty caminaba lentamente a su guarida. Pero a lo lejos noto un notable cambio en su amigo, corrió desesperada al notar que una de las más grandes de sus ramas había desaparecido en consecuencia de la tormenta. Acarició su tronco con gentileza y se marchó en busca de algún fertilizante. Tardó una semana para volver de nuevo a su hogar, pero el nudo* del árbol era lo único que la esperaba. Algunos días antes, los aldeanos habían decidido cortar aquel manzano para abastecerse con su madera para el invierno. La diosa entendía sus razones, pero ellos se habían llevado a su amigo... aquel que a pesar de ser una simple planta, era fácilmente reconocido como su amiga... Jamás olvidaría aquella alma tan divertida que, sin saberlo, había prometido seguir por la eternidad.

//Nudo: base del tronco de un árbol //

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