Epílogo
Habían pasado dos años desde que nacieron sus segundos hijos.
Las marcas de cada alpha adornadan el cuello del omega y de nuevo su abultado vientre era lo mas llamativo en el dulce jefe Vongola.
Otro embarazo multiple... su primera niña y su cuarto niño... aunque había algunas dudas, pero probablemente ciertas sospechas... sus bebés eran de ambos alphas... uno de diferente padre.
Su último celo lo pasaron los tres juntos, así que cabía la posibilidad. Además de que este era el último embarazo por sentencia del omega. Cinco niños era suficiente para él, sus siguientes celos definitivamente iban a cuidarse, porque ya tenían amenaza de castrarlos.
Aun así amaba estar embarazado, amaba sentir a sus cachorros, sentirse cuidado y protegido. Estar envuelto de su familia... era algo que amaba.
Ahora su bebé mas grande tenía 3 años, Sora. Sus gemelos Hikaru y Haruki, de 2 años. Eran encantadores. Sora tenia toda la personalidad de Tsuna, pero la apariencia de Mukuro y los gemelos eran totalmente su padre a excepción de su cabello alborotado.
-Mamá!- gritó Sora, llegando a sentarse junto a Tsuna en el gran patio de la mansión.
-Que sucede bebé?- le abrazó y beso su cabello.
-Mira, papá me enseño ha hacer magia- levanto sus manitas y formo un girasol.
-Es increíble cachorro- le felicitó enseguida.
-No es magia, cuantas veces debo decírtelo Sora?- escuchó la voz de Mukuro, pero antes de poderlo ver, todo el patio se convirtió en un campo de girasoles.
Tsuna estaba sorprendido, hace mucho no era la víctima de las ilusiones de Mukuro y claro que las que recuerda, no eran muy agradables. Esto era... hermoso.
-Es magia papá- hizo un pequeño puchero.
-Déjalo creer que es magia, en unos años sabrá la verdad- le dijo el castaño, después de que Mukuro estaba sentado con el abrazándolo.
-Tiene talento, pero cree que es un juego
-Es un niño, claro que no lo va a tomar en serio.
-Supongo... que tenemos infancias diferentes- oculto su rostro en el cuello del omega- solo quiero que este preparado, que pueda defenderse.
-Nos tiene a nosotros cariño, nadie va a lastimas a nuestros hijos.
-Solo, es algo tonto, olvídalo- iba a apartarse, pero Tsuna lo sostuvo, robandole un beso.
-Olvídalo, te entiendo- beso su mandíbula y fue bajando hasta su cuello donde resaltaba su marca- se que estas preocupado, pero el es fuerte y justo ahora nos tiene, estaremos bien.
-Bien...- soltó un suspiro al sentir el hormigueo de tener a su omega revoloteando a su alrededor.
-Y los otros enanos?
-Con el amargado- refunfuño y apretó un poco el abrazo.
-Te abandonaron cuando llego?- se burló un poco
-Probablemente-no quería aceptarlo.
-Esta bien cariño, talvez de los siguientes seas su favorito-sonrió.
-Soy el favorito de Sora y tuyo también.
-Estas muy seguro de eso.
-Claro que si- le beso y bajo sus manos a su vientre- fui el primero
-Yo no tengo favoritos.
-Eso dices, pero estoy seguro.
-Como digas- rio y se acurrucó más en el pecho del alpha.
-Mamá- regresó Sora de su pequeña aventura en la ilusión de su padre y se recostó sobre su vientre.
-Que sucede bebé?
-Hueles bien- ronroneo.
Mukuro sonrió y secundo sus palabras, al mismo tiempo acurrucaba a los dos con su cuerpo y dejaba salir un poco de su aroma, provocando que Tsuna también ronroneara.
-Ustedes no se pongan tan cariñosos- la voz profunda de Kyoya hizo soltar un vergonzoso gemido al omega, ocultándose aun más.
Hibari llego con los gemelos y los dejo en el suelo, Sora se apresuro a soltarse de sus padre y corrió con sus hermanos a jugar.
El pelinegro se sentó frente a Mukuro y abrio sus brazos, indirecta que Tsuna entendió rápidamente y fue a sus brazos, para tambien envolverse en su aroma.
-Esta todo bien?- pregunto Mukuro.
-Si, termine el trabajo antes y regrese lo antes posible.
-Me alegro...- ronroneo
Los cachorros se quejaron y dos de ellos fueron hacía los brazos de Mukuro y Hikaru el menor fue a donde estaba el omega.
-Ma...- le llamo y se aferro a su brazo.
-Que pasa cariño?- se aparto del alpha y toda su atención quedo en su hijo.
-Abrazo- Tsuna lo cargo y el cachorro hundió su nariz en el cuello del omega, buscando su aroma
-Listo!- Los otros dos niños se quejaron y corrieron a su padre omega, para también ser consentidos.
-Tranquilos niños, recuerden que mamá esta algo cansado -los detuvo Hibari.
-Esta protegiendo a sus hermanos, recuerdan?- Mukuro se veía preocupado.
-Estoy bien, no pasara nada -les reconforto el castaño.
-Pero...
-Estoy bien y estos dos se quedaran un poco más conmigo
Los alphas estaban siendo sobreprotectores, este embarazo los tenia algo nerviosos, no era riesgoso, pero estaba propenso a tener complicaciones, Tsunayoshi disfrutaba la atención, no podía quejarse, pero a veces sobrepasaban el límite.
-No puedo creer que terminaramos de esta forma...- refunfuro Hibari.
-De que hablas?- sonrió el omega, sabiéndo específicamente de que hablaba.
-Ya sabes, con hijos y emparejados...- le secundo Mukuro.
-Bueno, no me quejo. Los amo y me han dado unos increíbles hijos...
-No nos quejamos- protestaron los alphas, pero el castaño rio.
-Eso esta bien entonces...
-Eres el perfecto omega Tsuna, tu eres el que hizo esto posible...
Te amamos...
Unos meses después nació una linda castaña de ojos azules y otro castaño de ojos grises. Definitivamente la niña era de Mukuro y el niño de Hibari.
La familia se había agrandado, estos últimos niños no fueron los únicos, otras parejas de la familia empezaron a formar su familia y algunos niños nacieron a la par.
Algo como la fiebre de los niños empezó a razón del joven Vongola.
Mukuro y Hibari, aun tenían una relación complicada, pero cuando se trataba de su familia, era todo lo contrario... y hoy que era el cumpleaños de Tsuna, después de meses de prepararlo, le propondrán matrimonio a su omega...
Suerte al futuro de esta familia...
Fin
Me costo terminar esta historia jajaja los últimos capítulos fueron difíciles, pero por fin una conclusión bonita y que puedo aceptar.
Gracias por estar hasta aquí.
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