Capitulo 7

-No sabia habia empezado a ser contruida una guarida aquí...- hablabo Gokudera.

-Parece que Tsuna no perdió el tiempo- dijo Reborn algo orgulloso, pero al mismo tiempo enfadado.

Tsuna era muy sincero y nunca le ocultaba cosas, pero después de todo ese tiempo separados, parecía que no se conocían y que ni siquiera le tenía confianza... lo entendía, pero no quería aceptarlo.

Cuando llegaron a donde fueron citados, escucharon voces, algunos todavía estaban embobados viendo el lugar y pensando que era increíble, una guarida subterranea... talvez con algunas mejoras, pero otros estaban atentos a la platica.

-No... esta junta solo es para hablar sobre Vongola- escucharon la voz de Tsuna.

-Tienes que decirles, ayer se enteraron sobre el problema... crees que se van a quedar callados?- susurraba Mukuro dentro de la sala de juntas.

-No importa, aun no estoy listo!- le reclamo el castaño.

-Los conoces mejor que yo, me van a joder a mi si no hablas tu...

-Los has soportado muy bien todo este tiempo.- se rio de manera infantil, algo que sorprendió al alpha.

-Eso fue... porque sabia que si quería encontrarte, regresarías aquí.

Ambos escucharon un crujido y poco después sus guardianes habían caído en la entrada, siendo descubiertos espiandoles.

Tsuna les veía aterrorizado, ¿Qué tanto habían escuchado?

Mukuro se puso delante de él, tratando de ser su protector, quería defenderlo para que no se sintiera atacado de primera instancia.

-Tsuna?- el primero en avanzar fue Gokudera.

El guardian de la neblina, le gruño en tono de advertencia, su lado protector se había disparado al sentir a Tsuna tan alterado y no dejaría pasar a nadie hasta que el castaño se lo pidiera.

Su extraño comportamiento altero a todos. Mukuro aunque no fuera de su agrado, habian llegado a entenderse y poder trabajar juntos, pero ahora es como si empezarán desde cero.

-Quitate! - le advirtió Reborn.

-Obligame- le reto.

Ambos estaban listos para atacar, pero Tsuna detuvo a Mukuro, para todos era una sorpresa, ya que la ultima vez que les vieron juntos no se soportaban... y ahora parecía que eran los más cercanos del lugar.

-Podrían... sentarse- pidió el jefe Vongola algo nervioso- creo que todos tenemos que hablar.

Todos estaban algo anonadados, pero hicieron lo que se les pidió, nadie se imaginaba que Tsuna cambiaría tanto en ese tiempo, no físicamente... pero estar junto a él, se sentía extraño, como si no pertenecieran ahí.

-Nosotros también tenemos mucho que preguntar- el primero en hablar fue Reborn.

-Supongo que si...- contesto calmado mientras se sentaba.

-Porqué... porque nos abandonaste?- pregunto Gokudera con miedo.

-Yo...- Tsuna dudo, pero ya les habían revelado lo de Hibari, así que no tenía caso mentir- no quería estar en el mismo lugar que Hibari...- su voz parecía estar a punto de llorar, pero no lo hizo.

A todos les sorprendió la sincera respuesta y al mismo tiempo les dejo sin palabras, la culpa regreso a ellos con el recuerdo de que ahora el alpha estaba emparejado por culpa de ellos.

-Porque no nos llevaste?- pregunto Lambo.

Él era el único que no estaba tan consciente de lo que sucedía, aun estaba más dolido de ser abandonado que entendiendo el verdadero problema.

-Yo... necesitaba pensar las cosas...

Mukuro era el único que sentía el peso de esas palabras. Nunca dejo que nadie fuera a Italia ya que el estaba resolviendo todos los problemas turbios de la familia, pidió apoyo de todas las familias para mantenerlos a todos en Japón y lo logro, él solo logro mantener todo a flote, pero terminando derrumbado por dentro.

El silencio volvió a reinar y se sintió incomodó. Aunque todos tenían preguntas nadie se sentía con la capacidad de dar el primer paso.

-Me quedare un tiempo... pero si tienen preguntas de mi situación sentimental, por favor, olvidenlo... no quiero que me hagan preguntas sobre ese tema, si pueden aceptar eso, quisiera que siguiéramos siendo amigos...- las palabras de Tsuna sorprendieron a todos.

Sabían que estaban sacrificando mucha información, pero tendrían de nuevo a su mejor amigo... y por ahora no importaba las consecuencias, todos aceptaron emocionados.

Aunque el castaño lo propuso, internamente no se sentía a gusto todavía con ellos, aun tenía ese pequeño dolor de la traición, pero no quería quedarse estancado... no ahora que necesitaba una distracción mayor para poder estar ahí.

-Estas seguro?- le susurro Mukuro.

-Quiero intentarlo- el omega le forzó una sonrisa.

Mukuro le dio un pequeño roce con la nariz en la mejilla y trato de reconfortarlo con ese gesto; a Tsuna no le molesto, pero a los ahí presentes se sintieron fuera de lugar.

Un golpe duro asusto a todos ahí dentro y al momento de voltear la mirada vieron a Hibari en el umbral de la entrada.

Todos se pusieron tensos, el aroma de Hibari era agobiante y estaba doblegando a los omegas presentes. El que más lo resintió fue Tsuna, pero en ningún momento se movió.

-Que mierda estas haciendo?- pregunto Mukuro entre dientes.

El aroma del alpha empezaba contrarrestar el de Hibari, pero aun así era difícil hacerle retroceder... era un alpha dominante, un alpha puro, iba a ser difícil hacerlo retroceder.

-Te invite aquí no para que nos vinieras a amenazar- le reto Tsuna.

-Vine porque dijiste que tenias algo que decir sobre una pelea... no vine a ver estupideces melosas de niños- enfureció el Alpha.

-No mal entiendas esto- la mirada del omega se volvió fría, no había emoción alguna sobre él y eso detuvo de golpe al Alpha.- tenía que poner mis reglas antes de poder hablar del verdadero problema.

-Yo solo veo un omega necesitado de afecto.

Al castaño le dolía, cada vez que ellos hablaban siempre terminaba lastimado... pero no podía dejarse caer, él alpha ya le había abandonado, ya no había oportunidad para el.

-Y yo a un alpha con un ego gigante...

Las miradas de ambos chocaron y se sentía la tensión entre ambos. Parecía que ninguno iba a retroceder y de verdad necesitaban detenerles.

-Aah...- suspiro Tsuna- no vengo aquí a seguir en este juego...

Nadie se esperaba que realmente el omega fuera a retroceder, aunque a Hibari eso le había molestado más.

-No trataras de darme una golpiza o hacerme caer en un juego para convencerme de ayudarte?- Hibari trataba de retarlo.

-No... si quieres ayudar esta bien y si no también, solo estamos aquí por trabajo- esa frase les dolió a ambos, pero ninguno lo demostraría.

-Bien... entonces hablemos del trabajo y me largo.

Tsuna no le volvió a dirigir la mirada, no había un porque... ya no había nada...

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