Capitulo 38

-Embarazado...

-Tsuna has sido bendecido con fertilidad y esos alphas tuyos definitivamente, a donde apuntan anotan...

-Por favor Shamal... no me averguences mas de lo que ya lo estoy.

-Porque? Es una gran noticia.

-O sea... me alegro por mi bebé, pero... no de la forma que lo dices.

-Lo siento, lo siento Vongola, es que... bueno ya tienes tu segundo embarazo, como diría mi madre, terminaras rápido no crees?

-Aaah... por favor- le gruño- me voy.

-Espera!! Aun te tengo que decir los cuidados.

-Ya me los sé!- le contesto ya yéndose de ahí.

Apenas salió del cuarto, ambos alphas lo estaban esperando.

-Estas bien?- el primero en preguntar fue Mukuro.

-Necesitas algo? Quieres descansar?- le siguió Hibari.

-Estoy bien... no es nada grave.-trato de tranquilizarlos

-Felicidades chicos!- grito Shamal desde dentro.

-Felicidades?- preguntaron al unísono.

Tsuna gruño. Quería pensar un tiempo y luego dar la noticia a sus alphas, pero bueno Shamal parecía decidido a molestarlo el día de hoy.

-Podemos... ir a otro lado?- pregunto algo cohibido, no quería dar la noticia aquí, por lo menos en un lugar más bonito.

-Vamos al patio trasero- sugirió Hibari.

Tsuna acepto y fue tomado de la mano de Mukuro, su relación con ambos era a la par, pero algo en el castaño estaba más arraigado al de cabellos índigo. El hecho de que para él fue su primero, lo hacía indispensable y luego haberlo perdido, le dejo ese amargo sentimiento y estos últimos meses rogaba por al menos 15 minutos pegado al alpha.

-Entonces? Que sucede?- pregunto Mukuro cuando ya llegaron al lugar.

-Yo... no estoy enfermo.

Ambos suspiraron de alivió, el omega era indispensable para ambos y entraron en pánico a penas vieron algo raro en él.

-Entonces?- susurro Hibari...

Se puso algo nervioso y la mano que estaba aferrada a Mukuro la apretó un poco, después dejo caer un poco su cabeza en el pecho de Hibari y lo soltó.

-Estoy embarazado...

Aguanto la respiración esperando un respuesta, que no llego. Sólo sintió ser aplastado entre ambos y abrió los ojos desconcertado, tratando de entender que pasaba.

-Eso es increíble!- se emociono Mukuro.

-Joder- Hibari lo tomo del rostro y le planto un beso.

El omega se sintió mareado al estar rodeado de feromonas alegres de ambos alphas. Se sentía contento de la buena reacción de sus alphas, pero lo estaban haciendo caer en sus instintos.

-Chicos... me estoy... basta, harán que no quiera despegarme de ustedes todo el día.

-No nos afecta.

-Tengo trabajo- dejo salir un pequeño gemido angustiado.

-Los chicos nos ayudan, no te preocupes...

-Y el cachorro.

-Vendrá al nido con nosotros.

-Ustedes son chantajistas- aun así se dejo hacer.

Mukuro le robo un beso antes de salir corriendo por su bebé, Hibari le cargo y camino lentamente con él.

-Como estas con esta noticia?- se atrevió a preguntar de nuevo.

-Yo debería preguntar eso- se rió de su inocente pregunta- yo... estoy demasiado contento.

-En serio?

-Embarace a mi omega, mi ego creció un poco... ahora cada alpha tiene a su cachorro, que mas puedo pedir...? nuestra pequeña manada es increíble.

-Nuestra manada es mas grande.

-Sabes que para nosotros solo tu eres nuestra manada... nuestro vínculo.

-Ustedes son él mío, pero... ellos son importantes para mi.

-Lo sé Tsuna, no quiero que cambies eso... pero no puedes cambiarnos. Eres... eres el único por lo que seguimos aquí y ahora los cachorros, son familia.

-Lo entiendo... alpha- se abrazo a el pelinegro y ronroneo.

Entendía a lo que se refería, su manada era grande, pero su familia era diferente, tenía un vínculo aun más fuerte con sus alphas. Siempre lo ha sentido con Hibari, es algo natural en ellos, pero con Mukuro era diferente... especial. El vínculo se formo a base de todo lo que han pasado juntos, ahora sentía a ambos como sus alphas, aun faltaba terminar la marca, pero los cachorros ya eran ese lazo, por el momento.

Llegaron a el cuarto donde esta su nido y los ventanales estaban abiertos, dejando entrar el sol del atardecer y dejando entrar un fresco viento, poniendo un bonito ambiente.

Tsuna se bajo y entro a su nido, acomodo sus cobijas y cojines para que todos pudieran entrar y sentirse seguros. Cuando terminó, llego justo a tiempo Mukuro y su bebé. Alzó sus brazos para que le dieran a "Sora", nombre que por fin su padre pudo darle.

Al obtener a su cachorro se recostó y acomodó al bebé que muy contento se adormilo junto a su madre. Después dio permiso a sus alphas para entrar.

-Estas cómodo?- pregunto Kyoya al abrazarlo por la espalda y poner sutilmente su mano sobre su vientre.

-Si... mucho mejor.

-Hay que cambiar algunas cosas ahora que esperamos un nuevo bebé- susurro Mukuro al robarle un nuevo beso.

-Faltan meses para que nazca.

-Bueno, pero este bebé lo esperamos con anticipación y ya no somos primerizos...

-Lo haremos bien, ahora estamos juntos, tengo a mis alphas... podemos con esto.

Ambos alphas se sentían alagados, la confianza de su pareja los hizo ronronear y volver a dejar salir sus feromonas... estaban tan contentos...

Por fin lo estaban haciendo bien.

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