Capitulo 36
-Es la primera vez que lo intentaremos.
-Tengamos cuidado vale... iré yo primero y luego entras tu con el cachorro, cualquier cosa yo lo detengo y tu sales- ordeno Hibari.
-Bien... siento que esto sea mi culpa, te odio... pero no quería lastimar a Tsuna, ni a mi hijo.
-Lo se... pero no nos queda de otra, amo a Tsuna y si tengo que soportarte esta bien.
-Será un mutuo acuerdo entonces.
-Me parece bien...
-Bien- con ello ambos se pusieron en marcha.
Tsuna había regresado a su nido, estaba estable, pero aun no totalmente de regreso en todos sus sentidos. Ellos intentarían por primera vez llevar al cachorro e invadir su territorio, de ahí verían que tanto tenían que trabajar con él de ahí en adelante...
El primero en entrar fue Hibari, el castaño lo recibió con un gruñido y eso detuvo al alpha, pero aun así forzó su entrada, más lentamente, pero lo hizo. Llego a la cama y vio el destello dorado en los ojos de Tsuna, aunque se veía amenazante no lo ataco, solo lo seguía y de vez en cuando le gruñia.
-Soy yo Tsunayoshi... no quiero hacerte daño- levanto las manos para demostrarlo, pero puso su rodilla sobre la cama.
El castaño retrocedió, pero no lo ataco, así que se acerco un poco más. Aun con las manos en alto, subió su otra pierna y poco a poco entro en el nido.
-No...-le advirtió el omega.
-Entonces ven tu... me reconoces, sabes que estoy aquí para ti.
-No es cierto, tu me volverás a dañar.
-No Tsuna, estuve contigo todo el embarazo... recuerdas?
Eso hizo bajar un poco las defensas al castaño, olfateo el nuevo aroma y causo un buen impacto, se acero lentamente mientras Hibari permanecía en su lugar.
-Kyoya?
-Así es cariño... ven aquí-extendió sus brazos y Tsuna no tardo en correr hacia él.
Abrazo su cuello y subió sus piernas en su regazo, haciéndolo parecer mas pequeño. El pelinegro lo arrulló en su abrazo y se dejo caer en el nido junto con él.
-Alpha~
-Si... aquí estoy.
La puerta se volvió a abrir y entró Mukuro con el cachorro. Tsuna todavía estaba distraído y no los noto, pero cuando sintió el colchón hundirse de nuevo, se puso a la defensiva.
-Tranquilo- susurro Mukuro poniendo al bebé a la vista.
-Esta bien Tsuna, es nuestro hijo...- trato de relajarlo Hibari.
-No quiero que vengan- gruño y se encogió aun más en los brazos del pelinegro.
-Tienes que cuidar al cachorro... él te necesita- insistió Mukuro.
-Apesta a ti- gruño.
-Si... quiero... que lo cuidemos, esta vez seremos los tres, como querías...
-Tu me rechazaste.
-Me equivoque... y lo siento. No quería que rechazaras a nuestro hijo, solo... no me sentía listo.
-Pero tu no...
-Tsuna- Hibari trato de tranquilizarlo- él intenta arreglarlo, escuchalo.
-Lo siento Tsuna... de verdad.
-Yo no...- aun se negaba.
-De verdad te amo, los amo a ambos...- susurro abrazando al bebé- así que por favor, intentemoslo de nuevo... aceptare a Hibari, si es lo que quieres.
-No quiero obligarlos, eso no es lo que quería-se volvió a alterar y trato de huir, pero el pelinegro lo arrullo con su aroma.
-No nos obligaste- le aseguro Kyoya.
-Ambos lo aceptamos...
-Yo...- Tsuna se estaba estresado y el pelinegro fue el primero en notarlo.
Abrazo al castaño tratando de restringir sus movimientos antes de que ocurriera algún accidente. Retrocedió un poco marcando el espacio y le susurraba pequeños halagos al omega para relajarlo.
-Esta... esta bien?- pregunto Mukuro preocupado.
-Si, esta algo tenso, pero lo esta haciendo bien.
Tsuna trataba de huir, pero al verse reprimido refunfuño resignado. Mordisqueo un poco la mano del alpha sin llegar a lastimarlo, solo para que lo soltara.
-Talvez deberíamos parar- sugirió Mukuro, quitando a su bebé del camino.
Tsuna al ver esa acción se relajo, pero escucho el sollozo de su bebé, Tsuna puso toda su atención en el cachorro, ambos alphas se dieron cuenta y vieron un poco de esperanza.
El bebé había notado a su madre por su aroma y poco a poco se desespero hasta que por fin comenzó a llorar. Tsunayoshi parecía indeciso de si ir a por el bebé o resistirse y echar a todos de ahí.
Cuando el niño grito no pudo negarse a sus instintos y se soltó para poder tomar a su bebé, lo arrulló y se enrollo con el para poderlo tranquilizar.
Mukuro suspiro tranquilo al por fin verlos juntos, no importaba si aun lo rechazaba a él, mientras su cachorro estuviera protegido no importaba
-Estas bien?- esta vez Hibari fue quien le pregunto.
-Si, me siento mejor ahora que lo acepto.
-Tsuna tiene un gran corazón, esto no iba a durar mucho.
-Lo se, pero la culpa me estaba carcomiendo.
-Ya esta bien...
El omega noto la poca atención de los alphas entonces comenzó a ronronear, su cachorro se estaba adormilando en sus brazos, así que ahora era él, el que buscaba consuelo.
Movió un poco cosas de su nido y acurruco a su cachorro, para después tomar a los alphas y dejarlos a su alrededor para cubrirlos, ahora que ya tenía a todos a su alrededor no podía dejar de ronronear.
-Tsuna... esta bien que estemos en tu nido?
-Son mis alphas, ustedes no... no quieren?
-No!- ambos se exaltaron.
-Solo queremos estar seguros...- le susurro Mukuro.
-Entonces estamos bien...
El castaño por fin se sintió a gusto, se sentía bien tener a su familia en su pequeño espacio personal.
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