-No puedo creer que estemos haciendo esto...- susurro Mukuro totalmente estresado.

-Tu lo sugeriste...

-Mira, pensar en hacer algo y hacerlo es muy deferente... aun tengo que procesarlo.

-Mukuro mi madre no te hará nada, estarás bien.

-Mi problema no es ese Tsuna- fruncio el ceño- llevo años sin convivir con un familiar, se que es tu madre y que quieres decirle sobre nosotros, pero necesito tiempo.

-Ey...- el castaño se abrazo a su torso y trato de reconfortarle- si es tan difícil para ti no es necesario que sea hoy, pero quería llevarte a cenar.

-Sera en otro momento - le regreso el abrazo.

-Sabes que lo estoy tomando en serio verdad?- busco su mirada.

-Lo se y yo también lo hago... a mi manera.

-Pasara en algún momento- le aseguro.

-Te lo prometo.

-Y que te parece decirle a los chicos, creo que sera más fácil con ellos no?

-No tengo problema, no me importa si se oponen no pienso cambiar mi decisión... pero tu estas seguro?

-No quiero que nuestra relación sea un secreto.

-Aunque estoy seguro de que no dudarán en reclamar, hacer que te replantees estar conmigo... seguramente no les caigo tan bien para aceptarlo.

-Solo estaremos contando lo que decidimos, no pidiendo opiniones-se rio de lo preocupado que se veía.

-Y él? Piensas decirle también?

Aunque no menciono el nombre, sabia de quien hablaba y de verdad que lo había pensado, pero que le diría? Como se supone sacaría el tema, si ni siquiera hablaban normalmente?

-En algún momento lo sabrá y sera mejor que sea por nosotros.

-Supongo...- le resto importancia, realmente que quería hablar del tema en ese momento.

El celular de Tsuna sonó e interrumpió su conversación. El castaño vio el mensaje que había llegado y suspiro resignado.

-Tengo que irme.

-Sucede algo?- se preocupo Mukuro al ver el cambio de animo de su omega.

-Me llaman de la casa central, al parecer un problema con los Vongola.

-Te acompaño...

-No. Quieren que vaya solo- forzó una sonrisa para tranquilizarlos, pero ambos se sentían intranquilos.

-Seguro?- insistió.

-Estare bien...- se despidió de un beso y se dirigió a la salida de la guarida.

Solo esperaba que tuviera razón... todo estará bien.

-Que haces aquí?- se preguntaron al unísono Alpha y Omega.

-Me mandaron a llamar...- contesto el pelinegro.

-Debe ser una broma- se quejo Tsuna.

-Hace unos días te quise advertir de esto...

-Y crees que confiaría en tu palabra Hibari? Me has rechazado bastante tiempo para sentir tus palabras honestas- discutía con la voz baja para que la gente que pasaba junto a ellos en la mansión no les escucharan.

-Nunca hice algo con mala intención, te he tratado de proteger todo este tiempo!- Hibari se veía irritado y eso lo noto el omega.

-Wow... no me imagino si lo hubieras hecho con la intención de hacerme daño, seguramente estaría muerto.

-No hagas esas bromas, lo digo en serio.

-Sea lo que sea de lo que supones me estás protegiendo, olvídalo-Tsuna hizo su paso más rápido para dejar atrás a Hibari.

-Lo digo en serio, esta gente te esta usando tanto como a mi para lograr lo que quieren.

-Mira... nadie te obligo a hacer lo que hiciste, así que aunque ahora quieras resolverlo yo ya...

Antes de poder seguir hablando, Hibari lo tomo de la mano y lo arrastro hasta una de las habitaciones vacías, evitando en todo momento a la gente, procuro no ser vistos hasta quedar solos.

-Escucha bien... se que muchas cosas te lastimaron, pero no tenía opción si bien no me dieron un guión, sabia lo que tenía que hacer Tsunayoshi, porque en todo momento me vigilaban.

-Que... quieres decir?- se empezó a poner nervioso.

-Rechazarte, apartarte de mi... dejar que esa mujer impregnara su aroma en mi... dejarte ir...- dejo caer su cabeza sobre el hombro de Tsuna, mientras lo sujetaba con fuerza de los brazos, con el temor de que desaparezca.

-No... no puedes hacerme esto ahora Hibari, yo... yo estoy saliendo con Mukuro...

Ni siquiera hubo respuesta, ni un respingo o un suspiro... nada. El cuerpo de Hibari estaba inmóvil, sosteniéndolo.

-Me alegro por ustedes- por fin se enderezó y su cara no tenía expresión alguna, era tan frio como las primeras veces que convivieron.- no puedo quejarme... ni exigir nada, se cuanto daño te hice, pero...- acaricio la mejilla del menor.

-Pero?- pregunto con temor.

-Quiero que nunca dudes que lo hice por ti... nunca he actuado con el deseo de dañarte o alejarte de mi, simplemente no quería que te hicieran daño...

-Los Vongola están dañados Hibari y mi abuelo era quien los detuvo por mucho tiempo, creíste que no me daría cuenta de lo podrido que estaba todo?

-Sonara egoísta- pego su frente a la del castaño y bajo un poco sus manos para tratar de enrredarlas- pero no me interesaba nada, mientras tu estuvieras bien.

-Es demasiado egoista- sonrió por la complicidad que estaban mostrando.

-Yo... como dije antes, no pido tu perdón, solo que me creas...

-No lo se, he sufrido bastante tiempo por lo nuestro y no tendría fuerza para pensar que todo fue en vano...

-Tu haces bien en estar con ese idiota ilusionista, él te protegerá mejor d elo que yo hice- eso si desestabilizó a Tsuna, se separo de manera brusca y se sintió ofendido.

-Si... supongo que tu omega también te espera- escupió con rencor.

-Eso... quiero aclarar eso también, yo no la...

Antes de poder terminar lanplatica, abrieron las puertas con fuerza, provocando un escandalo y dando paso a dos de los beneficiarios de los Vongola.

-Pensamos que se habían perdido- dijeron con cinismo- no tenemos mucho tiempo, por eso los citamos a ambos... pero necesitamos que estén todos los demás.

-Disculpen la tardanza, mi jefe tenía asuntos que atender- Hibari logro a disimular y Tsuna entendió rápido.

-Ya saben... los jefes siempre estamos ocupados- Tsuna estudio la reacción de ambos, ante el como se presento.

Vio dudas en ambos y entendió que ninguno era su aliado de corazón... y eso es a lo que le llevaría a tomar las designaciones más radicales y peligrosas, solo tenía que esperar un poco más...

Solo hasta encontrar a Byakuran.