Capitulo 12
-Repiteme porque hacemos esto?
-Quiero sorprender a Tsuna... y si le decimos que queremos hacerle una fiesta de bienvenida es claro que no va a venir... por lo tanto, provocaremos una persecución...- para el omega la idea era brillante, pero para el espadachín era una gran mala idea.
-Ayer estuvo peleando con Reborn... no creo que quiera escuchar sobre otra batalla...
-No va a pelear... solo correrá hasta donde se supone es dicha batalla y cuando llegue sera una linda sorpresa.
-Si sale mal, sera totalmente tu culpa- sugirió Takashi.
-Si... si...
Ambos llegaron a la guarida, Tsuna no había salido de ahí desde ayer. Si su enojo había acabado, "que esperaban que si", hoy los aceptaría con la sonrisa de siempre.
Entraron sin problema, así que suponían que todo estaba tranquilo, pero una sensación extraña les invadió... como si estuvieran invadiendo terreno ajeno.
-Te dije que me soltaras!- escucharon el grito de Tsuna.
Eso los puso en alerta y corrieron para ver lo que sucedía. Llegaron a la sala de juntas y vieron a su amigo sobre la mesa con las manos inmovilizadas y a Mukuro sobre él.
Ninguno se paro a pensar lo que sucedía y se metieron a "ayudar". Ambos quedaron paralizados al ver algo que no debieron.
-Mierda...- a Gokudera se le escaparon las palabras de la boca.
Con eso llamo la atención de los otros dos, cuando les vieron Mukuro fue el que reacciono y oculto el cuerpo del omega detrás de él.
-Que hacen aquí?- sonrió con descaro, como si nada estuviera sucediendo.
-Yo... nosotros...- Gokudera empezó a tartamudear.
-Gokudera te organizo una fiesta Tsuna- Takashi era el más tranquilo, aunque por dentro estaba avergonzado.
Tsuna salió de su escondite y parecía algo ilusionado, pero trato de ocultarlo... no quería otro accidente, estar con ellos le traía recuerdos algo nostálgicos y después de ayer, se sentía menos cómodo con ellos que antes.
-Ve con ellos- le susurro Mukuro.
-No vendrás?- esa respuesta sorprendio a todos, hasta el propio Tsuna se avergonzó de sus palabras.
-No fui invitado, estaré bien... seguramente Nagi quiere verte.
Eso le tomo por sorpresa, no recordaba ese hecho de Mukuro, Nagi era parte importante de él, aunque ya no dependiera de su cuerpo para existir, él la protegía... y nunca le causo problema, hasta hoy...
-Yo... -dudo en responder.
-Hazlo por mi... por tu mano derecha- le suplico Gokudera.
Eso era chantaje, pero no se pudo negar.
Mukuro lo dejo ir sin despedirse, es como si no hubiera pasado nada la noche anterior y eso le dolió... de nuevo es como si sus sentimientos no contaran.
En el camino iba observando a sus amigos en silencio. Del primero que se aparto después de irse fue de Gokudera, no había razón en particular o tal vez si... sentía que lo decepcionaba y no quería pensarlo, no quería perder a un amigo y termino alejándolo... aunque ambos son omegas, Gokudera siempre había tenido un porte de alpha, y es un amigo increíble... talvez el único fracaso era el mismo.
Poco a poco fue perdiendo el contacto y Takeshi Yamamoto fue de los últimos, el se quedo como líder de los chicos, era responsable, buen amigo y sabia escuchar... el alpha que todos quisieran en sus vidas, pero sabia del amor que ocultaba por Gokudera, así que nunca fue su opción. Él fue quien los cuido a todos y quien siguió las operaciones en Japón... bueno, las buenas operaciones.
Todos los tratos bajo la mesa se los dejo a Mukuro y a Hibari... a los mejores guerreros que tenía, lamentablemente lo había llevado a lo personal.
-Tsuna!- le grito Gokudera después de preguntarle por tercera vez y no recibir respuesta.
-Eh?- se sorprendió, pero al ver adornada su casa y el letrero Bienvenido a casa... unas lagrimas cayeron por su rostro.
-Bienvenido a casa- dijeron todos los ahí presentes.
Una sonrisa sincera sorprendió a todos, el chico era la luz de muchos ahí presentes y verle tan mal esos días los había desanimado... pero no lo habían perdido completamente.
-Te extrañamos- dijeron sus amigos al unísono y dejándolo en medio de un abrazo.
Tsuna se rio de todo aquello y les siguió el juego, de verdad se sintió como si el tiempo no hubiera pasado y esa fuera un fiesta como antes.
Todo estaba siendo increíble, hasta que escucharon la voz de alguien que nadie esperaba ahí...
-Tsuna...- escuchar la voz de la chica le provocó un escalofrío al castaño.
Se volteo con lentitud hasta quedar de frente a la chica, a la unica persona que no quería ver...
Todos ahí se pusieron tensos y Lambo fue el único que logro hacer algo. Abrazo a Tsuna y trato de llamar su atención, lograndolo por unos segundos y con ello todos los además actuaron rápido.
Ryohei se acerco a su hermana, la responsable de que quizá Tsuna estuviera tan melancólico, y sin dudarlo la trato de sacar de ahí.
-Que estan haciendo?!- se sorprendio Kyoko al ver la reacción de todos.
-Tienes el descaro de preguntar?- pronuncio Tsuna con decepción.
-Yo... no entiendo...
La chica inclino un poco el cuello con inocencia, y con ello Tsuna pudo ver la marca en su cuello. Mordio su labio para aguantar las lagrimas y al estar todos distraídos esperando su reacción, tomo ese momento para huir de ahí.
Corrió y llego a la orilla del lago. Se dejo caer en el pasto y trato de recuperar el alimento... que día más horrible.
-Nunca huiste de los problemas- escuchar la voz de Hibari lo hizo levantarse de un salto.
-Que... que haces aquí?
-Hablar con un chico algo distraído...
-Ese chico no quiere hablar contigo- frunció el ceño.
-Esta bien... solo tiene que escuchar- se sentó en el pasto con tranquilidad- la verdad, es una confesión.
-Demasiado tarde no crees? no se porque haces esto Hibari pero...
-Los Vongola te están usando...- soltó de golpe.
Primero su rostro se torno a sorpresa... pero después su mirada se volvió fría y sin sentimiento alguno.
-Ya lo se...
-Y porque no hiciste nada?- soltó enojado.
-Porque ellos pueden darme algo que quiero...
-Que es tan importante como tu libertad?
-Tu no sabes nada... tu libertad siempre ha sido lo único relevante en tu vida, no entenderías...
-Eso es mentira.
-Ni siquiera tengo fuerza para discutir.
-Ellos también son mis verdugos!
-Que?- ni siquiera podía procesar las palabras.
-Si tengo algo más importante que proteger... y por esa persona valió la pena sacrificar mi libertad- sus miradas cruzaron y eso le provoco un escalofrío al castaño.
-No puedes hacerme esto... no de nuevo...
-Lo siento...
-Eso no arregla nada- su cuerpo temblaba de impotencia y se dejo caer junto al alpha.
-Lo se...
Hibari tomo el rostro de Tsuna y espero resistencia, pero no hubo. Sabia que estaba mal, que no se lo merecía, pero quería probarle... aunque fuera solo una vez...
Y por fin, algo que anhelaban desde hace tiempo sucedió... un beso donde podían ahogar sus penas y deseos.
Se dejaron llevar y el beso empezó a subir de tono, sus lenguas se enlazaron y sus cuerpos se juntaron. Sus miradas chocaron y un frenesí se desato en ambos.
Se separaron un segundo y ambos sintieron el golpe de calor que habían provocado en el otro, el aroma que expulsaba Tsuna no era normal y eso preocupo a Hibari.
-Largo...- le suplico Tsuna.
-No te voy a dejar así
-Estare bien, iré a casa... pero por favor no compliques esto.
-Dejame ayudarte...
-No!- se le rompió la voz- solo déjame...
Se levanto y de alguna manera parecía reprimirse. Su aroma había disminuido y era opacado por uno más amargo, Habiri no se vio con la fuerza de detenerlo, solo lo vio partir.
Él ya lo había perdido... pero estaba bien, dejaría que lo odiara si a cambio podía mantenerlo a salvo... con eso le era suficiente.
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