•Una oportunidad.
Wanda, 20.
—¿Ella y tú tienen algo?—Pregunté a papá mientras se sentaba a mi lado. Su traje de baño combinaba con el color de su bebida.—Vi fotos de ambos... Ya sabes, los periodistas.
—¿Tengo cara de que una mujer me va a provocar algo?—Preguntó burlón y toda intención de llorar se esfumó. Realmente por un momento creí que me diría que se gustaban o algo, pero Natasha dijo que era lesbiana, creo... Pero... ¡La sexualidad cambia en ocasiones! Etiquetarse en ocasiones no es tan cool, porque luego un día te despiertas y notas que te sientas más de una forma u otra, no generalizo, pero a mi me sucede, creí que también le había sucedido, y me espanté.—Además de que me dijo más de mil veces que le gustas mucho, y que... Haría lo que fuese por estar contigo, incluso si yo no lo permitía.
Sonreí de forma inconsciente. Esa sí es Natasha.
—Es algo fastidiosa. —Murmuré y él sonrió.
—Algo como tú.—Me giré hacía él bastante molesta.—Amor, te amo, pero es una realidad que eres algo odiosa cuando quieres, eres mi princesa, pero...
—Ya, ya entendí.—Me quejé y él sonrió burlón.—No eres gracioso.
—Eres una amargada.
—Me parezco a ti.—Enarqué una ceja y él sonrió nuevamente. Siempre sonríe tanto, es tierno.
Amo demasiado a mi padre, y creo que si alguna vez él llega a faltarme, no podría reponerme. Es... y siempre fue la única persona que cuidó de mí cuando pequeña.
—¿Sabes, cariño?—Preguntó y tomó mi mano.—Sé que no he estado aquí por mucho, sé que me he tardado en notar que pasan cosas, y sé que posiblemente hay muchas cosas que yo no sé...—Murmuró. Pensé en Peter y nuevamente la sensación de culpa que pareciera no querer abandonarme, volvió.—Pero quiero estar aquí, quiero estar con ustedes y para ustedes, y prometo que trataré de no estar tanto tiempo fuera, me dijeron que debía seguir a cargo de los negocios para evitar levantar sospechas sobre el hecho de que los tengo aquí protegiendolos del mundo exterior.—Dejó ir un suspiro y eso me dio tiempo de meditar que sucedería cuando debamos ir a la universidad. Yo ni siquiera he pensado en que quiero estudiar.—Pero llegará un punto en el que tendrán que ir a la universidad, estudiar.. Y yo no podré protegerlos allí, pero quiero que en ese momento sepan que yo estaré para ustedes, así que he pedido vacaciones y me quedaré aquí el resto del verano.
Sonreí.
—¿En serio te quedarás?—Pregunté y él asintió.—¡Eso me hace tan feliz, papá!
Salté sobre él abrazandolo con fuerza. Papá comenzó a soltar risotadas mientras me decía que mi cabello le generaba cosquillas. Estoy muy feliz de tenerlo más tiempo por aquí.
—Cariño, haremos un viaje, ¿bien? En cuanto solucione lo de su madre, haremos el viaje más increíble del mundo, Peter, Pietro, tú y yo...—Sonrió y vimos como Natasha pasaba con Clint moviendo algunas cosas de material de la granja.—Y tal vez tu novia si le das una oportunidad.
Negué rápidamente.
—No es algo que necesito en mi vida por ahora.
—¿No?—Preguntó y negué.
Es la primera vez que siento que estoy siendo madura, y aún así me duele.
—Necesito sanar para poder estar bien conmigo misma y después con alguien, pero Natasha ya no entra en esos planes, ella me mintió, y tal vez yo no soy la persona más sincera del mundo, pero con ella lo fui, y definitivamente no pienso dejar que me mienta más. Nada en ella es real.—Me cubrí la boca y papá sonrió levemente.
—No te voy a influenciar, pero si te diré que no es una mala persona.
Besó mi cabello y se lanzó a la piscina junto a mis hermanos. Peter y Pietro comenzaron a lanzarle agua con fuerza.
No sé que pensar sobre Natalia, y tampoco quiero darle tantas vueltas al asunto, la quiero, pero... No a la mentirosa, y para mí es lo único que queda.
[•••]
Natasha, 26.
Observé a Clint besuquear en secreto a su novio tras un árbol. Está muy enamorado y aún no le ha dicho nada.
Y no lo culpo de alguna manera supongo que me encontrará la forma de decirle antes de que él se entere, y también creo que Pietro tendrá la cabeza mucho más fría que Wanda y lo entenderá. Sabe que Clint lo ama lo suficiente como para ocultarle ese tipo de información con tal de protegerlo, pero a la vez me asusta que Clint termine dañado o que Pietro termine espantado y dejándolo o se enfadé lo suficiente como para apartarlo de su vida así como Wanda lo ha hecho conmigo y no culpo a la castaña, sé que le mentí, sé que le juré que era una persona sincera cuando realmente estaba interpretando un papel que no era absolutamente nada parecido a lo que en realidad soy. Pero solamente le mentí en las cosas que hago, en el por que estaba aquí, mis sentimientos fueron reales y es algo que quiero que tenga claro.
No le mentí cuando le dije que la quiero, no le mentí cuando le dije que me gusta, porque realmente lo hace, no sé cómo lograr que quiera hablar conmigo y tampoco quiero presionarla así que dejaré las cosas pasar, le daré su espacio y su tiempo porque la quiero.
La quiero en serio.
Erik me ha dicho que comience el papeleo. Fury le ha enviado un par de correos y lo hablaremos más tarde, estoy bastante feliz, tranquila y muy contenta de imaginarme un reencuentro con toda mi familia. Ya quiero ver que tan grande está Yelena, quiero ver las líneas de expresión en el rostro de mamá, quiero sentir un abrazo de mi padre con sus manos callosas.
Quiero poder cuidarlos y darles todo lo que se merecen por apoyar mi loca idea de venirme estudiar a los Estados Unidos, realmente los extraño y nada me haría mejor que un abrazo de mamá en este preciso momento en el que siento que todo va mal.
No quiero ser pesimista, pero todo lo de Wanda me tiene triste. No sé en que pensar, no sé que decir, no sé que hacer.
Son casi las diez de la noche, traje una cerveza y un radio con música bastante absurda. Es de Clint, y no la entiendo.
—Hola.
Me giré y vi a la castaña caminar hasta mí, se sentó a mi lado y no supe que contestar más que un "hola" seco.
—¿Estás enojada?
—¿Tú lo estás?—Pregunté y ella se encogió de hombros.—Supongo que no viniste a... Darme otra oportunidad.
Ella dejó ir un suspiro y me entregó mi camiseta doblada.
—La lavé y...
—No.—La detuve molesta. Me levanté y ella también para seguirme.
—Natasha, la camiseta es tuya. Tengo la mía en el guardarropa, y agradezco tu regalo, pero esta es tuya, no la usaré para dormir más y...
—No, Wanda. No la quiero.—Dije molesta. La castaña giró los ojos.
—Estás siendo inmadura.
—¡Mira quien lo dice!—Insistí.
—Te estoy entregando tus cosas, estoy siendo madura y avanzando, cosa que tú no quieres hacer.
—¿Avanzando? ¿Qué soy? ¿Un simple peaje?—Me quejé.
No puedo creer que ella realmente quiera o crea que de forma simbólica debe devolverme una jodida camiseta mientras me lastima.
Me está lastimando, no quiero la camiseta, la quiero a ella, y si no voy a tenerla a ella, no necesito que venga y me lo recuerde con eso.
—No, no me refiero a eso, Natasha.—Giró los ojos.—Pero esto se nos escapó de las manos, y la parte buena es que algo lo detuvo antes de que ambas nos lastimaramos más de lo que ya nos estábamos lastimando.
—¡No eres justa!—Grité y me arrepentí de inmediato. —Y no debí gritarte, perdón.
—Entiendo que no es lo que quieres, pero no nos hacemos bien.
—Wanda...
—Natasha, yo quiero... Estar bien sin necesitarte, ya no confío en ti y...
—Déjame explicarte todo, por favor.—Supliqué y ella negó.
—Está todo muy reciente, y...—Observó mi mano, la tomó de forma delicada y sé que ambas sentimos que algo nos unió en ese preciso momento.—Sé que no eres mala, sé que no me harás daño, pero me mentiste, y no quiero que al saber tus razones... Yo terminaré perdonando todo, y no haré ningún progreso, porque volveré a ti, y... Nunca podré ser independiente, necesitaré tu atención constante y...—Negué pero ella asintió.—Sí, Natasha, así soy yo, esa es mi parte mala, y es la Wanda que no quiero seguir siendo, y estoy yendo a terapia pero de nada sirve si no me comprometo conmigo misma.
—¿Y dejarme es el punto?
—El punto es no depender de nadie, ni siquiera de ti, porque...—Su voz se cortó y apartó la mirada. Tomé su mentón y ella cerró los ojos ante el contacto de mi mano en su mejilla, caminé hasta ella a paso lento y me detuvo. —Me encariñé muy rápido contigo, no quiero depender de esto, no quiero depender de ti y que con dos palabras bonitas y falsas...
—Nada de eso fue mentira.
—La mayor parte.
—Mis sentimientos no, ¿acaso los tuyos sí?
—No, y es exactamente por eso que prefiero que nos demos un tiempo para pensar, tal vez luego cuando yo ya pueda diferenciar entre lo real y lo que no es real... Podremos charlar con calma, podré perdonarte, y quizá tú me perdones por dejarte ir.
Las lágrimas comenzaron a caer por mis mejillas y le di la espalda. No quiero que me vea llorar.
—¿Natasha?
—Es tu decisión.
—¿Estás de acuerdo?
—No, no después de que insistieras tanto en que hubiese algo entre ambas, para luego huir...—Suspiré.—No quiero la camiseta. Es tuya, no me molestes.
—Natasha.—Se quejó Wanda tomando mi mano. Me solté se su agarré y ella caminó tras de mí resbalando.
Estamos en el segundo piso de esta parte del granero, si no hubiese reaccionado rápido tomando su cintura, ella habría caído al suelo sobre el hacha.
—No quiero que tengas que continuar salvándome.—Susurró y sentí su respiración chocar en mi boca.
Rozamos nuestros labios levemente.
—Quiero un beso.—Dije rápidamente y ella negó.—¿Por qué?
—Porque si te beso ahora, no seré capaz de soltarte después.
La ayudé a incorporarse y ella besó la comisura de mis labios. Mi corazón latía a mil por hora mientras mi cerebro me susurraba que la deje ir.
Es la primera vez que no puedo hacerle caso a la razón.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Ya leyeron cartas a bishop? Está disponible en el perfil, así como la playlist en mi perfil de spotify.
¿Ya empezaron las clases?
-Codex.
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