•Un papá muy suegrito.

Wanda, 21.

[+18 contenido adulto]

—Nat...—Gemí al sentir como la pelirroja acariciaba mi sexo sobre mi ropa interior.

—¿No quieres?—Preguntó deteniéndose. Me acerqué para besarla y ella no entendió que era un "sigue".—¿Quieres o no?—Preguntó nuevamente.

—Sí, quiero.—Uní nuestros labios de forma corta.

Natasha se quitó la camiseta antes de recostarme mejor sobre la cama para subir sobre mi cuerpo.

—¿Vas a follarme?—Pregunté y ella negó.—¿No?

—Te haré el amor.—Dijo y comencé a reír.—Oh, bien. Quítale el romanticismo a todo.

—Hazme al amor, chica romántica. —Insistí y ella se levantó saliendo de la cama.—Cariño, estaba bromeando.

—Jodete.—Se quejó y caminó hasta fuera de la habitación.

—Amor.—Volví a llamarla. Joder. Que sensible.

Me levanté tras Natasha, la pelirroja se había atado el cabello en una coleta, me paré tras ella y besé su espalda sobre la tela de su sujetador.

—Mi amor...—Comencé y pasé mis manos por su abdomen.—Perdón.

—Vete. Te estabas riendo de mí.—Insistió ella y suspiré.

Voy a castigarme mentalmente por haber pensado que está con la regla, si se lo hubiese dicho probablemente terminaba conmigo.

—Perdón, cariño. Quiero que me hagas el amor.—Admití pasando por delante y obligándola a verme a los ojos.

Puse mi mejor mirada de cachorro regañado esperando que eso hiciera que se compadezca y me deje sin caminar por al menos un día...

Es broma.

O no.

Ella comenzó a reír de forma ruidosa y me besó en los labios.

—¿De verdad pensaste que me enojé?—Preguntó burlona. Oh, ésta hija de puta.

—Vete a la mierda, Romanoff.—Me quejé.—Te he rogado que me hagas el amor para nada, ya no quiero que me vuelvas a ver las tetas en mi vida.

Ella seguía riendo. Me alejé pero la sentí tomar mi cintura lanzándome al sofá junto a su cuerpo.

—Ven aquí, bebé. No seas gruñona.—Subió sobre mi cuerpo.—¿Mi bebé quiere que le haga el amor?—Susurró apoyando sus manos a cada lado de mi rostro.—¿Quieres que te haga mía?

Mierda.

—Quítate.

—Quítame.—Sonrió y yo negué. —Buena chica.

Natasha pegó sus labios a los míos de forma lenta. Sentí su lengua comenzar un juego con la mía, me gusta cuando me besa. Tiene lindos labios, son suaves y además su lengua sabe perfectamente como moverse.

En muchos aspectos.

—Te amo...—Dijo en mi oído.—Eres lo mejor que me ha pasado, Wanda.

Bajó por mi cuello dejando besos y mordidas, abrió mi blusa dejando que algunos de los botones cayeran perdidos en la alfombra gastada bajo el sofá. Solté un gemido al sentirla morder la piel de mis senos con un hambre notoria.

—Nataska.—Gemí y eso pareció enloquecerla. Levantó la mirada y me dedicó una sonrisa casi desquiciada. Eso fue jodidamente caliente.

¿Es malo que me excite la Natasha demente y con rostro de psicópata? No es mala forma, es sólo que es sexy verla así.

Incluso imaginarla peleando cuando atrapa gente malvada – que deduzco es lo que hace, ya que trabaja de espía – debe ser muy sexy.

La sentí llegar a la zona más delicada de mi cuerpo, pude sentir mi ropa interior humedecerse de una forma casi vulgar.

Joder.

Natasha me tiene completamente. Soy suya.

Comenzó a besar la cara interna de mis muslos, la vi lamerlos y traté de cerrar las piernas, pero ella me tomó subiendo mis piernas a su espalda.

Sentí su lengua pasearse sobre mi ropa interior que seguramente estaba empapada.

—Me encantas.—Murmuró de forma ahogada.

Oh, Dios mío.

—Natalia.—Gemí cuando la sentí mover la tela de mi braga para un costado. Su lengua de inmediato se hundió en mis pliegues y me hizo temblar por completo.

Mi mano bajó de forma automática a su cabello y pude sentir como se separaba de mí. Bajó mis bragas y las lanzó a quien sabe donde. Soltó una risita al ver mi expresión y pude sentir su aliento golpeando mi clitoris.

Mi espalda se arqueó de golpe permitiéndome sentirla por todo mi sexo. Ella hablaba de forma suave dejando su aliento rozarme de forma suave.

—Chúpame.—Pedí.

Natasha acercó nuevamente su lengua a mi sexo, subió a mi clitoris y mis piernas nuevamente flaquearon. Le dio suaves golpecitos a aquél nervio con su lengua, pude sentir la forma en la que ella deseaba hacerme perder la cabeza. Sentí la burla en mis sentidos.

Me atrapó nuevamente volviendo a usar su lengua en un punto fijo, es demasiado para mí.

—Amor...—Jadeé.

Tocando cada lugar en el momento preciso, como si entendiese mi cuerpo y el funcionamiento de su placer. Como si entendiese que la necesito tanto que sabe exactamente cuando acariciarme llevándome al límite.

Mis piernas se cerraron alrededor de su rostro, ella no trató de detenerlo, sólo se hundió más profundamente en mi interior.

Mi orgasmo llegó de forma ruidosa contra su boca, no pude evitar que cada gemido escapara de mí sin control.

Natasha Romanoff sabe como tocarme.

—Oh, Dios. Nataska.—Me detuve mientras los espasmos de manetenían. Mordí mi labio inferior y la vi sonreír desde mis muslos.

Me encanta.

[•••]

—¿Te sientes bien, bebé?

Natalia acariciaba mis muslos mientras yo reposaba sobre su pecho. Le di dos orgasmos y parecen insignificantes debido a la forma rápida en que se recuperó mientras que yo parezco casi muerta luego de todas las cosas que me hizo.

No me quejo, sin embargo me sorprende su control.

—Me siento bien.—Mi voz sonó ronca.—¿Y tú?

—Estar contigo me hace bien, y me gusta cuando hacemos el amor... Me haces sentir bien.

No pude evitar sonreír.

Natasha me hace sentir cómoda siempre. Es como si ya la conociera.

Mi móvil comenzó a sonar apartándome de aquellos pensamientos. Ella lo tomó entregándomelo.

—¿Quién es?

Me encogí de hombros contestando la llamada.

—¿Wanda?—Oí su voz. Mi cuerpo se tensó y ella lo notó rápidamente. Sus brazos me rodearon y yo reposé  encantada contra ella.

—¿Mamá? ¿Q–Qué haces llamándome?

Era extraña esta sensación de oír su voz luego de meses. Seguramente necesita algo de mí, no quiero sonar pesimista, pero mamá no me llamaría porque sí. No soy su favorita. Y eso no es un secreto.

—Cariño. Hola. ¿Cómo estás?—Preguntó y no supe que contestar.—¿Estás con tus hermanos?

—No, yo...

—¿Por qué no estás con ellos, Wanda?—Se quejó.—¿Los dejaste botados? ¿Estás con Loki?—Se quejó y la ira se apoderó de mí. Tragué saliva y sonreí.—¿Acaso te volviste una irresponsable? ¿Quieres resultar embarazada?

—Cállate de una maldita vez.—Dije molesta. Mamá detuvo su cháchara de gallina molesta.—¿Con qué derecho o autoridad te crees para venir a decir que soy irresponsable? ¡Tenías una familia de mentira! ¡Abandonaste a tus hijos por un pene!—Me quejé.—¡No estoy con ellos, porque nací con ellos, no para ellos!

Ella se quedó en silencio.

—Tenemos veintiuno, yo no te importo, y tú a mí tampoco.—Dije tajante.—Si quieres saber de ellos, llámalos. A mi déjame en paz, y no, no estoy con Loki, estoy con mi novia teniendo un jodido momento de paz luego del puto caos que desataste en la vida de todos, mamá.—Acabé de hablar.

—Ya los he llamado, ninguno contesta. Ellos tienen éste número y no quieren contestar.

Como una daga al corazón. Nadie me lo ha dicho.

—Pues eso es tu problema. No el mío. No soy tu jodida paloma mensaje, ni soy la madre de reemplazo.

—No me hables así.  Soy tu madre.—Se enojó.

—Vete a la mierda, Irina.

Colgué la llamada temblando. Es en serio, puede irse a la mierda. Es una jodida hija de puta egoísta. ¡La odio! Estoy harta de ella, estoy...

Natasha me observó a los ojos y me quebré. Comencé a llorar, ella me dejó esconderme en su cuello buscando refugio.

Estoy rota cada vez que de mamá se trata. Ya debo dejarla ir, ya no quiero seguir ahogándome en un mar de dolor porque ella no me ama lo suficiente.

Estoy cansada de ella y su mierda egoísta.

—Está bien, amor. Llora todo lo que tengas que llorar. Estoy aquí, estoy aquí contigo.—Susurró Natasha y me aferré más a ella.—Eres una mujer maravillosa, eres fuerte, apasionada y tienes un amor notable por quienes amas, amas como nadie, Wanda.—Dijo besando mi hombro desnudo.—Y eso te vuelve increíble, en un mundo tan frío donde amar es tan doloroso, tu sólo amas y ya, sin más. Eres... Muy, pero muy increíble, amor. Estoy feliz de haber coincidido contigo aquí, y espero volver a hacerlo alguna vez, porque... Wanda, tu amor no es como otros. El tuyo es especial, se siente tanto como una canción de Taylor Swift.—Dijo y me hizo sonreír entre lágrimas.—Como aquella que bailas cada que te duchas... ¿Lover?—Preguntó y asentí.—Así se siente amarte, se siente como si todos los días fuesen un nuevo carnaval de alegría y amor, se siente como si de pronto toda mi ropa fuese a oler de forma dulce por tu perfume, como si mi pecho tuviese tatuados tus besos, como si tus lunares y los míos hicieran juego... Se siente como tener un alma gemela, y como si mi mano... Tan grande y delicada encajara con la tuya tan pequeña y suave, como si mi rostro estuviese hecho para dormir en tu pecho, y cada parte de mí se sintiera increíble contigo. Te sientes de una forma poéticamente absurda, Wanda Maximoff. Estoy jodidamente enamorada de ti, y eso es por todo lo que eres y me haces sentir sin siquiera intentarlo...—Tomó mi rostro rozando su nariz con la mía.—Te metiste hasta el fondo de mi ser, jodida niñata quejumbrosa. Ya no puedo hacer nada para sacarte de mí, estoy enamorada del amor que me haces sentir, del amor que eres, Wanda. Que me da igual si tu madre no nota lo que eres, tú eres porque te críaste sola, y jamás dejaste de intentar amar... Eres admirable, detka.

No pude evitar sonrojarme y besarla algo avergonzada. Natasha me hace sentir como si fuese lo mejor del mundo ante sus ojos, y eso me hace pensar que pronto podré soltar a mi madre. Estoy avanzando por mí, pero estoy sintiéndome apoyada y eso no tiene precio calculable en el mercado.

Ésto es mucho.

Soy muy feliz.

—Te amo, Natasha. Nunca me dejes.

—Jamás, mi amor.—Susurró ella.—Nada me hace más fuerte...

—Que tu frágil corazón. —Completé yo antes de unir nuestros labios.

Es nuestra frase. Es nuestro amor.

[•••]

Natasha, 26.

Luego de dos días fuera, hemos llegado hace un par de minutos. Erik ha regresado con Peter, y notamos que se encontraban almorzando, Wanda decidió que sería buena idea decirle formalmente a su padre que estamos juntas. Suponemos que Erik lo piensa, sin embargo no del todo, ya que aparentemente cree que es broma.

Llegamos al comedor y vimos a Erik almorzando, Peter delante con el brazo envuelto en una venda, Pietro de pie junto a Clint y Piolín mordiendo un juguete a los pies de Peter.

—Papá debemos hablar.—Murmuró Pietro tomando la mano de Clint. Erik levantó la mirada de su plato y observó sus manos en silencio.—Es algo adelantado, sin embargo... También es algo que es fijo. —Mencionó nervioso.—Espero que respondas algo lindo, ya que estoy bastante feliz...

Erik mantuvo el silencio incómodo en la sala. Wanda y yo nos observamos. Le conté sobre el compromiso y ella llamó a Pietro para preguntarle recibiendo la respuesta que confirmaba que el matrimonio se llevaría a cabo antes de que ingresaran a la universidad. Ceremonia pequeña y privada.

—Bien... Aquí voy. Clint es mi novio hace bastante, un año y medio casi.—Sonrió nervioso. —Y me ha propuesto matrimonio, sé que no llevamos demasiado, pero es el hombre de mi vida, y realmente estoy enamorado.—Admitió ganándose una mirada por parte de Erik. Silencio absoluto.—¿No dirás nada? ¿Ni siquiera intentarás matarlo?—Preguntó y Clint lo miró espantado.—Es broma, amor.

Es un marica. Se lo advertí.

—¿Papá?—Insistió Pietro mientras Erik comía en silencio.—Wanda y Natasha ya son novias hace unas semanas.—Dijo el peliplateado.

Oh, mierda.

Wanda se sonrojó y soltó mi mano. Erik dejó caer su cuchara en el plato y levantó la mirada observándonos, Clint y yo comenzamos a retroceder en silencio.

Erik se levantó de la mesa y me pareció buem momento para huir antes de que papá suegrito acabara conmigo y usara mis huesitos de mondadientes.

—Corre.—Dije palmeando el pecho de Clint. Ambos comenzamos a correr fuera de la casa.

¡Que sus hijos arreglen la situación!

—¡Vengan aquí, cobardes!—Gritó Erik y notamos que nos estaba persiguiendo.

Oh, mierda.

Clint y yo corrimos hasta uno de los graneros y podíamos ver a Erik venir tras nosotros.

—Al menos lo disfrutamos.

—Mientras duró.—Murmuró él.

Nota de autor:

¡Hey! Buen día. Lamento no haber subido capítulo ayer, no me dio el tiempo, pero, ¿cómo están? ¿Cómo se sienten hoy? Espero que tengan un gran día, abrahamers.

-Codex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top