•Sólo para valientes.
Natasha, 26.
Ordené mi maleta, Erik me dijo de ir a la ciudad. Fury ha dicho que es mi momento, estaré dos días fuera con Erik y luego me voy.
Todos están avisados.
Stephen no irá, porque por alguna extraña razón Erik no quiere verlo, y Steve fingió estar enfermo para que todo calzara y fuese yo quien acompañe a Erik a la ciudad, supongo que ya es hora de acabar con todo esto.
Observé la habitación y todas los recuerdos me invadieron, la forma en que Wanda se aferraba a mi cuerpo mientras mis besos recorrían el suyo.
—Todo sea por la familia...—Suspiré y tomé mi móvil para ver la hora antes de meterlo dentro de mi abrigo. Son las once y treinta, Erik no le avisó a sus hijos, no quiere que sepan que va a la ciudad, bastante sospechoso.
Abrí la puerta y vi a Piolín sentado con su patito de juguete en la boca.
—Hola, pequeño.—Acaricié su rostro.—No es momento de baños.
Entró a mi habitación y sacó mi camiseta del BC Parma.
—Eso es mío.—Dije y traté de quitársela, sin embargo se sentó sobre ella. Suspiré. No tengo tiempo para discusiones. Observé al cachorro quien me veía fijamente. —Bien, pero ésto. —Tomé su patito.—Es mío ahora.
Me di media vuelta y me giré nuevamente al verlo recostarse sobre mi cama.
Nos observamos y sentí nostalgia, incluso voy a extrañarlo a el.
—Te extrañaré, costal de pulgas.
Piolín cerró los ojos y comenzó a dormir sobre mi camiseta. Salí de la habitación y busqué el contacto de Wanda.
Quería enviarle un mensaje, pero simplemente no sabía que decir. "Perdóname por mentir, me gustas mucho", "Hey, detka, ¿podemos hablar?", nada sería suficiente. La he cagado y estoy dispuesta a cargar con eso.
Me haré cargo.
[•••]
Wanda, 21.
Mi habitación está tan vacía. Le pedí a Vision si podía darme mi espacio, si podía dejarme estar en casa, descansar sola y... Llorar.
Necesitaba llorar, porque creí que confiar en Natasha fue la decisión correcta, porque ella me hizo creer que era valiosa, porque ella me hizo sentir valiosa y me hizo pensar que yo valía la pena, y tal vez no debí creerle, porque no soy tan valiosa y porque... Ella es una mentirosa. Nunca fue sincera, y nunca iba a serlo, ni siquiera ha intentado arreglar algo, y creo que es lo mejor, porque no puede.
No podrá arreglar nada, intentó construir algo a base de mentiras, y nada que vaya en base a eso funciona. O eres sincera desde un inicio o mejor no te esfuerces, y no, no estoy siendo intensa, sólo quiero que ella sea sincera, y si no lo fue... Ya no puedo confiar más en ella.
No quiero verla, quiero que se largue, quiero tenerla lo más lejos posible.
—¿Puedo pasar?—Preguntó Peter desde fuera.
Me sequé las lágrimas y bebí un poco de agua del vaso de mi mesa de noche.
—¿Wanda?—Insistió.
—Adelante. —Dije y él abrió la puerta. Estaba con un pijama de color verde agua.
—¿Puedo dormir contigo? No quiero estar solito...—Susurró y asentí lentamente.
Moví algunas cosas y él se recostó a mi lado. Abrí mis brazos y se pegó a mi pecho.
—Gracias.—Susurró.
—Yo te cuido, descansa.—Murmuré acariciando su cabello. Peter cerró los ojos ante aquél contacto. Sé que mamá solía acariciar el cabello de Peter y Pietro de pequeños, lo sé porque mientras yo me aferraba a los brazos de papá quien leía algún libro o trabajaba y trataba de darme atención, ella estaba con mis hermanos.
Mamá fue la primera mujer que debió hacerme sentir valiosa, y... Creo que ahora entiendo por que nadie me toma en serio. Ella tenía razón. Siempre la tuvo.
—Gracias por cuidarme.
—Te amo.—Murmuré y besé el cabello ruloso de mi hermano. Él sólo se aferró más a mí.
Estoy tan triste.
Debí protegerlo más.
[•••]
Pietro estaba desayunando en su habitación, y Peter dijo que iría a charla con él.
—¿Charles?—Pregunté y el castaño levantó la mirada unos segundos y volvió a su desayuno. —¿Y papá?
—Se fue anoche, sin avisar.—Dijo cortante.—Se ha llevado a Romanoff, te han dejado a Strange.
Tragué saliva. Ambos se fueron sin decirlo, tal y como mamá.
—Ya casi no está en casa.—Susurré y Charles levantó la mirada nuevamente y pude sentir mis ojos cristalizarse. Esto es demasiado, no puedo con tanto.
—Hey, hey, cariño.—Se levantó y caminó hasta mí. Sentí sus brazos rodearme y comencé a llorar sin control alguno en mis emociones.—Todo estará bien, podemos llamarlo, y... Podemos hacer una noche de películas con los chicos, no te preocupes... Él volverá pronto, ha dicho que tenía negocios pendientes y ya.
—Lo extraño.—Admití.
He estado tan mimada por Natalia que ni siquiera me he parado a pensar que realmente extraño a mi padre, incluso si en ocasiones él no sabe como lidiar con tres jóvenes adultos, y debo ayudarlo, extraño tenerlo cerca, extraño sus abrazos, extraño verlo salir a caballo con mis hermanos, extraño ser su pequeña y sentir que nadie va a lastimarme, pero sobretodo extraño que... Para él yo era perfecta, sin importar los errores que cometiera, él sólo proyectaba amor en mí.
Y dejar ir a Natasha sólo vuelve ésto más difícil.
Charles acarició mi cabello y yo no pude dejar mi llanto, simplemente ya no podía, duele demasiado.
—Él estará aquí en dos días y todo estará bien, cariño. No te preocupes...—Murmuró.—¿Quieres de desayunar?—Preguntó y negué.—¿Estás segura?
—No tengo hambre.—Murmuré.
En serio no la tengo, no tengo los ánimos y además siento que si como alguna cosa terminaré por expulsarla fuera de mi cuerpo, la ansiedad me consume y prefiero no comer por ahora.
—Está bien.—Dijo no muy convencido.—Pediré lasaña para el almuerzo, ¿te gusta?
—Está bien.—Murmuré.
—¿No quieres algo de fruta?—Preguntó y negué.
—No me gusta la fruta.
Me di media vuelta y comencé a subir las escaleras.
[PLAY: Only the brave - Louis Tomlinson]
Llegué a la habitación de Pietro y vi la puerte entreabierta, decidí entrar. Mis hermanos estaban sentados en el suelo, Pietro había llorado, Peter también.
Caminé hasta ambos y me senté en medio de ellos, Peter apoyó su cabeza en mi hombro y Pietro imitó la acción. Tomé sus manos y oí la risa suave de Pietro en mi oído.
—Estamos tan jodidos.
—Sí.—Dijo Peter.—Lo estamos. Estamos marcados...
Suspiré.
—Pero estamos juntos, y vamos a poder con lo que sea... Porque nos tenemos.—Susurré y sentí mi voz quebrarse.—Estaremos bien.
—Los amo, chicos.—Dijo Pietro y noté que él ya estaba llorando.
—También los amo.—Dijo Peter.
Nos abrazamos con fuerza mientras dejábamos la hora pasar ante nuestros ojos.
Y si alguna vez cometimos algún error en nuestra vida, espero que Dios nos perdone... Ya nos cansamos de pagar karmas pasados.
—¿Nos merecemos ésto?—Preguntó Peter.—Yo sí, ustedes no merecen nada.
—No te mereces lo que te pasó, Peter.—Dijo Pietro con una mueca.—Eras sólo un niño. Él apartó la mirada.—Ni Wanda merece lo de Natasha...
Suspiré.
—No hablemos de ella, por favor.—Murmuré.—Me mintió, ya está, no me tomaba en serio, no quiero saber de ella, nunca más. La detesto.
Peter me observó fijamente y luego a Pietro. Ambos compartieron una mirada y luego me observaron.
—¿Qué?—Pregunté.
—Estás enamorada.—Murmuró Peter.
—No, no...—Comencé. ¡Es ridículo! No estoy enamorada.—Jamás. Eso es absurdo, ¿crees en serio que el amor existe?
—Yo estoy enamorado.—Dijeron mis hermanos al unísono. Peter se sonrojó y apartó la mirada.
—A ustedes si pueden amarlos.—Murmuré. —Yo no soy... Así.
—¿Así? ¿Qué significa "Así"?—Preguntó Pietro.
Lo medité avergonzada. Odio hablar de como me siento. Odio que ellos sepan como me siento, porque no quiero que carguen con mis problemas, ya tienen suficientes.
—Digna de amar.—Murmuró Peter y yo asentí.—Wanda, eres digna de amar... Loki no supo demostrarlo, y es un imbecil, lo odio tanto, pero Natasha te quiere.
En ese momento caí en cuenta de la razón por la que Peter aquél día casi mata a Loki en el granero... Peter quería cuidarme de lo que le ocurrió a él.
—Te amo mucho.—Dije observando a mi hermano. Él enarcó una ceja y asintió mientras yo dejaba un beso en su mejilla.—Buscaremos un terapeuta.—Murmuré.
—¿Para qué?—Preguntó Pietro.—Sabes que no me gustan, aquellos de la escuela me trataban mal por ser gay, sabes que...—Lo detuve antes de que comenzara a hiperventilar.
—Para los tres, necesitamos ésto.
Y realmente sé que lo necesitamos... Ya no podemos permitirnos ser aplastados por algo más, Peter necesita sanar, Pietro necesita sanar y yo ya no quiero sentirme vacía, no puedo depender de Natasha, y no quiero depender de ella, necesito sentirme valiosa sin la necesidad imperiosa de que ella me de atención. No puedo seguir creyéndome sus mentiras.
—Me da miedo hablar con alguien más sobre esto.—Murmuró Peter.—No van a creerme.
—Yo te creo.—Dijo Pietro tomando su mano.—Y te creo mucho, y mereces sanar...
Peter me observó fijamente y le dediqué una sonrisa calmada.
—
También te creo.—Besé su mejilla y él nos sonrió.
—Gracias, chicos... Perdón por ser... Como fui...
—Ya no importa, dame un abrazo.—Dijo Pietro lanzándose sobre Peter y comenzando a besar su rostro.
Todo duele menos si es con ellos.
—Éste es el único amor que necesito.—Dije con una sonrisa y ambos me observaron desde el suelo, abrazados.
—El amor para valientes.—Dijo Pietro con una sonrisa.
Peter comenzó a hacerle cosquillas y yo noté que mi sonrisa se desvanecía. Claro, el amor es sólo para valientes.
Yo no lo soy.
Nota de autor:
¡Hey! ¿Cómo están?
Quiero desearle un muy feliz cumpleaños a Saragp07 ¡Muchas gracias por disfrutar de mis fanfics! Espero que disfrutes mucho de tu día, tu hermana te adora un montón, así que espero que pueda disfrutar de tu cumpleaños. Saluden a Sara <33
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top