•¿Romanoff?

Natasha, 26.

Caminamos por la casa, el tercer piso nos pertenecía, tenía nuestra cocina, baño, sala de estar y todas las habitaciones también contaban con un baño independiente, una salida al exterior por una escalera ubicada justo en el comedor.

—Es espacioso y parece un sitio decente. —Murmuré. —El jefe es agradable, y sus hijos no parecen unos completos idiotas. —Dije observando a Barton y Rogers.

—El platinado es lindo.—Murmuró Barton.

—Es linda la chica. —Mencionaron Rogers y Barnes. Giré los ojos.

—Trabajaremos, no venimos a nada más que eso. Si alguno se involucra de manera personal con alguno de los Maximoff, me encargaré de acabar con ustedes. —Dije caminando hasta uno de los cuartos. —Bien, yo me encargaré de las cámaras por hoy, así que dormiré abajo, pero primero organizaré mi habitación.

Cerré la puerta tras de mí y observé la habitación espaciosa. El color crema de las paredes y los muebles bien acomodados me generaban tranquilidad.

Recibí un texto de mi ex novia y ahora mejor amiga, Pepper Potts.

Pepps. No olvides tomar tus medicamentos, Natasha. Tu alergia incrementa en zonas de polen.

Sonreí. Aún se preocupa por mí y eso es lindo. Pepper y yo tuvimos una linda historia de cuatro años, terminamos hace unos seis meses pero seguíamos viviendo juntas. Virginia fue mi maestra de canto por un año hasta que la convencí de salir conmigo, tiene treinta años y la verdad fue de las mejores experiencias que tuve en la vida, la recuerdo con muchísimo amor.

Cuando comenzamos a salir yo tenía veintidós y ella veintiséis, tuvimos problemas al inicio, ya que yo era bastante aprensiva para la edad que tenía, veía como mi mejor amigo iba de fiesta en fiesta, y yo prefería beber vino y escuchar canciones toda la noche, cosa que no está mal ya que nadie debería decirnos que podemos hacer acorde a nuestra edad, obviamente dentro de lo que sea legal, sin embargo Virginia a veces quería salir de fiesta conmigo y yo no, ya sea por estudiar o simplemente querer estar en casa, al pasar los años nos acostumbramos a la otra, pero debido a mi trabajo y una oferta para ella en suecia decidimos terminar antes de que nuestra inevitable separación ocurriera, ambas esperábamos lo mejor para la otra, y nuestra relación fue tan linda que ni siquiera necesitamos proyectarnos en un futuro, sabíamos que lo nuestro era algo que queríamos cuidar, pero no necesariamente queríamos formar una familia o sentar cabeza.

Presioné el micrófono de whatsapp para comenzar a grabar una nota de voz.

—Gracias, Pepps. ¿Todo bien?—Pregunté con una sonrisa en el rostro. —Te aseguro que tomaré mis pastillas, no te preocupes.

A veces extraño tener una novia, extraño los besos, las caricias, las noches cantando, las veces en que nuestras pieles se unían y provocaban que mi libido estuviera por las nubes, era divertido.

Saqué mis trajes acomodando cada uno en el closet, odio usar trajes en el trabajo, son cómodos, sin embargo usarlos diariamente es agotador.

Dejé la fotografía de mi hermana junto a mi mesita de noche, no veo a Yelena desde que me vine a los Estados Unidos, no sé que tan grande ha de estar ni como se escucha su voz... Mamá y papá no tienen la mejor situación económica y yo trato de enviarles dinero mensualmente para que se mantengan bien, sin embargo no hay muchas posibilidades de comunicarnos más que por cartas.

Suspiré. Extraño a mi hermana, pocas veces hablo de ella, ya que ni siquiera se quien es o como se ve, el último recuerdo que tengo de ella es cuando a los dieciocho debí partir temprano para mi viaje, y ella con doce años me observaba en la entrada, sus ojos cristalizados y su puchero.

Papá ahorró todo un año para enviarme a Estados Unidos a estudiar, logré graduarme mientras trabajaba, conseguí llegar a mi puesto de trabajo con mucho esfuerzo y me mantengo bien, además de mantener a mi familia, claramente es complicado, más sabiendo que mamá enfermó, y las terapias para tratar el autismo de Yelena son bastante costosas, no digo tratar como si fuese un problema, es que realmente necesita buenos especialistas para mejorar su calidad de vida, y eso más los tratamientos del asma de mamá y con papá trabajando en una tabaquería, es difícil, pero jamás imposible.

Salí de la habitación y vi a mi mejor amigo sentado en el sofá.

—Barton. —Lo llamé y me observó. —Ve a ver si te necesitan, James tu también, Rogers verifica las cámaras y haremos cambio en la noche.

Todos asintieron con un "Sí, jefa".

Bajé las escaleras y caminé hasta el salón en busca de la señorita Maximoff. Necesito preguntar si necesita algo o si desea ayuda en alguna tarea.

Vi a Peter Maximoff discutiendo con Charles Xavier en el salón, ambos se detuvieron al verme llegar. El mayor de los trillizos quien parece ser un homofóbico, se alejó molesto.

—¿Necesita ayuda?—Pregunté y el castaño negó.

—Gracias, agente Romanoff.

Llegó el señor Erik Maximoff poniéndose tras nosotros con una mueca de preocupación.

—¿Sucede algo?—Preguntó y Charles Xavier habló.

—No, nada. Peter y sus discusiones, sabes como es, cariño. —Dijo y noté que Erik se sonrojó observándome. —Erik, te dije que la agente Romanoff es de confianza.

Asentí lentamente.

—Con su permiso, debo buscar a la señorita Maximoff.

Me di media vuelta y caminé hasta el jardín donde la encontré leyendo una revista de moda mientras tomaba el sol en traje de baño.

—Buenas tardes. —Ella levantó la mirada y yo la observé fijamente. —Soy la agente Romanoff, estoy a su servicio las veinticuatro horas del día, soy jefa del grupo de agentes y espero poder ser útil para usted dentro del tiempo en que necesite de mis servicios.

Ella me dedicó una sonrisa.

—Es un verdadero placer, señorita Romanoff. No creí que sería tan interesante vivir aquí y tener a quien cuide de mí. —Dijo en un tono sugerente que decidí ignorar.

—¿Necesita algo de mí?—Pregunté y ella asintió.

—Muchas cosas.—Mordió su labio inferior y yo observé mi reloj.

—Bien, si necesita de mí puede ir a buscarme en la sección de cámaras o simplemente... —Le entregué el número de mi localizador en una tarjeta. —Llame allí, también tiene un comunicador en su habitación, puede hablarme por allí y también contestaré de inmediato. —Me di media vuelta y la oí soltar una risita.

—¿Siempre eres tan seria, bonita?—Preguntó y me giré levemente.

—Sí, cuando cuido niños suelo serlo... —Murmuré algo molesta. Ella me llamó bonita, es desagradable. —Sobretodo si son malcriados.

Volví a girarme.

Respira, Natasha. Una niñita mimada con dinero no hará que tú pierdas respeto o lo mucho que te mereces tu puesto de trabajo.

Nota de autor:

¡Feliz cumpleaños olsen_x_styles! Díganle feliz cumpleaños <3

-Codex.

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