•Remodelación.

Natasha, 26.

Acaricié el rostro de mi novia nuevamente. Estaba demasiado asustada, me espanté bastante, lo juro.

No todos los días tu novia recibe un golpe de un mueble aéreo. Por suerte Barnes estaba arreglando los últimos cables de aquellas luces led que instalaron.

Bucky notó que el mueble se desprendió de la pared, Wanda hizo algo de ruido y él corrió a tratar de ayudarla, sin embargo el mueble cayó golpeándola, él la recostó en el suelo y trató de mantenerla con conciencia mientras llamaba a Erik por el móvil.

Erik llegó a donde yo estaba, y bastó sólo una mirada entre ambos para salir corriendo.

Ella está bien, sólo debe descansar y hacerse un par de revisiones por el estado del golpe, pero no le ha pasado nada por suerte. Sus exámenes salieron bien.

Acaricié nuevamente su rostro. Wanda me dedicó una leve sonrisa entristecida.

—Hey... ¿Qué pasó? ¿Dónde estamos?—Preguntó y notó la intravenosa en su brazo.

—Te están administrando calmantes para el dolor, te haz golpeado con un mueble aéreo. Estás bien.—Murmuré y me acerqué para besarla.—Me asustaste mucho, detka.

—Pensé que algo malo había ocurrido.—Susurró y negué.—Tuve mucho miedo.

Sus ojos se llenaron de lágrimas.

—Amor, hey. Estás bien... No fue nada, no debes preocuparte. Nadie te hará daño, tu casa está asegurada y...

—No quiero volver.—Admitió.—Todo iba tan bien, yo... Sólo no quiero volver, tengo un mal presentimiento. Quedémonos en la ciudad, papá te paga por cuidarnos y cuidarme, estarás trabajando.—Dijo rápidamente.

Asentí sin pensarlo más. Ella está realmente asustada.

—Está bien, amor. No fue un mal augurio o algo, estás bien, Wanda.—Traté de calmarla y ella negó.

Su respiración era irregular.

—Pude morir.—Dijo en un sollozo ahogado.

—Hey... Ven aquí.—Me acerqué a ella. La abracé y besé su cabello.—Todo estará bien. Estás bien, preciosa.

Ella simplemente se escondió en mi cuello de forma silenciosa.

—Creí que la que estaba sensible era yo.—Bromeé y ella sonrió de forma leve. —Iremos al departamento de Erik, pediremos pizza y prometo que cuidaré de ti, no me despegaré de tu lado en ningún momento.

—Prometelo.—Pidió ella.

—Lo promero, detka.—Susurré y vi a Erik entrar en la habitación. —Ha venido tu padre.

Erik nos observó y ella le sonrió al castaño.

—Los dejo para que hablen.

—No, Romanoff. Sólo quería ver como está. —Dijo él y se sentó junto a Wanda en un silla.—¿Cómo te sientes?

—Extraña.—Admitió. —Me atacó un mueble de mi propia casa.—Se quejó y Erik comenzó a reír y se acercó hasta Wanda. Besó su cabello.

—Despediré a ese mueble.—Bromeó. Wanda le sonrió. —El doctor ha dicho que no debemos preocuparnos, estarás bien.—Dijo con una sonrisa.—¿Te sientes un poco mejor?

—Duele un poco. —Admitió.—Pero es soportable.

Erik asintió. Me levanté y Wanda comenzó a hablarle sobre nosotras y el departamento. Erik no se negó en ningún momento.

—Voy por un café.—Dije saliendo de la habitación. Fuera estaba Stephen. —¿Me acompañas a por un café?—Pregunté y él asintió.

Emprendimos camino por el pasillo largo, bajamos las escaleras y pasamos fuera del ascensor.

Los ascensores me recuerdan a Yelena, los ascensores, las escaleras mecánicas y los taxis. Realmente la asustan. Le cuesta mucho subir a alguno de esos.

—¿Tú y el jefe?—Pregunté y Stephen sonrió.

—Algo así. —Dijo señalandole a dependienta dos expresos y unas donas.—Él cree que no merece ser amado.

—Y tú tienes complejo de "voy a cambiarlo"—Hice comillas y volví más chillón mi tono de voz.—He pasado por eso.

Sonreí recordando los primeros meses en que estar con Wanda era un jodido carrusel de emociones. Un día estabas en la cima del mundo y al día siguiente llegabas abajo y toda la euforia desaparecía.

—Ríete lo que quieras, pero Erik es un gran hombre, y creo que podemos hacernos felices. Sólo debe comenzar a creer en que merece ser amado, y dejar de pensar que no es así.

—Estuve allí.—Comenté. ¿Wanda siempre será la copia de su padre? Es casi ridículo todo lo que se parecen.—Dale tiempo, seguramente necesita que le demuestres aquello, y probablemente necesita entenderse, adaptarse nuevamente, y un poco de espacio para si mismo.—Dije sabiendo todo lo que Wanda amaba el amor no dependiente.

Y es lindo verla amarse, me gusta que Wanda florezca por sí sola, me gusta que sepa que no depende de nadie, ni depende del amor de nadie. Somos seres sociales, es lindo sentir el amor de alguien, pero ella sabe que no lo necesita, que su persona más importante es ella, siempre ella.

Ni siquiera me necesita a mí, ni yo a ella, pero estamos juntas para acompañarnos.

Se siente bonito acompañarse.

—Gracias por el consejo, Romanoff. Verdaderamente me gusta Erik, es un buen hombre y tiene un corazón noble.

Asentí. Es verdad.

—Creí que eras heterosexual.—Admití.

Él comenzó a reír. Recibimos nuestras cosas y emprendimos camino de regreso.

—Nadie aquí es heterosexual además de Steve Rogers.—Comentó riendo.

—Steve es gay y homofóbico. No tengo dudas.

Llegamos hasta el pasillo y Erik estaba firmando unos papeles.

—Deberían darme un descuento, he visitado este hospital más que nadie en un año.—Bromeó y las enfermeras comenzaron a reír.

Absolutamente todas rieron por su broma. Erik tiene un encanto atrapante que todos sus hijos heredaron.

Habilidades reales, señores.

—Bien, ¿puedo llevarme a mi bebé?—Preguntó y las enfermeras parecían derretirse una tras otra ante tanto amor por parte de Erik.

—Nuestra bebé.—Interrumpí y todas cambiaron drasticamente de actitud. Erik me observó molesto.—Oh, no, señoritas. No soy tan mayor como el papá suegrito, soy la novia de su hija.—Dije palmeando su espalda.

—Yo soy la mamá.—Bromeó Stephen tomando la mano de Erik quien rápidamente se sonrojó.

Rápidamente un hombre de gran altura se acercó a nosotros. Wanda venía tras él en una silla de ruedas empujada por una joven enfermera que venía haciendo reír a Wanda.

Mi rostro cambió en ese momento, lo noté por la mirada burlona que Erik me dio.

¿De qué se ríe? ¡No es gracioso! Y sí, estoy celosa, ¿haré algo? Claro que no, no es culpa de Wanda. ¡No está haciendo nada malo! Pero la están haciendo reír, ¿y qué tiene de malo eso? ¡Todo! Prefiero que le coqueteen, confío en Wanda, sé que no haría nada, porque me ama, pero si alguien la hace reír más que yo... ¡Eso me enerva! ¡Ahí surge la chispa! ¡El amor! ¡La magia! Oh, joder.

—Relájate. —Dijo Stephen.

—Estoy relajada. No me pasa nada. ¿Qué insinúas?—Pregunté molesta.

Stephen sólo giró los ojos con una sonrisa.

—Amor.—Wanda me llamó y aquella chica levantó la mirada. Sus ojos se cruzaron con los míos y la muy cobarde no pudo mantenerme la mirada.—¿Me ayudas?—Preguntó y caminé hasta ella, tomé su cintura y la ayudé a levantarse. Rápidamente se aferró a mi cuello.—No seas celosa.—Susurró.

—No soy. Mentirosa.—Dije rápidamente y ella comenzó a reír.—Mía.—Me quejé en su oído y ella me dedicó una sonrisa.—Bueno, no mía, pero mi novia.

—Cállate y bésame.—Dijo besando cortamente mis labios antes de que Erik  le dijera donde debía firmar los documentos.

Al acabar comenzamos a caminar lejos del lugar. Salimos del hospital en silencio casi, si no fuese por Erik quien iba jugando con Wanda en su silla de ruedas. El amor de Erik por sus hijos es admirable, él fue quien le donó sangre a Peter cuando hace días tuvo la riña y la perdió, hace un año cuando apenas habíamos llegado, recuerdo que vi a Pietro quejarse de un dolor de estómago, Erik estuvo con él toda la noche tratando de arrullarlo cual bebé.

Stephen condujo hasta en departamento y al dejarnos en la entrada, Erik se despidió más de cuatro veces de Wanda sin querer dejarla.

Ella le aseguró a su padre que se relajara, y dijo que se siente segura conmigo. Me hace feliz eso.

Entramos al departamento, ella fue a darse una ducha y yo comencé a preparar la cena.

Algo simple, no mucho condimento ni muy pesado. Odio condimentar, por eso creo que hacemos buen equipo, ella condimenta, yo veo la cocción y nos besamos mientas nuestros pequeños cachorros destruyen la casa.

Suena ideal.

—¿Cariño?—Llamó Wanda y me giré para verla. La castaña tenía el cabello más rubio que antes. Enarqué una ceja.—¿Te gusta?—Preguntó y caminé hasta ella dejando las albóndigas cocinarse.

—Me gustas.—Asentí y tomé su cabello. Es lindo.—Me gusta esta versión rubia.

—Gracias.—Dijo con una sonrisa.—¿Me das un besito?

—¿Estás bien?—Pregunté antes de acercarme para unir nuestros labios

—¿Por qué?

—Un mueble te ha golpeado la cabeza y acabar de teñir tu cabello. No hay ni siquiera un día de diferencia.

—Bueno, creo que quería un cambio.—Dijo ella encogiéndose de hombros.—¿Mal augurio?

—Detente con eso. Todo está bien.—Giré los ojos y la besé cortamente en los labios.

Ella asintió y tomó mi mano.

—Quiero hacer algo, pero necesito que te pares a mi lado.

Asentí y tomó mi mano guiándome hasta la mitad del salón.

[PLAY: The way i loved you - Taylor Swift, taylor's version]

Desbloqueó su móvil y lo dejó sobre el mueble tras el televisor.

Comenzó a sonar una canción de Taylor Swift, ella simplemente estaba acomodando su móvil para grabar mientras reproducía spotify.

—¿Qué haces? —Dije extrañada.

——But I miss screaming and fighting—Cantó mientras parecía imitar una discusión. Creo que el golpe la afectó más de lo que creíamos— And kissing in the rain—Me jaló hacía ella uniendo nuestros labios separándose rápidamente para seguir cantando.—And it's 2:00 a.m. and I'm cursing your name—Me empujó y me quejé. Me ha golpeado en una teta.

—¡Wanda, mi seno!—Me quejé. —¿Qué cojones te pasa?

—So in love that you act insane... —Volvió a acercarme a ella y se impulsó para colgarse de mi cuello. Tomé sus muslos y la sostuve mientras ella se echaba para atrás como si nada le importara.—And that's the way I loved you...—Giramos porque ella me impulsó a hacerlo. ¡No entiendo!—Breakin' down and coming undone... It's a roller coaster kinda rush...—Se acercó a mi rostro aún colgada de mí.—And I never knew I could feel that much...—Susurró contra mis labios.—And that's the way I loved you... —Dijo antes de besarme con pasión.

Cerré los ojos dejándome llevar.

—Eres una demente...—Dije contra sus labios y volví a besarla.

[•••]

Wanda, 21.

Luego de hacer el amor con Natasha, nos recostamos a descansar, sin embargo ninguna podía dormir.

—Tu comida no ha sido nada liviana.—Me quejé.

—¿Liviana?—Preguntó ella.—No, me refería a una comida LES-BIA- NA.—Remarcó la separación.—Aprende a entender.

Comencé a reír contra su pecho y dejé un beso sobre el.

—Claro. Escuché mal.

—Sí.

—Un mueble quiso asesinarme. Entiéndeme.

—Estaba tan asustada cuando Erik llegó...—Dijo Natasha mientras besaba mi rostro de forma suave. Cerré los ojos y me escondí en su cuello.—Nunca en mi vida sentí que las escaleras fuesen tan largas.

—Tus piernas largas pueden con eso.—Murmuré acariciando su muslo desnudo que reposaba pegado a mi cadera.—¿Qué habrías hecho si me pasaba algo más?—Pregunté y ella se quedó en silenció. Abrí los ojos luego de unos segundos prudentes y ella me observaba.

—Me volvería loca.—Susurró.—Puedo con todo, pero no con perderte.

—Amor...

—Es la verdad.

—Yo tampoco podría perderte.

Ambas sonreímos y entrelazamos nuestros dedos mientras nos besabamos de forma dulce.

Ella se separó lentamente de mis labios.

—Me gustaría que siguieras sin mí, no me gustaría que te quedaras estancada... Como yo, podrías tener otros amores y lo importante es...

—¿Por qué hablamos de ésto?—Dije nerviosa.

—Tú tocaste el tema.—Dijo ella y yo sonreí. Me alejé y me senté en la cama.—Wow. ¿Vas a molestarte por decirte eso?

—No estoy molesta, sólo no creo que debiesemos hablar de ésto como si fuese una posibilidad.

—Wanda... Mi trabajo.—Murmuró ella.

—¿Qué? —Pregunté rápidamente. —No vas a... ¿Vas a seguir con ésto luego de lo de mi familia? Creí que lo habíamos hablado, dijimos que...

—Ya, pero... No es algo que yo decido. Es todo un papeleo y...

—¿Y tú me perdonarías trabajar en algo que esté a nada de matarme cada tres horas?—Pregunté molesta. Ella apartó la mirada y se sentó en la cama escondiendo su rostro entre sus manos.

—Bien. A la mierda.—Se quejó molesta. —No estoy para tus niñerías.

—¿Qué?—Pregunté incrédula. Solté ina risita nerviosa.

Se levantó de la cama envuelta en su bata y se encerró en el baño.

Joder.

Bien.

Nota de autor:

Hola, chinchus. ¿Cómo estuvo su lunes?

Subí videos a tiktok por si quieren ir a verlos <33

-Codi.

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