•Piolín.

Natasha, 26.

Caminé hasta el granero dejando la comida de cada animal. La vida granjera definitivamente no es algo que elegiría para hacer el resto de mi vida, aunque para despejarme de pensamientos ridículos que no dejan de atormentarme sirve bastante.

Ayer por la noche tuve un sueño que no ha dejado mis pensamientos, Wanda en la cocina se repetía una y otra vez mientras llamaba mi nombre. No puedo estar pensando de esa forma en esa jodida niña mimada, es decir... No es que me disguste, es claramente atractiva, pero seamos realistas, Wanda no es de las personas que suelen tomar en serio a alguien, y yo no quiero acostarme con mi trabajo, debo investigarla, debo investirgar a su familia, no puedo mezclar trabajo con placer.

Y aunque realmente mi informe de la familia Maximoff, no los relaciona a ellos directamente. Los trillizos están apartados, Erik Maximoff de momento no ha hecho nada sospechoso que lo acerque a los delitos de lavado de dinero en su empresa, sabemos que su esposa tiene que ver en ello, pero se han destapado más cosas que nos hacen creer que Erik Maximoff también tiene algo que ver con todos estos delitos y estafas.

El cachorro llegó corriendo a tomar mi jersey de trabajo y salió corriendo.

—¡Oye, rata!—Gruñí al verlo huir.—¡Vuelve aquí, pequeño cobarde!

Dejé de alimentar a los caballos y comencé a correr tras él. Es mi jodido uniforme, ¿no podía tomar algo más? ¡Joder!

Seguí corriendo tras él mientras veía hacía donde se dirigía. Maximoff nadando en la piscina en traje de baño, me detuve en seco y traté de borrar aquél sueño de mi mente, pero era imposible. Sus besos, sus caricias, aquellos gemidos dulces acabando en un "sigue, Natalia", debo apartarlo de mi mente incluso si parece difícil.

El cachorro se lanzó al agua con mis pertenencias en su hocico, toqué mi pantalón notando que mi móvil estaba ahí dentro.

—Joder. —Me quejé.

Wanda regañó al cachorro y le quitó el jersey, salió de la piscina y me lo entregó. Lo tomé revisandolo rápidamente y noté que mi móvil no estaba, lo dejé caer al suelo para que el perro llegara a acostarse encima y me quité la camiseta y pantalones antes de lanzarme a la piscina.

Nadando hasta el final encontré mi móvil hundido. Subí hasta la superficie y me sentí una estúpida porque por primera vez obedecí al consejo de mamá "deja tu móvil cerca de tu pecho siempre, a tu alcance", era una tontería a la que justamente hoy decidí tomar en cuenta.

Maldije todo lo que pude mientras salía del agua.

—¿Estás bien?—Preguntó Wanda y suspiré. —Tu móvil... —Murmuró.—Papá se encargará de ello, no te preocupes, le hablaré para decirle que busque otro.

—Sí, gracias. —Dije ofuscada.

—¿Te sientes bien?

—No, estoy frustrada. —Dije rápidamente. —Iré a alimentar a los animales.

Piolín me observó aún batiendo la cola, acaricié su cabeza y Wanda volvió a disculparse.

—En serio lamento que él hiciera eso, por lo general se comporta... —Dijo de forma suave.

Observé los ojos de can.

—Te perdono, cálmate. —Dije acariciando bajo su oreja con suavidad. —Además... ¿Quién me acompañará a correr temprano mañana?—Él comenzó a mover su pie emocionado. —Así es, tú. Buen chico.

—¿Te acompaña a correr?—Preguntó Wanda y asentí lentamente.

—Me acompañó hoy temprano, es un gran compañero de entrenamiento, no se detuvo ni siquiera a orillas del río a beber agua, me siguió el paso.

Sonrió agachándose a acariciar el cabello del perro.

—Eres un buen muchacho, pero deja de robarte los jerseys de la señorita Romanova.—Murmuró.—A mi también me gusta, pero no me voy robando su ropa.

Me sonrojé  y carraspeé levemente mientras mi mirada se clavaba en la espalda de Wanda y recordaba los besos que dejé en su espalda según mi jodido sueño.

Joder.

                              (•••)

—¿Podrías por favor mirar una película conmigo?—Preguntó Wanda por tercera vez y negué.

—Señorita Maximoff, debo encargarme de...

—Que lo haga, Rogers. Eres la jefa y...

—Es mi turno, Steve descansa para su turno de vigilancia nocturna, no puedo incluso si deseo acompañarla.

—¿Deseas acompañarme?—Preguntó tomando el borde de mi camisa.

Quité sus manos y la alejé rápidamente.

—No, no me refería a eso, señorita. —Aclaré.—No puedo, lo siento.

Me di media vuelta bastante molesta conmigo misma y con ella y sus insistencias. Es linda, pero tengo trabajo que hacer y realmente no pretendo dejar que una niña se interponga en mi investigación.

Y me mantengo firme en una sola cosa, debo dejar de hacer llamadas con Pepper, sobretodo nocturnas, siempre acaban de la misma forma y no poder tocarla sólo hacen que acabe soñando con Maximoff, y ella no es para nada una mujer con la que saldría. Definitivamente no.

                              (•••)

—Romanoff. Correo. —Dijo Strange entrando con una carta. Vi el sello y me levanté de golpe.

—Es mi madre.—Dije observando a Clint. Él me ha sonreído, tomé la carta y he corrido a encerrarme en mi habitación.

He abierto la carta y he visto la caligrafía de Melina, o eso he creído ya que he comenzado a leer y noté que quien escribía, realmente era Yelena, mi pequeña hermana. Estaba tan emocionada de saber al fin de ambas y de papá por supuesto, que no he parado de llorar en ningún momento, mi pecho se apretó dejándome sentir la emoción de leer algo sobre ellas y al fin saber que estaban bien, extraño mucho a mi familia. Definitivamente saber que Yels va mejorando con sus terapias según lo que creo mi madre le ha hecho escribir, me pone muy contenta, me pone contenta saber que ella pronto va a poder ingresar a una escuela buena gracias al dinero que les estoy enviando, me pone contenta saber que papá se ha salido de ese trabajo de mierda y ha encontrado uno mejor de panadero, me pone contenta saber que mamá se siente un poco mejor y ya no está tan decaída, dentro de todo lo malo que puede tener este trabajo de mierda también, donde tengo que aguantar cosas, escuchar cosas, pensar en cosas en las que no quiero, el hecho de saber qué puedo aportar la felicidad a mi familia o simplemente puedo ayudarlos estando aquí sabiendo cada tantos meses de ellos me pone feliz y hace que todo valga la pena.

Nota de autor:

2/2

-Codex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top