•Papá suegrito.
Natasha, 26.
—¿Haz comprado velas?—Preguntó Erik y asentí señalando la bolsa en mi mano.
—Gracias.—Dijo tomándola. —¿Stephen se fue?
—Renunció al caso.—Murmuré y él apartó la mirada.
Ayer por la noche Stephen y yo bebimos un poco, charlamos, ventilados nuestros problema... Y él lloró por Erik, iba a consolarlo, pero recordé a Wanda y también lloré, hoy me desperté avergonzada y Stephen me dijo que pidió que lo re-ubiquen.
—Bien.—Dijo cortamente e ingresó a su habitación. Giré los ojos y caminé tras él.
—No quiero entrometerme, pero...
—Pues no lo hagas, fácil. —Dijo él contándome. Giré los ojos nuevamente.
Wanda sacó la prepotencia de aquí.
—Wanda es tu copia, ¿te lo han dicho?—Me quejé.
—¿Y también vas a quitarme la pureza?—Gruñó él.
Si supiera que Wanda era muchas cosas menos virgen cuando estuvo conmigo... ¡No está mal! De todas formas no comparto ese pensamiento de la virginidad, ni siquiera lo encuentro necesario de "conmemorar", pero... ¡Yo no fui!
—Yo no le quité nada a su hija.—Dije molesta y me miró enojado.—Nada que ella no quisiera.
—¿Vas a negarla?
—Voy a fingir que no estamos hablando del sexo que tuve con su hija. —Murmuré caminando hasta el bar y sacando una coca cola.
—¿Y de qué hablaremos sino es de que te acostaste con mi hija mientras yo creí que la cuidabas?
Tal vez no debería molestarlo, pero de cualquier forma Wanda ya me dejó, y realmente nunca fuimos nada, creo que puedo burlarme un poco de Erik.
—La cuidé en todo momento, créame, suegrito.
Erik se quedó en silencio y se giró hasta mí suavemente. Nos observamos y él relamió sus labios antes de hablar.
—Vuelve a llamarme suegrito y te enviaré de una patada a Rusia.
Sonreí burlona.
Hay algo que siempre he querido saber, y es la razón por la que Wanda explota de manera tan rápida conmigo siendo tan pacífica con su familia, y si es tan parecida a su padre tengo la teoría de que puedo presionarlo lo suficiente y sólo explotará cuando esté harto.
—¿No quiere tener nietos mitad rusos?—Pregunté.—Pelirrojos, ya sabe.
—Quiero que mi hija recorra el mundo, no que críe niños, menos los tuyos, sin ofender.
—Wanda anhelaba llegar a Rusia para criar a nuestros bebés en casa, ya sabe, como una mujer... Lesbiana oculta, ya que allá no podemos estar juntas en público. —Murmuré.
—Ella está estudiando, porque va a trabajar y vivir una vida que se merezca, no encerrarse sin poder vivir su amor.
—Ella eligió eso, suegrito.
—¡Deja de decirme suegrito!—Gritó golpeando la mesa.
—¿Por qué con Wanda explotas tan rápido?—Pregunté.
Él me observó en silencio.
—¿Por qué no proteges de la misma forma a los demás si aseguras amarlos por igual?—Insistí y él negó.
—Los protejo por igual.
—No, porque si me estuviese follando a Peter no estarías así. No actuarías así.
Erik apartó la mirada y se sentó en la cama. Pude notar la tristeza en sus ojos.
—Es difícil ver como tu esposa rechaza a tu hija desde que nace, ¿sabes?—Suspiró.— Ella esperaba ansiosa dos varones, estaba enamorada de la idea... Un esposo empresario, dos bebés, nuestro hogar maravilloso, y cuando nacieron tres bebés sin que supiésemos de Wanda... Ella la rechazó a tal punto de que ni siquiera la amamantó.
—¿Rechazo solo a ella?
—Sólo a Wanda, por alguna razón el hecho de no ser la única mujer de la casa... Le provocó celos, tiempo más tarde comencé mi romance con Charles, le pedí el divorcio y quedarme con los niños, y no quiso, ni siquiera quiso entregarme a Wanda. Tuve que quedarme por ella...—Se sinceró.—Y no me arrepiento, traté de hacer feliz a mi princesa.
—Wanda ama a su madre.—Murmuré.
—Wanda es mejor que su madre, y Wanda intenta ser su madre... Con la esperanza de que algún día ella esté orgullosa.
—¿Qué opinas de eso?—Pregunté y Erik se quedó en silencio. Pude ver como las lágrimas rodaban por sus mejillas.—No debes explicarme nada, sólo me preocupa, no quiero que se lastime más.
—Me aterra que su madre regrese, Irina sabe la debilidad de Wanda.—Murmuró.—Sabe que es ella, y sabe que Wanda haría lo que fuese... Temo que mi hija vaya a ayudarla en algo que le traiga consecuencias.
—No creo que sea así.—Murmuré. —Wanda es inteligente, ella sabe diferenciar entre el amor real y lo que no es amor.
Él negó.
—He tratado de ser un padre presente, pero tengo claro que mi pequeña necesita afecto. Tengo claro que por un poco de amor, ella haría lo que fuese, y es eso lo que me aterra.
—¿No están yendo a terapia?—Pregunté y él asintió.
—Supe que sí, pero... Aunque deseo volver ya mismo, y abrazarlos, y decirles que estaremos bien... No sé si pueda ver a Charles luego de todo lo que sé.
No debí entregarle los archivos. Fury envió una copia con todos los negocios de Charles Xavier, y se la he dado a Erik. El pobre no ha dejado de beber, está ansioso y aunque finjo que no, escucho sus llantos en la noche, sé que lo está pasando mal.
—Espero que todo pase, Erik.
—Yo también. —Susurró él. —Yo también.
[•••]
Wanda, 20.
—¿Les dejaron alguna actividad a realizar para la próxima sesión?—Pregunté mientras bebía de mi café y mis hermanos disfrutaban de una gaseosa.
Los he traído a comer. No han comido nada, y yo anhelaba algo de cafeína.
—¿Vas a comer?—Preguntó Pietro señalando las donas. He estado muy nerviosa, temo vomitar lo que he comido, odio la ansiedad, y odio no poder permitirme comer como debería.
Odio sentir la bilis subir por mi garganta cada vez que tengo el cuerpo pesado por ansiedad, odio que todo lo que deseo comer me provoque nauseas solo porque no puedo dejar de sobrepensar.
Odio esto.
—Estoy bien así.—Le dediqué una sonrisa a Pietro y Peter habló.
—Debo colorear un libro de suoerheroes. Me ha dicho la señorita Lewis que debo liberar a mi niño interior.
Sonreí.
—¿Y tú, Pietro?
—Yo debo elegir canciones que me gusten para meditar.—Murmuró y asentí.
Ambos deben hacer cosas relativamente sencillas y espero que no les cueste, ya que no puedo ayudarlos ahora en algo tan personal como la terapia.
—¿Y tú?—Preguntó Peter.
Suspiré nerviosa. Debo hacer una jodida lista con cualidades buenas sobre mí, y no puedo encontrar ni siquiera una.
—Me lo enviarán por correo.—Mentí.
Siempre es más fácil ocultarles lo que puede preocuparlos.
Están mejor sin pensar en mi bienestar. Yo puedo con todo.
Nota de autor:
Lamento la tardanza <33 tengan bonito día en la escuela/facultad.
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top