•Mal paso.

Natasha, 26.

Me he despertado temprano, y he salido a correr, quiero arreglar las cosas con Wanda, claro que quiero.

Sé que he reaccionado mal, no era la manera, lo acepto, lo asumo, y... Fue mi error, me comporté como una estúpida.

Wanda tiene razón, no es justo para ella que la deje aquí estudiando con el corazón en la boca cuando no puedo contestarle llamadas porque la misión me ha dejado sin cobertura.

Ella merece saber que cuando entre a clases su novia seguirá de una sola pieza y podremos pasar el siguiente fin de semana juntas compartiendo como otras novias lo harían.

Y sé que no me justifica, pero... ¿No han sentido que de pronto todo se ve malo? Todo parece una mierda, y por cinco segundos todo te resulta tan mal que simplemente dices, a la mierda, me rindo con ésto... No estoy diciendo que eso pasó con Wanda, la situación me hizo sentir así, la situación de que podía perder mi trabajo, podía perder mi trabajo, todo mi esfuerzo por años, lo que pagaba las terapias de mamá, el trabajo de papá y sus negocios... Y luego pensé en la absurda nostalgia que esa, me aferro a la estabilidad de mi familia, pero jamás pienso en mi estabilidad, y eso se vuelve injusto para mí, que merezco ser feliz.

Y mi felicidad es a su lado, que no quiero perderla por una estupidez, y es que ya la imagino pensando en como hacerme la ley del hielo de mil formas diferentes.

Una pelea estúpida no debía arruinar nuestro relación, y espero que no lo haya hecho.

Cuando salí del baño, Wanda dormía. Temprano no he sabido enfrentarlo, y me ha texteado pero la he ignorado por mis temores absurdos.

Amo sus niñerías, y esto ni siquiera lo ha sido.

Le he comprado unos chocolates, flores y un par de dulces, realmente quiero que me perdone. Quiero..  Disculparme por mi comportamiento poco civilizado, y ya sé que no ha sido la gran discusión, pero es que verdaderamente me he sentido culpable, ella no se merecía esa reacción infantil de mi parte y yo debí ser más madura y saber expresarme.

Sólo colapsé.

Mi móvil comenzó a sonar, observé la pantalla, una llamada de Wanda apareció en ella, decidí ignorarla por dos razones, la primera es que no quier morir en un accidente de auto y la segunda es que no quiero una confrontación justo ahora, no quiero que discutamos o ella esté enojada conmigo y todo mi intento por arreglar mi error se arruine, no quiero eso.

Además, Yelena siempre me pide que conduzca con cuidado, Yelena le tiene mucho miedo a los accidentes de auto, nunca he sabido la razón, pero siempre respeto las leyes de tránsito, Yelena lloraba suplicándome que tenga cuidado al conducir. Y que Yelena llore, es demasiado.

Las llamadas cesaron y me concentré en el camino, son sólo quince minutos y el tráfico parece estar de mi parte hoy.

Estoy a sólo unos minutos, y realmente quiero solucionarlo.

[•••]

Wanda, 21.

[PLAY: My tears are becoming a sea — M83]

Dejé de insistir en llamar a Natasha en cuanto llegué al edificio, los bomberos iban saliendo, papá me ha enviado un correo temprano diciendo que había una fuga de gas, en ese momento yo estaba trotando fuera de casa. Ahora la he intentado contactar para que sepa que puede tardarse más y que todo está bien.

Salí temprano de allí, necesitaba mi espacio, y quería darle su espacio a Natasha, ya estamos grandes. Ambas necesitamos meditar lo nuestro, y le he comprado palomitas, unos chuches y un juego de mesa para hoy a la noche.

No vamos a formar un océano de una gota de lluvia, por lo que he dejado que se tome su tiempo. Ayer cuando ha entrado al baño he decidido enviarle a Pietro el vídeo que he grabado con Natasha  –Ya que mi hermano es bastante hábil con las computadoras y la edición– y le he dicho que haga algo bonito para poder subirlo a redes.

Estoy en el lado homosexual de tiktok, y lo he subido allí y en instagram, ya sé, no es bueno presumir, pero..  A la mierda, la gente comenzó a decir cosas lindas sobre ambas, por ejemplo que querían algo así, que eran sus metas y a lo que aspiraban.

Yo siempre aspiré a algo como lo que tengo con Natasha, pero no lo sabía, no estaba buscándolo, pero era todo lo que necesitaba y más. Soy feliz, y sé que ambas lo somos, y también sé que sin la terapia no sería lo suficientemente madura como para darle su espacio y darme mi espacio, para respirar y meditar cada una lo suyo, luego volver y amarnos como antes de la discusión.

Seguramente Natasha tiene miedo de perder la estabilidad familiar que le proporciona su trabajo, lo entiendo, podemos charlarlo. Es la mayor dificultad en las relaciones, el no conversar las cosas.

Entré al edificio, saludé al portero, observé la escalera y el ascensor, son cuatro pisos y dejé de usar los ascensores porque comencé a sentir algo de culpa desde que sé que a Yelena le asustan, y sólo utilizo las escaleras, pero... Hoy es diferente, quiero subir allí.

Presioné el botón y cuando las puertas se abrieron, me adentré en el ascensor, vi a una señora de avanzada edad caminar de forma rápida hasta el ascensor. Las puertas comenzaron a cerrarse y las detuve con mi mano.

—Hey, gracias, cielo. —Sonrió la señora ingresando a mi lado.—Ten un dulce.—Dijo señalando su bolsa.—Soy Eva.

Negué levemente.

—No se preocupe. —Sonreí.—No fue nada. Y yo soy Wanda.

—Anda, cariño. Cualquiera habría dejado a esta vieja senil fuera del ascensor, aquí no son muy amables.—Murmuró con un aire nostálgico. Es como si estuviese recordando a alguien.

Tomé un dulce y sonreí. Esa textura, sabor y olor las conozco.

Menta y miel. El dulce favorito de Natasha.

—Lo disfrutaste, lo he notado.

—Es el dulce favorito de mi novia. No he encontrado de éstas. —Comenté.—¿Ha ido por golosinas hoy?—Pregunté y ella sonrió.

Observó su bolsa de dulces dejándola en mis manos.

—Tómala.

—No puedo aceptarla.

Las puertas se abrieron.

—Compré ésto, porque tengo la esperanza de que algún fin de semana venga mi hijo y mis nietos a visitarme, lo crié con mucho amor y protección toda su vida, él decía que lo ahogaba... Cuando su padre volvió a buscarlo de mayor, él se alejó de mí.—Sonrió entristecida. Sus facciones cansadas y su rostro tan puro...—Nunca fui la madre que necesitó, créeme que si estos dulces hacen feliz a tu novia, sabré que hice feliz a alguien en ochenta años... Conservalos.—Se dio media vuelta y se alejó entrando a su departamento.

Es ni única vecina aquí.

No puedo entender como han dejado de venir a visitarla, yo habría dado lo que sea porque mi madre me esperara cada fin de semana con chucherías.

Mamá ni siquiera me nota.

Joder.

Entré al departamento y vi que Natasha estaba llamando. Sentí una mano hacer presión en mi boca y solté las golosinas que ni vecina me regaló.

Noté un pañuelo blanco pegado a mi boca y nariz, sólo notaba manchas borrosas, y de pronto veía en blanco y negro.

Yo... Debo... Ir... Natasha... Yo...

[•••]

Natasha, 26.

[PLAY: Cellophane — Sia]

Llegué al departamento y noté que los bomberos estaban fuera, la policía y mucho humo.

¿Qué cojones?

Bajé del auto y vi como la gente del edificio evacuaba. Observé mi móvil y leí los mensajes de Wanda.

Detka. Hey, buen día. Papá me ha dicho que en el edificio hay una fuga de gas, trata de tardarte.

Detka. Aparentemente algo anda mal en las tuberías. Yo estoy comprando algunas cosas, ¿te apetece ver una película cuando vuelvas?

Natalia. ¿Dónde estás, bebé? Acabo de llegar. Lamento no haber contestado tus llamadas, venían conduciendo.

El mensaje le llegó, sin embargo no lo leyó, ni lo contestó. Aún no, por lo general ella contesta rápidamente.

Traté de buscarla en los rostros de los vecinos, sin embargo no la veía en ninguno.

Caminé hasta los bomberos que veía beber café junto a una banca.

—Hey, hola.—Saludé rápidamente. —¿Qué ha sucedido?

—Explosión de un calefactor, sobrecarga de gas.—Contestó uno.

—¿Y han evacuado a todo el mundo?—Pregunté. Uno moreno asintió.

—No queda nadie, hemos barrido las instalaciones de esquina a esquina.

Asentí lentamente.

—Gracias.

Volví a tomar mi móvil. Wanda había leído los mensajes, no contestó.

Natalia. Bebé. ¿Dónde estás? Estoy fuera, vamos a desayunar fuera, he visto una tienda de mascotas. Quiero comprar un juguete para Piolín, perdió su patito.

Nada. Volvió a leerlos.

Natalia. Cariño. Lamento haber sido una idiota, pero me estoy preocupando.

Un policía pasó delante mío  y observé que traía la camiseta del BC Pharma que le he regalado a Wanda, lo noté porque la usé para dormir y la dejé en la ducha temprano.

—Esto causó todo.—Dijo el señor a sus compañeros. Me giré a ellos.

—Hola. ¿Qué departamento ha sido?

—Número tres, cuarto piso.—Dijo él y mis piernas flaquearon.

Con fuerza que no tenía comencé a correr en dirección al departamento. Un bombero trató de detenerme, lo empujé y en eso se acercaron policías a ayudarlo.

—¡Mi novia está allí arriba!—Grité. —¡No entienden! ¡Ella está allá!

—Señorita, calmese. —Dijo un oficial. —La única señorita de ese departamento fue llevaba al hospital por su prometido.

—No, no...

—Sí.

—¡Su prometida soy yo!—Lo interrumpí tratando de que me dijera algo más. Me miró extrañado.—Se llama Wanda Maximoff, por favor. Deben buscarla y encontrarla. No me contesta los mensajes, ella siempre contesta.

—¿Discutieron? ¿Tiene algún novio aparte de ti?

—¿Qué?—Pregunté ofendida.—¿Qué clase de preguntas son esas? ¿De qué habla?

—Lamento informarte que probablemente decidió probar el buen sexo, bonita.—Dijo aquél bombero al que había empujado.

—¡¿Qué coño dijiste?!

—Que todas son iguales, cariño. Nos prefieren.

Iba a golpearlo, sino fuese porque el policía me detuvo y vi a una señora mayor acercarse.

—Usted está hablando de mi nieta.—Dijo molesta. Me giré a ella.—Ese hombre del que hablan ha estado acechando a mi pequeña todo un mes, y la policía ha dicho que mientras no se acerque físicamente a ella no hay crimen, el crimen ocurrió. Se la han llevado. ¿Qué harán?—Dijo molesta.—¿No les da vergüenza? ¿No tienen madres o hermanas? ¿Hijas, amigas?

Todos se quedaron en silencio. Avergonzados.

—Central. Avisen de un posible secuestro en el casi incendio de los departamentos. —Dijo el policía a su comunicador.— Mujer joven, aparentemente todo fue provocado. Son sólo conjeturas.—Se giró a la señora.—Iré a la central. ¿Cuál es su nombre?

—Soy Eva Friechman. —Dijo ella.

Marqué rápidamente el número de Fury. Contestó de inmediato. Me alejé y hablé casi desesperada.

—Se han llevado a Wanda. Avisa a Erik. No sé quien, hubo un incendio.

—Que no toquen nada del lugar. Enseña tu placa y pide que se retiren. Nos vemos en veinte minutos.

—Bien.—Tragué aire de forma apresurada. Joder.

—Y Natalia... Relájate, hija.—Dijo él.—La encontraremos. Estará sana y salva.

—Eso espero, o voy a matar a esos hijos de puta.

Colgué la llamada y me devolví hacía aquella señora.

—Gracias, si no fuese por usted...—Comencé yo y ella sonrió.

—Tu novia es amable. Y sé por experiencia que a las mejores personas, le pasan las peores cosas.—Susurró.—Me llamarán si tienen información. Vivo en el departamento de al lado.

—Gracias, Eva.

Ella me sonrió.

—Con tu permiso.—Dije antes de alejarme.

Saqué mi placa y caminé hasta ese mismo grupo de imbeciles. Se las enseñé.

—Necesito que despejen esta zona. Ahora me encargo yo, pongan a alguien a hacer guardia en las tres entradas hasta que lleguen mis hombres. —Observé al jefe de bomberos.—Y que salgan del departamento.

El mismo idiota de hace unos minutos asintió y se giró para informar que debían irse de allí, y que no tocaran nada.

Quiero llorar, pero no lo haré hasta que Wanda esté en mis brazos.

Esto sólo fue un mal paso...

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo están?

-Codex.

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