•Erik.
Natasha, 26.
Bajé las escaleras abriendo mi camisa en los primeros botones. Vi a Erik bebiendo algo junto a la chimenea del salón.
—¿No puedes dormir?—Pregunté y él se encogió de hombros.
—Estoy nostálgico. —Admitió. Caminé hasta sentarme en el sofá junto a él mientras dejaba los papeles de información que Fury me hizo llegar.—Peter ni siquiera contesta mis llamadas y... Creí que estábamos bien, pero... He comenzado a pensar en que tal vez se ha ido con Charles.
Reflexioné unos minutos. Él no sería capaz de hacerle eso a sus hermanos, y aunque su relación con Erik no lleva más que unos pocos avances, sé que sería incapaz de traicionarlos así.
—Él te ama, Erik.
—Sé lo que Charles Xavier es capaz de hacerle a tu mente, es como si... Se hundiera en lo más profundo de ti, y te manipulara a su antojo... Me siento usado. —Admitió y dejó reposar su rostro en la palma de su mano.
—Hey, cálmate. —Palmeé su hombro.— Peter no es así, y...
—No hablo sólo de Peter, es jodido sentirme tan usado por Charles. —Suspiró.—Es jodido tener que... Saber que él se enamoró de Peter, que yo fui sólo su juguete y que... —Se detuvo.—Sigo enamorado de él.
Oh, mierda.
—¿Enamorado de verdad?—Pregunté y él soltó una risita.—Lo siento, es que...
—Lo amo, Natasha. Yo realmente creería en él si me dijera que va a cambiar y que lo de Peter fue un error, y sé que eso es algo que debo mejorar en mí. Seguramente me falta amor propio. No quiero depender de él...—Dejó su vaso a un costado y subió sus piernas al sofá en un gesto infantil. Escondió su rostro entre sus rodillas.
—Hey... Está bien.—Susurré.—Supongo que no todo se da de la noche a la mañana, y es comprensible que te frustre depender emocionalmente de él...—Recuerdo haber oído eso en alguien.—¿Por qué no vas a terapia?
—Tengo tres hijos de los que cuidar.—Suspiró.—Ya sabes, no es fácil ser padre soltero, y tener tres bebés de veintiuno que necesitan cambios de pañal cada tanto.
—Claro, la cagan bastante.—Dije y él comenzó a reír.
Por fin el ambiente de penumbra parecía menos duro.
—Eres una buena amiga, Natasha.—Dijo él.—Si de algo estoy seguro, es de que Wanda ha elegido bien, y me encantaría que... Sigas a su lado.
—Yo deseo seguir a su lado.
Erik hizo una mueca torcida.
—Pero tu trabajo me hace...
—Presenté mi renuncia.—Murmuré buscando los papeles. Tras ellos al final estaba mi solicitud. —Deben autorizarla al acabar la misión.
—Serás libre.
—Me lo merezco.—Admití.—Y es lo que deseo. Quiero... Estar con mi familia y Wanda.
Erik sonrió.
—¿La amas?
—Más que a nada.
—¿Me prometes que cuidarás de ella? Es algo cabezona cuando se trata de que la protejan.—Murmuró el rubio.—Y no podría vivir... —Sollozó.—No podía permitir que algo le sucediera a mi princesa. Wanda es... La luz en mi vida, es... Absolutamente el amor de toda mi vida.
—También el mío.—Murmuré. Él sonrió.—Deberías descansar, Erik. Sé que no haz estado durmiendo bien, prometo que si algo sucede te llamaré. Por ahora seguimos monitoreando la zona, no ha ocurrido nada, y estamos seguros de que está bien.
Erik asintió y se levantó del sofá.
—Gracias por esta charla, nuera.—Dijo él algo inseguro. Traté de ocultar mi sonrisa de orgullo. Él me ha llamado nuera.
—No hay de que, papá suegrito.
—Lo arruinaste.—Giró los ojos antes de alejarse subiendo las escaleras.
Observé las imágenes donde se veía a Wanda entrar al recinto, la habitación en donde la tenían y los imbéciles que se encargaron de secuestrarla.
Miles de dudas recorrían mi mente, ¿y si ella huía? No lo sé... Sólo quiero que regrese a casa.
Quiero tenerla conmigo y pedirle perdón por ser una jodida estúpida
Voy a protegerla el resto de mi vida, haré lo que sea por cuidarla, pero por favor Dios, déjame verla. Déjame tenerla sana y salva.
Sólo quiero que regrese a casa.
Quiero tenerla aquí. Haré lo que sea, lo prometo, te lo ruego... Por favor.
[•••]
Wanda, 21.
—Yo los seduzco y tu pateas al bajito.—Bromeó Peter mientras acomodaba sus cartas.—Y al pequeño le diremos pelos, porque no tiene cabello.
Comencé a reír y me apoyé contra la pared reuniendo mis cartas.
—No entiendo ésto. —Murmuré y él sonrió. —Tu tampoco, dile a Charles que compré algo más.
—Díselo tú.—Gruñó.—No quiero ver a ese anciano por aquí otra vez, lo odio.
—Mal momento para ponerte resentido.—Bromeé.— Gracias a él tenemos una cama y cobijas. ¿Sabes cuántos días van ya?
—Una semana y contando... Estuviste inconsciente dos días, despertaste al tercero, a mi me secuestraron un día después y desperté dos días más tarde. Técnicamente tu semana y media, yo una semana.—Murmuró y asentí. —Le he puesto nombre a la rata que pasea fuera de la bodega.—Sonrió enseñando sus hoyuelos.—¿Quieres saber como se llama?—Asentí.—Bucky.
Comencé a reír.
—¿Lo nombraste como tu novio?
—No es mi novio, es una rata.—Dijo con desdén.
—¿No se besaron?
—Me rechazó.
—¿Qué?
¿Quién rechazaría a Peter? Es un angelito. Algo torpe, traumado y... Tonto, pero es dulce.
—No quiso tener sexo conmigo aquél día en que me apuñalaron, me fui molesto y tuve aquella riña.
—¿Por qué no ha querido? Se besaron, ¿no le gustas?
—Dice que quiere hacer bien las cosas conmigo, no le creo.
—Peter...—Comencé y él me miró molesto.—No, jovencito. No pongas esa cara. Él sólo está siendo caballeroso.
—Yo no quiero que me hagan el amor, Wanda. Yo quiero que...
—No lo digas.—Lo interrumpí.
—Me follen.
—Lo dijiste.
Comenzamos a reír y me recosté en la cama. Él se recostó a mi lado.
—Somos patéticos, o tal vez sólo trágicos. —Murmuró.
—Tal vez ambos.
Él asintió.
—Sí, tal vez ambos. Elijo culpar a mi adn.—Bromeó.
Me apoyé en su pecho y él me abrazó. Es lindo sentir el amor de mi hermano incluso en estos momentos.
—Lo único que le agradezco a mamá es el hecho de que seamos unidos. Jamás nos abandonaríamos.
—Prefiero cortarme la mano antes que dejarte, o dejar a Pietro. Son mis hermanos, somos un equipo.
—Arriba.—Dijo una voz frente a nosotros.
Ambos nos levantamos y Peter me puso detrás suya.
—¿Para qué?—Pregunté y Frank apareció detrás de aquél gorila.
—Su madre quiere verlos.
—¿A ambos?—Pregunté y asintió.—¿Ahora?
—Preciosa, no tengo todo el día, mueve el culo o tendré que movertelo yo.
Peter lo miró fijamente y lo detuve agarrando su mano con fuerza. Si él intenta defenderme lo matarán y conozco lo impulsivo que puede ser mi hermano.
—Peter, no. Vamos y ya.—Murmuré comenzando a caminar con él. Peter pasó por el lado de Frank quien golpeó mi trasero y en ese preciso momento mi hermano lo golpeó.—¡No, Peter!
En un abrir y cerrar de ojos los guardias estaban separando a Peter de Frank quien estaba en el suelo sin poder defenderse de ninguna manera.
Peter tomó clases de defensa personal, el único problema aquí son las armas.
—Caminen.—Dijo uno dejando a Frank en el suelo.
Comenzamos a avanzar y él seguía con un humor de perros.
—No debiste hacer eso.
—Él no tenía derecho a tocarte, no le dijiste que lo haga y tú tampoco ibas a defenderte, si lo golpeabas tú, no lo habría hecho yo.—Se quejó.
—Es peligroso.
—Me importa una mierda.
Caminamos por un pasillo largo hasta llegar a una escalera metálica. Subimos lentamente y al abrir la puerta mamá se encontraba sentada en un sofá. La habitación de buena calidad y con dos camas allí, una arriba de otra y calefactor. Podía ver un baño.
—Hijos.—Sonrió. Notamos que había una tercera cama. Peter tomó mi mano con fuerza.—¿No abrazarán a mamá?
—No.—Contestó Peter molesto.—¿Por qué estamos aquí?
—Tengo un futuro planeado para nosotros, cariño. No estés molesto. En cuanto acabe esto, nos iremos.—Murmuró ella caminando hasta ambos. Retrocedimos lentamente y mamá hizo una mueca.—¿Qué pasa?
—No iremos a ningún lado contigo, ¿qué te sucede?—Se quejó Peter.
—Tengo mucho que explicarles. Su padre no es quien creen que es.
—Mientes.—Dije rápidamente pasando a Peter tras mi cuerpo.—Como siempre.
Ella negó levemente. ¿Por qué se ve tan segura de sí misma?
—Tengo pruebas.—Murmuró.— Pero deben creer en mí.
—No lo haremos jamás. —Dijo Peter furioso.—¡Papá es bueno!
—Papá no es papá.—Dijo ella lanzándome unos papeles.—Te dije que algún día me entenderías, Wanda.
Tragué saliva y observé los papeles de adopción delante mío. ¿Qué cojones?
Nota de autor:
¡Hey! ¿Qué tal?
¡Nos leemos mañana!
-Codex.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top