•Cumpleaños.

Natasha, 26.

Vi a los decoradores bajar todo lo necesario de sus camiones. Erik se ha ido temprano con sus hijos, no tuve mucho tiempo de charlar con Wanda, pero conseguí un regalo que considero asombroso.

Conseguí la primera edición de aquél libro que jamás terminamos de leer, aquél libro que ella me contó a grandes rasgos, lo mejor de la primera edición es que viene firmado por la autora. Es una maravilla, y realmente me costó conseguirlo, pero la idea de ver una sonrisa emerger de su rostro... Me llena por completo.

Wanda se cortó el cabello hasta los hombros hace unos días, y se ve bastante hermosa, Clint dice que algo mayor, pero Clint es un anciano, su opinión no cuenta.

Ayer por la tarde estuve esperando la llegada de lo que le he comprado a Wanda, y ha sido interesante ver si todo venía en orden. También le he dicho al decorador que hacer en cada zona, la zona de Peter está basada en batman, ya que según Erik su hijo era bastante fan de pequeño, la zona de Pietro es de "RuPaul drag race", Clint dice que Pietro habla de ello todo el día, y lo de Wanda es todo bastante simple, parece un bar rústico basado en una librería, y puedes ver como cada cosa preparada allí está basada en muchos libros que estaban en el restante de "leídos" de Wanda.

Tengo que esperar y sin embargo las ansias definitivamente pueden conmigo, es decir, es su cumpleaños y además es navidad. Es una fecha en familia, y lo único que quisiera es estar con mi familia, pero también me hace ilusión ver el rostro de Wanda y ver lo feliz que estará cuando vea todo lo que organizamos con su padre solamente para ellos por todo el amor que les tiene.

[•••]

Wanda, 21.

—Peter cuidado con la caña de pescar.—Se quejó Pietro.—Vas a matar a alguien.

—Ojalá y a ti.—Se burló Peter y papá giró los ojos.

—Yo los mataré a ambos si no se comportan.—Gruñó papá y sonreí.

—Crimen de odio, aléjate homofóbico.—Dijo Peter mientras trataba de botarlo del bote donde papá nos hizo subir.—Los homofóbicos al agua, Pietro ayuda.

Papá se reía mientras Peter trataba de tirarlo al lago, Pietro tomó las piernas de papá y lograron sacarlo del bote comenzando a soltar risotadas. Papá también reía.

En ese momento sentí que debía fotografiarlos mentalmente, no podría perderlos, siempre lo repito. Tengo una madre de mierda, y duele decirlo, creo que puedo hacerlo gracias a la terapia, pero también porque... Tenerlos a ellos, compensa todo.

Tener a Peter y sus bromas extrañas, Pietro y su constante necesidad de abrazarme, papá y sus increíbles charlas del amor que nos tiene.

Papá subió al bote con ayuda de Peter, tomó su cintura y se lanzó con él al lago. Pietro comenzó a reír y se lanzó junto a ellos, sonreí.

—Cuidado.—Murmuré y los tres me observaron.—Ni siquiera lo piensen, me he planchado el pelo.

—No me importa. —Dijo Peter jalandome hasta ellos. Me colgué del cuello de papá mientras chillaba por el agua bastante fría.—No seas gallina, Wanda.

—No lo soy.—Me quejé y papá tomó su móvil.

—Una selfie.

Mis hermanos asintieron y Peter se quitó la camiseta mientras papá me decía que me acomode. Peter tomó mi cintura y yo me aferré a su cuello, mi hermano enseñó la lengua y yo besé su mejilla mientras Pietro lamía el rostro de papá y él tomaba la fotografía.

—Bien, ahora una normal.

—Cuatro homosexuales, ¿por qué nos sobrexiges? —Se quejó Pietro.—Ninguno es normal.

Papá giró los ojos y los cuatro sonreímos a la cámara. Peter besó mi mejilla en el último momento y eso aumentó mi sonrisa, papá se giró a vernos y Pietro también, la fotografía se veía bastante linda.

—Que linda foto.—Susurró papá y Pietro asintió. El momento se tornó en algo nostálgico. Todos sabíamos que realmente el alma nos había dolido el año entero, y por fin estábamos disfrutándolo. —¿Saben?—Dijo papá subiendo al bote a Pietro y luego ayudándome. —Quiero charlar con ustedes.

Peter subió sin ayuda de papá, sin embargo papá lo cubrió con una toalla y también a cada uno de nosotros, comenzó a secar el cabello de Peter y él por primera vez se dejó cuidar por papá.

—Sé que van a comenzar la universidad, y quiero que sepan lo orgulloso que estoy de ustedes, no importa el camino que tomen... o a quienes amen...—Murmuró y Peter se tensó. Papá lo notó y tragó saliva.—Sólo me importa que sean felices, y... Que sepan que papá siempre va a dar la vida por ustedes, incluso si antes pasaba muchas horas trabajando, era únicamente para asegurarles algo bueno a ustedes en su futuro.

Los tres asentimos y papá nos besó a cada uno antes de comenzar a secar su cuerpo.

—Los amo.—Murmuró Peter con una sonrisa.—A los tres...

Sonreí.

—Yo también. —Murmuré.

—Y yo.—Dijo Peter.—Hay que estar siempre juntos.

Peter y yo comenzamos a reír seguidos por papá. Es Pietro, no podemos pedirle que su ardilla funcione mejor.

—¿Qué? ¿Qué dije?—Preguntó y papá le restó importancia con una sonrisa en el rostro.

Así es como quiero pensar en mi familia, en sus cosas malas, pero siempre son más buenas, todos un poquito dañados, todos luchando con lo suyo, en silencio... Como si fuesen cosas mínimas, aunque nos provoquen batallas enormes internamente.

Quiero recordarlos con una sonrisa, con el "te amo" bordeando sus labios, con el calor familiar, con la sensación de hogar.

Sonreí y aparté la mirada sintiendo que la emoción me consumía, si sigo observándolos, lloraré.

Me giré y vi a Pietro con la mirada cristalizada. Ambos comenzamos a llorar y Peter nos observó en silencio.

—¿Mis bebés están llorando?—Preguntó papá y Peter asintió.

—Debiste abortarlos.

—Haré que te pongan yeso en la pierna otra vez.—Me quejé y Peter gruñó levemente.

Comenzamos a reír nuevamente y Peter nos abrazó con fuerza mientras papá se acercaba a rodearnos con sus brazos.

Estoy en casa cada vez que mi corazón está cerca del suyo.

[•••]

Llegamos a casa, está todo apagado. Papá se veía extrañado. Estacionó el auto y Peter iba jugando con mis pies, ya que le he pedido un masaje y luego comenzó a cantar una canción sobre los "deditos" como ha dicho él.

—Esperen. Iré a ver.

Salió del auto. Vimos como alguien le tapaba el rostro con una bolsa y bajamos rápidamente del auto, sin pensarlo, bajamos y ya.

De pronto nuestros rostros también fueron cubiertos y nos obligaron a caminar dentro de la casa, sin embargo papá habló.

—¡¿No es algo dramático, Romanoff?!—Oí como se quejaba y me relajé. Si Natasha está en medio de ésto, no ha de ser malo.

Sersi me ha invitado a cenar hoy, me iré a las dos con treinta, es tarde, ya sé, pero sólo cenaremos.

Hemos estado saliendo, me ha presentado a sus amigos, sin presiones. Sólo nos conocemos, y es bastante dulce.

—Bueno, haz dicho, sorprendeme y yo te he tomado por sopresa.

—¡No era tan literal!—Se quejó.—¡Pietro es claustrofóbico!

—Ya, pero por eso le hemos hecho un agujero a la bolsa.

—Estoy bien.—Dijo mi hermano rápidamente.

Nos quitaron las bolsas y pudimos observar, me costó acostumbrarme a las luces, pero en cuanto vi como todo estaba... No pude evitar que una sonrisa apareciera en mi rostro.

En letras grandes mi nombre, en mi propio lugar.

—¡Cool, galletas!—Gritó Peter y comenzó a correr en dirección a otra esquina con su nombre.—¡Muy cool, más galletas!

Pietro observó la cantidad de cosas en su mesa y observó a Clint con una sonrisa, corrió hasta él y lo besó. El castaño tomó la cintura de mi hermano y cerró los ojos ante el contacto.

Papá abrió la boca sorprendido y observó a Natasha.

—¡¿Cómo?! ¡¿Cuándo?! ¡¿Dónde?! ¡¿Barton?!—Insistió.

—¡Peter!—Gritó mi hermano imitando la película de Shrek que habíamos visto ayer. Las migas de galletas ensuciaban su camiseta. Es un niño pequeño.

—A mi ni me mires.—Dijo Natasha y yo me sonrojé apartando la mirada. Olvidaba que papá sabe de lo que hubo entre ambas.—Basta, p...—Comenzó Natasha y se detuvo sonrojada.—Erik.

Papá y Clint se observaron en silencio.

—¿Lo siento?—Preguntó.

—Ya hablaremos tú y yo...—Gruñó y luego me dedicó una sonrisa.—Disfruta tu espacio, amor. Eres muy valiosa.

Besó mi cabello y se alejó para abrazar a mis hermanos.

Me giré y vi a Natasha tras de mí.

—¿Te gusta?

—Deduzco que haz sido tú...—Murmuré y ella se sonrojó.—Lo sabía.

—No dije nada.

—Te sonrojaste, y nunca te sonrojas.—Me encogí de hombros.—Es obvio.

—Creí que te gustaría una noche de libros y comida.

—Me fascina. —Admití. Me acerqué a ella y le di un abrazo con algo de duda, sin embargo lo correspondió rápidamente. Sus manos acariciaron la parte libre de mi espalda debido a la camiseta abierta.—Gracias, Natalia.—Besé su mejilla.

—Feliz cumpleaños, detka.—Murmuró y sentí mi piel erizarse... Tal vez por la palabra, tal vez porque es ella.

Sonreí y me aparté algo nerviosa. Observé nuevamente todo y cuando me giré para hablarle, ella ya no estaba.

Aún me gusta.

[•••]

Natasha, 26.

Observé el cielo nuevamente mientras observaba mi móvil. Mis padres han de estar ocupados, no quiero molestarlos.

Estoy feliz de verlos tan felices compartiendo, sin embargo eso no quita que no dejo de pensar en que necesito a mi familia cerca.

Los extraño demasiado.

Piolín se acercó hasta mí subiendo sobre mi regazo.

—Hola, pequeña rata.—Sonreí acariciando su rostro.—¿Cómo estás? ¿Cansado?—Se dejó caer sobre mí cerrando los ojos. —Muy cansado, de seguro hay ruido dentro.

—De hecho, lo he traído yo. ¿Puedo sentarme?—Preguntó Wanda y asentí lentamente.—No haz bajado, están todos con nosotros, incluso está Charles.

—¿No se había ido?

—Volvió. —Se encogió de hombros.—Por Peter creo, mañana se va nuevamente a sus negocios. Ya sabes.

Ella debería saberlo... Debo contarle lo que sucede, y quiero... Que vea que soy sincera con ella.

—Wanda... —Comencé.—¿Crees que alguna vez podremos hablar de lo que sucedió?

Ella me observó y dejó ir un suspiro.

—No estoy lista.

Asentí lentamente.

—¿Crees que alguna vez puedas perdonarme y quizá podamos volver a intentarlo?—Pregunté con un cero por ciento de posibilidad y un cien de fe.

Ella pareció dudarlo.

—Estoy conociendo a alguien. —Admitió.—No sé, si esto no funciona, y más adelante ambas estamos dispuestas a intentarlo, supongo que sí, por ahora... No quiero decirte que sí, estoy conociendo a una chica, no sería justo para ninguna, y prefiero que sigamos llevándonos bien.

—¿De qué hablas? Nos llevábamos bien.

—Y discutíamos frecuentemente, quizá no por todo, pero recuerdo que... Yo era impulsiva, y tú muy buena, luego resultaste ser una mentirosa, y yo una dependiente emocional de ti.

Tragué saliva.

—Eran cosas tontas.

—Sí, pero no quiero algo así, quiero estar tranquila, y por primera vez estoy segura de que es lo que quiero, y creo que la terapia hace su efecto en mí, no he pensado en mi madre, no la extraño, y creo que merezco ser feliz hoy, por lo menos.

Sonreí.

Ella está avanzando tanto, estoy orgullosa.

—Me pone muy feliz oír eso, si te hace mejor estar lejos de mí... Créeme que yo estaré de acuerdo, sólo quiero tu felicidad. Estoy orgullosa de ti, detka...—Murmuré y ella me sonrió.— Nada me hace más fuerte que tu frágil corazón. —Murmuré las palabras de aquél libro y ella sonrió.

—Nada me hace más fuerte que tu frágil corazón. —Murmuró ella también.—Ha pasado mucho desde que pasábamos noches donde yo te leía ese libro, ¿cómo es que lo recuerdas?—Preguntó y sonreí. Me giré un poco y tomé mi bolso sacando de allí su regalo.

—Porque yo recuerdo lo que me hace feliz, y tú me haces feliz, Wanda.

Ella tomó el regaló cuando se lo ofrecí, murmuró muchas veces que no debí molestarme, pero al ver su expresión noté que sí debí molestarme.

—Natasha, es demasiado, no debiste...—Dijo con la voz cortada.

Saltó sobre mi regazo mientras Piolín bajaba del asiento y se iba dentro. Tomé la cintura de la castaña y ella me abrazó con fuerza.

—Eres increíble.

—Te lo mereces, Wanda. Mucho más que sólo ésto, pero... No he conseguido la segunda parte, lo haré para tu próximo cumpleaños. —Murmuré y ella sonrió.

—¿Planeas quedarte?—Preguntó y observé sus labios.

—Tal vez, ¿quieres que me quede?—Pregunté y ella también observó mis labios.

Quiero besarla.

—No me hagas ésto tan difícil. —Susurró.

—Sólo pregunté.

—Nunca es sólo eso.—Susurró y me pegué a sus labios. Ella cerró los ojos pasando su mano por mi cabello. Nos separamos lentamente. —Es el último, no puedo aceptar ésto, Natalia. No quiero que creas que me interesarás sólo por ésto.

Dejó el libro sobre mi regazo, la vi limpiar una lágrima que cayó por su mejilla, y alejarse.

Joder.

¿Qué estamos haciendo?

[•••]

Wanda, 21.

Sersi estaba delante mío bromeando sobre algunas cosas, dejé de prestar atención porque... Quiero decirle que besé a alguien más.

Sé que sólo nos estamos conociendo, pero siento culpa.

—¿Puedo besarte?—Preguntó Sersi mientras yo me apoyaba en su hombro. Giré levemente mi rostro y asentí.

Ella pegó sus labios a los míos de forma corta, succionó levemente mi labio inferior y se separó.

—Feliz cumpleaños.—Murmuró y sonreí.

Ella me hace sentir cómoda, no quiero echar a perder ésto.

—Debo comentarte algo.

—Todo oídos.

Se levantó en busca de algo de vino.

—No sé como vas a reaccionar a ésto... Pero he besado a alguien más. —Susurré.

Sersi se paró delante mía.

Mierda.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo van? En un rato cartas a Bishop.

-Codex.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top