•Confuso.

Wanda, 21.

Abrí mis ojos y noté paredes planas y mohosas. Mis pies estaban atados y mis manos también, me arden las muñecas. Noté la mordaza en mi boca.

Me duelen los ojos.

¿Dónde estoy?

—Despertaste.—Oí una voz ronca hablar delante mío. Levanté la mirada y un señor calvo de mediana edad estaba sentado frente a mí en una silla.—Te he traído agua, tu madre insistió en que te prepare algo de comer que sea liviano, dice que... Haz perdido tu forma.—Sonrió.—Yo te veo bastante bien.

Me dedicó una sonrisa asquerosa y un escalofrío recorrió mi espalda por completo.

Con la fuerza de mis piernas tomé un impulso para llegar hasta la esquina del suelo en donde estaba. Había una colchoneta bajo mi cuerpo, dura, probablemente de deporte. Sobre ella una manta gruesa.

—¿No hablas?—Preguntó. —Te haré hablar.

Se acercó a mí y tomó mi mentón con fuerza lanzándome con mi rostro golpeando la colchoneta.

Tal vez si coopero no sea tan horrible...

—¿Frank?—Preguntó una voz conocida desde fuera y él se giró con una sonrisa torcida.

—Ya voy.

Charles con el cabello más largo, barba y aspecto demacrado apareció frente a mí.

—¿Qué?—Preguntó espantado al verme.—¿Qué carajos?—Dijo alarmándose.—¡Sueltala!—Gritó.

Frank, aparentemente se llama así, lo detuvo con su brazo.

—Quieto, Xavier.

—¡¿Qué te pasa?! ¡Ella no tiene nada que ver! ¡Querían a Erik!

—Y por eso vamos a atacarlo desde lo más profundo, tú arruinaste tu parte, ahora nos toca a nosotros ser astutos.

—¡¿Qué?! ¿Dónde está Ramses?—Preguntó molesto. —Ramses e Irina, ellos no...

—Ramses encontró la ubicación debido a un tonto vídeo viral, Irina dio la idea.—Sonrió. Vi la tristeza en la mirada de Charles.—¿Creíste que era algo en contra de los jefes? Ellos sabían.

—No tienen derecho a tocarlos.—Dijo él.

—Su madre ha dicho...

—¡Irina no se ha comportado como tal!—Gritó molesto.—No voy a seguir con ésto, les dije que no metieran a los hijos de Erik en nuestros problemas.

—¿Quién se metió con ellos aparte de ti?—Dijo burlón y Charles apartó la mirada dolido. —¿Eh? ¿No vas a responder?

—Déjame en paz.—Gruñó. Frank trató de tomar su brazo y Charles lo apartó de golpe.—No voy a seguir con ésto, iré a la policía.

—¿Ah sí? ¿Y qué dirás?

—La verdad. Tengo pruebas, no me importan las consecuencias realmente. No luego de lo que están dispuestos a hacerle a unos niños.

—Te metiste con uno de esos niños.

Charles cerró los ojos.  Se dio media vuelta y Frank comenzó a reír.

—Si fuese tú, no haría eso.

Presionó un botón, una cortina de metal se levantó dejando ver a alguien amarrado a una silla. Frank caminó hasta él y levantó la bolsa en su rostro dejando ver a mi magullado hermano.

Su rostro lleno de cortes, su labio partido y su nariz sangrante. Traté de removerme, sin embargo fue inútil. Frank le lanzó agua y Peter abrió sus ojos, uno de ellos estaba tan hinchado que a duras penas y podía mantenerlo abierto.

—¿W–Wanda?—Preguntó con la voz gastada.—Sueltenla, déjenla ir.—Suplicó.

—¡No lo toques!—Gritó Charles y Frank jaló el cabello de Peter quien se encontraba casi inconsciente.

—¿O qué?

—¡Suéltalo!

—Vas a la policía y se muere, nos faltó el otro torcido, sin embargo... Estaba bien vigilado por un fortachón. Así que nos conformamos con éstos dos pobres diablos.

Grité sabiendo que de nada servía y traté de removerme para ir en busca de mi hermano. Frank observó mi cuerpo sin vergüenza alguna.

—No te atrevas a tocarla.—Dijo Charles.—No te atrevas a tocarlos, déjalos en paz.

—¿Trabajarás bien y calladito?—Asintió.—Buen chico, les he traído comida. Encárgate de alimentarlos.

Frank salió de la habitación no sin antes dedicarme una mirada nuevamente. Tengo miedo. Charles corrió hasta Peter y trató de despertarlo, desató los amarres de su silla y lo ató a mi lado dejándolo en la colcha.

—Lamento tanto esto, amor...—Susurró acariciando el rostro de Peter. Me observó y quitó la mordaza de mi boca.—Wanda, en serio yo no quería que llegaran a esto, trataré de sacarlos de aquí.

Negué.

—No hay forma, si alguno se va... El otro morirá.—Susurré a duras penas. Charles acercó un vaso con agua hasta mi, bebí y sentí que recuperaba las fuerzas que había perdido.—¿Cuánto llevo aquí?

—Acabo de llegar desde Italia, no tengo ni la menor idea.

—Nos vimos en el hospital con lo de Peter, ¿Cuánto ha pasado desde ahí?

—No lo sé, Wanda.—Admitió.—Llevo un mes y medio fuera, pero entre idas y venidas no sé cuando los he visto.

Suspiré.

Natasha debe estar buscándome, es lo menos confuso de todo este asunto, sé que ella ha de estar buscándome. Ella jamás dejaría de hacerlo... ¿Por qué no me ha encontrado?

Dejé ir un sollozo.

—Hey, cariño...—Dijo Charles abrazándome con fuerza.—Sh... Los sacaré de aquí, ustedes no eran parte de ésto.

—¿Mamá sabe de Peter?—Pregunté y él me miró extrañado.—De que está aquí... No de ustedes...

—No lo sé.

—Tal vez pueda irse, debes decirle que...—Comencé y él negó.—Charles, por favor. Él no podrá aguantar ésto, estaba progresando... Por favor, debe irse de aquí... No quiero que lo mantengan encerrado, por favor, te lo suplico.

Sollozaba mientras trataba de convencer a Charles de llevarse a Peter y dejarme aquí. Natasha vendrá por mí, no tengo duda alguna...

Mierda.

Natasha vendrá por mí. Es peligroso que venga por mí, no... No quiero que venga por mí.

—No permitas que involucren a Natasha.—Pedí sincera.

Charles suspiró.

—Tiene que caer quien esté del lado de... Erik.

—Por favor.

—Wanda, te amo, pero...

—Charles, por favor. Te lo suplico.

Charles se levantó y observó la comida. La acercó.

—Vendré en una hora, cuidaré de ustedes. Ustedes estarán a salvo, pero no puedo prometer que cuidaré de ella, no puedo cuidar de ella. No es mi obligación.

Salió de la habitación. Golpeé la pared con mi pie. Joder.

No quiero que me salve, Natasha cree que es una jodida heroína, no es así.

No vale la pena que se ponga en riesgo, porque si ella muere... Yo... Yo no...

No quiero vivir.

[•••]

Natasha, 26.

—Piensen en lo que harán.—Dije mientras Fury señalaba los planes de ataque.

Encontrar esas estúpidas bodegas no fue difícil, de hecho fue muy simple. Lo complicado fue decidir que haremos.

—Debemos centrarnos en matar a los guardias. Aquí los que importan son Ramses e Irina, los demás pueden morir,  no conseguiremos nada dejando vivir a todos.—Dijo Stark por la llamada.

—No conseguiremos nada asesinando a diestra y siniestra. —Dijo Fury.

—Son gente malvada.—Murmuró Valkyrie.

—Está Charles y mis hijos.—Interrumpió Erik.

—Trabajaremos en dos estrategias, mañana votamos, y actuamos.

—Hemos estado una semana así.—Interrumpí.—Quiero saber que Wanda está bien.

—Lo está, lo sabes. Aún no le han hablado a Erik, debemos esperar.

—Erik ya fue a cada programa televisado a suplicar por Wanda, se le ha visto más ahora que en el último año, ¿qué más necesitan?

Estoy desesperada, necesito saber que sucede con Wanda o voy a perder la cabeza.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top