•Avanzar. [EPILOGO]
Wanda, 28.
Observé el sitio. Frío como fuera, está lloviendo a cántaros. Una sala helada y además huele horrible. Un guardia me observó en silencio.
Observé mi anillo de matrimonio y lo giré un par de veces. El dorado es lindo, y los anillos dorados aún más.
Debo recordar la lista del supermercado y farmacia, las pastillas de Natasha y un poco de todo lo más delicioso que pueda encontrar. De seguro quiere comer helado, no me lo ha pedido, pero la conozco bien, y de seguro lo desea.
Tal vez sus caramelos. Prometí que pasaría por Alexei al trabajo, mi suegro está sin auto por hoy, y no sabe ir bien en la ciudad sin su auto y el gps, después de un año saliendo con Natasha logré que me acepte y sobretodo asuma la sexualidad de Natasha, y claro que no voy a perder mis puntos con mi suegro.
Además nos llevamos bastante bien desde que le di la pequeña alegría más grande de nuestras vidas.
Abrieron la puerta que sonó un chirrido horrible, la puerta necesita aceite, aunque en esas bisagras oxidadas, ni siquiera me sorprende.
Mi madre apareció tras la puerta, acompañada de dos soldados y con su traje naranja, cabello tomado y una sonrisa amplia al verme allí.
—Cariño, haz venido a verme...—Susurró y se acercó para abrazarme.
Me sentí tensa, pero le indiqué de forma educada que se sentara, que necesitamos hablar. ¿Tal vez es cruel de mi parte venir para ésto? No lo sé. No me importa sinceramente.
—¿Haz venido para hablar sobre mi salida?—Preguntó. —Me queda sólo un año y medio si todo sale bien, sino serían dos años y medio.
—Que bien—Dije insegura.—No he venido por eso, Irina.—Aclaré.
Ella tomó mis manos y yo me aparté rápidamente. Esto es incómodo.
—¿Entonces por qué?—Preguntó extrañada.
—Vine a decirte algo.—Aclaré ansiosa. Mi mano acarició mi cuello y traté de respirar profundo mientras observaba la situación.
La mujer a la que llamé "madre" por años, esposada delante mía, mientras yo venía a pedirle amablemente que no vuelva a interferir en mi vida al salir de aquí.
Dejé la terapia hace mucho, y fui capaz de tomar esta decisión, la decisión de velar por mi familia, y de estar bien para ellas, de todas formas Natasha lo necesita, y me necesita, y si yo no estoy funcionando bien, nada estará bien. Lo llamo amor propio y amor a los míos.
—¿Qué sucede? ¿Peter está bien?—Preguntó y la observé en silencio. —Lo siento. ¿Tú estás bien?—Tomó mi mano y notó mi anillo.—Te casaste.
—Hace dos años.—Murmuré.—Con una mujer, no te importa pero presumir a mi esposa es de las cosas que más disfruto.
Mamá asintió.
—¿Cómo se llama?
—Kelly Lehnsherr actualmente. —Dije con una sonrisa.—Yo también soy... Lehnsherr.
Mamá enmudeció. Noté sus ojos cristalizados y no supe que contestar. Su apellido era algo con lo que ya no quería cargar.
—¿Por qué te cambiaste el apellido?—Preguntó luego de unos segundos en silencio.
—Porque ese es tu apellido, no el mío. —Aclaré.—Y tú y yo no tenemos nada que ver.—Ella observó sus manos. No quiero ser dura, pero es la verdad. —Traté de tramitar todo para usar el apellido de mi madre también y creí que sería mejor hacerlo antes de casarme, pero aún no lo he conseguido, sólo podría conseguirlo si mi abuela firmara un papel de adopción con mi nombre, pero... Eva no está bien de salud últimamente, así que no quiero forzarla.
—¿Eva?
—Mi abuela. La madre de mi madre.—Aclaré.—Está viviendo conmigo y mi esposa. La estamos cuidando mientras...—Me callé saliendo que la próxima muerte de la abuela era algo que me ponía muy sensible. No estoy lista para afrontarlo, fueron varios años a su lado y aún así tiene gusto a poco.—Mientras se pueda.—Limpié una lágrima que cayó por mi mejilla. —Vine a... Hablar contigo sobre algo más.
—¿Qué es entonces? Porque sinceramente no estoy entendiendo el sentido de tu visita si es únicamente para decirme que te alejaste de todo lo relacionado conmigo. —Dijo en aquél tono narcicista que conocía.—Lo siento, cuando salga hablaremos con calma y...
—No, Irina.—La detuve.—No hablaremos cuando salgas.—Rasqué mi mentón apartando la mirada para luego de unos segundos tomando valor para enfrentarla volver a mirar sus ojos.—He venido aquí, porque... Justamente quiero pedirte que no vuelvas a buscarme al salir. —Ella me miró incrédula y soltó una risita, sin embargo se detuvo al verme seria.
—No estás hablando en serio. Wanda...
—Estoy hablando en serio. —Suspiré.—Además ni siquiera vas a notarlo, nunca te importé lo suficiente para saber de mí estando aquí, y tampoco te importé antes de eso.
—¡Eres mi hija!—Dijo molesta.
—No, no lo soy.
Irina se quedó en silencio.
—No soy nada para ti. ¿Nadie de mi familia quiere saber de mí?—Preguntó con un llanto ahogado.
—No soy quien para hablar por papá o mis hermanos, ellos toman sus propias decisiones. Yo hablo por mí, hablo por Wanda. Wanda no quiere verte más.
—¿Y qué te hizo tomar esta decisión? ¿Te crees mejor que yo?—Preguntó golpeando la mesa. Los guardias se acercaron y los detuve.
—No, Irina. —Contesté aún calmada.—No me creo mejor que tú, no se trata de ti. Se trata de mí, voy a tener una hija, mi esposa está embarazada y...—Suspiré. —No te quiero cerca de ellas, ni a ti, ni a tus prejuicios ni a nada que me recuerde lo que eres.
—¿Qué soy?—Preguntó molesta.
Me puse de pie y acomodé mi traje. Adoro usar de éstos. Este me lo regaló Nat.
—El tipo de madre que no quiero ser. Eso eres.—Contesté.—No te quito más tiempo. Haz tu vida, suerte con todo, espero que mis hermanos puedan perdonarte, yo lo hice, yo te perdono.—Sonreí. —Pero no te quiero cerca de mi familia, porque yo si las amo, y voy a velar por ellas y por mí, siempre.
Salí del lugar y me dirigí a la entrada principal para llegar al estacionamiento.
Debo ir por Alexei y luego a comprar las cosas que necesito para Natasha y los antojos que debe tener por Alice.
Me detuve a observar como la lluvia había cesado, un arcoiris se abría paso en el cielo y podía respirar el aroma de la acera mojada.
La brisa golpeó mi rostro con suavidad y sonreí.
Es hora de avanzar.
Nota de autor:
¡Muchas gracias a quienes leyeron psm! Disfruté muchísimo este fanfic. Les agradezco enormemente todo el amor que le dan a lo que hago. <3
¡Nos leemos en "god must hate me"!
-Codi.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top