-¿Estás bien? ¿Puedo ayudarte en algo?- pregunta Sam al verla triste.

-No es asunto tuyo, ni de nadie- se levanta y se va de ahí.

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-No pude evitar leer tu mente... Necesitas ayuda y poder hablar- aconseja la sokoviana.

-Lo siento pero nadie jamás lo sabrá, y espero que tú no se lo digas a nadie. Jamás te perdonaré si lo haces- advierte antes de irse.

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-¡Eres una maleducada, malcriada y rebelde!- recrimina Romanoff.

-¡Si, todo eso soy! ¡Ya no te quito más tu tiempo!- se levanta y se va.

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-¿Porque siempre que me quiero acercar me tratas mal?- pregunta el pelinegro.

-¡Porque se me da la gana! ¡Aléjate!- responde con ojos tristes que pedían a gritos que la salve antes de marcharse.

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-No puedo confiar en nadie, no creo en nadie. No quiero hablar con nadie. ¡Déjenme en paz!- pide molesta.

-¡No me dejas alternativa, Crystal! ¡Tomarás terapia a partir de mañana!- grita Rogers autoritario y la chica tira la silla molesta antes de salir.

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-¿Creíste que ibas a deshacerte de mi tan fácilmente?- pregunta el castaño divertido.

-Primero te mato antes de que me vuelvas a tocar, maldita escoria- responde furiosa.

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-No tengas miedo, muñeca. Aquí estoy y no voy a irme nunca- Bucky sonríe acariciando su mejilla.

-No te vayas por favor-lo abraza- no permitas que él se acerque a mi, por favor- solloza aferrándose al ex soldado.

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-Ya no puedo más...- murmura ya cansada- Ya no quiero vivir- saca a flote su máximo poder.

-¡Crystal, no lo hagas!- oye una voz que le grita antes de desvanecerse en el aire y caer al vacío.

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-Estoy sola en esto, nadie me va a creer si decido hablar Wanda, sólo me queda vivir con esto hasta no poder más- murmura la castaña mirando al techo.

-Por supuesto que no vas a estar sola Crystal, debes decir la verdad y que ese maldito reciba lo que merece- la sokoviana toma su mano- NO ESTÁS SOLA- reitera.