* 010 *
Lancelot se había parado en cuanto observo a Sonia entrar a la sala nuevamente. Había querido hablar con ella desde acabo el combate con Galahad, pero había desaparecido, se acercó con determinación a cuestionarle sobre su procedencia, era demasiado fuerte como para haber derrotado a Galahad y Percival.
- ¿Quién eres tú?.
La chica levantó la mirada, se notaba cansada y no solo por su mirada de siempre - Me llamo Sonia, un placer.
El azabache entrecerró sus ojos, ese olor a flores lo aturdió más de lo que esperaba - Eso lo sé... Me refiero a que nadie sabe nada de ti, ¿De dónde vienes?.
Sonia cerró los ojos y desvío la mirada - Lo lamento, pero tengo que irme - pero Lancelot la tomo de la muñeca para detenerla, en ese momento un olor a flores explotó por toda la sala.
- ¡Finalmente tenemos la final del evento, donde Lancelot de Camelot intentará llevarse la mano de su rey, el más fiel de los caballeros del reino, conocidos por todos!, ¡Contra la sorpresa del evento, Sonia, quien a barrido con los caballeros de la mesa redonda como sino fuera nada del otro mundo!.
Lancelot miro confundido a Sonia, pero está se separó con espanto en su cara, volteo hacia todos lados y llevo su mano con ansiedad a su cuello, donde un collar se encontraba rodeando su cuello por completo.
- No me digas que eres... - pero antes de que el azabache pudiera decir algo la chica ya se había adelantado al escenario final del evento, su respiración era agitada.
Lancelot volteo con recelo hacia Galahad en espera de respuestas, pero su rostro mostraba puras dudas, al parecer no estaba al tanto de lo que su estupido rey estaba haciendo. Salió corriendo al escenario con intención de detener la estupidez del cobalto, pero se encontró cona mirada fría de Sonia, quien ya tenía en sus manos una espada, preparada para la batalla.
- No planeo pelear contigo, no se que planeaste con esto, pero es una estupidez... Además tenemos que hablar.
Sonia seguia sin abandonar su posición - ¿Quieres saber por qué no te conté que era un Omega?, si me derrotas te lo contaré todo, pero sino peleas nunca volveré a contarte algo.
Lancelot entrecerró los ojos, estaba molesto por lo caprichoso que era el cobalto, pero sabía que no estaba jugando, podía distinguir cuando su rey jugaba o decía algo con seriedad.
- Estás por entrar en tu celo, es un riesgo para ti...
- No importa, puedo derrotarte como lo he hecho siempre.
El cobalto suspiro irritado, saco si espada y se puso en posición. Cosa que dio señal a todos que ambos estaban listos para empezar la última pelea del evento - ¡Ya que nuestros guerreros estan preparados, empezamos con el último soy de la noche!, ¡Sin más preámbulos, que empiece la final!.
Arturo se adelantó en un impulso que sorprendió a Lancelot, quien pudo detenerlo, sus espadas chocaron con fuerza. El azabache trato de plantar un golpe en seco contra el otro, pero se alejo en un salto alto, que daba contra la luz del sol por lo que Lancelot no pudo evitar cerrar levemente sus ojos. El cobalto aprovecho para descender en una estocada precisa, pero no hubo impacto alguno, se dio de lleno contra el piso. Abandono su espada enterrada contra el piso unos segundos, esquivando un movimiento de Lancelot, quien no dio oportunidad a su rey de intentar sacar la espada del suelo, pero nada impactaba o conectaba, Arturo esquivaba con maestria cada uno de sus intentos, hasta que salto y se posicionó sobre la espada del azabache, rodó rápidamente para golpear directamente en la muñeca que sostenia la espada, provocando que soltara la espada. El cobalto la sostuvo en sus manos y giro sobre su eje para aprovechar la espada y golpear en el estómago a Lancelot con la parte que no tenía filo, pero la fuerza fue suficiente para mandarlo a volar lejos.
El cobalto mando a volar lejos la espada del azabache, mientras caminaba hacia la suya, sacándola con calma mientras Lancelot se reposia de la ausencia de aire tras el golpe. Se levantó con dificultad - Veo que nuestra relación va a cambiar demasiado, Lance.
- ¿Q... qué tonterías dices?, no he... No he perdido aún.
- ¿De verdad crees que puedes ganarme?.
Lancelot gruñó ante la respuesta del otro, era obvio que Arturo era mil veces mejor que él en la pelea, nunca ha podido ganarle una sola vez, pero no quería perder lo que habían formado entre ambos.
- ¿Qué hice para perder su confianza? - cuestionó dejándose ver vulnerable delante de su rey, con el único que se permitía serlo. Arturo no dijo nada, pero se mantenido en silencio con la mirada triste, Lancelot no entendía que podía causar ese rostro, pero el único que tenía el derecho de sentirse así era el mismo, no sabía nada. Respiro hondo y corrió en dirección al otro, quien se puso torpemente en posición, pero Arturo se sorprendió cuando el impacto fue un empuje torpe de parte de Lancelot. Un abrazo...
- ¿Qué haces, Lance?.
Lancelot se separó ligeramente, se escuchaban los gritos desde las gradas, estaba odiando el momento, la forma en la que las cosas estaban sucediendo. Saco un pequeño cuchillo de su armadura y lo levanto en alto, buscando impactar. Pero el cobalto trato de mover su espada para frenarlo, pero no pudo levantarla, como si pesará mucho.
- ¿Excalibur?... - el pequeño cuchillo se detuvo a escasos centímetros del cuello del cobalto cuando un fuerte pitido anuncio el final de la batalla. Todos subieron sus miradas hacia la sala del reinado, donde se suponía que estaría el rey de Camelot, pero ahora solamente quedaba una joven, Nimue que también era conocida por la mayoría de los reinados, al ser la santa que guiaba y apoyaba al reinado de Camelot desde hace unos años.
Mientras tanto, bajo Lancelot ya no encontraba "Sonia", sino que el rey de Camelot con la mirada cerrada, el tiempo de su juego había acabado.
- ¿Nimue?.
- Ella me ayudó en todo esto, quería defender mi propia mano, solo eso...
Lancelot bajo la mirada hacia Arturo, quien tenía el rostro rojo y era incapaz de regular su respiración - No me digas que...
- Desde antes de salir, perdoname.
Lancelot cargo con cuidado y rapidez al cobalto, todos en gradas estaban en completo silencio tratando de procesar lo sucedido, pero era algo que resolverían en otro momento, ahora la prioridad era sacar a Arturo del lugar.
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