* 005 *

Arturo se despertó en cuanto sintió cosquillas en su nariz, se removió tratando de rascarse un poco. Fue abriendo los ojos lentamente y sintió un golpe de un leve olor a chocolate, algo que lo descolocó un poco.

Una vez abrió los ojos por completo, pudo observar a Lancelot con un rostro serio.

- Buenos días, mi rey.

El cobalto se levantó prácticamente de golpe cuando se dio cuenta de como se encontraba acomodado, busco con la mirada a Galahad, pero estaban aún en la carroza.

- ¿Y... Y Galahad? - cuestionó incómodo Arturo, el olor a chocolate le estaba envolviendo de una forma peligrosamente agradable...

- Está afuera, acabamos de llegar a Avalon.

Arturo no lo pensó dos veces para salir disparado hacia Galahad, quien traía unas cajas cargando, el choque que recibió de su rey lo hizo caer sobre el piso, con el pequeño cuerpo azul encima suyo.

- ¿Qué sucede? - pregunto mientras se incorporaba de aquel golpe, levanto la mirada y se encontró con el cobalto con las mejillas sonrojadas - ¿Todo bien? - dijo mientras lo tomaba entre sus brazos y lo alejaba rápidamente antes de que sospecharan de su conducta.

- No lo sé... Todo olía tan bien, era como un chocolate amargo... - dijo prácticamente en un balbuceo, Galahad entendió rápidamente a lo que se refería, conocía de antemano que el olor de las hormonas de Lancelot, eran exactamente como describió el mayor.

Galahad lo abrazo y le rodeo con sus hormonas por un segundo, el olor a vainilla pareció devolverle a los sentidos - Me alegro que aún no entrara en celo, pero debe tener cuidado...

- ¿Cuidado?, ¿Yo?, ¿Pero quién fue el desgraciado que me dejó con el hombre que amo? - cuestionó enojado, Galahad simplemente desvío la mirada algo nervioso.

- No pensé que algo podría suceder, se supone que su celo es la otra semana.

Arturo afilo la mirada - Agradezco tu intención de darme una oportunidad a solas con Lancelot, pero te repito que nunca he estado cerca de él durante algunos de mis celos, algo dentro de mi quisiera... - cerró los ojos algo avergonzado - En fin, cumple bien tu deber, Galah.

El albino se inclino a sus pies - Si, su majestad, le pido una disculpa.

- Ya, ya, deja eso para otro momento, por ahora vamonos que quiero bañarme, el olor a vainilla me marea siempre, es muy dulce.

- Perdón, era para ayudarte.

Arturo levanto la mano cerca de la cabeza de Galahad y este se dejó hacer, ambos sonrieron levemente y se dirigieron nuevamente hacia donde se encontraban todos bajando los paquetes que habían traido desde Camelot.

Lancelot encontró a su rey, se acercó preocupado por la repentina acción de hace rato - Mi rey... disculpe si le moleste.

El cobalto nego rapidamente con su cabeza - No, no... Es solo que... - por alguna razón se sentía incapaz de bromear como lo hacia siempre para aliviar la situación entre ambos, se sentía avergonzado, bajo la mirada tratando de ocultar lo carmin de sus mejillas, pero el azabache trato de acercarse, aunque se freno cuando estuvo apunto de tocarlo.

- Usted... - arrugó la nariz con molestia y se separo - Hablamos más tarde.

Arturo levanto la mirada al notar como Lancelot se alejaba sin mirar atrás, pero no fue trás él. Volteo hacia Galahad que venía acompañado de Percival y Lamorak, la gata le sonrio - No le tomes demasiada importancia, Sir Lancelot es bastante... unico diría yo - el cobalto la miró confundido, pero fue arrastrado finalmente a hacer sus deberes como rey de Camelot.

Se encaminaron a la gran entrada y el cobalto suspiro profundo para calmar sus sentimientos. Mostró su tipica sonrisa servicial cuando empezaron a sonar trompetas desde el otro lado, la puerta empezo a abrirse lentamente delante de sus ojos, dejando ver al rey de Avalón.

- Oh, Mephiles... amigo mio - saluda Arturo con una sonrisa, mientras Mephiles se acerca serio, como siempre.

- Es un placer tenerlos aquí, me comento Merlina que buscabas pareja y quise cooperar - Arturo sonrió simplemente mientras asentia, ahora entendía lo que había sucedido. Merlina y él no guardaban una buena relación, y ella siempre trataba de hacerle la vida imposible, además... Mephiles no era alguien con quien tambien se llevará bien, otro enemigo del pasado, pero por bien de Camelot y Avalon, es que llegaron a un acuerdo de paz gracias Nimue - Bueno, bueno... Pasen todos a Avalon, tenemos preparados un complejo del castillo para todos ustedes.

- Siempre tan amable y atendo, de verdad lo agradezco - los guerreros los guiaron al castillo mientras cruzaban la calle principal, donde Arturo saludaba a quien tuviera en frente, era algo que todos en la mesa redonda amaban de su rey.

Cuando llegaron al castillo todo estaba presentable y en orden. Arturo se despidio de los que ayudaron atraerlo y finalmente quedaron a solas.

- Ese estupido de Mephiles y... ¡agh!, deja que vuelva y veras maldita Merlina - todos voltearon a ver al cobalto que estaba impartiendo golpes a una pequeña almohada del sillon.

- No se enoje, su majestad - trato de calmarlo Galahad, pero Arturo seguía sumergido en su enojo hasta que Lancelot se le planto de frente con una cara seria.

- Rey... - el cobalto levanto la mirada y por fin parecio calmarse un poco.

- Odio tener que estar aqui para un concurso estupido, no quiero casarme con ninguno de ellos... - el azabache se sentó a su lado y dejo que su rey se recostara en sus piernas, mientras Arturo no paraba de mencionar su odio por el par anterior.

- Tranquilo.

- ¿Tranquilo? - Arturo entrecerro sus ojos, tratando de mostrar su malestar - No es tan facil decirme eso y calmarme.

El azabache acercó su rostro al del otro - Yo me encargare de que nadie gane esa competencia, se lo puedo jurar.

Arturo lo separo un poco y puso una pequeña almohada entre ambos para ocultar su sonrojo, odiaba cuando Lancelot invadia su espacio de esa forma tan bruzca e inocente, ese tipo de movimientos solamente deberian permitirselo a él.

Los demás veían la escena acostumbrados a la forma de ser de ambos mientras acomodaban sus cosas en cada una de las camas que se compartian en la sala en común, y las cosas del rey en la unica habitación que se encontraba separada de las demás.

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