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Galahad sostenía la capa entre sus manos mientras Arturo terminaba de colocarse adecuadamente el perfume en las zonas que le había indicado Nimue, el albino lo miraba extrañado por la forma tan rara en la que se movia su rey por todo su cuarto, hasta que finalmente miró hacia él.

- ¿Podrías apoyarme sosteniendo mi capa alto?, necesito colocarle este perfume - Galahad obedecio rapidamente mientras elevaba la capa roja entre sus manos - Nimue me dijo que este perfume deberia disfrazar un poco mis hormonas, al menos por una semana. De todas formas me llevaré un poco más en un pequeño frasco. Las pastillas podrías tenerlas contigo - cuestiono extendiendo el pequeño botecito dorado entre sus manos.

- Claro, majestad.

Arturo ya se encontraba un poco más relajado al tener un poco de control de la situación, además del apoyo por parte de Galahad, su fiel confidente en estas ocasiones.

Ambos salieron de la habitación para encontrarse con todos en la gran sala real, en donde cada uno de los caballeros de la mesa real lo estaban esperando con el consejo, era desgastante tener ese tipo de reuniones, pero no había forma de evitarlas.

Al llegar, Galahad se adelanto para ponerse en posición. Por su parte, Arturo suspiro tratando de calmar su mente un poco, cerca de su celo siempre tenía algo complicado en mente, no sé concentraba bien y todo parecia ser más complicado de lo normal. Se arreglo por ultima vez la gran capa y entro al salón, caminando con firmeza hasta que llego al asiento que conocía a la perfección desde hace un par de tiempo.

- Buenos días a todos los presentes, delante de ustedes tenemos al rey de Camelot, el rey Arturo - mencionó Percival en voz alta y clara, todos se arrodillaron ante las palabras, momento que aprovecho el cobalto para observar a su más fuerte caballero, Lancelot. Tenía más de 2 meses sin verlo, desde que fue enviado al reino vecino para entrenar al ejercito de nuestro aliado.

- Me alegran con su presencia - sentenció mientras se acomodaba sobre su asiento - Sobre todo me alegra saber que todos se encuentran en buen estado.

Todos hicieron una reverencia más en respuesta de agradecimiento por sus palabras, esta vez fue Lamorak quien dio un paso adelante - Un placer compañeros mios, hoy me han informado sobre nuestra siguiente misión, si me permite - dicto en dirección hacia Arturo, quien lo miró enojado. Lamorak pudo mencionar desde antes el proposito del viaje si ya lo sabía, luego hablaría con él.

- Adelante - dijo con tono firme, cosa que hizo sentir nervioso a Lamorak, carraspeó con su garganta y continuo.

- Me han informado los ancianos que tenemos un viaje programado al reino de Avalon a cargo del principe Mephilles, quien se ha prestado a organizar un encuentro entre todos los guerreros del mundo para desposar al rey Arturo.

El sonido de la espada de Lancelot resonó suavemente por toda la sala, evidentemente ajeno al plan de los mayores, levanto la mirada fria hacia Lamorak, quien no tardo en desviarla. Uno de los ancianos se adelanto - Hemos recibido sus cartas, su majetad... sobre su preferencia al mismo genero, nos portaremos flexibles ante su decisión, y llegamos a la conclusión que el rey a su lado debe ser fuerte y capaz de todo, así como usted mismo.

Arturo practicamente se quedó sin palabras, esas cartas era una mera burla, no es que fueran mentira... pero no pensó que llegarian a ese punto tan pronto, no de esa manera... ¿qué demonios estaba pasando? - Disculpen, no estoy entendiendo...

- Van a pelear por su mano, su majestad - declaró decepcionada Percival al entender las intenciones de los ancianos, quienes afirmaron complacidos ante la confesión.

El cobalto parecio meditarlo por unos segundos, en completo silencio. Todo parecia en orden, hasta que una vena aparecio en la cien del rey, quien se paro molesto - ¿Se creen la gran cosa como para organizar tonterias de ese tipo?, son unos maldi... - fue interrumpido por Lancelot, quien se acerco rapidamente, el más acostumrbados de todos ante los enojos del rey - ¡No!, ¡ni se te ocurra!, tengo al importante que decirles a esos estupidos que se creen con el derecho de deci...

Lancelot tomó de la cintura al cobalto, quien no parecio tomarle importancia el toque, su mente estaba enfocada en los ancianos. El azabache lo cargo sobre su hombro para sacarlo de la sala - No crean que se quedará así, me encargare de que les bajen el sueldo, malditos ancianos de mier...

Finalmente, en la sala no había rastro del rey, los anciamos suspiraron al conocer las rabietas de su rey, pero sin decir más se retiraron acostumbrados a aquellas acciones.

Por otro lado, Sonic se encontraba aún maldiciendo a los ancianos, hasta que finalmente Lancelot abrió la puerta de su cuarto, un pequeño olor a flores lo invadió por unos segundos, pensando que era el gran jardín que daba hacia la ventana del rey, decidió ignorarlo.

- ¿Ya me vas a soltar? - cuestionó enojado Arturo.

Lancelot lo dejo con cuidado sobre el gran sofa, inclinándose delante suyo - Es un placer verlo.

- Si, claro. Ahora que se supone que haga, ¿Voy a Avalon para traerme un esposo digno?, ¿Por qué demonios me sacaste de la sala real?.

El azabache suspiro, levanto la mirada - No tiene que preocuparse por eso, participaré en el torneo y ganaré.

Aquello removió un poco el corazón del cobalto - Tú...

- Entonces tendrán que buscar algún otro método para conseguirle pareja - Arturo suspiro pensando en lo idiota que podría ser que Lancelot concursara para esposarlo el mismo.

- No están mal plan, supongo - dijo desinteresado.

Lancelot se paró una vez terminada la plática, sostuvo con fuerza las mejillas de Arturo - No has dormido bien, tienes ojeras y tu pelaje no brilla como normalmente debería hacerlo.

El cobalto se sonrojo levemente ante el toque, quitando la mano de Lancelot con un pequeño movimiento - Tuve varias cosas que hacer.

- Tiene que cuidarse, lo sabe.

- Sí, me lo has dicho varias veces, pero también debo cumplir con mis deberes.

Ambos se miraron con enojo hasta que Lancelot cedió, tomo de la muñeca al cobalto y lo jalo hacia la cama en un movimiento brusco - ¡Oye!, ¿Así es como tratas a tu rey?.

- Sí, usted por hoy se va a dedicar a dormir, después de todo se atrevió a desvelarse por un papeleo que no urgía hasta el próximo mes - la puerta se cerró de golpe dejándolo solo en su habitación.

Arturo se recostó enojado sobre su cama - Maldito Galahad traicionero - pensó al recordar que él único que sabía la fecha de entrega era el albino.

Les dejo el capítulo porque mañana estaré muy ocupada para actualizar.

Besos a todos ! <3

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