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— Si unimos el tipo de armas que se utilizó en el asesinato de las tres mujeres, podemos llegar a conectar algún punto con este caso — Señaló el oficial, buscando algunos expedientes en el cajón de su escritorio.

— ¿Cómo? — Insistió Jeon.

— Eso es todo, te puedes retirar, Lee — Cedió Jung, al ver que su secretaria aún seguía allí.

La mujer asintió con la cabeza, dio una leve reverencia, y salió de la oficina.

— Armemos la escena del crimen — Pronunció el hombre, dejando los documentos sobre la superficie — Una mujer salía de su trabajo, y vio a otra mujer limpiandose sangre de alguna parte del cuerpo, ¿tu que crees que sigue?

— Supongo que la asesina la vio como un posible testigo y la mató — Comentó pensativo — Pero eso no tiene sentido, la persona que buscamos es alguien astuta, tanto como para hacer lo que hizo hasta ahora.

— Tal vez sea astuta solo a la hora de asesinar a hombres — Opinó el superior — Puede ser que no encontró otra salida y recurrió a dispararle para hacerlo más rápido.

— Aún así no tiene sentido — Repitió — Los asesinatos fueron hechos en la noche, sin embargo, según las autopsias, esas mujeres perdieron la vida en horas de la mañana y-... — Quiso hablar, pero el sonido de su celular lo interrumpió — Discúlpeme un momento, ya vuelvo.

Se levantó de su asiento, y salió del despacho para poder atender la llamada entrante.

— Hola, Sally — Saludó al responder, mientras llevaba el aparato a su oído.

— Hola, Kookie, oye, tengo dos noticias, una buena y una mala, ¿cuál quieres escuchar primero? — Indagó la pelirosa desde la otra línea.

— ¿La buena? — Habló dudoso.

— La buena noticia es que si se consiguió evidencia en la peluca que me diste — Hizo una pausa — La mala, es que la máquina se descompuso en inicio del escaner, y tardará un poco más de lo que esperábamos, así que no tendré las pruebas hasta que la arreglen.

— De acuerdo, no te preocupes, llamaré a alguien para que vaya a repararlo — Informó — Gracias otra vez por tu ayuda, ahora debo irme, estoy hablando con el oficial Jung.

— Entiendo, te llamaré cuando esté listo todo, cuidate — Se despidió Ahn.

Sonrió con inocencia, y apagó el aparato, para luego, volver a entrar y seguir con aquella charla.

— Cómo le decía — Pronunció — Las horas no concuerdan, si bien siento que los casos tienen alguna especie de conexión, dudo que hayan sido perpetrados por la misma persona.

— O tal vez no — Mencionó, haciendo una pequeña pausa — ¿Y si el asesino trabaja en compañía y le pidió a alguien que las mate por ella?

Jeon suspiró — Lo veo un poco imposible, ese tipo de personas no suelen trabajar con alguien, puesto que habitualmente no confían en nadie.

— Buen argumento — Murmuró el mayor, quedándose en silencio para pensarlo mejor.

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Maldiciendo por lo bajo, NaYeon se vestía rápidamente con el uniforme que sacó de su armario, buscando a su celular entre el desastre de ropas.

H💮

— Lo siento, pero no podré ir por ti al aeropuerto, surgió algo de último minuto y tengo que irme, pero si quieres te mando mi ubicación para que vengas a mi departamento.
10:48 pm

No esperó respuesta de su amigo, y sin más, tomó la caja de herramientas, y salió corriendo de su hogar.

El camino hacia el laboratorio fue lo más apresurado que pudo, pues mientras más rápido llegue a su destino, menos tiempo iban a tener de descubrirla.

— Maldito oficial, maldita oxígenada, maldita peluca — Protestaba con molestia, pisando el acelerador, y ganándose varios bosinazos de otros autos que casi la chocan.

En menos de diez minutos, llegó al laboratorio, se registró como la de mantenimiento, y la guiaron al sitio donde estaba la máquina descompuesta.

— Buenos días — Saludó Im, entrando a la sala, donde yacía cierta chica de cabellos rosa, trabajando en algunos archivos desconocidos.

— Oh, hola, ¿tu eres la de mantenimiento, verdad? — Inquirió amablemente la joven ilusa.

— Si, me pidieron que arregle la maquina — Aseguró, buscando con la vista el artefacto.

— Esta por allí — Señaló con su mano a la izquierda — Iré a la cafetería para que trabajes más cómoda, cualquier cosa me llamas — Anunció, dedicándole una bonita sonrisa.

Pasó por su lado, y atravesó la puerta, dirigiéndose al lugar mencionado.

— Ahora — Pensó.

Se apresuró a tomar su peluca, y cambiarla por otra recién comprada, asegurándose de recuperar cada prueba que les ayude a dar con su paradero.

Aprovechó el momento, y colocó la bomba de pequeño impacto que había hecho en su casa, para así, asegurarse completamente de que todo sea eliminado, sin importarle exactamente lo que sea.

Juntó sus pertenencias, y se preparó para irse, cuando de repente, su atención se fijó en la mesa, y en aquellos papeles con contenido que desconocía, por lo que se acercó a echar un ojo, y notó que todo era acerca de ella.

Frunció el ceño al ver los avances que ya habían hecho sobre lo que encontraron, preguntándose a sí misma en qué momento se pusieron a trabajar tanto en su caso.

— ¿Hola? — Oyó que hablaron a sus espaldas.

Asustada, regresó los papeles a su lugar, dándose vuelta bruscamente hacia la persona que le habló.

Echó una ojeada rápida a la máquina, dándose cuenta que a esta le faltaban tan solo dos minutos para explotar. Debía irse de allí cuanto antes.

— ¿Quién eres? — Le preguntó.

— Yuju, de mantenimiento — Mintió, sintiendo nervios al ver el contador ir en marcha atrás.

— ¿Qué hacías leyendo eso?

— Solo me dio curiosidad — Rió de forma amigable — Me iba a decirle a la chica de aquí que necesito irme para buscar unas cosas que necesito para la máquina — Comunicó.

Un minuto.

— ¿Hablas de Sally?

— Si si, esa como se llame, ahora si me permite, debo irme — Pronunció.

Inclinó la cabeza, y pasó por su lado, comenzando a correr luego de cerrar la puerta.

Bum.

Para su suerte, NaYeon ya estaba bajando las escaleras de emergencia para cuando explotó la bomba, por lo que en medio del descontrol, logró huir sin ser vista por nadie.

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Nimin_36