Take Me To Church.

||• Aldebaran x Mu • ||

Si había algo que Aldebaran no aprendió a tolerar,eran los funerales,no por ser un ambiente triste,sino porque realmente no sentía pena por el difunto en la caja,y no creía que estuviese bien estar presente sin sentir aunque fuese una pizca de tristeza,sin importar que fuese fingida,pues no importaba si era real o no su pesar,nadie ahí dentro era sincero ni con ellos mismos ni con otros.

Pero su padre era un hombre terco,y aquel muerto no era mas que el padre de la iglesia donde el y su esposa se casaron,tenia entendido que murió por una fuerte infección en el estomago que no le fue detectada a tiempo,su cuerpo fue encontrado en la capilla menor delante del santísimo,según su historial medico predecía que era inevitable su penosa muerte y la policía no hizo mas que llevar el cuerpo del padre Uriel a la funeraria y dar aviso de su fallecimiento.

Para los feligreses fue la mayor perdida que su pequeña comunidad ha vivido,pero siempre estaban sus excepciones,en este caso hablamos de Aldebaran que solo encontraba un único motivo para ir a la iglesia ese día.

La misa era dada por un conocido de Uriel,un hombre joven de cabellos verdosos con dos puntitos en la frente que eran bastante curiosos a su parecer,se presento como un aspirante a sacerdote que con el reciente fallecimiento de este,pasaría a tomar el puesto de su compañero,pero eso no era del todo importante.

En la fila de los monaguillos,justo en el centro de ellos resaltando su belleza estaba la adoración del moreno,sus cabellos lilas,sus hermosos ojos verdes,su dulce y tranquilizante voz,Mu era el hijo de el nuevo padre de la iglesia,y solía servir a Uriel en las misas todos los domingos,desde muy joven ha estado metido en ese oficio y con todos esos años repitiendo las mismas practicas,Mu nunca logro superar los expectativas que Uriel tenia planeadas en él,era bastante "torpe" al leer cuando a le tocaba,se confundía con facilidad y se distraía con el zumbido de una mosca,eso le causaba gracia a Aldebaran y Mu lo sabia a la perfección y de alguna manera le agradaba saberlo,el rostro enojado de Uriel era una clara muestra de descontento cuando el muchacho de tez blanca se reía en plena oración.

A decir verdad,Aldebaran estaba seguro que el padre Uriel destetaba a Mu.

Y tenia sus motivos para pensarlo,pues en muchas ocasiones lo encontró regañando a su ángel  y no de buena manera,sino a gritos y levantando la mano,jalando su cabello mientras lo tiraba al suelo en reprimenda cuando nadie los miraba,detrás de la capilla en un lugar desolado,y Aldebaran se sentía impotente al no poder hacer nada mas que mirar y esperar a que el hombre se fuera para poder sanar a su preciado niño,Mu era mas joven que el pero eso no fue un impedimento.

 ─── Estoy seguro que ahora se encuentra en la gracia del Señor,mirándonos a la derecha del padre,gozando del descanso eterno. El quien fue un buen hombre en vida ha ganado las puertas del paraíso por su labor en mantener el rebaño de Dios unido.

Las palabras de Shion fueron ligeramente calladas por la risilla de Mu,que giraba su rostro tapando su boca para evitar la carcajada,¿que estupidez estaba diciendo su padre?.

Shion no le presto atención,y continuo el servicio,los presentes miraban al chico con desaprobación,susurrando su descontento uno con otros,diciendo cuán desagradable era.

Mu sabía que hablaban de él, pero eso no le importaba en lo más mínimo siempre y cuando tuviera a su fiel seguidor de su lado,todo estaría bien,le era tan leal y trataba su presencia casi venerando su luminoso existir,conocía todo de Aldebaran y eso era casi un cuchillo de doble filo,no para Aldebaran,sino para el resto de personas,le conocía a profundidad.

La ceremonia terminó y era hora de llevarse el cuerpo al cementerio,no estaba tan alejado del resto,las mujeres lloraban y los hombres bajaban la cabeza,los niños estaban completamente callados,desanimados,¿porque debían estar ahí?. Se preguntaba Aldebaran.

─── "Si aquél hombre les ha hecho tan daño..."

Mu por su parte se quedó sentado en su puesto,observando a todos irse de allí, quedando únicamente ese muchacho de gran tamaño.

Espero pacientemente que la iglesia quedara en soledad,y en el momento apropiado ir con su amante,él se levanto y camino donde el monaguillo de cabello lila le esperaba,si los cielos hablarán dirían que Mu representaba la mayor tentación de todas,un ángel que desprendía la luz del sol.

Ese ángel no soportó no tener a su seguidor hambriento del sabor de su piel,el calor de su cuerpo,un momento de alegría como aquel debía ser festejado,ese hombre al fin había muerto, no habría dolor para nadie más.

El monaguillo corrió a él, lanzándose a sus brazos mientras Aldebaran lo cargaba en el aire,la risa de Mu era un coro de ángeles o mayor,Mu era casi su nueva religión, y para conservarlo tuvo que hacer sacrificios,obtener su amor fue sencillo, Aldebaran era encantador,pero para mantener los lazos firmes había que cortar ciertos puntos.

───¿Creíste que no vendría a verte?.

─── Nunca dudo de tu lealtad a mi,los domingos eran tan tristes sin ti. -Contestó el chico de ojos verdes,rodeando el cuello del mayor,casi acercándose a su labios.- ─── Es por eso que puedo confiar en ti.

─── Me alivia escuchar eso,se que era importante para ti que yo estuviera presente.

─── Y de verdad lo aprecio de corazón, entiendo que no te guste oír a las personas murmurar esas cosas de nosotros.

─── Ellos no me interesan,Mu. Tú eres mi único motivo para alabar este altar de mentiras,si pudiera entregarte mi vida lo haría. -Suavemente puso sus manos el rostro del muchacho, Mu contemplaba esas románticas frases con un tono carmín de por medio en su cara.

Debió haberlo adorado desde antes,los demás decían que nacieron enfermos,pero aquello les encantaba,la iglesia no les ofrecía el verdadero perdón de Dios pero ellos tampoco lo obtendrían ni por un segundo.

El pecado de estos amantes,no era comparado con el que ellos permitieron.

─── Podemos ir a dentro,ahora que no hay nadie. -Le susurró al oído, la piel de Aldebaran se crispó.

───¿Estás seguro?,no quiero que tu padre te vea conmigo de esa manera.

─── No tendrá problema,se encargará que el entierro dure un poco más.

Aldebaran se dejo guiar por Mu hasta la capilla,ahí se encontró con una foto del padre Uriel con un lazo negro de por medio,Mu tranquilamente la tomo y la rompió sin ningún problema para luego tirar los restos,Aldebaran supo el significado de esa acción.

Pues Mu nunca más tendría que pasar ese tormento jamás,no más golpes,no más asquerosas insinuaciones indecorosas por ese hombre,ya no más de sufrir las consecuencias de proteger a los niños que quedaban a cargo del difunto Uriel,ellos serían libres y quiénes logró lastimar,tristemente deberían vivir con ese doloroso recuerdo,en sus mentes ya rotas por los "cultos" de ese sujeto,pero al menos ya no estaba en ese mundo.

Y Aldebaran consiguió esa liberación,pero Mu se encargó de realizarlo.

Era excitante el sólo recuerdo de Uriel retorciéndose en el piso del dolor y agonía,Mu y Aldebaran lo recordaban a la perfección esa noche,donde ejecutaron su propio castigo divino.

Aldebaran se quitó su corbata y saco de vestir,Mu desató su cabello y lo dejó caer en la mesa decorada con flores,desprendió su vestido poco a poco dejando ver su piel desnuda,no traía nada puesto debajo de esas telas más que su ropa interior,Mu sin duda lo tenía planeado,una recompensa mejor que el paraíso, pues el único cielo donde seria enviado,seria donde pudiera estar a solas con él.

Mu gemía con sutileza,era un encanto oír ese hilo de voz salir de esos pequeños labios.

No era la primera vez que tenían ese tipo de encuentros en se sitio,nadie lo sabia,era como una especie de privacidad casi imposible de profanar,sentir el peligro de ser descubiertos solo hacia de su pasión arder a niveles infernales.

Podía sentirlo,la suave piel de Mu conectarse con la suya.

───"Me he convertido en un adicto a él."

El menor acariciaba su espalda con lentitud,Aldebaran se tomaba su tiempo para ver sus facetas y recordarlas hasta el día de su muerte,tocó su pecho con una mano,luego usó su boca para marcar un camino de besos y chupones en esa piel lechosa.

No hay reyes,ni maestros cuando su ritual comenzaba,no encontraban inocencia mas dulce que su gentil pecado,en su lujuria encima de la mesa sacerdotal,la enorme cruz era testigo de su crimen,eran humanos como todos,que los ciegos en busca de la salvación no lo notaran,no era motivo para hacerlos ver como enfermos. Y si su amor se consideraba enfermizo,entonces estaban bien con ello.

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Shion miro por ultima vez la lapida del Sacerdote Uriel,su cabello tapa sus ojos y muchos pensaron que la partida de su compañero le afecto mas a el. Entonces el cementerio se fue vaciando conforme los minutos pasaban,todos volverían a sus casas y mañana seria un nuevo día,confiaban que Shion haría un buen trabajo en guiarlos al reino de su salvador.

Algo muy alejado a la realidad.

Él no iba a dirigir una comunidad llena de toda esa basura que hicieron menos a su hijo y a él cuando descubrieron que estaba casado con otro hombre,los odiaba por lo que le hicieron a su esposo,los odiaba por el trato que Mu recibió en todo ese tiempo en que lo separaron de su retoño.

Todo por culpa de ese infeliz sacerdote.

La doble moral,la corrupción, la mentira abundaba en ese pueblo,no serían parte de eso,todo a causa de un odio disfrazado de ignorancia y desprecio por lo nuevo,era tan frustrante para él que ahora lo acepten por ser parte de su "limpia" y "pura" sociedad.

Y no cuando era Shion,un hombre tranquilo,trabajador,buen padre y esposo.

Le daba asco el sólo tener en mente los rostros de esos imbéciles delante suyo.

Jamás creyó odiar a alguien tanto como ahora,pero era imperdonable que lo se pararan de su hijo por sus preferencias sexuales,y tacharan a su hijo de mal ejemplo por no formar parte de su grupo bíblico.

No le gustaba la venganza,pero eso era porque no conocía la satisfaccion de realizarla.

─── Al fin estás donde correpondes. En las profundas fauses del infierno.

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Pronto la noche cayo,en su pequeño lugar de pasión. Aldebaran contemplaba la vista de una pequeña ventana,el manto azul de la noche era reconfortante,tenerlo descansando en su regazo,aferrado a su pecho con recelo,era de esos pocos momentos que encontraba para tener paz.

Mu no estaba dormido,eso era de notar,pero verle tan apacible era lo mismo que mirar una obra de arte por horas y horas,nunca se aburría.

Era tapado por el vestido blanco que estaba un poco pegado a su piel,lo hacia ver tan inocente y era todo lo contrario a eso.

───¿Te arrepientes de esto?. -Le preguntó al de cabellos lila

─── Para nada,el sacerdote se lo buscó. No tienes ni idea de todas las atrocidades que tuve que presenciar.

Gritos y gritos volvían a su cabeza,tanto de niñas como niños,supuestamente iban a recibir "catequesis",pero todo era una vil mentira,cierto. Logró salvar a más de alguno de las garras de ese tipo,pero el llanto del resto a veces no lo dejaban tranquilo,las constantes pesadillas,los golpes y amenazas de revelar lo que era,lo estaban cansando.

Debía explotar en contra de ese tirano algún día.

Y por supuesto que para Aldebaran,fue un placer ayudarle,esos deseos de partirle la cara a puño limpio aumentaban cuando notaba en el cuerpo de Mu un nuevo moretón,golpe e inclusive quemaduras.

De hecho,cuando le propuso matarlo,no dudo dos veces en decir "si",vaya que le había asombrado ante tal respuesta directa sin titubear o enredarse en sus palabras.

Juntos lo planearon,querían que su disfunción fuese lenta y muy dolorosa para cuando llegase a su destino final,su alma putrefacta siguiera desintegrándose. Aldebaran le propuso envenenarlo,pues al hacerlo con cierto veneno,literalmente su entrañas quedarán completamente derretidas y gozarían de verlo revolcarse en su propia sangre.

De cierta manera,sonaban como un par de psicópatas sin remordimiento.

Aldebaran consiguió el veneno de un contacto desconocido,le preguntó a un tal Milo si conocía a alguien que fabricará venenos con la excusa que tenía una plaga en casa y no morían tan fácil.

Milo no era idiota,tenía muy en claro el objetivo de ese favor,pero siendo sinceros eso le importaba poco,era un joven muy antipático cuando no se trataba de algún ser muy cercano a él, le dio un número de teléfono,le dijo que esa persona atrás de esos dígitos era un experto para conseguir cualquier objeto siempre y cuando la paga fuese grata.

Dicho y hecho,el veneno llegó a su hogar siendo entregado por una muchacha de pelo rosa y piel morena,ella antes de irse le advirtió que tuviera mucho cuidado en usarla,las propiedades volátiles eran bastantes,sin descartar el ardor de sentir la piel quemada,la botella era de metal y tenia un S color rosa en medio.

Cuando se la dio a Mu,no dudó en echarla en el vino del padre que tomaba antes de irse a su casa y esperar con Aldebaran de su lado.

Fue glorioso verle tan desesperado por respirar,rogarle a Dios que lo salvara,pedir por su sucia alma,su mente malsana.

Fue un recuerdo fugaz.

─── Podría quedarme así siempre,junto a ti,mi fiel Aldebaran.

Dijo antes de juntar sus labios una vez más y mirar la luna creciente delante de ellos.




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