Du hast - Rammnstein
Miraba con desprecio a las personas frente de él. Máxima y su hermana eran realmente molestos con el tema de Kula.
¿A caso era malo preguntar por la chica si no la ha visto en 3 SEMANAS? Claro que no, pero ellos no lo veían así.
Seirah soñaba despierta diciendo que quería ser la madrina de la boda y que ella con gusto la organizaba. Maxima también le seguía, con comentarios como "nosotros hablamos con Diana" "Verás que Diana si acepta" "Ella no es tan mala" "por verla feliz dirá que sí". Como le molestaba eso.
Ambos reían y se divertían organizando todo, ignorando la molestia del albino. Como los odiaba en ese momento.
- K' Dash, ¿prometes ser le fiel a Kula hasta el final? - Seirah tenía las palmas levantadas mientras decía eso
- Sí - fingió Máxima ser él
- ¡No! - golpeó la mesa molesto. Asustando a su hermana y amigo. Ambos lo vieron con temor, se había levantado de la mesa donde se encontraban y se había retirado.
Estaba molesto, no le gustaba la idea de casarse con Kula, y ni en sus planes estaba. La veía como una hermana menor a la cual no le molestaba cuidar. Cuando dejó de pensar es eso se había dado cuenta que se fue por una calle equivocada. Perfecto, estaba en el centro de la ciudad y para su desgracia en el área de tiendas.
Conocía por donde pasaban el camión que lo dejaba a tres cuadras de su casa, así que respiró hondo y comenzó a caminar directo a la parada. Tenía tan mala suerte ese día que estaba pasando por todas las tiendas de vestidos de novia y renta y venta de trajes.
Oía a la gente decir babosada y media sobre aquel tema. De no ser por culpa de su hermana y de Maxima le hubiera dado igual, pero ¡no! Un simple "No me gusta el escote" "ese no parece blanco" "estoy muy enamorada" "ella aceptó que nos casáramos". ¡Agh! Tantas cursilerías lo estaban matando.
Se quedó mirando un vestido exactamente. Le parecía bonito. No era tan extravagante ni demostrativo. Tenía un lindo diseño en la blusa, con adornos de diamantes de fantasía y bonitas líneas con hilo dorado. La falda no era tan ampona ni tan caída, se veía bien.
Había una banca afuera de esa tienda, se sentó en ella. Miraba el vestido detenidamente. ¿Cómo sería su boda ideal? Es claro que no se casaría con Kula, ¿con quién lo haría? Había una chica, claro que lo hay, pero no sabe si es mutuo.
¿Por qué pensaba ese tipo de cosas si hace rato le molestaban? No dejaba de ver, imaginó a la que sería su chica ideal en ese vestido. Dando vueltas alrededor, luciéndolo.
Soltó una pequeña risa con una sonrisa y comenzó a negar con la cabeza.
- Realmente estas loco K' - susurró para si mismo. Se quitó los lentes, sacó un pequeño trapo de su chamarra y los limpio. Hasta Krisalid se hubiera burlado de él al ver que tenía sentimientos.
Volvió a colocarse lo lentes y se recargo en el respaldo de la banca, jugaba con el trapo entre sus manos.
- ¿Prometes ser le fiel hasta que la muerte los separe? - sé preguntó a sí mismo - ¿Sí? - dijo algo dudoso - No - dijo con más seguridad. Se puso de pie y camino directo a la parada del camión.
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Corto, pero espero que les guste♥
Chao chao!!
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