29- Ain't nobody
Maratón 2/3
Me desperté, miré mi reloj, 6:45.
Lo miré, era demasiado bueno para mi, ¿y estaba comingo?. Era una locura. Salí de su abrazo de oso y me puse una camiseta y un pantalón largo.- ¿Por qué tienes la manía de ponerte ropa?.- bufo.
Le saqué la lengua.- ¿Todavía no ha llegado tu hermano?.- negué, a las dos de la mañana me mando un mensaje diciendo que se quedaba en la casa de Phoebe y que regresaría a las 7 de la tarde ya que pasaría la tarde con ella.
-Quedó con Phoebe.- recogí los trozos de la lampara rota y lo tiré a la basura.
-No eres normal, ¿por qué te despiertas a las 7?, hemos hecho mucho ejercicio, descansa.- rodé los ojos. Cogí de mi cajón una pastilla de color rojo y mi botella de agua.-¿Qué es eso?.
-Pastillas anticonceptivas.- asintió.
-Se puso los boxers y me abrazó por detrás.
-¿No crees que tenemos que hacer más ejercicio?.- lo aparté.
-Nop, máximo tres veces.- gruñó
-Eres cruella.
-Lo sé.- puse la canción "Omen de Disclosure ft Sam Smith" y empecé a bailar al ritmo de la canción.
-Bailas como foca retrasada.- lo miré enfurecida.
-¡Y tu como gato en licuadora!.- sonrió.
-Lo sé.- empecé a limpiar con ayuda de Lucas.
-Dios, soy idota.
-Eso ya se sabía Lucas.- rodó los ojos.
-No hemos elegido disfrazes para la fiesta de Peter.- Alcé los brazos desentiresada.
-A mi no importa.
-Cariño van a ir todos los de la universidad, van a ir mis compañeros.- hizo un puchero, claro el tenía 20 años y ya llevaba tres años(con este) en la universidad.- Quiero que vean a mi hermosa novia.
-Acuerdate que no vamos a ir a la misma universidad.- abrió los ojos.
-¿Qué?.- doble la colcha.- ¿No vamos a la misma?, pero si Taylor va ir a la mía, ¿por qué tu no?.
-Al principio amaba a la que iba a ir, ¿pero quien me iba a decir que me iban a pasar todo esto?, ahora no sé si puedan cambiar de idea, solo quedan dos semana para que vengan y el otro lunes a clases.
-Y otra vez a la rutina.- susurró.- prometeme que lo vas a intentar, cambiante de universidad.- asentí.
-Okay.- suspire.
-Bien, ¿de que nos vamos a vestir?, popular y nerd.- negué asqueada.
-Antes de todo, ponte ropa.- me hizo caso y se puso un chándal Nike.
-¿Novio y novia cadáver?.
-Nop
-¿Principe y princesa?
-¡Por favor no!
-¿Rey y reina?
-¿Estas hablando enserio?
-¡Pues piensa tu algo!.- se dio por vencido tirándose a mi cama.
-¿Angél y demonio?.- asintió.- Ves que fácil es.- me abrazó.
-Ajá, ahora desayunemos, hay que ir a comprarlos.- Lele y Peter seguían sin dar señal por la fiesta y Carlos también colaboraba.
Desayunamos un poco y yo me vestí con un vestido negro y una bailarinas rojas.- Estas hermosa.
-Lo sé.
-¿Ahora mi novia es una egocéntrica?.- alzó una ceja.
-Lo aprendí del mejor.- me sacó la lengua.
-Ya son las once, vamos antes de que se haga tarde.- era domingo por lo tanto Lucas tenía el día libre y podía acompañarme.
Montamo en su moto y recorrimos todo hasta llegar al centro comercial.- Creo que en el piso 3 hay una tienda de disfrazes.- dijo.
-Pues vamos.- caminé delante de él, me sujeto de las caderas.
-Esos preadolescentes te están viendo las putas piernas.- gruñó, yo me fijé en el grupo de adolescentes de 14 y los saludé.- ¡Pero que haces!.- me di la vuelta y lo besé.- Mucho mejor, así sabrán que solo eres mía.- diugh, hormonas, paren por favor.
-Vayamos a la tienda.- encontramos después de un buen rato la tienda, le preguntamos a la recepcionista y lo buscó hasta que encontró uno de ángel (demasiado corto) y uno de demonio. Lucas se sentó en un sillón que había y me esperó para verme con el disfraz puesto.
Me lo puse poco a poco, ¡ni en mil años iría con esta cosa del demonio!. Escoté corazón que hacia que mis pequeños senos se vean más grandes por lo apretado que era y la pequeña falda que llegaba a los muslos, un corsé blanco que apretaba mi cintura y unas pequeñas alas a juego, ni en mil años.
-¡Sam!, ¿ya estas?.- salí con la cabeza agachada.- Joder.- lo miré y sus ojos se volvieron completamente negros, se levantó.- Me encanta este disfraz, pero solo para cuando estemos tu y yo.- me susurró en el oído subiendo repetidamente las cejas. Lo aparte.
-Pervertido.- me puse mi vestido y entregué el disfraz a la recepcionista para que lo devolviera.
Me entregó otro un poco "más recatado". Me metí en la cabina. Este era distinto hasta la rodilla, de seda, apretado pero no tanto, con un escote sencillo y una corona blanca con unas alas de plástico. Salí.
-Este esta perfecto.- me aplaudió Lucas.
-¿Tu crees?.- asintió.
En cambio el disfraz de Lucas era un sencillo pantalón rojo, un tridente y una máscara con el diablo.
Salimos y tomamos un café en una pequeña cafetería, cansada volvimos a casa. Y me acosté en el sofá con las bolsas con pintura y los disfrazes.
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