AZUL
AZUL
Me removí, una vez más de los brazos de Fraag. El sol entraba entre una pequeña abertura de las cortinas, un sol suave y nada fuerte. La habitación estaba fría y mi cuerpo caliente por culpa del calor que me daba Fraag. En algún momento de la noche cedí a que se acostara en la cama, aun así no estaba perdonado.
No me beso, ni intento hacer nada, simplemente me abrazo con fuerza. Me sentía muy bien en sus brazos, sin ningún miedo o impedimento. Solo esa conexión que teníamos que nos hacía fuertes cuando estábamos juntos.
Me levanté viendo el reloj de mi celular que estaba conectado al cargador en la mesita a lado de la cama, Fraag aun dormía pacíficamente, con la boca semi abierta y un leve ronquido saliendo suave de su boca.
Entré a la habitación que compartía con Krista, las dos estaban dormidas de la misma manera que Fraag y yo, lo cual era bueno. Tomé mi ropa con cuidado de no hacer ruido, regrese a la habitación de Fraag y me metí directo al baño. Eran las seis y media de la mañana y a pesar que tenía mucho sueño, hoy teníamos un día largo de producción. La fiesta de Halloween también era una de las escenas más importantes y como forma publicitaria se haría con muchos fans, invitados especiales y producción.
Me senté en la cama colocando mis convers, sentí los labios de Fraag posarse en mi cuello y jalarme de regreso a su lado. Me reí, amando la manera tan natural en la que nos conectábamos. De verdad que estaba bajando todas las barreras con él y una parte de eso no era nada bueno.
―No te puedes ir, aun es de noche ―se quejó.
―Sí, pero tengo que trabajar, además ya salió el sol ―le di un beso en la frente ―. A ti aun te quedan tres horas antes de ir a maquillaje. Por favor, no llegues tarde. Tu despertador está programado conjunto a tu desayuno.
Fraag me dio un beso rápido en los labios antes de agregar.
―Eres la mujer perfecta, no te dejare escapar.
Negué con la cabeza.
―Eso lo hice porque es mi trabajo, si fuera por ser tu novia no te hubiera hecho ni café ―mentí. Claro que le hubiera hecho de todo, incluso hubiéramos tenido sexo en la mañana.
―No mientas ―me dio otro beso, pero esta vez en los labios y lo deje porque seamos sinceros ¡Quería besarlo todo el día! ―.¡Espera! ―dijo sentándose ―¿Y tú desayuno?
―Tomaré café en el set, ya voy tarde ―me senté colocándome la blusa negra pegada de producción.
―Te veo en unas horas ―Fraag regreso la cabeza a la almohada abrazándola de una manera muy sensual.
¿Lo bueno de hoy? El set era en el hotel. Solo debía bajar un par de pisos y ayudar en toda la planificación. Mia estaba de regreso ―aun con Alex― sabía que les quedaba solo un par de días antes que él regresara a Grecia. De verdad que era algo triste que se separaran tanto.
Deje mi latte en la mesa, salude a Andrew y camine a ver el vestuario.
Leyla estaba en modo zombi y era muy obvio, estaba aquí desde hace media hora y esto para ella era una tortura. Observaba el traje que usaría Krista, un muy bonito diseño del siglo XVIII color rojo. Sus joyas y peinetas estaban a un lado, totalmente listos. Al traje de Fraag aún le faltaba poco, pero igual se vería guapísimo con el traje de caballero.
―Creo que necesito una coca cola ―levanté la ceja en forma de desaprobación ―. No me mires de ese modo, Lena. Tengo sueño.
―Toma café ―dije sabiendo su respuesta.
―La coca cola hace el mismo efecto y es fresca ―Levantó un traje de hada muy lindo ―¿Qué te parece este?
―¡Hermoso! ―y era verdad. Era una preciosidad ―¿Es de Clare? ―Clare era una de las chicas cristal, de las más bonitas en la historia, debía de ser para ella.
―No. Es para la amiga de Krista. No recuerdo su nombre. Es invitada especial en el episodio. Es bien famosa ―dije moviendo el vestido ―. Hice un buen trabajo.
―Siempre lo haces ―le di una sonrisa ―. Tengo algo que contarte.
Leyla abrió mucho los ojos, dándome esa expresión que siempre me daba cuando estaba a punto de contarle algo que la emocionaba. El chisme era su juguete favorito y cuando tenía algo que contarle me encantaba.
―¡Cuenta!
―No estoy segura de que es lo que está pasando pero... creo que estoy saliendo con Fraag.
―¿Qué? perdón creo que no te entendí bien. Por un minuto pensé que habías dicho que estabas saliendo con Fraag, que estupidez.
Le di un golpe en el brazo juguetón.
―No te hagas, Ley, si me entendiste.
―Sí te entendí ―me dio un abrazo ―. Estoy tan feliz por ti. Pensé que solo era sexo pero... bueno. No sé, es bueno.
―Tengo miedo ―admití más para mí que para ella.
―Es normal. Más con algo que no sabes si será estable o no ―Leyla se encogió de hombros ―. Él no se ve una persona estable.
Sonreí captando su inseguridad. Yo también la sentía, no estaba segura porque, pero sabía que esto era una locura enorme. Tenía miedo de enamorarme y después salir lastimada. Era actor y los actores son los más difíciles de retener.
―¿Crees que funcione? ―pregunté.
―Depende de ustedes. La verdad es que no estoy tan segura, peor disfrútalo mientras dure ―se llevó la mano a la barbilla ―. Y asegúrate que todos se enteren, de ese modo al menos podrás decir que sales con uno famoso.
Suspire. Para estas alturas, ni siquiera yo estaba segura de contarle a mi madre o mi padre de esto.
―¿Te ayudo con eso? ―señale viéndola arreglar el traje de Fraag.
―No sabes ni pintarte las uñas, menos hacer un disfraz ―dijo negando con la cabeza ―. Pero sí, puedes ayudarme a traerme una coca cola y una dona ―sonrió ―. Gracias, Lena.
Puse los ojos en blanco y me dirigí a la parte del set que tenía la comida de producción para llevarle una dona de cajeta y una coca cola.
Horas después el set estaba listo, los trajes y los actores estaban terminando de arreglarse. Leyla y yo estábamos muertas del sueño por lo que las dos horas que teníamos para arreglarnos serian una para dormir y otra para hacer maravillas con lo que teníamos, seríamos parte de los extras de la historia, accedimos solo porque necesitaban personas con nuestro perfil y para mí sería un honor salir aunque sea atrás de Fraag y Krista en un segundo de mi libro película favorito. Por suerte Leyla se encargó de comprar dos trajes muy lindos. Muy fantasía. Parecíamos hadas o bolas llenas de brillantina, una de dos.
Fraag había aparecido una hora antes de su tiempo con pan con jamón, queso y pepino, que debo de admitir estaba delicioso. Llevaba dos, aun cuando no tuve tiempo de sentarme a comer con él, pude pasar viéndolo mientras pasaba a darle sorbos a mi café antes de mandarlo a maquillaje.
―Me faltaron horas de sueño ―me queje.
Leyla parecía más despierta que dormida. Estaba arreglándose con la música a todo volumen y feliz de sus resultados. Se notaba que era maquillista y una experta en transformación porque toda ella se veía genial, en cambio mi disfraz tenía poco esfuerzo.
―Ponte más azul en el rostro ―señalo la caja de maquillaje ―. Se supone que eres un hada del agua, no una pequeña que destapo el maquillaje de su madre.
Entrecerré los ojos.
―Muy graciosa.
Seguimos haciendo maravillas hasta que por fin conseguimos el look que queríamos. Los zapatos que estaba usando hoy eran demasiado altos, el vestido demasiado corto, la espalda destapada y el cabello recogido. Me veía bastante bien, no iba a negar que estaba satisfecha.
Mande un mensaje a Vanessa para ver sus avances. Los actores estaban listos y la gente estaba comenzando a entrar. Ya estábamos tarde y eso me estresaba, a Leyla ni siquiera le importaba. Ella quería verse bien y eso era todo lo que estaba en su mente.
―¿Crees que venga algún actor importante hoy?
Fruncí el ceño.
―Haz estado rodeada de actores importantes ―dije enseñando mi identificación después de Leyla para entrar al evento.
―Sí, pero no me refiero a los que veo a diario. Ellos ya dejaron de ser una novedad, me refiero a alguien como Emma Watson o Zac Efron o mejor aún Josh Hutcherson.
Me quede pensando un poco acerca de lo que ella quería y lo que realmente teníamos. Me recuerdo que cuando me enteré que Krista había tenido el papel y que iríamos a Vegas con ella, mi emoción estaba por las nubes. Solo imaginaba que ya era la directora y que iba a hacer grandes cosas. Era una mierda por pensar eso, lo sé, pero me emocionaba.
―No, no creo que funcione así ―Poniendo los ojos en blanco, camine con radio en la mano para ubicar los camerinos. Necesitaba ver resultados finales y explicarle a Fraag por donde empezaríamos.
Entes de dejar entrar a los fans, los actores de relleno tenían que hacer de las suyas. Esta era la primera escena en la que Fraag cantaría frente a un grupo de personas y eso sí que me emocionaba. Ya sé que soy una cría de mierda que dice que todas las escenas del Elemento Mortal son sus favoritas, pero casi lloro con la fiesta de Halloween, y con la bola de cuarzo, y con el encuentro de energía... a sí y en... No definitivamente tengo problemas. ¡Es que amo ese libro!
Entre al camerino, viendo a Fraag y a Krista totalmente listos. Los dos estaban con sus celulares grabando promocionales y Krista besaba la mejilla de Fraag. Cuando me vieron los dos me hicieron señas. Me puse junto a ellos y grabamos un video viéndonos los tres felices. Era parte del puto plan para que todos los fans que me odiaban y odiaban a Fraag por engañar a Krista se calmaran. Sí ellos creían que todo estaba bien, todo estaría bien.
―¡Wow! ―dijo Fraag finalmente viéndome de pies a cabeza. Mi vestido era azul pálido brillante, pegado de arriba y con falda corta como ballestita. Di una vuelta, enseñándole mis piernas, sabiendo que en definitiva se veían bien.
―Me encantas ―susurro antes de darme un beso en los labios. Tan suaves y adictivos.
―Señor James ―susurre viéndolo a él ―. ¿O querrás decir Sebastián?
―En realidad es James ―me tendió la mano ―. Un placer ―se dio media vuelta para ver a Krista ―, ella es Alexandra Bower, mi cargo mágico.
Le di la mano a Krista muriendo de la risa.
Leyla negó con la cabeza antes de inspeccionar el traje de ambos.
―A veces ustedes me dan ganas de vomitar ―se quedó viendo a Fraag ―. Al menos tú no te ves tan marica como otros.
―Tan marica ―repitió Fraag frunciendo los labios para evitar reír.
―Sí, tan ―afirmo Ley con toda seriedad ―. Esas mallas de mierda hacen que parezcan maricas en potencia, si no mira a Roger con su traje. Pobre hombre.
Krista tomó su celular, dándoselo a una de las chicas de producción, que por cierto, estaba con la boca abierta de lo que acababa de ver con Fraag. Nos colocamos para la foto y ella hizo ciertos disparos fotográficos. Una en la que solo estábamos las tres y otra en la que Fraag salía. Tambien por supuesto hicimos unas de Fraag y mias solos, incluso nos dimos un beso para la cámara.
Marissa llamo a mi radio, llamando la atención de todos.
―Estamos listos ―dijo con rapidez
―Bueno ―indique señalando ―¿Todo listo?
―¡No! ―grito Krista ―¿Ley, puedes ir a ver cómo va Anne con su traje y todo?
―Ella está en el mismo camerino que Roger ¿Verdad?
―Se supone que es tu trabajo saber ―dijo molestando a Leyla.
―Como sea, cierra la boca. Ahora iré a ver.
Desapareciendo por completo, me sentí mal por ella. Krista aún le guardaba su secreto a Leyla, pero si creía que yo iba a juzgarla, Leyla sería peor.
―Ven aquí ―dije para darle un abrazo de apoyo. Sabía que ella también se sentía mal.
―¿Para qué? ―preguntó alejándose.
―Dame un abrazo ―sabía la respuesta, pero amaba hacer eso.
―No, qué asco ―dijo haciéndose para atrás.
― ¡Vamos quiero un abrazo! ―repetí estirando los brazos.
―¡No! Ahí está Fraag, abrázalo a él.
A Krista nunca le gustó mucho el contacto físico, no a menos que hubiera mucha atracción. Yo era más cariñosa que ella y extrovertida, de verdad que a veces no entendía como es que éramos tan buenas amigas.
―Vamos ―me acerqué, le di un abrazo obligado y ella se quejó entre dientes ―, sé que me quieres.
―Sí, te quiero... de lejos.
Fraag me tomó de la cintura, abrazándome con fuera, apartándome de Krista. Me di la vuelta para abrazarlo a él. Desde esta mañana me propuse comenzar a bajar las barreras que había puesto para él, o para cualquiera.
Sí iba a comprometerme a esta relación, iba a hacerlo bien.
―Esos abrazos son míos, exclusivamente. Igual ella no los quiere y yo sí ―Fraag se acercó para darme un largo beso, uno que involucro lengua y un quejido de excitación. Sabía que Krista seguía viéndonos y de seguro con cara de asco.
―Eso es desagradable. Busquen una habitación ―se quejó.
Fraag levanto la mirada para verla, sonrió y luego con todo el cariño actuado que podía ponerle dijo.
―Hoy que te bese, te paso la saliva de Lena.
―¡Asco, asco, asco! ¡José, eres de lo peor!
Amaba como le decía José cuando iba a regañarlo o reprimir algo que había dicho. Sonreí viéndolos, sintiéndome completa, como si nada pudiera estar mal. Es cierto que no podía andar enseñando a Fraag como lo pudiera hacer con cualquier otro chico pero me sentía bien y eso era lo importante.
Hace mucho que no me sentía de ese modo y quizá nunca lo hice, siempre fui muy segura de mi y de quien era y eso era lo único que me importaba pero quizá era más que eso, era el compartirlo con la gente que me importaba.
―¡Ya es hora! ―escuche que alguien pasó gritando.
―¡Diablos! ¡Apúrense! ―perdí toda la buena sensación, empujándolos a ambos al set.
―¡Una última cosa! ―grito Fraag en la puerta del camerino. Me di la vuelta viéndolo con el ceño fruncido ―¿Me das un beso de la buena suerte?
Le sonreí, antes de tomar su cara y presionar mis labios contra los suyos. No necesitaba la suerte, él tenía todo para ser éxitos. La de la suerte era yo por tenerlo junto a mí.
―Gracias ―dijo cuándo me separe.
―¿Gracias porque?
―Por no ignorarme por tanto tiempo.
No. No pude ignorarlo por tanto a pesar que se merecía que lo ignorara. Soltando su mano, caminamos al set, regresando a ser Fraag, actor y Lena, asistente. Y aun cuando la gana me matara, lo haría esperar un poco en otros asuntos porque el "me mintió, el cabron" no me lo quito de la mente.
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