Capítulo 36


    —Asi que Bradley te quitó a todos tus subordinados —Comentó Rose mientras acariciaba el cabello de Roy con lentitud, quien estaba recostado sobre su pecho—. No me sorprende que haya hecho eso, seguramente lo hizo para debilitarte, para dejarte solo y desarmado.

   —No sé que haré ahora sin mi equipo, tengo el juego complicado —Tomó la mano de la meno y le besó los nudillos—. Al menos te sigo teniendo cerca mío.

   —Si, lo único bueno de todo esto es que seguimos juntos —Apoyó su barbilla sobre la cabeza del mayor y soltó un suspiro, acariciando suavidad la piel de su pecho—. Igual las chances de que me fuera son nulas, después de todo soy una pieza indispensable en este plan maldito. No se puedan dar el lujo de que sacarme de la ciudad, a pesar de saber que estoy de tu lado  —Murmuró la rubia con seriedad—. Pero por suerte no soy la única que se quedó aquí, Riza sigue en Central.

   —Si, pero como la nueva asistente del Führer —Murmuró Roy con preocupación—. Esta situación me tiene muy preocupado, porque no sé de lo que es capaz ¿Piensas que pueda hacerle algo?

   —King Bradley es capaz de cualquier cosa, Roy, prueba de eso es que me desfiguró el rostro a golpes —Le contestó le rubia—. Pero yo estaré ahí para detenerlo si se le ocurre hacer algo contra ella. Antes muerta a que ese maldito bastardo el toque un solo cabello a Riza.

   —Tampoco me gusta la idea de que pases tanto tiempo con él —Comentó con cierta molestia, cosa que hizo sonreír a la menor—. Ese hombre es un completo abusivo contigo, y ahora que sabe de nuestra relación temo que te haga algo con la intención de lastimarme.

   —No tengo otra alternativa más que presentarme a trabajar como todos los días, como si nada hubiese pasado —Soltó un suspiro. Fijó su vista en el ventanal, el cual dejaba entrar los rayos del sol— ¿Qué te dijo Bradley sobre nosotros?

   —Que si bien no le gusta que estemos juntos, no hará nada para separarnos —Le respondió Roy—. Según él porque no quiere que te hagan algo a ti por romper las leyes militares.

   —De cierta forma es bueno saber eso, debo aprovechar ahora la situación y ver que tanto puedo jalar la cuerda a mi favor —Dijo Rose para luego besar la frente el pelinegro—. Planeo usar ese favoritismo que tienen por mi a mi provecho y descubrir todos los planes que tienen para este país.

   —Rose... ¿Alguna vez Bradley se propasó contigo? —La nombrada abrió los ojos con sorpresa ya que nunca se habría imaginado que el mayor le pudiera hace ajena pregunta como.

   —Pensé que Hughes había respondido a esa pregunta hace tiempo —Murmuró la joven con voz suave.

   —Si bien era tu confidente, sé que le ocultaste muchas cosas de tu relación con King Bradley —Dijo Roy con seriedad. Rose soltó un suspiro y frunció los labios— ¿Te hizo algo?

   —No me hizo nada...no al menos de la manera en que piensas —Le respondió la joven con seriedad—. Pero los dos sabemos que hay otras maneras de marcar a alguien, de lastimarlo.

   — ¿Se atrevió a levantarte la mano? —Le cuestionó con seriedad, tratando de ocultar lo nervioso que estaba por esa pregunta.

   —Si, una vez, luego de que finalizara la Guerra de Ishval —Roy frunció el ceño y se levantó del pecho de su pareja, mirándola sin entender—. Estaba en contra de lo que hacía, intenté...por mi medio...de salvar a todas las personas que pude, haciéndolas cruzar la frontera de manera ilegal. —Tragó con fuerza y continuó—. Bradley lo descubrió, y como cómo castigo...recibí 10 latigazos.

   — ¡¿Qué hizo que?! ¡¿Cómo se atrevió a hacer semejante locura?! —Le cuestionó el pelinegro con molestia—. Maldito bastardo hijo de perra —Escupió con ira en su voz—. No puedo creer que haya sido capaz de ponerte la mano encima, menos haberte azotado.

   —Pero lo hizo, al menos agradezco que no lo haya hecho enfrente de alguien más —Añadió para luego sonreír con amargura—. Desde entonces nuestra relación no volvió a ser la misma, tampoco le volví a permitir que me volviera a poner la mano encima. Bueno...hasta hace unos días.

   —Hughes una vez me dijo que había sucedido algo terrible entre ustedes, algo que causó un ruptura irreparable en su relación y que preferías que se quedara en el olvido —Dijo con seriedad, recordando las palabras que le había dicho su amigo luego de haberla visto por primera vez— ¿Ese "suceso"...era esto, verdad? —Rose bajó la mirada y asintió suavemente— ¿Nunca se lo dijiste?

   —No... —Ahogó un pequeño sollozo y alzó nuevamente el rostro, pestañeando varias veces para evitar que sus ojos se cristalizaran—...no tuve el valor para decírselo, porque sabia que se enloquecería e intentaría matarlo —Se aclaró la garganta y continuó—. El único que lo sabía era Will, ya que fue quien me curó. 

   —No entiendo como pudo hacerte semejante cosa, él, tanto que se pavonea diciendo que te ama y que te cuida como que su hija —siseó con molestia para luego soltar un suspiro, intentando calmarse.

   —Pero lo hizo —Murmuró la joven para luego suspirar, intentando calmarse—. Nunca me imaginé que me haría eso, ese día me mostró una parte de él que con había conocido nunca —Le contó—. Pero como siempre fui una persona que le veía lo positivo a cada, en cada azote recibí el castigo que merecería por haber ayudado a exterminar una raza entera. Y de cualquier manera, ese castigo no bastó.

      Roy frunció los labios y acarició la mejilla de la joven con suavidad, quien solo cerró los ojos y soltó un pequeño suspiro.

    —Rose...si yo te pidiera que me dejaras ver ti espalda, ¿Me permitirías hacerlo?

   — ¿Para qué quieres ver una espalda toda lastimada y llena de cicatrices?

   —Porque una vez me dijiste que querías ver todo de mi, incluso lo que no mostraba a simple vista. Y quiero que hagas lo mismo conmigo —Le contestó con voz suave—. Por favor.

      Rose lo miró varios segundos para luego suspirar pesadamente, girándose sobre la cama hasta darle la espalda, haciéndose un rodete con su cabello.  Empezó a desabotonarse la camisa bajo la atenta mirada del mayor, quien tragó saliva con fuerza. No sabía si era por la rabia que sentía o por la emoción de verla desnuda nuevamente.

      Entonces se desprendió el último botón y dejó caer la camisa, dejando su espalda al descubierto; Roy ahogó un pequeño jadeo y comenzó a recorrer con la mirada cada centímetro de esa pálida piel, admirando los pequeños lunares que contrastaban con esta. Sin embargo frunció el ceño cuando se topó con varias cicatrices que, si bien eran muy grandes, no se notaban a siempre vista. Acercó su mano hacia la zona y tocó las cicatrices con delicadeza, provocando que la menor pegara un respingo al sentir el contacto.

   — ¿Duele? —Preguntó el ojinegro mientras recorría la zona con extrema delicadeza. Rose solo negó con la cabeza— ¿Cómo es que nunca me di cuenta de esto?

   —Nunca te permití que me vieras la espalda, y siempre uso el cabello suelto —Le respondió la rubia con voz suave—. Además no hemos estado juntos tantas veces, tal vez por eso no te diste cuenta.

   —Eso no importa, debería haberme dado cuenta —Colocó la palma de su mano sobre su espalda y cerró los ojos—. Que agradezca que no lo tengo enfrente, porque podría rostizarlo vivo.

   —No le des tanta importancia a cosas que pertenecen al pasado —Murmuró la joven con voz suave, reprimiendo un pequeño jadeo al sentir las cálidas manos de su pareja sobre su cuerpo.

     Roy sonrió levemente al escucharla suspirar y acercó sus labios hacia a la espalda de la menor, la cual empezó a besar con suavidad cada una de las cicatrices al tiempo que bajaba sus manos hacia su cintura, apretando la zona con suavidad. La ojiceleste soltó un suave suspiro y cerró los ojos con lentitud, disfrutando de la sensación placentera. El pelinegro sonrió suavemente y alejó sus labios de la espalda, comenzando a trazar un camino invisible por el hombro hasta llegar a su cuello; empezó a besar y morder la zona con suavidad, disfrutando enormemente de sentir a la rubia soltar varios jadeos y gemidos mientras apoyaba su cuerpo sobre él, recostando su cabeza sobre su hombro.

   — ¿Ya...se te pasó la molestia? —Le preguntó la joven entre suspiros.

   —Talvez, no lo sé, seguiré besándote hasta ver si se me pasa —Le contestó sin dejar de besar el cuello.

     Intentaba mantenerse serio, enserio lo intentaba, sobre todo porque sabía que la menor estaba minimizando lo que le acababa de contar, pero no pudo evitar sonreír de lado al sentir los suspiros y jadeos de su pareja. Le era inevitable no hacerlo cuando su amada reina decía su nombre con tanto deseo. La recostó sobre la cama con delicadeza y se acomodó sobre el ella, evitando estirar su cabello. Besó sus labios con ternura para luego empezar un camino de besos desde su barbilla hacia su pecho, corriendo el dije que llevaba puesto la rubia con la nariz.

   — ¿Qué crees que estás haciendo? —Le preguntó la rubia con diversión.

   —Disfrutado de lo que es mío —Le respondió el ojinegro sin dejar de sonreír.

   — ¿Lo que es tuyo? —Repitió para luego soltar una carcajada— ¿Y desde cuando soy tuya? Si se puede saber.

   —Desde el primer momento en que probé tus labios —Rose amplió su sonrisa y cerró los ojos, dejándose llevar por la placentera sensación de sentir esos cálidos labios sobre su piel—.  Desde el primer momento en que estuvimos juntos, desde el primer momento en que probé cada rincón de tu cuerpo. Eres completamente mía...como yo soy enteramente tuyo.

     Rose se mordió los labios, reprimiendo un suave jadeo, y arqueó la espalda sutilmente. Sentía su cuerpo mucho más sensible que de costumbre, por esa misma razón unos simples y pequeño besos habían logrando aumentar su temperatura corporal y tenerla al borde de los gemidos y jadeos. Era extraño, hacia mucho tiempo que no se había sentido así. Sin embargo, cuando sintió los labios del pelinegro sobre su bajo vientre, salió de esa nube lujuriosa en la que se encontraba y se incorporó sobre la cama, alejando al pelinegro de su cuerpo de un empujón.

   —Aléjate de mi, Roy Mustang, que no tendremos nada de acción mientras esté indispuesta —Le dijo la ojiceleste entre risas, cerrándose la camisa rapidmamate.

   —Creo que no te lo he dicho, pero yo no tengo ningún problema en manchar la espada con sangre —Rose hizo una mueca de asco, cosa que hizo reír Roy con fuerza.

   —Pues te quedarás con las ganas, cerdo asqueroso, porque no pasará nada de nada —Se sentó sobre la cama y se acomodó el cabello—. Me siento hinchada, adolorida y extremadamente sensible. Creo que prefiero mantenerme en abstinencia un par de días más a estar incómoda todo el rato.  

   —Esta bien, pero en un par de días no te escaparás de mi —Se acomodó detrás de ella y la rodeó con sus brazos, besando su cuello con delicadeza—. Supongo que tú siguiente cita en tu agenda es con tu médico, ¿No es así?

   —Si, ahora que me volví "biológicamente funcional" debo regresar a los chequeos anuales —Roy sonrió ante ese cometario—. Me mal acostumbré a vivir sin todo esto, supongo que no me queda de otra más que readaptarme.

   —Si quieres puedo acompañarte al médico  —Le propuso el más alto. Rose dejó de hacerse un rodete con el cabello y giró el rostro para verlo.

   — ¿Enserio irías conmigo?

   —Si, ¿Por qué no?, somos los dos en esta relación. Te recuerdo que no solo tú debes cuidarte, yo también tengo que poner de mi parte —Le contestó sin dejar de sonreír—. Pero si tú quieres ir sola, aceptaré tu decisión.

   —No lo sé, si las mujeres te ven en ese lugar seguramente se les alborotarán las hormonas —Comentó la rubia con diversión—. No quiero se peguen a ti como moscas a la miel.

   —Es probable que eso suceda, pero a la única que quiero alborotarle las hormonas es a ti, mi reina —Le susurró sin dejar de besarle el cuello.

   —Bueno, si tanto interés tienes en ver lo que el médico me quiere decir esta bien, puedes ir conmigo —Le dio un beso en los labios y se levantó de la cama—. Y ya es hora de que te levantes, recuerda que hoy debemos ir a trabajar.

   — ¿Estas segura de que quieres ir a trabajar? ¿No preferirías tomar una licencia por un par de días? —Le preguntó el ojinegro mientras imitaba la acción de la rubia—. Hace no más de tres días que te secuestró ese maldito, ¿Estas lista para verlo de nuevo después de todo lo que te he contado?

   —No, y no sé cómo reaccionaré cuando lo vea...pero tampoco voy a huir de él —Soltó un suspiro—. Debo hacerle frente, sea cual sea la situación que me espere cuando cruce las puertas del cuartel —Frunció el ceño molestia—. Eso sí, el Teniente Raven me las va a pagar...porqué estoy seguro que debió disfrutar de todo lo que sucedió.

   — ¿Qué vas a hacerle, Rosalyn? —Le preguntó el pelinegro con algo d preocupación en su voz.

   —Nada que no se merezca ese hijo de perra —Le contestó para luego sonreír de lado.

     Rose se detuvo frente a las puertas de la oficina del Führer, pensando si realmente había hecho en venir a trabajar tan pronto, y sobre todo después de enterarse que su superior era el asesino de su hijo. ¿Iba a ser capaz de contenerse? ¿De no saltarle al cuello e intentar matarlo? ¿Cómo iba a hacer para mantener la compostura?

     Soltó un suspiro con resignación y abrió la puerta rapidmamate. Había enfrentado las peores tormentas durante tantos años que ahora una ola no iba a detenerla. Debía ser más fuerte que nunca.

   —Buenos días, Comandante Armstrong —La saludo la joven secretaria con respeto—. El Führer la está esperando.

   —Gracias —Le regresó el saludo de manera educada y se acercó hasta la puerta de la oficina.

     "Sé fuerte". Se dijo antes de soltar el aire por la nariz y bajar el picaporte de la puerta, abriéndola lentamente.

     Cuando abrió la puerta, King Bradley levantó la cabeza y se puso de pie rpaidmamate. Rose solo atinó a tensar la mandíbula y desvió su celeste mirada a la Teniente, quien se encontraba en una esquina junto a los ventanales. Luego de unos segundo, regresó su mirada al mayor, quien aún se mantenía en su lugar.

   —Buen día, su excelencia, me presento a cumplir con mis obligaciones —Dijo la rubia con toda la tranquilidad que podía generar en ese momento— ¿Hay algo que desee que haga?

    Bradley se dio cuenta de que Rose se estaba aguantando las ganas de dispararle en la cabeza, esos celestes ojos le expresaban el odio, la decepción y la impotencia que debía sentir en ese momento. Realmente le sorprendía el nivel de autocontrol que podía tener esa pequeña mujer, sobre todo después de todo lo que el Coronel debió contarle.

   —Si, hay algunos documentos que quiero que revises antes de aprobarlos —Le respondió el mayor con voz tranquila.

   —Si, Führer —Se acercó lentamente hacia el escritorio y tomó las carpetas que había sobre este, sentándose en la silla que le habían colocado amablemente—. Agradecería que no se la pasara mirándome hacer mi trabajo, imagino que también tiene muchas cosas por hacer.

   —Antes no te molestaba que te observara leer.

   —Antes no me molestaba tu respiración —Le contestó Rose con seriedad, fijando sus celestes ojos en él—. Curioso, ¿No cree?, como la mentalidad de la personas puede cambiar de un día para el otro a causa de múltiples sucesos. Lo que hoy nos parece ameno y tolerable...hoy es desagradable y molesto.

   — ¿Eso es lo que piensas de mí? —Le preguntó el ojiverde con seriedad.

   —Eso es sola la punta del iceberg acerca de lo que pienso sobre ti —Le respondió en forma tajante—. Hay muchas cosas que quiero gritarte a la cara, pero no tiene sentido hacerlo. Sería gastar saliva en vano.

   —Imagino que el Coronel Mustang fue a contarte todo lo que hablamos cuando estuvo aquí, ¿No es así? —Bradley sonrió de lado—. Es como un perrito faldero contigo, te es completamente leal.

   —Si, a diferencia de otros...que solo son serpientes traicioneras —Siseó sin dejar de sonreír— ¿Qué pasa, Bradley? ¿Preocupado por que uno de mis subordinados me sea fiel? O... ¿No me digas que estás celoso?

   — ¿Yo, celoso de ese muchacho? ¡Ja! Por favor, Rosalyn, no me hagas reír —Se levantó de su asiento sin dejar de reírse— ¿Celos de que tipo podría tenerle al Coronel?

   —Los dos sabemos perfectamente de qué —Bradley se giró para verla, sintiéndose molesto por verla sonreír de esa manera—. Pensé que el único viejo verde que conocía era el Teniente General Raven...pero vaya que me equivoqué —Le dijo con voz seria—. Me das asco, King Bradley.

   —No confundas el cariño fraternal que siento por ti con cualquier otra cosa —Se apresuró en decir el mayor—. No sé que demonios te habrá dicho ese hombre, pero nada es cierto. Yo jamás te amaría de otra forma que fuese como un padre ama a una hija.

   — ¡No te atrevas a repetir que lo que sientes por mi es amor!  —Exclamó la rubia con molestia, golpeando el escritorio con sus manos—. Eres un maldito monstruo que solo me ha lastimado en todos estos años, me destruiste de todas las maneras posibles. ¿Y aún te atreves a decirme que me amas...después de que te entreviste a matar a mi hijo? —Le cuestionó con rabia, sintiendo como sus ojos se cristalizaban.

   —Solo seguía órdenes, no pude evitarlo —Le dijo con seriedad, apoyando sus manos sobre el escritorio, acercando su rostro hacia el de la joven— ¿Que hubieras hecho en mi lugar?

   — ¡Hubiera muerto, hubiera muerto antes de provocar un dolor irreparable en una de las personas que más quería! —Le respondió con seguridad. Riza cerró los ojos ante esa respuesta por parte de su amigo—. Yo te quería, Bradley, ¡Te amaba! Por muchos años fuiste mi héroe....y ahora solo eres un monstruo al que nunca conocí completamente —Le susurró mientras soltaba varias lágrimas, limpiándoselas rpaidmamate—. Ahora...ahora solo siento odio por ti, y te juro que no descansaré hasta verte muerto.

   —Sabes que no puedo morir fácilmente —Comentó el pelinegro con voz fría.

   —Pero puedes morir, y te mataré tantas veces sean necesarias hasta desaparecerte del mapa —Le juró la menor—. Así tenga que hacer cosas que no quiero, así tenga que morir contigo...pero te voy a borrar de la tierra.

   —Ya lo veremos.

     Rose tomó las carpetas con brusquedad y se alejó rapidmamate del mayor, empezando a caminar hacia la puerta de la oficina. Cuando abrió la puerta, detuvo sus pasos y se giró lentamente.

   —Oh si, a partir de ahora el Coronel Mustang es mi nueva mano derecha y asistente. Espero que no te moleste que disponga de sus servicios para lo que se me antoje —Le dijo con seriedad más sin embargo esbozo una sonrisa—. No dejaré que le pongas un solo dedo encima.

   —No te permitiré eso —Le dijo el mayor mientras se ponía de pie—. Suficiente tengo con saber que ese maldito muchacho se acuesta contigo.

   —Pues no te lo estoy pidiendo, solo te estoy avisando de mis nuevas decisiones —Le explicó la joven sin dejar de sonreír—. Sabes que no puedes negarte, Ira —El nombrado gruñó con molestia—. Oh, y que no te sorprenda que uno de estos días se te aparezca el Teniente Raven todo herido y con el rostro desfigurado, porque puede que sufra u terrible accidente.

   — ¡Rosalyn, no te atrevas...!

   —Se ha terminado tu turno, King Bradley, y ahora juego yo —Lo interrumpió con seriedad—. Y créeme cuando te digo, que cuando la reina se mueve todo el tablero tiembla.

     Se giró hacia donde se encontraba la Teniente, de quien se despidió con un ademán, y luego se retiró de la habitación. Bradley soltó un gruñido y al tiempo que lanzaba todas las cosas que había sobre su escritorio contra el suelo, sentándose sobre su sillón mientras se llevaba las manos al cabello. Apoyó los codos sobre la mesa y cerró los ojos con fuerza, sintiendo como sus ojos se cristalizaban. Sin embargo, no salió ninguna lágrima.

     Había pasado tantos años desde que había derramado una lágrima, tantos años en las sombras lo habían secado por completo. Habían borrado cada centímetro de su humanidad. Y ahora, cuando una de las únicas personas a las que había amado con todo su ser, cuando la razón de su existir le decía que lo odiaba con todo su ser y se alejaba más y más de él...no podía hacer nada para evitarlo. Porque ya era demasiado tarde.

    Había cometido muchísimos errores con ella.

     Rose nunca se lo iba a perdonar, y estaba muy seguro que haría todo en su poder para cumplir con la promesa que le había hecho. Solo le queda esperar para descubrir cómo lo haría.

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Hola gentecita hermosa, como están?


Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial!

Aquí regreso con un nuevo capítulo de este fic.
....

¿Que les pareció entre el enfrentamiento de Rose y Bradley?;

¿Que creen que suceda a partir de ahora? ¿Rose cumplirá su promesa?

¿Hasta dónde será capaz de llegar con tal de destruir a Bradlye?

Los leo...

¿Que opinan de "el suceso" entre Rose y Bradley?

Finalmente conocemos lo que causó su distanciamiento.


Pronto, y para mi felicidad, estaremos llegando a los 15k

Y en esta ocasión les dejaré elegir a ustedes de que tratará el especial.

1. Especial sobre cual suceso que quieran ustedes.

2. Especial de preguntas y respuestas.

Los dejo en sus manos jajajaja

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Si les gustó el capítulo, dejen estrellita y comenten, se los agradecería de corazón.

💖💖💖💖💖💖💖💖



Sin más que decir.. 






Bye Bye

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