Capítulo 32

Dejen estrellita y comenten si les gusta el capítulo.

Se los agradecería de corazón


Empecemos 



%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

Varias horas antes...


   — ¡Vamos, entre a ese auto señor inútil! —Exclamó Edward para luego lanzar al pelinegro al interior del auto, cerrando la puerta con fuerza.

   —Usted suba por aquí, Teniente —Le pidió la armadura a la rubia, quien acató la orden—. Cuiden bien de Lan Fan, por favor.

     Roy, quien hasta ese momento se había mantenido casi en posición fetal mientras se agarraba la zona de la herida con fuerza, alzó la mirada con sorpresa y preocupación mezcladas.

   — ¡¿Me estás pidiendo que huya lastimosamente de esta situación?! —Le cuestionó el pelinegro con molestia.

   — ¡Solo vas a estorbar! —Le gritó el rubio.

   — ¡Váyase! —Continuó Alphonse.

   —En este momento no está siendo de ayuda, Coronel —Añadió Riza con seriedad.

     Roy solo soltó un quejido, sintiéndose completamente inútil, y apoyó su cabeza contra el asiento.

   —Solo haga su trabajo —Le dijo Ed con voz más calmada—. El hecho de que el hombre más importante del país sea un homúnculo no es un problema que debamos dejar de lado.

   — ¿El hombre más importante...? —Repitió la ojimarrón, quien abrió los ojos con sorpresa— ¡¿Se refieren a King Bradley?!

   —Luego hablaremos de esto, ¡Ahora suban! —Le dijo el doctor a los jóvenes, quienes aún seguían afuera.

   —No hay espacio, mejor váyanse ustedes —Habló el mayor de los Elric.

   — ¡No podemos dejar a unos niños en el campo de batalla! —Exclamó Riza.

   —Su verdadero oponente es ese militar de alto rango, ¿No es así? Les preguntó Ling mientras sonreía.

   —Ustedes encárguese de eso, nosotros aprovecharemos la situación y le sacaremos información a Gula —Continuó Ed—. Esta vez tenemos un plan en mente. Pero gracias por habernos ayudado hasta ahora.

   —Entonces...toma esto Edward —Riza le entregó su arma—. Quiero que la lleves contigo. ¿Sabes como usarla?

   —Eso...sirve para matar personas —Dijo la armadura.

   —Sirve para proteger sus vidas —Concluyó la rubia. Ed la miró con cierta duda, pero al final decidió tomar aquel arma.

   —Está bien, la tomaré —Murmuró el joven cuando de pronto se sintió un nuevo estruendo provenir del bosque.

   —Cuiden de Lan Fan, por favor —Pidió Ling para luego empezar a correr junto con Edward y Alphonse hacia el bosque.

   —En marcha —Murmuró Roy, aceptando que solo estaban sobrando allí— ¡Vámonos!

   — ¡Maldita sea, por eso la gente muere tan jóvenes! —Exclamó Knox para luego arrancar el auto, comenzando a conducir hacia la cuidad—. Los llevaré a mi casa, ese será un lugar seguro. Nadie irá a husmear por ahí.

   —Esta bien, luego des eso nosotros tenemos que ir a otro lugar —El de lentes lo miró sin entender—. Una compañera de nosotros puede estar en peligro y debemos evitar que le suceda algo.

   —demonios, ¿Realmente planeas arriesgarte con lo herido que estás? —Le preguntó el mayor con molestia.

    Roy lo miró fijamente y su rostro apacible fue cambiado por uno de serio y frío.

   —No puedo quedarme sentado y esperar mientras todo el mundo arriesga su vida para luchar —Comenzó a hablar con voz firme—. Dejé a esos niños solos, por culpa mía mi subordinado está incapacitado y posiblemente mi colega también. No puedo permitir que nos sigan haciendo daño.

     El hombre no le respondió nada, solo se limitó a conducir en silencio hasta su casa; una vez allí, le pidió ayuda a Riza, ya que Roy estaba bastante adolorido, para llevar a Lan Fan al interior de su hogar, luego se les acercó para decirles que podían usar su auto para ir al lugar que sea pero con la condición de que no le hicieran ni un rasguño.   

     Los dos asintieron con la cabeza ante las exigencias del mayor y, luego de despedirse, se retiraron de la casa su compañero rumbo al departamento de Rose. Al principio del viaje intentaron mantenerse tranquilos y positivos, pensando que tal vez se había sentido mal y había decidido quedarse en su casa a descansar, también existía la posibilidad de que le hubiese salido una urgencia que tuvo que atender. Sin embargo, esa tranquilidad comenzó a desaparecer, y a ser reemplazada con pánico, al ver que, frente al complejo de departamentos en el que vivía la Comandante, había varios autos de la policía militar y muchos de los vecinos estaban afuera de sus casas.

     Algo había sucedido.

     Aparcaron el auto y se bajaron rápidamente, acercándose hacia una de las mujeres mayores que estaba cerca del lugar.

   —Disculpe señora, ¿Nos podría decir que sucedió? —Le preguntó Riza con voz apacible.

   —No lo sabemos, señorita, pero lo que sí sabemos es que una de mis vecinas llamó a la policía porque se escucharon muchos disparos en este edificio. Fue muy aterrador.

     Roy palideció al escuchar aquello, sintiendo como su corazón se detenía, y salió corriendo hacia la entrada de aquel edificio, la cual estaba custodiada por varios oficiales que le permitieron el paso al reconocerlo. Riza se disculpó con la mujer y corrió para seguir a su superior; cuando llegaron al piso donde vivía su amiga, se toparon con que varios policías estaban en la entrada del lugar, quienes no le permitían al Coronel ingresar. Seguramente porque no sabían quién era, algo bastante raro.

   — ¡Les estoy ordenando que me dejen pasar! —Exclamó el pelinegro mientras forcejaba con los dos policías.

   —Lo siento señor, pero civiles no pueden ingresar a la escena del crimen.

    Roy y Riza se miraron con pánico al escuchar la respuesta de aquel tipo. ¿"Escena del crimen"? ¿Qué demonios había sucedido en aquel departamento.

   —Yo soy Coronel Mustang, y te ordeno que me dejes ingresar a este apartamento —Le ordenó al joven, quien abrió los ojos con sorpresa al escuchar ese nombre tan famoso—. A partir de ahora la milicia participará de la investigación de lo sucedido.

   —Si...esta bien —El joven tragó con fuerza y se hizo a un costado—. Lamento no haberlo reconocido, Coronel, puede pasar a investigar la escena.

    Roy solo hizo una mueca con los labios y se adentró en aquel apartamento, siendo seguido por su asistente; el interior de aquel lugar estaba hecho un completo desastre, la mesa estaba dada vuelta, varias silla rotas, manchas de sangre por todas partes, la pared y el espejos estaban destruidos y ni hablar de la cantidad de balas que había por el suelo. Riza tragó con dificultad a causa de la angustia que sentía y recibió los guantes descartables que les habían entregado los oficiales, pasando las cintas amarillas.

   —Sabia que algo malo le había sucedido, ¿Por qué la dejé sola? —Dijo Roy con desesperación— ¿Quién mierda pudo hacerle esto?

     Riza se agachó para mirar más de cerca las balas y la sangre que marchaban la alfombra blanca, percatándose de que eran las balas que solía usar su amiga, entonces giró el rostro hacia distintas direcciones, buscando algo sospechoso o fuera de lugar, y se dió cuenta de que había algo debajo de la cómoda de la sala; se acercó lentamente y sacó lo que parecía ser una funda de espada.

   —Esto no es de Rosalyn, sus fundas son blancas con adornos rojos y dorados —Las inspeccionó un poco más hasta que encontró las iniciales del dueño. Cerró los ojos con fuerza y luego enfocó sus marrones ojos en su superior—. Esto es de King Bradley.

     Roy tensó la mandíbula con furia al escuchar ese nombre, sintiendo como empezaba a crecer una llama en su pecho. Nunca había deseado matar a una persona como en ese momento, deseaba incinerar a ese bastardo hasta reducirlos en cenizas. ¿Qué mierda le había hecho a Rose? ¿Acaso había sido capaz de levantarle la mano? ¿De lastimarla? La simple idea de que la sangre que había por todas partes fuera de ella lo volvía loco, lograba hacer que la ira brotara por cada poro de su piel.

   —Voy a matarlo —Siseó con odio mientras empezaba a caminar hacia la salida, haciendo que su subordinada se pusiera de pie y lo empezara a seguir a paso veloz. 

   —Coronel, Coronel por favor espere. No sea tan imprudente —Al ver que no le respondía, Riza frunció el ceño con molestia— ¡Roy Mustang, detente en este maldito instante!

      El nombrado se detuvo abruptamente y se giró para mirarla con sorpresa. Eran muy pocas las ocasiones en la que su subordinada le gritaba de esa forma.

   — ¡Yo también estoy asustada por lo que pueda haberle hecho ese hombre a mi amiga! ¡Pero yendo a matarlo sin un plan de respaldo es un suicidio, ¿Acaso no se puso a pensar que enfrentarlo podría determinar el fin de Rosalyn?! —Le cuestionó con molestia—. Piense antes de actuar, Coronel, porque un acto imprudente por parte suya podría traernos graves consecuencias.

     Roy la miró en silencio, apretando los labios con molestia. Sabia que Riza tenía razón, y eso solo lo hacía sentirse más mal consigo mismo, porque había estado a punto de actuar nuevamente por impulso. Eso mismo era lo que había provocado la parálisis de Havoc.

     Ahora la vida de Rose era la que estaba en peligro, y Riza estaba en lo cierto, si actuaban por impulso y no pensando en un buen plan, King Bradley sería capaz de lo peor. Y lo menos que quería era que le hiciera más daño.

     Estaba en total desventaja.

    —Tienes razón, lo siento —Se disculpó el más alto, bajando la mirada—. Es que...la simple idea de que le puede pasar algo me desespera.

   —Lo entiendo perfectamente, recuerde que no solo usted tiene en juego a una persona especial —Le dijo la ojimarrón con voz suave—. Pero debemos pensar con la cabeza fría.

   —Si, pero tampoco podemos quedarnos quietos por mucho tiempo —Concluyó Roy con seriedad—. Tenemos que ir al Comando Central, debemos descubrir quiénes son nuestros aliados y quiénes son nuestros enemigos.

   — ¿Es nuestra mejor opción? —Le consultó Riza.

   —No tenemos otra opción —Le dijo Roy—. Llegó la hora de enfrentar a Bradley.



   —Esto podría ser las puertas al paraíso o la guarida de del mismísimo demonio... ¿No crees? —Comentó Roy mientras se bajaba del auto y observaba las puertas de ingreso del Cuartel Central—. Quiero que esperes aquí, Teniente. —El pelinegro se giró para mirarla—. Y si ves que no regresó, quiero que te vayas de aquí.

   —Me niego a cumplir eso —Le dijo la rubia con seriedad.

   —No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando.

   —Y yo me niego a obedecer esa orden, señor —Volvió a repetir la menor.

   —Si que eres testaruda, ¿Eh? —Roy se cruzó de brazos con molestia, sin embargo soltó un suspiro y sonrió suavemente—. Esta bien, volveré sin falta. Así que espérame aquí.

   —Si señor, ¡Buena suerte! —Dijo Riza—. Roy, espera un momento —El nombrado se giró de nuevo para observarla—. Si puedes, y la encuentras, vuelve con Rose. Por favor.

   —Te lo prometo —Le aseguró para luego entrar al cuartel general.

     Durante su trayecto, Mustang pensaba en todos los posibles escenarios que podían surgir en aquel lugar. Uno más horrible que el otro. Intentaba ser positivo con toda esa situación, pero no podía evitar pensar en que podría encontrarse de frente con Bradley y realmente no sabía como iba a reaccionar, sobre todo después de enterarse que él había sido el que había secuestrado a Rosalyn.

     Entonces salió de sus pensamientos y se dió con que había estado caminando sin dirección alguna, realmente había tenido suerte de no matarse de un golpe. Inspeccionó el lugar y recordó que por ahí cerca se encontraba la oficina del Teniente General Raven, un hombre que no había tenido la oportunidad de conocer pero que le habían dicho que era un excelente soldado. Pensó entonces que ese tipo sería un buen comienzo para descubrir si lo ayudarían contra Bradley o no.

     Se apresuró en acercarse a la puerta de dicha oficina y la golpeó un par de veces con suavidad.

   — ¡Adelante! —Exclamó el hombre del otro lado de la puerta. Roy abrió la puerta y se adentró a la habitación—. Oh, ¿Usted es el Coronel Mustang? Bienvenido a mi oficina, joven —Lo saludó el de piel Morena con amabilidad.

   — ¡Teniente General Raven! Me disculpo con usted por no haber venido personalmente a presentarme debido a múltiples ocupaciones —Exclamó el pelinegro mientras se paraba con firmeza— ¡También me disculpo por venir a visitarlo a estas horas!

   —No hay problema, siempre es bueno hablar con alguien luego de un día tedioso —Comentó Raven síndrome dejar de sonreír— ¿Cómo se encuentra el viejo Grumman?

     Roy se sintió tranquilo ante esa pregunta y se permitió relajar un poco el cuerpo. Tal parecía ser que le había acertado. Raven era un buen tipo.

   —Igual que siempre, señor —Le contestó el menor—. Siempre cuenta la misma historia de usted, de como fue a rescatar a sus subordinados y terminó armando un desastre más grande. Además dijo que es blando de corazón.

   — ¡Pero que insulto! ¡Fui empleado en Central debido a la forma en la que trató a mis hombres! —Exclamó con furia, poniéndose de pie— ¡Un viejo que se encuentra tan lejos no tiene derecho a decir eso sobre mi! —Entonces se dio cuenta del escándalo que estaba haciendo—. Perdón, me dejé llevar.

   —No hay problema, viendo como se molesta por esto puedo ver que es un hombre justo —Habló Roy—. El Teniente General Grumman me dijo que debía acudir a usted en situaciones difíciles.

   —Así que ese viejo perverso me ha acorralado de nuevo, ¿eh? —Murmuró el peliblanco con vergüenza, cosa que hizo que ambos hombres empezaran a reírse—. Ya casi es hora de la reunión, te acompañaré.

    El Coronel asintió y salieron de la oficina a paso tranquilo, recorriendo los vacíos pasillos rumbo a la sala de reuniones.

   —Y dime chico, ¿ya te has acostumbrado a Central? —Le preguntó el mayor con interés.

   —No, he estado concentrado en tratar de comunicarme con la gente, pero...

   —Hay rumores por todos lados, ¿No? —Añadió Raven sin dejar de sonreír.

   —Pero la mayoría de los rumores no tienen fundamentos —Dijo Roy con seriedad—. Que Scar estaba alimentando un gato, que aparecieron seres inmortales y... —Desvió su oscura mirada hacia el Teniente General—...y algo sobre el Führer siendo un homúnculo.

    Raven lo miró en silencio por varios segundos hasta que estalló de la risa, cosa que imitó el pelinegro pero por lo nervioso que se encontraba.

   —No tienes un gran sentido del humor, ¿No? —Le preguntó el ojiazul—. Realmente me sorprende que hayas estado bajo el mando de Grumman.

   —Él sentido del humor no se me contagió —Admitió el ojinegro mientras se detenía frente a la entrada de las salas de reuniones.

   —Bueno, hasta estos tipos de chismes terminan entreteniendo a la gente, ¿No crees? —Colocó la mano sobre el picaporte y abrió la puerta—. Bueno, entremos.

   — ¿Eh? ¿Enserio puedo...? —Consultó el menor con duda.

   —Por supuesto que si. Es más, te hemos preparado una sorpresa.

    Roy frunció el ceño sin entender a que se refería y Raven lo hizo pasar, sintiendo de manera inmediata el ambiente tenso y serio que había en el interior de aquella habitación; tragó saliva con fuerza al sentir todas esas frías miradas sobre su persona, escudriñándolo de manera exhaustiva, cosa que lo hizo sentirse aún más nervioso y confundido. Si las miradas matarán, definitivamente él ya estaría muerto por como lo observaban aquellos hombres.

   —Así que...sobre el chiste de hace un momento... —Continuó Raven mientras se tocaba la barba—...sobre el Führer siendo un homúnculo, te pido que continúes con eso.

   —Si, ¿Cuál es el problema con eso, Coronel Mustang? —Roy, quien hasta ese momento había mantenido su rostro serio por los nervios, abrió los ojos n con pánico al escuchar esa voz prevenir de una habitación oscura.

    Desvió su mirada hacia aquella puerta abierta y sintió como si su corazón se hubiese detenido al verlo salir a paso lento de aquel lugar, cargando entre sus brazos a Rosalyn, quien parecía estar inconsciente.

   — ¡Rosalyn! ¡Déjenla!  —Exclamó e hizo el amague de intentar acercarse hacia donde estaba Bradley, pero Raven lo detuvo con sus brazos— ¡¿Por qué le hiciste eso?!

   —Fue llamada a venir, pero mostró resistencia —El pelinegro desvió su mirada hacia Raven, quien ahora le sonreía con malicia.

    Observó con desesperación como el hombre más poderoso de la nación se la entregaba a un soldado y este se la llevaba de la habitación. ¿A dónde se la estaban llevando? ¿Qué planeaban hacer con ella?

    《No podemos confiar en nadie de la milicia ahora, todos son posibles enemigos》recordó las palabras que le había dicho Rosalyn antes de irse al bar de su tía. Una frase similar le había dicho Hughes antes de morir, que en ese momento no había entendido...pero ahora si...

    —"Ahora entiendo todo, Hughes. Cuando dijiste que la milicia estaba en peligro, no quisiste decir que se aproximaba una crisis en su interior" —Sonrió con nerviosismo— "Te referías a que la misma milicia estaba en crisis"

   —Llévenlo a mi oficina —Roy lo miró con desdén—. Tenemos mucho de que hablar. 


%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%%

¿Les gustó el capítulo de hoy?


🔥
🔥
🔥
🔥

Hols, hola! Como están?!




Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial!!!!


Aquí regreso con un nuevo capítulo!!!!


Para aquellos que querían ver la escena de Roy en la "escena del crimen", lo prometido es deuda jajajaja.



Nuestra amada Riza le paró el carro el Roy, casi me le pega

Riza durante todo el capitulo:



😂😂😂😂😂😂😂



Bradley se pasó de dramático, lle llevo el cuerpo inocente de Rose noma para hacer sufrir.


Pero lo más importante es....

¿De qué hablaran en la oficina del Führer?


¿Que habrá pasado con Rose?




Todo esto y mucho más en el próximo capítulo!!!!!


Sin más que decir...






Bye Bye





Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top