Capítulo 3

   


   — ¿Cómo que no saldrá un tren hasta mañana? —Preguntó Rose con molestia al maquinista—. Necesito llegar a Ciudad Central lo más pronto posible. 

   —L-Lo siento señorita, pero por motivos de seguridad se nos ha solicitado que todos los viajes se retrasen hasta mañana  —Le explicó él hombre con cierto nerviosismo. El rostro de la joven le transmitía de todo menos tranquilidad.   

     La ojiceleste bufó con molestia y luego empezó a caminar en de un lado al otro, como si fuese un león enjaulado, en un intento de calmarse, cosa que no estaba funcionando del todo. 

   — ¿Me asegura que él tren saldrá temprano por mañana? —Se acercó nuevamente al maquinista, haciendo que él hombre pegara un saltito de los nervios.   

   —A primera hora, señorita —Le respondió el hombre para luego sonreírle.   

   —Bien, gracias por la información —Agarró su maleta con molestia y comenzó a caminar a la salida.   

     Ni bien terminó de llegar a la entrada principal de la estación, se detuvo abruptamente al ver que llovía con fuerza. Se quejó con fuerza, tratando de calmarse un poco, y continuó caminando por la acera a paso veloz. Decidió que primero iría a hospedarse algún hotel y luego pasaría por el cuartel que había en la ciudad, quería saludar a su amiga. 

     Justo cuando iba a entrar a uno de los hoteles que había en esa cuadra, se escuchó a lo lejos una enorme explosión. Rosalyn se giró rápidamente, buscando de donde había el estruendo, e inmediatamente comenzó a correr a gran velocidad. Cuando llegó al lugar donde se estaba desatando aquel enfrentamiento, gracias a las explosiones que le sirvieron de guía, abrió los ojos con terror al ver que un hombre estaba a nada de atacar a un chico.  

      Sacó una de sus pistolas de su abrigo y sin pensarlo disparó contra aquel hombre, quien logró esquivar la bala con avidez y se giró para verla. 

   —Oye ¿No crees que estás grande para pelear contra un niño? —Le preguntó la rubia con seriedad mientras se colocaba sus guantes metálicos—. Mejor pelea con alguien de tu tamaño.   

   — ¿Quién eres tú? —Le preguntó el moreno mientras dejaba del lado al pequeño rubio para verla.   

   —Mi nombre es Rosalyn Armstrong, y te ordeno que detengas tu ataque y te entregues a las autoridades.   

     Sin más que decir Rose golpeó con fuerza el suelo, logrando levantar varias columnas con picos y se dirigieron contra aquel hombre, quien logró detener su ataque al romper las columnas, sin embargo la rubia fue más rápida y saltó sobre su propia columna, desenfundando las dos espadas que llevaba en su espalda y continuar atacando. El tipo logró esquivarla con habilidad, sin embargo perdió la estabilidad por un segundo y la rubia aprovechó eso para herir su pierna con una de las espadas.   

    El moreno soltó un gruñido de dolor y trató de golpearla en el rostro, sin embargo la ojiceleste logró esquivarlo para luego agacharse y un propinarle una patada en los tobillos que logró tumbar al más grande. La rubia se levantó nuevamente y cuando trató de atacarlo con la espada, este fue más rápido y le pegó una patada en el estómago, logrando lanzarla contra un edificio.   

   —Necesitarás más que eso para matarme   

     Murmuró la ojiceleste para luego golpear con fuerza el edificio detrás suyo, creando varias lanzas que fueron despedidas hacia donde estaba aquel hombre. Scar se apresuró en esquivar cada ataque para luego intentar acercarse hacia donde estaba la rubia, sin embargo esta sacó dos pistolas del cinturón de su pantalón y comenzó a dispararle con el fin de mantenerlo alejado. Sin embargo, en cierto momento el joven de cabellera rubia se quejó del dolor, cosa que hizo que Rosalyn se distrajera por unos segundos...unos que le costó caro. 

     Cuando menos se dio cuenta, la mano de aquel hombre se encontraba alrededor de su cuello, arrebatándole de manera tortuosa el aliento. 

   —Diste una buena pelea, pero ya es hora de que termine con todo esto —Dijo el moreno mientras apretaba el agarre contra el pálido cuello de la rubia—. Te daré diez segundos para rezar antes de enviarte a la otra vida.       

     Rose, quien trataba de respirar con todas sus fuerza, llevó una de sus manos hacia su espalda y sacó de su pantalón una pequeña daga.   

   — ¡No me toques! —Exclamó con furia antes de enterrar la daga con fuerza en el brazo con la que la estaba ahorcado.   

     El más alto la soltó con rapidez para luego soltar una quejido del dolor, haciendo que la rubia cayera al suelo con fuerza. Rose hizo una bocanada profunda, sintiendo como el aire volvía a recorrer sus pulmones, para luego empezar a toser con fuerza. Alzó el rostro con rapidez y abrió los ojos con terror al ver como el joven que había estado protegiendo se había puesto de pie con intenciones de ir a ayudarla.   

   — ¡Váyanse ahora! —Bramó con fuerza para luego volver a ponerse de pie—. No permitiré que salgas de aquí con vida.   

    La rubia se posicionó para atacarlo de nuevo y cruzó las dos espadas frente a, Scar iba a saltar sobre ella pero fue detenido por el estruendoso sonido de un disparo, haciendo que todos los presentes se girarán hacia el sitio de donde había venido ese sonido. La rubia solo soltó pesado suspiro y se limpió la sangre que le salía de la nariz, sonriendo suavemente al ver que se trataba del Coronel Mustang y de su amiga, la Teniente Hawkeye, quienes venían acompañados por varios oficiales.    

   —Suficiente —Exclamó el pelinegro con seriedad—. Te diste a la fuga de manera impresionante, Scar. Cómo el autor de los asesinatos contra los alquimistas estatales, estás arrestado.    

   —Los alquimistas son aquellos que transforman en cosas grotescas a las cosas que deberían existir normalmente —Rose retrocedió de manera cautelosa hasta llegar hacía donde se encontraba el joven herido, sujetándolo entre sus brazos—. En otras palabras, es una ofensa contra Dios. Yo soy quien juzgará a esas personas...y si interfieren los eliminaré.   

   —Que interesante —Roy sonrió de manera socarrona para luego entregarle su arma a la teniente—. No interfieran en esto.   

   — ¡Coronel Mustang! —Exclamó su mano derecha con preocupación, cosa que llamó la atención de la ojiceleste.   

   —Así que tu eres él Alquimista de Fuego, no pensé que vendrías por ti mismo a recibir tu juicio —Scar se alejó de donde estaban los dos rubios—. ¡Hoy es un gran día!   

   — ¿Planeas atacarme aún después de haber escuchado mi nombre? —Le preguntó el ojinegro con altanería, alzando su mano en el proceso—. Eres un tonto.   

     Justo en ese momento, Roy chasqueó sus dedos sin embargo no se produjo ninguna chispa y por en ende, ninguna llamarada. Todos se asustaron cuando vieron que la mano del asesino estaba a pocos centímetros del rostro del Coronel, pero Riza fue más rápida y logró tumbar a su superior antes de que el moreno pudiera tocarlo para luego empezar a dispararle.   

   — ¡¿Qué fue todo eso tan repentino?! —Exclamó Roy con molestia. 

   —Quédese atrás, Coronel, usted es un inútil en días de lluvia. 

     Esas palabras provocaron que un calor se apoderara del rostro del pelinegro, quien desvío su mirada hacía donde estaba la comandante, sintiéndose aún más avergonzado al ver como ella le sonreía con diversión por el comentario la Teniente.   

     Scar salió de su escondite con intensiones de volver a atacar, aprovechando que Mustang estaba "indefenso" pero fue detenido por un ataque sorpresa por parte del Mayor Armstrong, el cual fue esquivado solo por poco.   

   —Para haber logrado esquivar mi ataque debes ser bueno, muy bueno —Comentó el rubio con seriedad—. Dijiste que nos matarlas a todos, en ese caso...intenta derrotarle primero.   

     Havoc se acercó rápidamente hacía donde estaba Rosalyn y tomó a Edward con delicadeza.   

   —Deje que yo me encargue del joven Elric, usted vaya a ayudar al Mayor Armstrong —Le dijo el rubio para luego sonreírle. La joven asintió firmemente y se acercó hacia donde estaba su hermano.   

   — ¡Yo soy el Alquimista de Brazo fuerte, Alex Louis Armstrong, y junto con mi hermana, La Alquimista de la tierra, te detendremos! —Los dos hermanos se pusieron uno al lado del otro. Alex lanzó un pedazo de concreto al cielo. 

     Cuando volvió por la inercia de la gravedad, el mayor lo golpeo con fuerza y el pedazo de material se transformó en una flecha gigante, la cual se lanzó contra Scar. Rose golpeó el suelo con fuerza, creando un mural del cual salieron muchas estacas similares a las de su hermano, sin embargo el muy bastardo logró esquivarlas a todas.   

   — ¡Ustedes dos, traten de no destruir mucho la ciudad! —Exclamó Havoc con preocupación.   

   — ¿Qué estás diciendo? —El mayor de los Armstrong destruyó la parte superior de su traje militar mientras que la menor sólo se lo quitó y lo lanzó por ahí—. La creación y la destrucción son dos caras de la mismo moneda ¡Esa es la ley del universo!   

     Los dos hermanos volvieron a atacar, esta vez sincronizando sus movimientos; como era de esperase, Scar comenzó a destruir cada ataque que le enviaban los dos Armstrong, pero comenzó a sentirse acorralado cuando Margaret se puso detrás de él lo que lo obligó a  ponerse contra la pared.   

   — ¡Teniente, ahora! —Exclamó la ojiceleste mientras retrocedía junto con su hermano.   

     Riza acató la orden y disparó dos veces contra el moreno, la primera bala impactó contra la pared y la segunda le rozó la cien, logrando quitarle los lentes oscuros que llevaba...dejando ver su rojiza y molesta mirada.   

   — ¿Tez morena y ojos rojos? —Dijo Alex con asombro.   

   — ¡Un ishbaliano! —Añadió Roy sin poder creer lo que estaba viendo—. No te atrevas a moverte ni un solo centímetro.   

     Sin embargo, Scar hizo caso omiso a las ordenes de Roy y destruyó la calle para poder escapar del lugar, dejando un enorme agujero en el suelo.   

   —Al final ese bastardo término escapando —Comentó la rubia con molestia.   

   —Lo siento —Murmuró el pelinegro para luego desviar su mirada hacia los hermanos—. Aún cuando nos dieron tiempo de rodearlo... 

   —No, estábamos mas preocupados por permanecer con vida que en ganar tiempo —Le dijo Alex con tranquilidad.   

   —Oh ¿Ya terminó todo? —Preguntó Hughes mientras salía de su escondite. 

   — ¿Se puede saber donde estabas? —Le preguntó la rubia con molestia, cruzándose de brazos—. Podrías habernos ayudado.   

   —Nada de eso, no arrastres a gente ordinaria como yo a su show de fenómenos inhumanos —Añadió con firmeza para luego acercarse hacía donde estaban.  

     En ese momento, Edward se levantó y corrió hacia donde estaba su hermano, preguntándole si estaba bien. Sin embargo la armadura le propinó un fuerte puñetazo, dejando a todos pasmados de la sorpresa; continuaron peleando por varios minutos hasta que finalmente solucionarlo todo, fue entonces que Riza, Rosalyn, Alex y Jean se acordaron para ayudarlos. 

     Roy prefirió mantenerse alejado del lugar junto a su amigo, conversando con varios de los soldados sobre la manera de tapar semejante agujero que habían creado. Mientras hablaba con el ojiverde, sus ojos se desviaron hacía donde estaba la rubia. Era la primera vez que la veía con él cabello suelto y debía admitir que así se veía mucho más hermosa; su cabello ondulado, digna herencia de su familia, se movía al compás de sus pasos como si tuviera vida propia. Se atrevió a bajar la mirada, recorriendo con lentitud cada curva de ese pequeño pero bien trabajado cuerpo. Era la primera vez que la veía de esa forma, muy diferente a como lo había hecho la primera vez que la conoció.   

    En cierto momento, que fue cuando la ojiceleste se levantó para buscar la parte superior de su uniforme, sus miradas se cruzaron por varios segundos...perdiéndose en los ojos del contrario. Ella le sonrió suavemente para luego susurrarle "inútil", cosa que solo hizo que él mayor sonriera de lado y bajara la mirada.   

    Sin embargo, aquel momento fue interrumpido cuando Hughes chasqueo sus dedos frente al rostro de Roy, sacándolo de su ensueño.    

   —Oye Roy, ya sé mi amiga es muy linda pero deberías ser más discreto al mirarla —Comentó Maes con diversión—. Todo el mundo se dará cuenta.   

   —Nadie se dio cuenta, ¿Qué ya no puedo mirarla solo porque es mi colega? —Preguntó el ojinegro fingiendo molestia.   

   —No de la forma en que lo hacías, como un pervertido empedernido —Roy rió suavemente para luego negar con la cabeza— ¿Por qué no vas a hablarle? No creo que le moleste.   

   —Seria raro acérqueme de la nada y saludarla como si fuéramos amigos de toda la vida, cuando no es así —Le dijo con seriedad mientras miraba de reojo como la rubia cubría con su chaqueta al mayor de los Elric—. Además, no sabría que decirle. Terminaré pareciendo un idiota.  

   — ¿Ves que si quieres hablarle? Eres un pillo, Roy Mustang —El nombrado solo bufó con cansancio—. Deja esto es mis manos, se me acaba de ocurrir una buena idea.   

   —Como digas —Murmuró para luego acercarse hacia donde se encontraba la teniente. 

    Después de que lograran subir a los hermanos Elric a un auto, todos se fueron rumbo al cuartel para poder realizar el informe correspondiente de la situación. Mientras todos esperaban a que el Coronel regresara de su inesperado salida, Rose aprovechó para ir al baño y poder cambiarse de ropa; ya dentro del mismo, se quitó todo y sacó de su maleta el característico uniforme azul de la milicia, colocándoselo con cierta delicadeza ya que la habían obligado a ir a la enfermería después del enfrentamiento y ahora tenía todo el abdomen vendado. Tampoco era para tanto, somos habían sido unos golpes.   

     Se acercó a los espejos que había frente a los lavamanos y se mojó el rostro varias veces para luego recoger su cabello en una coleta. Cuando estuvo segura de que ya estaba presentable, salió rápidamente del baño y comenzó a caminar de vuelta a la oficina del Coronel, donde todos estaban reunidos. Cuando dobló en una de las esquinas de los pasillos, casi choco contra Roy.   

   —Coronel Mustang, que sorpresa verlo aquí —Exclamó la rubia para luego sonreír suavemente—. Pensé que ya se encontraba en su oficina con los demás.   

   —Vengo del baño, como usted fui a lavarme la cara para poder despabilarme un poco—Le respondió para luego imitar la sonrisa, tratando de ocultar lo desanimado que estaba por ver ese cabello nuevamente recogido— ¿Cómo te encuentras? ¿Tus heridas fueron graves?   

      Rose llevó una de sus manos hacia su cuello y rozó con delicadeza las marcas que adornaban su piel.   

   —Mis heridas en el cuello son lo más grave, mi hermano y Maes exageraron mi situación, Coronel —Le respondió la rubia mientras retomaba su camino junto con el más alto—. Pero gracias por preguntar.   

   —Fuiste muy valiente al enfrentar a Scar completamente sola —Comentó Roy mientras la miraba de reojo.   

   —No iba permitir que ese hombre le pusiera un dedo encima a esos chicos —Le dijo la joven mientras empezaba a caminar a su lado—. Pero no estuve sola, usted también fue de gran ayuda.   

     Roy sonrió divertido ante la bien disimulada burla sobre lo inútil que había sido contra Scar, Rosalyn no le iba a dejar olvidar el ridículo que había hecho. 

   —Que graciosa —La ojiceleste comenzó a reírse ante ese comentario lleno de sarcasmo. El pelinegro sonrió ampliamente al escuchar ese suave sonido salir de boca de la rubia, era la primera vez que la escuchaba reír—. Lamentablemente eso me sucede en los días lluviosos.   

   —Tienes suerte de tener a la Teniente Hawkeye cuidándote la espalda, sino ya serías hombre muerto —Comentó la ojiceleste mientras tranquilizaba su respiración.   

   —Si, le debo mucho a ella —Dijo el más alto sin dejar de sonreír— ¿La conoce hace mucho?

   —Más o menos, nos conocimos cuando ingresamos a la milicia —Le respondió mientras se detenía frente a la puerta de la oficina del pelinegro—. En ese entonces no había muchas mujeres así que debíamos ser unidas entre nosotras, nos hicimos amigas casi al instante. Es una gran mujer a la cual respeto y admiro mucho.   

   —Le aseguro que ella piensa lo mismo —Rose sonrió ante ese comentario—. Cuando le pregunté por usted se deshizo en elogios.    

   —Así que ha estado preguntando sobre mi, que interesante —Roy desvió la mirada al darse cuenta de que se había descubierto a sí mismo, cosa que hizo que la rubia ampliara su sonrisa.   

    Puso su mano sobre el picaporte, rozando de la mano de manera "accidental" la mano y abrió la puerta para luego ingresar a la habitación. El ojinegro pestañeo varias veces y luego imitó las acciones de la comandante, entrando a su oficina. Se sentó frente a su escritorio, inmediatamente la teniente se puso detrás de él.   

   —Bien, ahora que estamos todos, cuéntame acerca de la Guerra de Ishbal —Le pidió Ed con seriedad.   

   —La gente de Ishbal es un clan del Este, que adoraba a Ishbala como el dios absoluto —Comenzó a relatarle Roy—. Incluso luego de que fueran anexados a nuestro país, hubo un par de contiendas esporádicas. Sin embargo, hace trece años, un oficial militar le disparó a un niño ishbaliano por accidente y la situación se volvió rápidamente una guerra civil. Luego de siete años de constantes ataques, una orden vino desde los más altos mangos de la milicia —Todos los presentes se tensaron rápidamente, sabiendo a que se refería—. Se ordenó aniquilar Ishbal para lo cual muchos Alquimistas Estatales fueron reclutados y enviados como armas humanas. 

   —Hay cierta justicia en la revancha de Scar, ya que es un sobreviviendo de la masacre —Concluyó la rubia con seriedad—. Nosotros conseguimos grandes logros a cambio de las vidas inocentes de esas personas.   

   — ¡Pero que repugnante! —Exclamó Edward con molestia—. Arrastrar a gente inocente en su venganza ¡No puede haber justicia en eso! Sólo está camuflando su deseo de venganza con eso de hacerse llamar "la mano de Dios"   

   —Si, pero la dura verdad es que solo está tras nosotros — Roy fijó su vista en Margaret, quien sólo suspiró con fuerza—. No podemos permitir que nos maten. La próxima vez que lo veamos, no dudaremos y lo aplastaremos.  

   — ¡Si! —Exclamaron todos al unísono.   

   —Por cierto —Edward se giró para mirar a Rosalyn—. Gracias por habernos salvado de Scar, si usted no aparecía...seguramente el final habría sido distinto.   

   —No tienes nada que agradecer, Edward —La joven estrechó su mano con el joven en forma de salud—. Es un placer conocer al gran Alquimista de acero.   

    El rubio se giró por un momento, pensando que se había referido a su hermano, pero cuando regresó su dorada mirada hacia la mujer se dio cuenta de que se refería a él. No pudo ocultar la felicidad que le produjo que al fin alguien no lo con fundiera con su hermano. 

   —Ed, Al —Los llamó Hughes— ¿Qué harán a partir de ahora?   

   —Debemos seguir adelante —Le respondió para luego sonreír—. Antes de poder arreglar la armadura de mi hermano, primero deben reparar mi brazo, después de todo yo fui quien unió tu alma a la armadura. Lo que significa que tendremos que ir a ver a nuestra mecánica. Necesitamos ir a Resembool.   

   —Permítanme que me encargue de eso —Dijo Rosalyn para luego sonreírles—. También les conseguiré un escolta para que los acompañe en su viaje, están demasiado débiles como para ir solos.

   —Muchas gracias, Comandante —Dijo la armadura.   

   —Hay algo que todavía no entiendo —Todos los presente se giraron para ver al teniente Havoc— ¿Usted es la hermana del Mayor Armstrong?   

     Rose lo miró con seriedad para luego acercarse a su hermano y alzarlo con gran avidez, lanzándolo contra Havoc. Todos los presentes quedaron boquiabiertos ante tal despliegue de fuerza, era impensable que alguien tan pequeña y delgada fuera capaz de levantar a un hombre como Alex Armstrong con tanta sencillez. Pero ella era capaz de hacerlo, y eso demostraba que era una Armstrong.    

   — ¿Alguna otra duda? —Le preguntó Falman con diversión, haciendo que todos se comenzaran a reírse   

   —Por cierto ¿Tú no tendrías que estar en Ciudad Central? —Le preguntó Maes a su amiga—. Tengo entendido que tienes algo importante que hacer ahí. 

   —Por temas de seguridad me tuve que bajar aquí —Le respondió la rubia mientras le daba un sorbo al té que le habían traído—. Pero me aseguraron que mañana mismo se resolvía ese problema, así que supongo que mañana partiré rumbo a Central. 

   —Quédate hasta él miércoles, así regresamos juntos, un día de más no hará la diferencia —Le propuso el pelinegro. Rose lo miró por varios segundos para luego sonreírle, asintiendo suavemente. 

     Después de varios minutos la "reunión se dio por terminada", haciendo que la mayoría se retirara de la oficina. Rosalyn salió junto con los hermanos Elric y el Mayor rumbo al lugar donde se hospedarían hasta que pudieran partir a Resembool.   

   —Comandante Armstrong —La rubia se detuvo al borde de las escaleras de la entrada principal al escuchar su nombre, se giró lentamente solo para encontrarse de frente con el ojinegro.   

   —Coronel, ¿Qué sucede?   

   — ¿Te gustaría ir mañana a tomar algo? —Le pregunta directa hizo que Rose abriera los ojos con sorpresa—. Seriamos usted, yo y Hughes. 

   — ¿Está seguro de que no es una cita? —Roy negó con diversión— ¿No hay nada raro detrás de todo esto? ¿Hughes no tendrá algo que ver?   

   —Le aseguro que será una cena tranquila con la única finalidad de conocernos, y Hughes no tiene nada que ver —Dijo el más alto para luego girarse a ver a su amigo, quien lo esperaba un poco más atrás junto con la teniente— ¿Qué dice? 

   —Supongo que si no acepto Hughes andará detrás mío, insistiendo —Murmuro la joven para luego sonreír—. Esta bien, iré con ustedes, solo le advierto que su billetera quedará famélica si planea alimentarme. 

   —Valdrá la pena si puedo verla con el cabello suelto de nuevo —Rose negó con diversión para luego seguir bajando las escaleras—. Espero verla mañana por el cuartel.   

   —Espero que termine de revisar los informes que tenía en su escritorio, Coronel —Dijo la joven mientras alzaba la mano y movía los dedos en señal de despedida.   

     Roy sonrió de lado y apoyó sus brazos sobre el pasamos de las escaleras de concreto, observando cómo las tres personas y la armadura se iban del cuartel.   

   —Y decías que te iba a ser difícil entablar conversación con ella —Comentó Hughes con picardía para luego palmearle el hombro.   

     Riza solo observaba desde el mismo lugar, sintiendo un extraño sentimiento de preocupación en el pecho ¿Por qué sentía eso? 



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Hola gentecita, como estan? 




espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial 



Aqui regreso con un nuevo capitulo

jejejejej



poco a poco se van acercando Rose y Roy, 

Creo que a todos nos gustaria saber en que terminará eso




Ademas, a raiz de estos acercamientos varios setimientos 'por parte de riza estan empezando a salir a la luz.


Que pasará con eso?







Si les gustó el capitulo dejen estrellita y comenten

se los agradecería de corazon 





sin mas que decir...


Bye Bye

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