Capítulo 27
—Síganme.
Todos asintieron y comenzaron a seguirla mientras caminaba hacia la entrada; los científicos que intentaban reponerse del susto que se habían llevado al ver a esa armadura con hacha, se pararon derechos al verla acercarse y saludaron con respeto, permitiéndole pasar sin problema alguna. Ya adentro, Alphonse se le acercó a la rubia para hacerle una pregunta.
— ¿Cómo es que le permiten pasar sin tantos problemas, Comandante? —Le preguntó el joven con curiosidad.
—King Bradely firmó una orden donde se me permitía acceder a todas las investigaciones que se realizan en este lugar, seguramente la orden ya les fue notificada —Le respondió la mujer con simpleza para luego girar el rostro para observar al pelinegro—. Coronel pase al frente, de la orden de desalojar todo el edificio.
El nombrado asintió y sacó la pistola de su cintura. Cuando giraron en la esquina del pasillo, aclarando su garganta.
— ¡Todo el personal debe evacuar el lugar inmediatamente! —Ordenó con fuerza a lo que varias de las personas asintieron y empezaron a correr hacia la salida.
— ¡Coronel Mustang! —Exclamó uno de los soldados que se encargaba descuidar el lugar.
—El intruso es un criminal muy peligroso, dejen su captura en nuestras manos —Le ordenó el pelinegro— ¡Que los guardias cierren todas las entradas!
El hombre desvió su mirada hacia la Comandante, quien lo observaba con seriedad. Aparenentemete estaba esperando que ella le dijera algo.
—Obedezca a su superior, soldado.
— ¡Si, señora! —Exclamó para luego retirarse del lugar a paso veloz.
—Muy bien, bajemos —Dijo Havoc luego de asegurarse de que el perímetro estuviera despejado.
—Yo me separaré de ustedes por el momento, necesito investigar una cosa en este lugar —Dijo Rose al grupo—. Apenas me desocupe me reencontraré con ustedes, me comunicaré con la Teniente en caso de no encontrarlos.
—Teniente, vaya junto con ella —Le ordenó el pelinegro a lo que su subordinada asintió con la cabeza.
—Creo que no necesito recordarle que puedo cuidarme sola —Comentó la ojiceleste con molestia.
—Y creo que no es necesario recordarle que dos cabezas piensan y se cuidan mejor que una —Rosalyn desvió la mirada y gruñó con molestia—. Nos reuniremos en el piso de abajo luego de haber revisado todo el lugar.
Todos asintieron y las dos mujeres comenzaron a alejarse por el pasillo. Al, quien hasta ese momento había estado junto al Teniente segundo, se giró para poder mirar al Coronel, quien le regresó la mirada.
—Ve con ellas —Le pidió con voz suave pero seria—. Te las encargo, cuídalas. Por favor.
La armadura asintió y comenzó a correr para lograr llegar hacia donde estaban las dos rubias, perdiéndose junto a ellas.
Rose cambiaba junto con Riza con cautela, apuntando con el arma que tenía entre sus manos hacia el frente por si se les aparecía cualquier criatura rara. A este punto ya no se confiaban en absolutamente nada. Doblaron en una esquina y se encontraron de frente con varios científicos que estaba corriendo hacia la salida del laboratorio, pero se detuvieron al verlas.
—Ustedes, ¿En que área trabajan? —Le preguntó la comandante con seriedad.
—N-Nosotros ordenamos los archivos de las investigaciones, Comandante —Le respondió uno de los jóvenes con nerviosismo, agachado la mirada.
—Vaya, parace que la suerte está de mi lado —Sonrió de una forma que los investigadores llamarían aterradora y luego se les acerco—. Justo es a donde quería ir, así que te ordeno que nos lleves a los archivos en este instante.
Los científicos asintieron con la cabeza varias veces y luego comenzaron a guiarlas hacia una habitación bastante grande, la cual tenía en su puerta de entrada un cartel que decía "solo personal autorizado". Le abrió la puerta con la llave que llevaba consigo para que pasara.
—Todo lo que quiera saber en encuentra en este lugar, Comandante —Se apresuró en decirle el hombre, quien era un enorme manojo de nervios.
—Muy bien, ahora largo. Y no le digas a nadie que nos viste aquí, ¿Entendido?
El joven volvió a asentir y salió prácticamente corriendo de aquel lugar. Rose solo soltó un quejido y se acercó rápidamente hacia la cajas que estaban sobre la mesa, acción que imitaron la Teniente y la armadura.
— ¿Qué es lo que buscamos exactamente? —Le preguntó la ojimarrón a su amiga.
—Me han estado realizando análisis de sangre cada dos semanas desde hace tres meses y solo hasta hace poco me enteré que las muestras son enviadas hasta aquí para ser analizadas...o hacen algo con ellas. No sé —Abrió la caja que había sobre la mesa para ver si alguna contenía algo de información sobre ella—. Así que si encuentran algo sobre eso, agárrenlo y muéstrenmelo.
—Si.
Sin más que decir, comenzaron a buscar en cada caja que había en las repisas del cuarto algo que tuviera que ver con dicha información. Al principio no tuvieron éxito con el tema, sin embargo encontraron carpetas con archivos bastante interesantes, los cuales comenzaron a guardar para llevarse de aquel lugar. Sin embargo, no estaban encontrando nada relacionado con los análisis de las Comandante, aparentemente esa información no se encontraba en el lugar o simplemente no existía.
Rose soltó un suspiro, pensando que tal vez había mal pensado toda la situación, y cerró la última caja que estaba sobre la mesa.
—Comandante, creo que encontré algo —La voz del Al la sacó de sus pensamientos e hizo que se girara rápidamente para luego acercarse hacia donde estaba él—. Esta caja tiene la fecha de este mes, así que debe ser reciente la información.
— ¿Estas segura que quieres ver lo que hay ahí adentro? —Le preguntó Riza con seriedad.
—No soy tonta para no darme cuenta de que están experimentando conmigo, solo quiero saber de que trata todo esto —Le contestó su amiga a lo que la ojimarrón asintió con la cabeza y frunció los labios—. A esa altura del partido ya no hay nada que me pueda sorprender.
Le quitó la tapa a la caja y comenzó a sacar las carpetas que estaban dentro de la misma, entregándole un folio a cada uno. A este punto de la partida, poco le importaba que los demás supieran estas cosas. De todos modos ellos eran de su entera confianza, sabía que no dirían nada.
Empezaron a leer en silencio y poco a poco empezaron a encontrar varios experimentos raros pero interesantes que atrajeron completamente su atención; en esas páginas, explicaban cada paso que habían seguido los investigadores y científicos para fusionar su sangre con un "líquido", los primeros resultados habían sido desastrosos, ya que la unión había sido prácticamente imposible. Sin embargo, los últimos resultaban indicaban que, siguiendo otros pasos, los dos líquidos habían logrado unirlos de manera casi perfecta.
Rose frunció el ceño, algo preocupada por este experimento ¿Qué carajo buscaban conseguir con esa fusión? ¿Qué es lo que querían hacer con ella? Mejor dicho ¿Qué le harían cuando los resultados de los experimentos sean perfectos? ¿empezarían a inyectarle cosas a su cuerpo? ¿Se volvería un conejillo de indias del gobierno?
—Rose, esto es muy peligroso, ¿cómo aceptaste que hicieran estas cosas con tus muestras de sangre? —Le preguntó la rubia con preocupación.
—Es que yo no aprobé esto, Bradley lo debe haber estado haciendo a mis espaldas —Le contestó sin dejar de leer las hojas de la carpeta— ¿Qué mierda es lo que están fusionando con mis muestras de sangre? ¿Pudieron encontrar algo sobre ese liquido misterioso?
—Solo describen los resultados obtenidos de los experimentos, que dicen que hubo una regeneración en el tejido sanguíneo junto con un desarrollo de células sanguíneas más evolucionadas—Le contestó el joven para luego entregarle los papeles—. Comandante, luego de haber investigado durante tantos meses junto a mi hermano, le puedo asegurar de que hay una sola sustancia que puede regenerar el tejido e incluso mejorarlo. Y creo que usted sabe cuál es.
—La piedra filosofal... —Quedó en silencio por varios segundos— ¿Qué mierda estás pensando en hacerme, King Bradley?
Justo en ese momento, una enorme explosión sacudió todo el suelo del edificio, provocando que los tres se tambalean por el estruendo y cayeran sobre el suelo con algo de fuerza. Cuando el temblor pasó, lograron ponerse de pie, guardaron todos los archivos en las cajas y salieron de la habitación rápidamente.
— ¿Qué fue esa explosión? —Preguntó Alphonse mientras miraba hacia todas partes.
—Lo más probable es que haya sido el Coronel, algo debió haber sucedido —Respondió Rosalyn mientras guardaba sus espadas para luego colocarse los guantes de alquimia.
—¿Crees que les haya pasado algo malo? —Le preguntó Riza.
—No lo sé, pero no esperaremos a encontrarnos con sus cadáveres —Frunció el ceño—. Vamos a buscarlos.
Los dos asintieron y comenzaron a caminar por los pasillos hacia el subsuelo.
Barry detuvo los ataques contra lo que se suponía que era su cuerpo humano, el cual estaba sobre el suelo y con varias heridas de las cuales brotaba sangre. Había sido difícil atraparlo, pero lo había conseguido. Lastimosamente las esperanzas de que su alma pudiera ser reinsertada en ese cuerpo tan desmejorado. Soltó un suspiro y se puso a la limpiar el arma que tenía en sus manos.
Justo en ese momento aparecieron Rose, Riza y Al, quienes quedaron bastante impactados al ver esa habitación tan extraña, con esa puerta y símbolos enorme.
—Se tardaron en llegar, señoritas —Las dos mujeres se giraron para ver a Barry, quien estaba al lado de su cuerpo todo herido y ensangrentado—. Solo observen que tan podrido quedó mi cuerpo, es imposible colocar un alma en un cuerpo al que no pertenece.
Riza se llevó una de sus manos a la boca mientras que Rosalyn solo desvió la mirada hacia un costado. Entonces, el silencio que reinaba en el lugar fue interrumpido por una lentos pasos que poco a poco empezaban a escucharse con más intensidad. Los presentes se pusieron en guardia ante la persona que empezaba a vislumbrarse por una entrada en una de las paredes, hasta que finalmente salió a la luz una mujer de cabellera y vestimentas negras.
—Aquí estas, Lujuria —Dijo Barry entre risas.
—Número 66, ¿Por qué te uniste a estas personas? —Le preguntó aquella mujer con molestia.
— ¡Porque me pareció divertido! Además... —La señaló con el hacha— ¡Quieto hacerte pedazos más que a cualquier otra cosa?
—Que hombre tan problemático —Murmuró para luego desviar su rojiza mirada hacia Al y Rose— ¿El chico de la armadura y la Comandante? ¿Qué hacen ustedes aquí? —Hizo una mueca de tristeza—. Será una gran pena que tenga que matar a tres candidatos para sacrificios en una noche.
— ¿Sacrificios? ¿Tres? —Repitió Alphonse con confusión.
—Si, ustedes y alguien más...
— ¡¿De que tanto estás hablando, Lujuria?! —Exclamó Barry para luego saltar sobre la mujer con claras intenciones de atacarla.
Sin embargo la pelinegra logró despedazarlo con un solo movimiento de manos.
—Odio a los tipos insistentes —Comentó Lujuria con desdén para luego regresar su mirada hacia los presentes—. Ahora...permítanme enviarlos hacia donde esta el Coronel Mustang.
Rose frunció el ceño sin entender a que se refería...hasta que lo entendió perfectamente. Abrió los ojos con sorpresa, sintiendo como su cuerpo se pensaba al tiempo que un escalofrío le recorría toda la espina dorsal. Negó levemente con la cabeza para luego desviar su temblorosa mirada hacia Riza, quien había empezado a temblar.
—Espera...dijiste tres sacrificios en una noche —Comenzó a habla la ojimarrón—. No me digas que...que...
—Fue divertido matarlo...
Eso terminó de rómpeles el corazón a la dos mujeres que estaban ahí.
— ¡MALDITA! —Exclamó Riza al tiempo que empezaba a dispararle con desesperación.
Las salidas lagrimas brotaron de los ojos de Rose, pero esta no podía moverse. Incapaz de creer lo que le había dicho esa mujer, empezó a negar con la cabeza al tiempo su cuerpo empezaba a temblar.
No...no podía ser cierto...Roy no podía estar muerto. Debía ser una maldita mentira, no quería creer que había perdido a una de las personas que más quería con él alma. Su corazón se negaba a aceptar que eso era cierto. Entonces la figura de Hughes golpeó con fuerza en su mente, ella le había prometido que cuidaría de Roy de todo y todos...pero le había fallado. No pudo cuidarlo ni mucho menos salvarlo. Les había fallado a todos, no había podido defender a nadie.
Lo había perdido todo...de nuevo.
Regresó su mirada hacia Lujuria, quien se había empezado a regenera sus heridas producidas por los constantes disparos de la Teniente, sintiendo como la rabia se apoderaba de su cuerpo.
—Maldita hija de perra... —Siseó con rabia mientras caminaba hasta ponerse frente a Riza, quien se había desplomado sobre el suelo y empezaba a llorar— ¡Vas a pagar por lo que hiciste!
Activó sus guantes y golpeó el suelo con fuerza, generando una inmensa cantidad de lanzas que se lanzaron contra la joven, golpeando y destrozando partes de su cuerpo con fuerza. Esta fuera de sí, cegada por el dolor y la rabia, solo deseaba matar a esa mujer...pensando que así, tal vez, el dolor disminuiría un poco.
Mientras más se regeneran la pelinegra, más era la fuerza que usaba para atacarla con su alquimia, golpeándola con paredes de tierra, atravesándola con lanzas, intentando acercarse más y más para poder arrancarle esa maldita cosa del cuerpo y así acabar con su vida. Poco le importaba si perdía la vida en el proceso, nada le importaba ya. No permitiría que nadie mas muriera a manos de esa personas.
Cuando por fin logró acercarse lo suficiente al herido cuerpo de Lujuria, alzó la mano con la intenciones de atravesar su pecho y sacarle la piedra filosofal. Sin embargo, la pelinegra fue más rápida y le incrustó dos de sus dedos en los hombros de la joven, logrando sacarle un grito de dolor.
— ¿Enserio creíste que podrías venderme? —Le preguntó la ojirubí para luego sonreír, alejando sus dedos del cuerpo de la rubia, quien cayó contra el suelo con fuerza—. Ustedes los humanos son realmente tontos débiles y lastimeros.
—Si...tienes razón, somos débiles —Murmuró la joven mientras intentaba ponerse de pie entre jadeo y quejidos del dolor—. No somos inmortales, no tenemos grandes poderes...al contrario, somos pequeños y efímeros. Un simple golpe podría sacarnos del mapa —Frunció el ceño y sacó sus espadas—. Pero hay algo que tenemos y en gran cantidad...y es determinación. Determinación para ponernos de pie y seguir andando incluso cuando nos han quitado los motivos para vivir. Tenemos templanza, valor, perseverancia y coraje.
—Eso no es suficiente para mantenerte con vida.
—Claro que si, porque mientras tenga la voluntad de levantarme... ¡yo seguiré luchando!
Lujuria volvió a atacarla pero esta vez Rose logró esquivar las cuchillas para luego golpearla con las manoplas del guante, generando una expansiva lo suficientemente fuerte como para lanzar al homúnculo contra la pared. Aprovechó de la distracción de la pelinegra para colocarle la mano en el rostro y hacerla explotar al activar su alquimia contra ella de manera directa.
— ¡Alphonse, levanta a Riza y llévatela de aquí! —Le ordenó la Comandante sindical dejar de golpear y atacar a Lujuria, impidiendo que lograra regenerarse por completo.
— ¡No planeo dejarla sola! —Exclamó el chico con determinación.
— ¡Te estoy dando una maldita orden, obedece! —Rose recibió un golpe que logró hacerla retroceder y perder el equilibrio pero Al logro sujetarla y mantenerla en pie.
— ¡Y yo le dije que no! —La abrazó con fuerza, sintiéndose mal por escuchar el llanto desesperado de su superior—. He visto a muchos morir por causas injustas, ¡No dejaré que les haga daño! ¡Aunque eso signifique matarme en el intento!
Lujuria la atacó con sus lanzas pero esta vez Al se interpuso entre ellas, logrando proteger a la rubia.
— ¡Bien dicho, Alphonse Elric! —Todos los presentes se giraron al escuchar esa voz tan conocida.
Rosalyn alzó su mirada por un momento, soltando más lágrimas al ver al mismísimo Roy Mustang de pie frente al hueco en la pared.
—Roy... —Murmuró para luego sonreír levemente.
Alphonse creó una pared con su alquimia y tomó a las dos mujeres para luego esconderlas entre sus brazos. A los pocos segundos, la habitación se llenó de fuego y empezaron a escuchar los gritos de dolor que había empezado a gritar la pelinegra al ser incinerada.
—Finalmente logré ponerte de rodillas —Exclamó el pelinegro con seriedad para luego activar de nuevo el círculo que se había dibujado en el dorso de la mano, lanzándole una nueva llamarada.
— ¡¿Cómo eres capaz de moverte con semejante herida?! Le cuestionó mientras se retorcía del dolor.
— ¡La cauterice con fuego! Aunque casi me desmayo un par de veces. —Siguió generando más llamas, las cuales continuaron calcinado el cuerpo de la mujer— ¡Dijiste que me tomaría más que esto matarte, ¿No es así?! ¡Entonces seguiré haciéndolo hasta que te mueras!
Continuo quemándola varias veces hasta que pareció que había terminado con ella, ya que había dejado de gritar, sin embargo salió de entre las llamas e intentó atacar al Coronel con toda la furia del mundo. Pero Roy fue más rápido y logró quemarla de nuevo, impidiendo así que lograra llegar hasta él.
Cuando las llamas dejaron de aparecer, Rose se zafó del agarre de la armadura y se apresuró en salir de detrás de la pared que había creado, observando como Lujuria empezaba a reducirse a cenizas.
—He perdido. Es una pena, pero no se siente tan mal ser asesinada por un hombre como tú —Le dijo con voz suave—. Pronto nos volveremos a ver, Roy Mustang, y no sabes como estaré ansiando que lleguen día en esos ojos muestren angustia. Eso será...pronto...
Su cuerpo desapareció por completo y la piedra filosofal, que había caído contra el suelo, se evaporó en el aire.
Roy soltó un quejido de dolor y cayó contra el suelo, haciendo que las dos rubias salieran corriendo para socorrerlo.
— ¡Roy, déjame ayudarte! —Exclamó la ojiceleste mientras sacaba de un bolsillo del cinturón un par de gasas y algo de agua oxigenada para curar esa herida que se había hecho.
— ¡Coronel, gracias a dios esta a salvo! —Dijo Riza mientras se colocaba al lado de su amiga.
—Me alegra saber que todos ustedes están bien —Murmuró el ojinegro con voz ronca.
— ¡Preocúpese por usted, por favor! —Exclamó la Teniente mientras se secaba las lágrimas.
—Alphonse, te estaré eternamente agradecido por haberlas protegido —Le dijo el mayor para luego sonreír—. Ahora...necesito que vayan a buscar al Teniente Havoc, esta gravemente herido y necesita ayuda médica urgente.
—Rose, ¿Crees que puedas quedarte a cuidarlo? —Le preguntó Riza mientras se ponía de pie.
—Si, por supuesto, en el estado que estoy solo seré un estorbo. No lograré ayudar en nada —Le respondió la joven a lo que su amiga asintió y se fue junto con Alphonse, dejándolos solos.
—Te arriesgaste demasiado... estas herida —Murmuró el pelinegro mientras rozaba la zona para luego depositar su mano sobre la mejilla de la rubia, acariciando la zona con delicadeza.
—Yo no importo ahora, déjame ayudarte a curar esa herida en lo que llega la ambulancia —Le dijo la rubia mientras mojaba las gasas con un poco de agua oxigenada, sin embargo Roy le sujetó la mano con suavidad—. Vamos, Roy, déjame ayudarte.
—Lo sabía....
— ¿Qué cosa? —Le preguntó con un hilo de voz.
—Sabia que no podías estar enojada conmigo por mucho tiempo —Le contestó el mayor para luego sonreír de lado.
Rose solo soltó una carcajada al tiempo que más lágrimas se escapaban de sus ojos.
—Eres un maldito idiota, Roy Mustang —Le dijo para luego acercar su rostro al del mayor, besando sus labios con intensidad.
Roy sonrió en medio del beso y correspondió de manera suave pausada, dejándose llevar por la sensación de probar de nuevo esos labios. Rose se alejó de sus labios y apoyo su frente con la del pelinegro, permitiéndole sacarle las lágrimas que había estado derramando.
—Si, soy un idiota, pero así me quieres —Murmuró el mayor a lo que la joven amplió su sonrisa.
— ¿Acaso tengo otra opción? —Roy negó con la cabeza y Rose logró acusarlo entre sus brazos, besando su rostro con delicadeza.
Perdidos en su mundo, sin saber que alguien los observaba desde la oscuridad.
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Hola gente bella, como están?
Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial
Aquí vuelvo con un nuevo capítulo lleno de emociones!!!!!!!!
Por fin rose descubrió que están experimentando con ella con la Piedra filosofal.
Es obvio lo que Bradley planea hacer pero la verdadera pregunta es...
¿Lo conseguirá?
Ya lo veremos
Rose y Roy se reconciliaron!!!!
Vah, solo se dieron un beso porque pensó que se había muerto y todo eso.
Hay que ver como seguirán luego de que se les pase la euforia.
¿Y quién habrá sido la persona que los estaban observando?
¿Riza o Bradley?
Si les gusto el capítulo dejen estrellita y comenten,
Se los agradecería de corazón
💖💖💖💖💖💖💖
Sin más que decir....
Bye Bye
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