Capítulo 23
Roy frunció el ceño con molestia al sentir los cálidos rayos del sol, los cuales entraban atreves de los ventanales, chocar contra su rostro. Se removió sobre la cama y escondió el rostro entre las hebras doradas de Rose, acercándola a su cuerpo con su brazo. Sonrió suavemente al sentir la mano de la joven, quien seguía dormida, se enredaba con la suya. Se sentía feliz de tenerla tan cerca suyo y saber que no tendría que irse apenas se despertara, de saber que no se alejaría de él nuevamente.
Un sonido proveniente de su estómago lo sacó de sus pensamientos y fantasías, haciendo que abriera un poco los ojos y gruñera con cansancio. Se alejó del cuerpo de la menor y se sentó sobre la cama, estirando los brazos con fuerza mientras bostezaba. Se giró para ver si la rubia también se había despertado y no pudo evitar ampliar su sonrisa al ver que seguía profundamente dormida, se acercó nuevamente a ella y depositó un beso sobre el hombro desnudo de la menor y luego se sentó al borde de la cama; agarró los pantalones del pijama y una camiseta negra, se los puso rápidamente y luego se puso de pie y salió de la habitación sin hacer ni un solo sonido.
Sabía que Rose se despertaría con hambre, ¿Y qué mejor manera de sorprenderla que con un buen desayuno en la cama? Sin dudas sería algo que le encantaría.
Con ese pensamiento bajó a la planta baja y, luego de abrir la puerta principal para agarrar el diario, se metió a la cocina y sacó varios ingredientes para empezar a cocinar. No era especialista en el tema, pero al menos sabía cómo defenderse frente a una cocina, solo esperaba que Rosalyn no fuera alguien muy exigente a la hora de comer. Prendió la hornalla y puso sobre el fuego una sartén de color negro, agregó un poco de aceite para cocinar e inmediatamente colocó cuatro huevos y dos tiras de tocino.
Empezó a preparar el café y justo cuando iba a preparar la bandeja, un suave golpe lo hizo girarse. Sonrió suavemente al encontrarse a la rubia frente a él; usaba una camiseta suya y la bata del pijama, su cabello estaba ligeramente despeinado y aún tenía una expresión adormilada. Ella le regresó la sonrisa y se acercó lentamente.
—Buenos días —Lo saludó con voz suave.
—Buenos días —La tomó por las mejillas y le dio en beso en los labios.
Rose sonrió en medio del beso y correspondió el gesto con intensidad, sin embargo, se separaron rápidamente por el ruido del aceite hirviendo. Roy alejó sus manos del rostro de la rubia y se apresuró en colocar los huevos y el tocino en unos platos.
—Lo siento, por poco y quemo el desayuno —Comentó el pelinegro, logrando sacarle una pequeña risita a la ojiceleste—. Quería darte una pequeña sorpresa llevándote el desayuno a la cama, pero veo que me ganaste.
—La sorpresa sigue intacta, porque no sabía que el gran Alquimista de fuego supiera cocinar —Le dijo con picardía a lo que el pelinegro fingió molestarse, causando que ella se echara a reír.
—Pues cuando uno es soltero tiene que aprender algunas cosas para sobrevivir —Le explicó para luego sonreír—. Además, estaba cansado de esperar a que me trajeran para comer.
—Pobre de mi amiga que tenía que traerte de comer porque eras un inútil —Roy sonrió y empezó a poner la mesa.
—Pues a veces lo hacía, pero en realidad me refería a otra persona —Rose alzo una ceja con curiosidad, esperándola que le dijera de que hablaba. Roy entendió esa mirada y amplió su sonrisa—. Mi tía, generalmente ella me traía esas cosas. Aunque después se hartó y me enseñó a cocinar.
—Hizo muy bien, no hay nada más lindo que no depender de nadie —Comentó para luego tomar algunos platos—. Déjame ayudarte a poner la mesa.
—No, no, no, tú eres mi invitada y la idea es agasajarte —La tomó por las manos y la hizo sentarse en una de las silla—. Te quedarás aquí y yo haré el resto.
—Está bien —Murmuró y acató la "orden" del pelinegro, observando con una sonrisa en el rostro como el mayor colocaba la mesa con rapidez.
Curiosamente se sentía muy feliz esa mañana, muy ligera y tranquila. No sabía si había sido porque había sacado todo el estrés la noche anterior o solo por el siempre hecho de estar con Roy de esa forma tan íntima, pero definitivamente le gustaba sentirse así. Amplió su sonrisa al ver como el mayor hacia todo con sumo cuidado, tratando de ser lo más perfeccionista posible. Era divertido verlo así.
El mayor terminó de servir todo y se sentó junto a ella, sonriéndole suavemente.
—Buen provecho, espero que lo disfrutes —Le dijo el pelinegro.
—Gracias, lo mismo para ti.
Sin más que esperar, empezaron a comer como si no lo hubiesen hecho en días. Casi parecían animales. Ni siquiera conversaban, en la cocina solo se escuchaba el sonido de los cubiertos chocando contra los platos y de sus bocas masticando los alimentos.
En cierto momento se miraron y no pudieron evitar reírse al verse atrapados con las mejillas manchadas y la boca llena.
—Lo...siento...es que me moría de hambre —Dijo Rose con cierta vergüenza. Si su madre le viese en ese momento, estaría muy enojada de que hubiera perdido toda reliquia y modales.
—No te preocupes, yo también actué como un animal hambriento—Acercó su dedo pulgar y limpio su mejilla suavemente—. Además, no me molesta verte así. Dentro de estas cuatro paredes podemos ser nosotros mismos, no hay necesidad de fingir.
—Me gusta eso, a veces es cansador tener que seguir un protocolo o cierta clase de modales, sobre todo cuando tienes un estatus que tienes que "defender" —Bufó con molestia y puso los ojos en blanco.
—Han sido muy exigentes contigo, ¿verdad? —Le preguntó Roy a los que la menor miró con algo de sorpresa y confusión mezcladas—. Ya sabes, tus padres...Bradley.
—Oh, eso —Bebió un poco de café y sonrío levemente—. Mis padres me educaron como se hacía con cualquier niña de alta alcurnia, pero sé que lo hacían con todo el amor del mundo. Mis padres son los mejores del mundo, no tengo nada de que quejarme —Borró su sonrisa—. Con Bradley fue igual al comienzo, era muy amable y cariñoso...pero cambió. Se volvió posesivo y estricto, si te soy sincera no sé qué sucedió con él.
— ¿Lo sigues queriendo? —Rose lo miró fijamente para luego suspirar.
—Más de lo que realmente se merece —Le contestó con algo de molestia—. A pesar de todo, de cómo es él, conmigo siempre ha sido muy bueno —Suspiró con algo de tristeza—. Fue uno de los que estuvo conmigo cuando todo mi mundo se vino abajo, dándome motivos y ánimos para salir adelante. —Se aclaró la garganta—. Pero también ha sido un monstruo, y sé que debemos detenerlo.
—Lamento que la persona que estimes tanto sea un genocida tiránico —Murmuró el ojinegro mientras colocaba su mano sobre el hombro de la rubia, acariciando la zona suavemente.
—No lo sientes, no seas mentiroso.
—No, no lo siento —La rubia soltó una suave risita, cosa que hizo sonreír al mayor.
—Como sea, dejemos de hablar de ese viejo y hablemos de algo más importante —Roy la miró con interés—. Nuestra relación.
—Oh si, eso —Dejó los cubiertos sobre el plato y se giró en la silla para verla—. Supongo que tendremos que mantener todo esto en secreto, por obvias razones.
—Supones bien, nadie del Cuartel tiene que saber sobre esto —Dijo la rubia con seriedad—. Sin embargo, quiero decírselo a Riza —El pelinegro abrió los ojos con sorpresa—. Ya sé que es una locura, pero no podemos engañarla más. Puede que se enoje con nosotros, es muy posible, pero sería peor que se entere por chismosos que de nosotros, que somos sus amigos.
—Pues...de alguna manera ella ya lo sabe —Rose lo miró sin entender—. Anoche, cuando la llevé a su casa, ella...me besó.
— ¡¿Hizo que?! —Le preguntó la rubia con sorpresa.
—Si, me besó, yo no le correspondía pero lo hizo —Se apresuró en responderle—. Ella me preguntó si estaba interesada en otra persona, y yo le respondí que si. Si sabe que esa persona eres tú...eso ya no lo sé.
—Debió ser bastante incómodo para ella haber hecho eso, sobre todo porque la rechazaste.
— ¿No estás molesta porque me haya besado? —Le preguntó el pelinegro con algo de curiosidad y sorpresa mezclados.
—Pues no, tú no correspondiere el beso loco cual me hace sentir segura —Le respondió la ojiceleste mientras se llevaba un pedazo de huevo a la boca—. También entiendo porqué lo hizo, sigue interesada en ti y estoy casi segura que lo hizo como una medida desesperada. Riza no se anda besuqueando con cualquiera.
—Tienes razón, de todos modos quería decírtelo porque no quiero que haya secretos entre nosotros —Le comentó Roy para luego tomar su mano.
Rose sonrió ante ese gesto y colocó sus piernas sobre las del mayor, acomodándose mejor sobre la silla.
—Agradezco tu sinceridad, cualquiera en tu lugar hubiera preferido ocultarle eso por miedo a que me moleste —Amplió su sonrisa y bebió un poco más de café—. Bien, por ahora no le diremos de nuestra relación, esperamos a que se tranquilice un poco para darle la noticia. Pero debemos decírselo —El pelinegro asintió varias veces—. Tenemos que ser lo más disimulados y precavidos posibles, tenemos varios enemigos que podrían usar esto en nuestra contra.
—Si, y debemos tener cuidado ahora que comenzamos a movernos para descubrir los palmes y secretos que quiere esconder este país —Añadió el ojinegro con seriedad—. Tenemos mucho en juego.
—Si logramos ser discretos, te aseguro que nadie se enterará ni de nuestra relación ni de nuestras investigaciones —Le aseguró la joven para luego acercar su mano al rostro del mayor, acariciando su mejilla—. Ya te está creciendo la barba.
—Lo siento, tengo que afeitarme —Murmuró el pelinegro sin dejar de mirarla, perdiéndose en ese mar celeste.
—No necesitas hacerlo...me gusta —Acarició la zona hasta llegar a los labios, los cuales delineó con su dedo pulgar. Bajo sus piernas de las del mayor para luego acercarse—. Todo tú me gustas.
—Ya lo sé, causó algo en las mujeres que es indescriptible —Rose puso los ojos en blanco y le empujó la cara hacia un costado con la mano con la que lo había estado acariciando.
—Eres insufrible —Negó con diversión y siguió comiendo el desayuno. Roy sonrió y se acercó a ella.
—Y tú te vez muy hermosa cuando te molestas —Le tomó la mano y la acercó a su rostro para besarme.
Sin embargo, su sonrisa se desvaneció un poco al ver las pequeñas heridas que había en la muñeca de la rubia. Aprovechando que ella no se había dado cuenta de que había descubierto esos detalles, volvió a besar sus nudillos y luego depósito un beso en la zona lastimada. No iba a preguntar por esas heridas a pesar de saber cuáles podrían haber sido las razones para hacérselas, solo esperaría a que ella decidiera contarle esas cosas tan personales.
Y definitivamente ese no era el momento oaractocar esos temas tan...difíciles.
Soltó la mano de la rubia y llevo su mano hacia su abdomen, acariciando la zona mientras empezaba a repartir besos sobre su cuello.
—Roy, déjame comer —Murmuró la ojiceleste entre suspiros.
—Preferiría que dejarás eso y me acompañaras a darnos una ducha —Rose se giró para mirarlo sin dejar de sonreír—. Estaríamos ahorrando agua.
—No sabía que ahora cuidaras el medio ambiente —Comentó con diversión.
—Hay muchas cosas que no sabes sobre mi, pero no tengo ningún problema en mostrarte cada una de ellas —Le susurró para luego besar su mejilla— ¿Qué dices?
—Bueno...si lo pones de esa forma —Dejó el plato y se giró para verlo—...no hay forma de negarme.
—Eso era lo que quería escuchar —Se puso de pie y la agarró rápidamente, acomodándola en su hombro como si fuera un saco de papas—. Al baño.
— ¡Oye, espera, bájame! —Exclamó la rubia mientras se reía.
Roy solo hizo caso omiso y siguió caminando hasta desaparecer por el pasillo.
— ¡Maldita sea! —Exclamó Bradley para luego golpear con fuerza una de las paredes del escondite de los homúnculos.
—Por dios, Ira, deja de ser tan exagerado —Dijo Lujuria con seriedad. Era la primera vez que lo veía así de...iracundo—. Solo cogieron, ni que fuera el fin del mundo.
— ¡Lo es, lo es porque significa que todo lo que he hecho ha sido en vano! —Le dijo el pelinegro con molestia—. Sabía que ese maldito bastardo me generaría muchos problemas.
—Admítelo, estas celoso porque ese coronel tonto estuvo con ella de una forma en la que tu jamás podrás —Comentó Envy con diversión, ganándose una mirada reprobatoria por parte de Ira.
—No la culpo, el hombre está bueno —Añadió la mujer para luego sonreír de lado.
—Debo hacer algo, separarlos, antes de que esto salga de control.
—No malgastes tiempo pensando como separarlos, recuerda que no falta mucho para que ese hombre deje de existir —Le dijo lujuria sin dejar de sonreír—. Y cuando eso pase...ella dejará de lado esa humanidad estúpida y sus debilidades y se centrará en su verdadera misión.
—Estas muy segura de su muerte —Comentó el ojiverde.
—Está descubriendo cosas que no debe, tarde o temprano tendremos que matarlo —Le explicó la pelinegra—. Pero, si no estás dispuesto a esperar...ponlos en contra. Siembra la duda, la desconfianza, la decepción y la ira. Porque ellos siempre caen ante esos sentimientos. Débiles...son más fáciles de destruir.
—Y mientras lo hagas pronto, mejor —La voz de Pride resonó por todo el lugar—. Recuerda que la misión de esa niña es otra, no debes permitir que se salga de su camino.
—Si, hermano —Dijo Ira—. Te aseguro que, tarde o temprano, ella estará aquí con nosotros.
—Y deja de ser un voyerista*, es asqueroso —Añadió la mujer para luego retirarse del lugar junto con Gula.
Envy se levantó de su asiento y se acercó hacia su hermano, más precisamente hacia su oreja.
—No puedo creer que sientas envidia de un humano, un ser tan inferior —Le susurró para luego reírse—. Definitivamente me sorprendes.
Sin más que decir, Envy se retiró por el mismo lugar por el que se habían ido sus hermanos. Bradley solo gruñó con molestia.
—Vas a pagármela, Roy Mustang —Siseó con odio para luego retirarse de aquel lugar.
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Voyerista: dícese de la persona que disfruta de ver a dos personas desnudas o realizando cualquier clase de actividad sexual, pero no se involucra en dicha situación.
Ya saben que hizo Bradley.
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Hola gentecita hermosa, como están?
Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial
Lamento haberme demorado en este cap, pasa que estaba enferma (Y no era coronavirus xD)
Pero ya estoy mejor y pude agarrar el teléfono.
Subiré pronto el próximo episodio.
Y ahora al cap...
Ese Bradley es un travieso jajajajajajaa 7u7
Pero ahora que está emputado todo puede salirse de control.
Veamos si la hace caso a Lujuria o terminará haciendo lo que se le antoje.
También vimos que el Roy sabe cocinar
Nada más hermoso que un amo de casa jajajajajajajajaja
Ahora sabemos que Roy puede agasajar a un mujer de muchas maneras 7u7 jejejejeje
Bueh, basta de tanta joda
Si les gustó el capítulo de hoy dejen estrellita y comenten, se lo agradecería de corazón
💖💖💖💖💖💖💖
Sin más que decir....
Bye Bye
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