Capítulo 18

       Rose tragó con fuerza al sentir la mirada intensa del pelinegro y se puso más nerviosa cuando este tomó un pequeño mechón de su cabello con delicadeza y lo acercó a su rostro, aspirando el perfume que este emanaba.

  —Roy, basta...alguien puede vernos —Le advirtió la ojiceleste, tratando de alejarse del pelinegro.

  — ¿Te preocupa que nos vea algún soldado...o la teniente Hawkeye? —Le preguntó con la voz algo ronca. Rose frunció levemente el ceño al escuchar eso— Dime Rose, ¿No estás cansada de huir? ¿No te casas de reprimir tus deseos y sentimientos? ¿De dejar de lado tú propia felicidad solo para mantener a los demás felices?

   —No huyo de nadie, y no voy a responderte a eso porque no es lugar para hablarlo —Le dijo con seriedad, sintiendo como un ligero escalofrío le recorría la espalda por tenerlo tan cerca.

   — ¿Y cuándo lo hablaremos? Si me sacaste hasta el saludo por no hacer sentir mal a la teniente —Le molestó que no lo mirara a la cara, así que la tomó por la barbilla con delicadeza e hizo que girara el rostro— ¿Crees que no me doy cuenta de que te pasa lo mismo que a mi cada vez que me ves? Sé que tu cuerpo se estremece cada vez que me tienes cerca, sé que te mueres por besarme hasta quedarte sin aliento...justo como ahora.

   —Vaya, vaya, sí que tienes el ego por las nubes —Comentó la rubia con diversión—. No te creas tan importante.

   — ¿Entonces porque tu respiración está irregular? ¿Por qué tus pupilas están dilatadas?—Empezó a acortar la distancia entre ellos, rozando sus labios con los de la más joven de manera seductora—. No puedes mentirme a mí, no cuando tu cuerpo te delata tan descaradamente. 

     La sonrisa se desvaneció del rostro de Rose, quien se relamió los labios de manera inconsciente y sin dejar de mirarlo ¡Maldita sea! Como odiaba que ese maldito tuviera razón, odiaba que su cuerpo reaccionara frente a él. Le estaba costando demasiado mantenerse al margen cuando el pelinegro prácticamente se le estaba regalando frente a ella, se moría por besarlo, enredar sus manos en esas hebras oscuras y entregarse a él como lo había hecho antes. Pero la culpa y el miedo que sentía la estaban deteniendo, aunque fuera con un delgado hilo del cual estaba empezando a romperse de tanta insistencia.

   —Roy...no pode-

   —Te quiero —Le confesó el ojinegro, algo nervioso para ser sincero—. Te quiero y te necesito a mi lado. Por favor, sé sincera conmigo y dime que sientes por mi. Deja de torturarme con tu silencio.

     La rubia solo abrió los ojos con sorpresa, sintiendo como su respiración se cortaba al tiempo que los latidos de su corazón se aceleraban. ¡Se le estaba declarando! Jamás, ni en sus sueños más locos, se habría imaginado que Roy le diría semejantes palabras. Le estaba diciendo que no solo la deseaba, sino que también la necesitaba a su lado, quería tenerla a su lado...y ella también quería eso.

     Si. Claro que lo quería, lo quería tanto que ya había empezado a quemarle la piel. Pero también sabía que no bastaba que se quisieran para que las cosas fueran sencillas. Las cosas nunca serían sencillas, no para ellos.

     Pero eso solo hacia que lo deseara más.

     Lo miró fijamente por unos segundos para luego alzar una de sus manos y a acariciar la pálida mejilla del mayor, uniendo sus labios con los ajenos en un necesitado y apasionado beso. Roy soltó un jadeo de placer y se dejó llevar por la maravilla que era poder besarla nuevamente; delineó esos rojizos labios con su lengua, pidiendo permiso para adentrarse en esa húmeda cavidad, y sonrió de lado cuando la rubia se lo permitió. Introdujo su lengua con lentitud y ahogó un suave gemido cuando fue recibido en una juguetona contienda, alejó de sus manos de las sonrojadas mejillas de la rubia y la puso en su baja espalda, acercándola más a su cuerpo, si eso era posible.  

     Rose soltó un pequeño gemido al sentir la presión de los dedos de Roy en su cintura, sintiendo como la temperatura de su cuerpo empezaba a subir. Luego se un par de minutos, los dos separaron del beso por la falta de aire y el pelinegro le mordió el labio inferior con delicadeza, sacándole un suave jadeo a la rubia.

   —Rose, no podemos seguir de esta forma... —La sujetó por ellas mejillas con delicadeza—. Te quiero, pero ya me estoy cansado de vivir en la inconstancia de que un día me rechazas y al siguiente me besas con pasión. Tenemos que tomar una decisión sobre...todo esto.

   —Ya lo sé, y créeme que yo soy la que más odia esta situación—Comenzó a hablar la rubia—. Pero es complicado decidir qué hacer cuando sabes que, no importa lo que hagas o que camino tomes, terminarás lastimando a alguien.

   —Entiendo eso, pero también debes comprender que ya es tiempo de que dejes de pensar en todos y pienses en ti.. aunque sea por una vez —Le pidió el pelinegro con seriedad—. Quiero que sepas que yo estoy dispuesto a arriesgarme por ti, me gustaría saber si puedo esperar lo mismo de ti...o si debo alejarme de manera definitiva.

     Rose solo abrió los ojos con sorpresa, sintiendo como su corazón se detenía por un segundo. Roy se veía muy serio, eso le hizo comprender que no estaba bromeando con lo que le decía. Iba muy enserio. Tragó con fuerza y abrió la boca para responderle algo...pero las palabras nunca salieron, solo hubo silencio.

     La seriedad que reflejaban los ojos oscuros del mayor fue reemplazada por tristeza y decepción. No había necesidad de palabras, en su silencio le había dicho todo. Se alejó lentamente de ella y soltó un suspiro.

   —Mantendremos nuestra relación de compañeros y aliados, pero es mejor que mantengamos distancias —Le dijo con voz suave, tratando de parecer calmado—. Lamento haberla molestado, Comandnate.

   —Roy, no ha-

   —No, no hagas esto tú —La interrumpió—. Me quieres, me deseas, ¿Pero aún así me rechazas? ¿Por qué? —Le preguntó el pelinegro con molestia— ¿Por qué juegas conmigo? ¿Es algo de la mujeres Armstrong? ¿Les gusta ser crueles solo por mera diversión?

   —No sabes de que estás hablando, no lo entiendes.

   — ¡Estoy harto de que este patrón se repita, de que me rechacen por miedo! —Exclamó con voz dolida— ¿Por qué simplemente no aceptas que esto es lo que realmente quieres y dejas de atormentarte sobre lo que los demás dirán? ¿Por qué no dejas de atormentarme de esta forma?

   — ¡Sabías que esto sería complicado y aún así te fijaste en mi! Me seguiste buscando, coqueteándome, habiendo muchísimas mujeres, tanto en la milicia como afuera de ella —Dijo Rose con seriedad— ¡¿Por qué yo?!

   — ¡Porque me sentí a salvo! —La menor lo miró con asombro—. Cuando te conocí, y empezamos a acercarnos, me sentí tranquilo. Sentía que nada podría pasarme, que podría abrirme a alguien sin temor a que usaran eso en mi contra, pude ser yo —Roy tragó con fuerza y continuó—. Cuando estuvimos juntos, te dejé hacer cosas que nunca le he permitido a ninguna mujer, como tocarme el cuello por ejemplo. No dejo que nadie lo haga por miedo a que me ahorquen, pero tuve la sensación de que no me harías daño. —Soltó un pesado suspiro y cerró los ojos—. Y eso me duele más...me entregué por completo a alguien sin saber si esa persona estaría dispuesta a arriesgarse por mi. Siempre cometo el mismo error.

     La ojiceleste sintió una opresión en el pecho al escuchar eso e intentó acercarse al pelinegro, sin embargo el mayor solo retrocedió con rapidez. La miró por varios segundos y negó con la cabeza, alejándose de aquel lugar a paso veloz.

     Una vez sola, gruñó con molestia y golpeó la pared con sus nudillos, apoyándose sobre esta con pesar. Se sentía mal por lo que acababa de pasar, nunca había buscado que las cosas terminaran de esa forma tan...desastrosa. Pero Roy tenía razón, no tenían por qué estar viviendo en esa inconstancia, solo causaban daño. Aunque eso no era suficiente razón para que la hubiese llamado "cruel", esa maldita palabra le había dolido más que cualquier otra cosa. Le molestaba que la tratara de esa forma cuando no era así. No era cruel, solo no sabía qué hacer. No sabía si debía seguir a su corazón o a su conciencia.

     Suspiró con cansancio y decidió que lo mejor sería irse de aquel lugar, no sin antes arreglar el agujero que había hecho en la pared. Comenzó a caminar por los pasillos en absoluto silencio, pensando en que podía hacer; necesitaba hablar con alguien sobre lo que acababa de pasar, ¿Pero con quién? Esa persona debía ser alguien de su entera confianza, alguien que nunca revelara todo lo que necesitaba decir o se volvería loca. Gruñó con molestia y, cuando dobló en una esquina se encontró de frente con su hermano.

      Alex le sonrió y la saludó amablemente, pero la menor sólo lo sujetó del brazo y comenzó a arrastrarlo por los pasillos hasta que llegaron a su oficina; una vez adentro, lo sentó en uno de los sillones y cerró las puertas con seguro, asegurándose previamente de que nadie estuviera cerca de esa habitación.

   —Hermana, no entiendo que está pasando —Dijo el rubio con confusión—. Si pudieras explicarme qué-

   —Lo diré lo más rápido y resumido posible —Se sentó frente a él y soltó un suspiro—. Estoy interesada en el coronel Mustang, tanto sentimental como sexualmente.

     Alex se ahogó en su propia saliva al escuchar esa confesión y la miró con gran sorpresa. A veces su hermana era muy directa cuando quería decir las cosas. Cuando logró recuperarse del ataque de tos que le había dado, volvió a enterarse sobre su asiento y se aclaró la garganta.

   —Bueno, no me esperaba que me dijeras eso —Comenzó a hablar el mayor con seriedad—. Quiero decir, nunca habría imaginado que fijarías en él. Aunque ahora que lo dices, había notado que siempre hay una tensión muy fuerte entre ustedes.

   —Pues la tensión solo aumentó porque ya tuvimos intimidad...más de una vez —Alex abrió la boca con sorpresa—. Pero eso es lo de menos, aquí el problema es otro —Se removió en su asintió e inspiró con fuerza—. Él quiere estar conmigo, en una relación seria, y yo también lo quiero.

   — ¿Y no te preocupa que eso vaya en contra del reglamento militar? Sabes que si los descubren les quitarán sus títulos, o peor aún, podrían matarlos —Le advirtió el mayor con preocupación.

   —No me preocupa ni me importa el reglamento militar, Alex, ya deberías entender que no sigo las reglas militares —Comentó Rose con algo de diversión—. Lo que a mi preocupa es que...estaría traicionando a Riza y a su confianza si empiezo una relación con Mustang.

   — ¿La teniente que tiene que ver con esta situación? —Preguntó sin entender esa parte del tema.

   —Fueron pareja hace un tiempo, y pues...ella aún tiene sentimientos por él —Le contestó la ojiceleste con tranquilidad. Sabía que su hermano no andaría de chismoso con medio mundo—. Ya rechacé dos veces al coronel por ella, pero ya no se si estoy haciendo lo correcto. Si te soy sincera, hacer eso solo me lastima a mí. —Suspiró con cansancio—. No sé, ¿Qué opinas?

   — ¡Oh, querida hermana, te encuentras en una difícil encrucijada entre lo que desea tu corazón y lo que te dicta la conciencia! ¡Que cruel es el destino al ponerte una prueba tan complicada como esta! —Rose solo soltó una carcajada y negó con la cabeza. No podía ser una conversación normal sin el dramatismo apasionado de su hermano.

   — ¡Ya, solo responde! —Le pidió la joven entre risas.

   —Pues me sorprende que estés en esta situación —Empezó a hablar el más alto—. Quiero decir, siempre has sido una mujer que ha hecho lo que ha querido, cuando ha querido y como ha querido —El rubio se cruzó de brazos y suspiró—. Prueba de ello es que te comprometiste con dos hombres que no eran aceptados por la familia, te uniste al ejército ignorando los reclamos de nuestra madre, desobedeciste las órdenes de King Bradley y salvaste a mucha gente de Ishval a escondidas ¿Qué te detiene ahora?

   —Pasa qué cuando decidí cada una de esas cosas sabía que no estaba lastimando a nadie en el proceso —Le respondió con seriedad—. Al final mis padres terminaron aceptando y hasta queriendo a sus nueros, están orgullosos de mi puesto en la milicia y Bradley nunca supo lo que hice en Ishval, o si lo sabe tampoco me importa —Alex murmuró un "ya veo" y asintió con la cabeza—. Tal vez lo que me está frenando en esta ocasión es el saber que lastimaré a Riza, después de todo...las amigas no salen con los ex de sus amigas. Eso es traición.

   —Traición sería si ellos siguieran siendo pareja y tú te lo hubieses agarrado en plena relación —Comentó el mayor a lo que su hermana alzó una ceja en señal de sorpresa y confusión—. Tenemos tres hermanas, dos de las cuales viven con problemas amorosos asociados a jóvenes. Así que estoy familiarizado con este tema.

     Rose sonrió levemente ante ese comentario. Alex aún vivía en la mansión de sus padres junto con las dos hermanas que quedaban "solteras", de hecho, todas seguían soltera, pero al menos ellas no eran "guerrilleras machonas que abandonaron su vida elitista para salvar al mundo". Sus problemas más graves eran pelear porque una joven llevaba el mismo vestido que ella o que su mejor amiga estaba interesada en el mismo hombre.

     Eso no significaba que no pudiera vivir las mismas situaciones.

   —Entonces... ¿Dices que podría estar con Roy y no sería traición? —Le preguntó la joven con algo de esperanza.

   —Es posible... —Rose amplió su sonrisa—...si cumples con varios de estos requisitos.

  《Oh no, los malditos requisitos》. Pensó Rose al tiempo que su sonrisa se borraba por completo. No estaba muy segura de que lograra cumplir alguno de ellos.

   — ¿Y cuáles son? —Inquirió algo nerviosa.

   —Que la relación haya terminado hace mucho, que la Teniente no siga interesada en él, que ella esté en una nueva relación...y que lo hayas hablado con ella.

   — ¡¿Hablar con ella? Estoy en esta situación porque me aterra que se entere que me follé a su ex pareja! —Exclamó la rubia con preocupación, levantándose de su asiento—. No puedo ir y decirle eso, ¡le rompería el corazón! Dios... ¿Por qué es tan difícil?

     Alex la observó fija
mente por varios segundos a su hermana y luego sonrió levemente.

   —Tú no solo tienes miedo por la reacción de la Teniente Hawkeye, ¿Verdad? —Rose alzó su rostro, el cual había escondido entre sus piernas, y lo miró con sorpresa—. Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, si quieres.

     La ojiceleste tragó con fuerza y desvió la mirada para otro lado, soltando un suave suspiro.

   —Tienes razón, no solo es por Riza...sino también por William —Le confesó con la voz suave y algo quebrada—. Me...no sé...nunca creí que volvería a pasar por esto luego de su muerte ¿Sabes? Pensé que se me haría imposible interesarme en otra persona.

   —Hermana, todos merecen la oportunidad de volver a enamorarse...y creo que ya es hora de que tomes esa oportunidad —Le dijo su hermano para luego sonreírle.

   — ¿Quién te ha dicho que me estoy enamorando? —Le preguntó la ojiceleste, cruzándose de brazos. Alex solo sonrió con diversión.

   —Está bien, el coronel solo te gusta —Corrigió el mayor a lo que su hermana sonrió más satisfecha—. ¿Pero sabes? No creo que a él le haya molestado que te intereses en otras personas, más si es una persona tan noble y buena como lo es coronel Mustang, le habría encantado verte rehaciendo tu vida —Se levantó de su asiento y se sentó a su lado—. Ya es hora de que dejes el pasado atrás y empieces a mirar tu futuro, uno junto a Roy.

   — ¿Entonces tu dices que intente algo con él? —Le preguntó la rubia mientras lo miraba.

   —Yo creo que si, tal vez la teniente se moleste...pero no creo que su amistad se termine por un hombre —Le aseguró el mayor—. Además...creo que ya tomaste una decisión ¿No es así?

     Rose lo miró fijamente para luego suspirar con suavidad, sonriéndole levemente.

   —Tienes razón, ya tomé una decisión —Le respondió la ojiceleste para luego ponerse de pie—. Solo espero estar haciendo lo correcto.

   —Siempre haces lo correcto, también lo harás en esta ocasión —Alex imitó la acción de su hermana y la tomó entre sus brazos, abrazándola—. Y no te preocupes lo los que dirán, solo sé feliz ¿sí? Quiero que seas feliz.

     Rose amplió su sonrisa al escuchar esas palabras y apoyo su mejilla sobre el hombre de su hermano, cerrando los ojos de manera lenta.

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Hola gentecita bella, como están?



Espero que estén pasando una mañana/tarde/noche genial en esta horrible época de cuarentena.
Espero que estén bien, desde donde sea que me estén leyendo.


Tratare de hacer de esta cuarentena lo más soportable posible, intentando publicar los capítulos de manera seguida.




Y hablando del cap....



Se dieron un beso bien sukulentoooo

(Valiendoles madre de que alguien podía verlos jajaja)

Lastimosamente no hubo lemmon (como quería la mayoría) pero es que aún no es momento para eso...

Pero pronto...pronto habrá delicioso


Roy le puso un ultimátum a Rose! O que se hacen pareja o se termina todo para siempre!

¡Y ella ya tomó una decisión!
¿Que decisión creen que tome Rose?









Si les gustó el capítulo dejen subestrellita y comenten, se los agradecería de corazón 💖💖💖










Sin más que decir...






Bye Bye











  

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