16 : Tócame
— Mi turno —dijo Jungkook separándose de mi.
Dio una vuelta rodeándome, llevó sus manos a mis muñecas, desatándolas de su amarre.
Restregué mis manos alrededor de mis muñecas con dolor, tener los brazos tanto tiempo en alto y las muñecas atadas con fuerza me había pasado factura.
Jeon me acercó a su cuerpo y me empujó hacia su cama, donde se sentó.
— Ven aquí —palmeó su regazo.
Obedecí sentándome a horcajadas encima de él.
La vergüenza volvió a mi al percatarme de que seguía medio desnuda, pero a él no parecía desagradarle del todo por la manera en me miraba.
Inconscientemente me sonroje y era incapaz de mirarlo a los ojos.
Me quedé unos minutos callada, sin saber que decir o hacer, hasta que Jungkook habló, rompiendo el silencio.
— ¿A qué esperas? —preguntó impaciente.
— No sé que tengo que hacer —pronuncié avergonzada por mi falta de experiencia.
Ante mis palabras Jungkook actuó rápidamente, cogiendo mis manos y llevándolas al cinturón de su pantalón, donde se podía ver perfectamente lo excitado que estaba.
Acto seguido soltó mis manos, echando las suyas hacia atrás, apoyándose en la cama.
Me miró de una manera lujuriosa y lasciva, maliciosa y pervertida, tal y como solo el sabía hacer.
— Desabróchame el cinturón —indicó con la suficiente claridad como para que yo lo escuchara aún estando sumida en mis pensamientos.
Dirigí mi mirada al bulto escondido bajo sus pantalones y tragué saliva, estaba nerviosa, tanto, que mis temblorosas manos intentando desabrochar su cinturón lo confirmaban.
Al fin pude deshacerme de él, quedándome completamente quieta a la espera de sus indicaciones.
— Ahora el pantalón —ordenó con su mirada oscura clavada en mi rostro.
Sin pensarlo desabroché su pantalón, dejando al descubierto los bóxer negros de Jungkook.
El bulto cubierto anteriormente por los pantalones ahora era mucho más notable. Cuanto más grande se veía ese bulto más aumentaba mi nerviosismo.
— Bien, lo estás haciendo bien, ahora los bóxer —alentó con una sonrisa.
Parecía que intentaba tranquilizarme, pero en ese momento una sonrisa no bastaba.
¿Quitar su bóxer y ver su cosa?
No creía que fuera capaz de hacer eso yo sola.
— Jungkook, no creo que pueda hacer eso, lo siento —me sinceré apenada y haciendo el amago de levantarme, pero como siempre Jungkook no me lo permitió.
— Claro que puedes hacerlo, estoy cansado de tener que apañármelas yo solo —comentó algo irritado—. Joy no puedes calentar algo si después no te lo vas a comer, y ahora mismo yo estoy muy caliente, así que cumple con tu parte.
Lo miré un poco impactada por sus palabras ¿Qué me comiera lo que calentaba? ¿Acaso quería que yo le hiciera una felación?
— ¿Quieres que yo te ...? —no sabía cómo acabar la frase delante de él, así que hice un gesto con mi lengua simulando que chupaba una paleta.
Al parecer Jungkook no se esperaba esa respuesta, pues por primera vez creo que lo vi hasta nervioso.
— Em...bueno, no tenía planeado eso para hoy, pero si quieres puedes...
— ¡No! —contesté cortándolo, en ese instante me di cuenta de lo brusca que había sido, así que intente arreglarlo, lo único que me faltaba es que se enfadara y me obligará a hacerlo—. Ósea quiero decir que prefiero hacer lo que tenías planeado para hoy, sino te importa —pronuncié con mi mejor cara de niña buena.
Jungkook me miró de una manera diferente, como nunca antes me había mirado, e incluso me sonrió, no era una sonrisa maliciosa o pervertida, sino una sonrisa sincera que llegaba a sus ojos haciéndole ver terriblemente adorable.
Nunca había visto esta faceta de Jungkook y tal y como llegó se fue, devolviéndome al Jungkook de siempre.
Sin previo aviso bajó sus bóxer dejando su miembro expuesto y a mi vista.
Solté un gritito de niña pequeña y me llevé las manos a mi cara, tapándome los ojos para no verlo y que él no pudiera ver tampoco mi cara, que se encontraba prácticamente incendiada.
Soltó una gran carcajada haciéndome sentir más estúpida aun si eso era ya posible.
— Nunca habías visto uno —preguntó afirmando en medio de su carcajada.
Tierra trágame, que vergüenza.
— Tampoco es para tanto —habló cogiendo mis manos y destapando mi cara.
Yo ni siquiera podía mirarlo.
— Mírame —pidió divertido.
Yo me negué automáticamente.
— Joy —su voz se tornó más sería y demandante.
No tuve más remedio que mirarlo abochornada.
— Quiero que lo mires.
— Ay Jungkook ¿por qué me pides esas cosas? —me quejé como una niña pequeña.
— Porque puedo y porque no sabes lo duro que me pone tenerte así —dijo sin apartar su vista de mi.
Yo me quedé callada e hice exactamente lo que él me pidió, mirarlo.
Nunca había visto algo así, por lo que no tenía ninguna referencia. Su miembro era, a mi parecer, grande, con una punta rosada y se podía ver en él perfectamente sus marcadas venas, tales como las que tenía en los brazos.
Jungkook puso sus manos en mis muslos, y empezó a acariciarlos.
— Tócame —demandó con voz grave.
Tragué saliva y cerré mis ojos, volví a abrirlos para mirarlo dudosa.
Jungkook hizo un gesto con su cabeza como invitándome a hacerlo, y así lo hice.
Pasé mi dedo lentamente por su brillante y rosada punta, que había llamado mi atención desde el principio.
A Jungkook pareció dolerle por la expresión de su rostro y por sus actos, ya que me cogió del trasero apretándolo, además de soltar unas cuantas maldiciones.
— Lo siento ¿Te he hecho daño? —formulé alarmada quitando mis manos de inmediato.
— No —me regaló una breve sonrisa, parecía agitado —sigue.
Volví a llevar mi dedo a su miembro, está ver lo pasé por toda su longitud, hasta que Jungkook me detuvo.
— No, tienes que rodearlo con tu mano —explicó quitando una de sus manos de mi trasero para poner la mía alrededor de su miembro—. Así, y ahora mueve tu mano de arriba a abajo lentamente —dijo haciendo que mi mano resbalara por su miembro de arriba abajo—. Así es, lo estás haciendo bien, ahora tú solita —quitó su mano sobre la mía para colocarla de nuevo en mi trasero.
Comencé a mover mi mano lentamente, tal y como él había indicado. Podía ver la expresión de Jungkook, mirando cada movimiento que hacía, soltando de vez en cuando algún que otro suspiro cargado de excitación.
Aumenté mi velocidad, provocando que Jungkook cerrara los ojos. De vez en cuando añadía movimientos circulares a su punta, que parecían hacerlo enloquecer, sus maldiciones y gruñidos me lo confirmaban.
Podía sentir punzadas atacando mi brazo por lo poco acostumbrada que estaba a aquel movimiento y por el sobre esfuerzo realizado.
Nunca pensé que sería tan excitante masturbar a un hombre.
— Joy —gruño mi nombre haciendo que mi intimidad palpitara.
Lo siguiente no me lo esperaba.
Un líquido blanquecino cubrió mi mano y con esta la camiseta de Jungkook, acompañando de un gran gemido de placer procedente desde lo más profundo de su garganta.
Su respiración estaba agitada, al igual que la mía.
Aquella era la primera vez que presenciaba un orgasmo masculino, se sentía tan prohibido, tan morboso, que me hacía sentir un incesante cosquilleo en zonas donde la luz del sol no llegaba, sólo las manos de Jungkook lo hacían.
Ambos agitados nos miramos a los ojos, sin pronunciar palabra, simplemente observando nuestros rostros que poco a poco, casi sin querer albergaban una pequeña sonrisa cómplice.
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