Dos días, dos malditos días habían pasado desde mi encuentro con Jungkook, creo que nunca me ha alegrado tanto que sea fin de semana.

Desde el viernes que abandoné su casa había estado pensativa y ausente, no podía parar de darle vueltas a las posesivas palabras de Jungkook y a lo que podría haber pasado si no nos llega a interrumpir su padre.

¿Habría llegado a algo más que toqueteos por su parte?

No tenía ni la menor idea, de lo único que estaba segura es que Jungkook me estaba ganando por goleada en este juego.

Se suponía que yo también sabría jugar, pensaba que no me afectarían tanto sus actos, pero todo lo contrario, no sabía cómo jugar, no entendía a Jungkook y tampoco me entendía a mi misma.

¿De verdad me habían excitado las posesivas palabras de Jungkook?

No podía ni siquiera creérmelo, por lo general no me sentía atraída por ningún chico de la escuela, pero con Jungkook era diferente.

No podía evitar que se me cogiera un pellizco en el estómago ante su presencia, en un principio pensaba que era normal puesto que Jungkook es un chico bastante intimidante, pero rechacé esa idea por completo al darme cuenta de que no se me cogía ningún pellizco con el resto de sus amigos, que también resultaban igual de intimidantes.

Esta reflexión sólo me llevo a pensar que Jungkook no solo me imponía, sino que también me ponía.

Había sentido lo que era la excitación anteriormente, con algunos libros subidos de tono que había leído, pero nada se asemejaba al calor que Jungkook me hacía sentir.

No entendía como hacia para anular mi conciencia y dejarme en estado de shock cada vez que me tocaba.

Con respecto a mis antiguos pensamientos de que lo haría desearme más que a ninguna chica y que lo tendría completamente dominado, ahora podía decir que no estoy muy segura de eso, sabía que Jungkook me deseaba, pues me lo había dejado bastante claro con sus acciones, pero la parte en la que decía que lo tendría completamente dominado me hacía discrepar, Jungkook es más complicado de lo que me esperaba, nunca respondía a mis preguntas y si lo hacía, no con la claridad que yo necesitaba.

Parecía que había construido un muro de hielo alrededor suya, muro que estaba segura de que no dejaría a nadie traspasar.

Me había dado cuenta de que observándolo tampoco conseguía nada, solo ponerme más nerviosa de lo que estaba, siempre me pillaba cuando lo hacía.

Necesitaba saber cuál era el punto débil de Jungkook, pero a mi parecer,  era más fácil que encontrar una aguja en un pajar.

(...)

Jeon Jungkook

Dos días habían pasado desde que Joy se fue de mi casa, por culpa de mi querido padre, que interrumpió nuestro maravilloso y caliente momento llamándome para según el  "algo importante".

Ese algo importante era que se tenían que ir una semana completa a Europa para cerrar un negocio, como si eso fuera novedad, nunca estaban en casa y cuando estaban en ella no sé como se las apañaban para interrumpirme cuando estaba con Joy.

Joy...esa mujer cada día me volvía más loco, y con cada interrupción lo único que conseguían los demás es que mis ansias por estar con ella aumentarán.

Que mis padres se fueran la semana que viene fue como ver el cielo abierto, tendría todo el tiempo que quisiera para hacer lo que me plazca con la mujer que consigue ponerme duro con tan solo tartamudear.

Ni siquiera sé cómo pude contenerme tanto el viernes, la tenía ahí en mi cama acostada debajo mía y sin bragas, de solo recordarlo ya volvía a estar duro de nuevo.

A diferencia de otros chicos, a los que no les gustaba que las chicas fueran inseguras, a mi eso me volvía loco de ella.

Cuando se intentaba bajar la falda para que yo no la viera, o como se cubría su intimidad con las manos, que fuera tan insegura de si misma me hacía desearla aun más, ya que no le dejaría a nadie verla desnuda o tocarla y eso eliminaba a mucha competencia, haciéndome quedar más tranquilo.

Estaba deseando que llegara el lunes, para poder verla y hacer algo más que simples toqueteos de niños pequeños, esta semana la escucharía gemir de placer, la escucharía suplicar por más y lo mejor, la escucharía llegar a su primer orgasmo.

Pensando en eso se me ocurrió divertirme un poco, ya que tenía su número debía aprovecharlo, todo mi esfuerzo por conseguirlo no sería en vano.

Cogí mi móvil y decidí mandarle un mensaje, eran las 12 de la noche, por lo que me arriesgaba a que no me contestará.

Yo:

¿Estás despierta?

Pasaron unos cuantos minutos hasta que la luz de la pantalla de mi móvil se encendió, anunciándome de que un nuevo mensaje había llegado.

Kim  Joy:

No.

Solté una carcajada ante su respuesta, al parecer quería jugar.

Yo:

¿Te has desvelado después de tu sueño húmedo conmigo?

Me volvió a dejar en visto, al parecer le gustó mi castigo.

Yo:

¿No te dije que dejar en visto esta muy feo?
Me temo que tendré que volver a castigarte, y está vez no pienso ser tan indulgente.

Esta vez no tardó ni dos segundos en contestar.

Kim  Joy:

¿Indulgente? Llegué a mi casa con los cachetes rojos y sin bragas porque a alguien se le ocurrió la brillante idea de arrancármelas.

Por cierto, me debes unas bragas nuevas 😡

Pensar en Joy mirándose el trasero colorado, causado por mi, en el espejo, me excitaba.

Yo:

Esta semana me encargaré de comprarte unas.

Tenía claro que le compraría las bragas más excitantes y reveladoras de la tienda, y la haría modelar solo para mí.

Kim  Joy:

Bien.

Yo:

Esta semana mis padres no están en casa.

Pensé que estaría bien advertirle, así estaría más nerviosa.

Kim  Joy:

Am.

Yo:

¿Sabes lo que eso significa?

Kim ___:

Pues no lo sé Jeon, como la mayoría de las preguntas que me haces.

Sonreí ante la pantalla de mi móvil, ni siquiera se olía lo que está semana haría con ella, era demasiado ingenua.

Yo:

Significa querida Joy que nadie va a poder oír tus gemidos cuando te dé los mejores orgasmos de tu vida.

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Gracias por leer💜💜💜