Cap. Final


Víspera de año nuevo

—¡Montreal, perras! —Le miro la polla a Yin, y no se lo espera, así que tropieza con Pirapat, y entonces se produce un efecto dominó, Pirapat choca con el hermano de Jumpol, Mix, que se golpea contra su coche.

Mix es de la misma altura que Jumpol, pero no es ni de lejos tan musculoso. Debajo de sus mil millones de capas de ropa, es todo brazos y piernas flacas. Es difícil creer que sean gemelos, sinceramente.

Se vuelve hacia Gun.

—¿Por qué has vuelto a invitar a los jugadores de hockey?

—Bueno, técnicamente —le digo—, él invitó a Yin porque es el mejor amigo de Jumpol. Lo que significa que me invitó automáticamente porque soy la mitad positiva de Yin "énfasis en la parte positiva".—Yin me empuja. Lo ignoro y continúo— Y entonces Pirapat... —Miro a nuestro compañero de equipo—. Espera, ¿Por qué vienes?

Pirapat me hace un gesto de desprecio.

—Jumpol me invitó, imbécil.

—Todavía no sé por qué vamos en un solo coche —murmura Mix.

Me llevo la mano al corazón.

—Nos quieres. Nos quieres de verdad. Mix mira fijamente a Yin.

—Ponle una correa a eso —Hace un gesto hacia mí y me río. Me inclino más hacia mi novio y bajo la voz.

—No sabe que es posible que me agrade. Además, el hermano de Jumpol es divertido. Es como me tratabas tú. Me trae recuerdos.

—¿Tal vez no te burles de él? Nos abandonará en Montreal.

—Ooh, podríamos hacer autostop de vuelta. Eso podría ser una aventura.

Yin frunce el ceño.

—Tal vez Mix tiene razón. Necesitas una correa.

—Una correa y una mordaza. Ahora mira quién es pervertido.

Yin me mira.

—Bien. Me comportaré.

Los demás suben al coche, y entonces Yin y yo tratamos de empujarnos mutuamente para entrar primero y ocupar el centro.

—Soy más grande que tú —argumento—. ¿Por qué no puede uno de los escuálidos de delante ir en el medio?

—¡Porque es mi coche, imbécil! —grita Mix desde el asiento del conductor. Yin se mantiene firme y cruza los brazos sobre su impresionante pecho.

No tan impresionante como el mío, pero da igual.

Levanto las manos y cedo.

—De acuerdo. Hagamos esto. Quizá vea si me gusta estar aplastado entre dos tipos. Nunca llegamos a saber si son los tipos en general o sólo tú quien lo hace por mí. Esto podría ser como un experimento.

Yin me tira hacia atrás y se sube al asiento del medio. Mi interior grita: ¡Victoria!

Puede que sea cierto que todavía no he encontrado a otro chico atractivo, pero la explicación pansexual de Jumpol me hizo investigar un poco. Lo que me hizo caer en el mundo de Schitt's Creek [serie de tv]. Todo lo que puedo decir es que la frase de David "Me gusta el vino y no la etiqueta" definitivamente me atrae.

Siempre ha habido esta conexión con Yin, incluso cuando nos peleábamos. Incluso cuando nos odiábamos, funcionábamos bien en el hielo porque estábamos fundamentalmente entrelazados desde que nos conocimos.

No importaba que fuera un tipo. Aunque, mirándolo en retrospectiva, el hecho de que sea un chico probablemente prolongó la inevitable revelación de que estábamos destinados a estar juntos.

A pesar de que el coche de Mix es un Jeep Cherokee, poner tres jugadores de hockey en la parte trasera sigue siendo difícil.

Yin se retuerce en el centro, intentando ponerse cómodo, pero apenas hemos entrado en la I-89 cuando vuelve a retorcerse.

Me inclino hacia delante.

—Oye, Pirapat, tal vez deberías haberte sentado en el medio y frotarte contra nosotros. Eso es normal, ¿No? ¿No es gay en absoluto?

Yin se ríe.

—Ignorando eso —canta Pirapat.

—¿Te has puesto en contacto con tu mejor amigo de casa? ¿El que no es gay?

—Sonrío.

Él mira hacia otro lado.

—Puede o no estar felizmente comprometido... con un hombre.

 Me río a carcajadas.

—Dios, los odio.

Dos horas son más largas de lo que pensaba. Este viaje por carretera hacia el norte parece más largo que el viaje a Nueva York.

Para cuando Mix entra en el hotel que Jumpol reservó para nosotros, a una manzana de donde va a jugar esta noche, creo que todo el mundo está dispuesto a echarme del coche... mientras aún está en movimiento. Incluso Yin, y él me quiere.

Jumpol viene a nuestro encuentro mientras Mix le da las llaves al aparcacoches, y agarramos nuestras maletas.

—¿No deberías estar en el estadio? —Yin pregunta.

—Tiempo de descanso antes del partido. Hay que volver pronto —Le entrega la llave del hotel a Yin y luego a su hermano—. Ya los he registrado.

Pirapat se aclara la garganta.

—¿Y yo?

—Intenté añadir otra habitación a la reserva, pero es Año Nuevo, hombre. Todo está reservado. Puedes venir a dormir a mi apartamento, pero te advierto de antemano que no he visto a mi novio desde Navidad.

Resoplo.

—Eso fue hace seis días.

Jumpol enarca una ceja.

—¿Y si no hubieras visto a Yin en seis días?

—Touché —Rodeo a Yin con el brazo y lo acerco a mí, aunque hayamos pasado las dos últimas horas pegados el uno al otro. Y, oh, mierda. Recuerdo haber mirado a Jumpol y a Gun y preguntarme cómo sería sentir esa necesidad de estar cerca de alguien. Paso la mano por la espalda de Yin y sonrío. Supongo que se siente exactamente así.

—Puedes quedarte con nosotros —le digo a Pirapat—. Incluso te dejaremos mirar.

Yin me da un codazo.

—¡Estaba bromeando! —Más o menos. No quiero que mire, pero si estar con Yin me ha enseñado algo, es que el único momento en el que puedo acostarme a su lado sin querer sexo es después de trabajar en la granja de su familia, donde se me rompen los brazos y el cuerpo. No hay más excepciones.

Pirapat mira al hermano de Jumpol.

—Por favor, déjame quedarme en tu habitación.

—Ni siquiera te conozco —dice Mix.

—Realmente no tengo ganas de escuchar a tu hermano teniendo sexo, y acabo de pasar dos horas en el asiento trasero con War.

—Oye —me quejo.

—¡Siente pena por mí!

Mix suspira.

—Bien. No sometería a nadie a los ruidos sexuales de Off y Gun, y ni siquiera necesito justificar lo de War.

—¡Eh! —digo con más énfasis. Señalo a todos los del grupo—. ¿Ven esto? Esta es la razón por la que no hemos estado cerca los últimos tres años.

Yin se ríe.

—Claro, por eso. No tiene nada que ver con tu molesta personalidad.

—Has pronunciado mal lo de encantador. Además, no sé cuáles son tus problemas, el resto del equipo me quiere.

—Eso es cierto —Yin me aprieta—. Diría algo sobre que son tontos, pero yo soy el que sale contigo, ¿En qué me convierte eso?

—En el rey de los idiotas —dice Jumpol.

—¡Nuevo apodo! —Agarro a Yin con más fuerza.

—Te mataré —amenaza Yin.

—Ya sabes que hacerte enojar me excita —Me acerco a su oído—. ¿Crees que tenemos tiempo suficiente para chupárnosla antes de ir a la arena?

Me agarra la mano.

—¡Vamos a ver nuestra habitación! Nos vemos luego.

Me arrastra, pero no antes de oír a Pirapat hablar con Mix.

—En serio. Gracias. Te debo una.

Subimos corriendo a nuestra habitación y dejamos las maletas, nos despojamos de la ropa y nos lanzamos a la cama de matrimonio.

—¿El primero en llegar gana? —Pregunto. Yin se echa encima de mí.

—¿No suele ser el más rápido en llegar es el que pierde?

—Sí, pero no tenemos tiempo para eso. Date la vuelta.

— Mierda, te amo.

Sonrío.

—Resulta que hay una fina línea entre el amor y el odio, y esa línea son las mamadas.

—Duh —Yin se coloca sobre las manos y las rodillas, frente a mis pies.

Su polla cuelga entre sus piernas, dura y lista para mi boca. La agarro con fuerza y la guío hacia mis labios, amando el sonido de su gemido mientras lamo la cabeza. Pero entonces su boca está justo ahí, llevándome hasta el fondo de su garganta en un movimiento que había dominado prácticamente desde el principio.

Y después del sesenta y nueve más rápido conocido por el hombre, en el que yo, por supuesto, gano y me inclino ante el rey de las mamadas, nos quedamos tumbados en las sábanas del hotel, sudorosos y con la respiración agitada.

—¿Vas a hablar con Jumpol sobre tu plan de negocios? —pregunta Yin.

Gimoteo.

—Si eso es lo primero que preguntas después de que te la chupe, realmente necesito mejorar mi juego. Necesito un poco más de adoración a mi boca o a mi polla primero.

Yin pasa una mano por mi pecho.

—Tu polla y tu boca son sabrosas.

Me río.

—¿Pero vas a hablar con Jumpol?

—No.

—¿Por qué no?

Me pongo de lado para mirarlo.

—Porque es demasiado pronto. Necesito graduarme, conseguir experiencia como entrenador, bla, bla, bla.

—Sigo pensando que deberías hablar con él en la fiesta que se celebra después.

—Yin se sienta—. Vamos, tenemos que levantarnos y reunirnos con los chicos para el partido.

Me siento y me paso una mano por la nuca.

—Hockey, cerveza, comida en el estadio y una fiesta posterior con jugadores de la NHL. Va a ser el mejor Año Nuevo de la historia.

Yin se pone los pantalones, pero luego pone las manos en las caderas.

—Creo que te falta una cosa muy importante en esa lista. Ladeo la cabeza.

—Comida, hockey, jugadores de la NHL... Hmm, no, no se me ocurre nada. Yin toma una almohada y me la lanza.

—Oh, ¿Pasarlo contigo? ¿Te refieres a eso? —Intento ocultar mi diversión.

Me frunce el ceño.

Me pongo de pie y me acerco a él. Sigo plenamente desnudo y no me extraña la forma en que sus ojos me recorren.

Acaricio su mejilla y me inclino para rozar mis labios sobre los suyos.

—Para que sepas, tú eres el primero de la lista. Estaría feliz de estar en cualquier lugar este Año Nuevo con tal de que estuvieras conmigo.

Vuelvo a besarlo, poniendo un poco de seriedad para que sepa que no estoy hablando como un idiota, como suelo hacer.

Gime y me pasa las manos por la espalda, agarrándome el culo y atrayéndome contra él. La tiene dura de nuevo.

—Ooh, ¿El segundo asalto antes de irnos? —Le pregunto.

—No hay tiempo —refunfuña—. Vístete.

Nos preparamos para irnos y nos encontramos con los demás en el vestíbulo.

El novio de Jumpol está muy cómico con su chaqueta de gran tamaño, su gorro y su bufanda. Me preocupa un poco que la ropa abultada intente tragárselo entero.

Aunque hace un frío de mil demonios fuera, caminamos los cinco minutos que nos separan del estadio. Al entrar en el estadio y ver el ambiente, es probablemente la primera vez que me doy cuenta de que Jumpol juega en la NHL. Hemos visto sus partidos en la televisión, pero hay algo en un partido de la vida real que sencillamente tiene esa sensación. Es lo mismo que cuando estoy en el hielo, y fue exactamente la misma sensación que tuve haciendo ejercicios con los niños de la escuela secundaria durante el verano.

El año de novato de Jumpol ha tenido un gran comienzo. Está teniendo mucho tiempo en el hielo para ser un novato.

La idea de ayudar a otros a alcanzar potencialmente el nivel de Jumpol me llena de más emoción que nunca.

Quiero aferrarme a ese sentimiento y hacerlo realidad.

Y quiero hacerlo con Yin.

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Pensaba que nuestra fiesta de la victoria en la Frozen Four del año pasado era grande, pero no tiene nada que ver con una victoria en la NHL en víspera de año nuevo.

No creo que nada pueda superar esto.

Nos quedamos un rato en la fiesta del equipo para que Jumpol pueda celebrarlo con sus compañeros, y aunque no marcó, consiguió una asistencia en el poco tiempo que estuvo en el hielo. War, Pirapat y yo nos quedamos en las afueras, asombrados de estar rodeados de algunos de los mejores jugadores de la liga.

Incluso si juegan para Montreal. Es difícil no ser fanático de ellos.

Jumpol hace sus rondas con Gun, y es reconfortante ver cómo los compañeros de equipo de Jumpol, grandes, macizos y heterosexuales, los tratan con respeto, tratando a Gun como lo harían con cualquiera de las otras esposas y novias. Aun así, me resulta incómodo ser cariñoso con War delante de todos.

Cuando algunos compañeros empiezan a salir, Jumpol aprovecha para sugerir que bajemos las escaleras lejos de todo el ruido. Gun acepta de inmediato, y tengo la sensación de que está completamente agotado.

Estoy dispuesto a irme si eso significa que puedo volver a tocar a mi novio. La fiesta es en la última planta de uno de los hoteles más altos de Montreal, así que bajamos en ascensor hasta el bar del vestíbulo. Al ser Año Nuevo, sigue habiendo mucha gente, pero este bar está oscuro y la música es baja. Es todo lo contrario al caos del piso de arriba.

Un grupo se levanta para marcharse cuando llegamos, así que Mix y yo ocupamos la mesa mientras los demás van a por las bebidas. No hay suficientes asientos para todos cuando llegan a nosotros. Jumpol atrae inmediatamente a Gun a su regazo, y los dos parecen tan enamorados que es ridículo. Mix y Pirapat charlan alegremente al otro lado de la mesa, y yo arrastro mi silla hasta la de War y paso mi brazo por el respaldo de la suya.

Este momento es realmente perfecto.

—Yo hice esto —le dice Pirapat a Mix, señalándonos—. Empecé un juego de gallina gay del que ninguno de los dos quería salirse.

—Somos unos jodidos competitivos —War sonríe.

—Aunque en realidad soy gay —señalo—. Entonces, ¿Eso significa que yo gano?

War me mira. Es en parte orgulloso y en parte sorprendido. Probablemente porque he encontrado una etiqueta para mí y por fin la he dicho en voz alta. ¿Es la etiqueta correcta? Todavía no estoy seguro al cien por cien, pero me parece correcta en este momento.

—Me parece que tuve una polla en la boca como la tuya antes que tú —dice War con una sonrisa—. Eso es bastante gay.

Pirapat se atraganta con su bebida.

—De acuerdo, de acuerdo, los dos son los ganadores.

—¿Qué pasa? —Pregunto mientras las mejillas de Pirapat se ponen rojas—. ¿Te enrollas con tus amigos, pero pones el límite en las mamadas? Te pierdes mucho.

—Realmente lo haces —asiente Jumpol, aparentemente terminado con cualquier mierda sensiblera que estuviera susurrando al oído de Gun.

—Son un montón de imbéciles, y los odio —dice Pirapat en su cerveza.

—Espera —Mix se inclina hacia mí—. ¿Eres gay? Pero ya te he visto enrollarte con chicas. ¿Cómo funciona eso?

Me encojo de hombros.

—Es difícil de explicar. No hay nada malo con las mujeres, pero ahora sé cómo se supone que es.

—¿Ahora quién se lo pierde? —Pirapat le da un codazo a Mix—. Las chicas, ¿Tengo razón?

Mix lo mira con extrañeza y War se ríe a carcajadas.

—Sigue así, Pirapat. Algún día te creeremos.

—Entonces, War —dice Jumpol, cortando la respuesta de Pirapat—. He oído que te vas a quedar otro año en la UC.

War me fulmina con la mirada, y mis manos se disparan.

—No he dicho nada.

—Entonces...

—Me mantengo en contacto con el entrenador Chinnarat. Dijo que ayudarás con el equipo cuando termine esta temporada.

—Lo haré.

War no podrá jugar el próximo año debido a las reglas de la NCAA, pero cuando le contó al entrenador sus planes, éste no dudó en ofrecerle un puesto de entrenador voluntario.

—Y Gun me ha dicho que estás considerando algún tipo de centro de entrenamiento para los chicos que quieren jugar a nivel universitario.

—Niños que no tienen dinero —dice War, tanteando mi mano por debajo de la mesa—. Esa parte es importante para mí.

Me muero de ganas de darle un estúpido beso y demostrarle lo mucho que significa ese plan para mí.

Jumpol se ríe.

—San War, ¿Eh? Parece que Yin ha sido una buena influencia para ti.

—Eh —War se encoge de hombros—. Está bien.

—Hablemos el año que viene —dice Jumpol—. Suena como una idea increíble, y tendré unos meses libres de la NHL para llenar...

—¿Qué pasó con lo de pasar ese tiempo conmigo? —pregunta Gun. Los brazos de Jumpol le rodean con fuerza.

—Viviremos juntos dentro de unos meses, una vez que hayas obtenido tu maestría. Para entonces estarás harto de mí.

—No sé cómo no lo está ya —bromea Mix. Jumpol se burla de su hermano.

—¿Y estás en este plan, Yin?

—Estoy en cualquier cosa que haga War —He estado mirando apartamentos fuera del campus para el año que viene, y ya he hablado con una consulta externa para conseguir algo de experiencia en fisioterapia. Si la idea de War sigue adelante, nos quedaremos cerca de Burlington porque tener universidades de primera división cerca aumentará la demanda.

Todavía hay mucho que planificar. Pero si este año me ha enseñado algo, es que todo saldrá como tiene que salir.

Yo, War y el hockey.

War y Jumpol hablan de más detalles mientras Pirapat y yo repasamos el partido y Gun y Mix planean nuestro día en la Gay Village mañana. La energía alrededor de la mesa es alta, y estoy tan lleno de amor por estos chicos —incluso por Gun y Mix— que no quiero que la noche termine.

La medianoche se acerca, prometiendo un nuevo año y nuevas cosas que War y yo debemos afrontar juntos. Dentro de unos días iremos a Nueva York a visitar a sus padres. Luego pasaremos por la granja de regreso a la escuela para ver a los míos.

War estará más ocupado que nunca los próximos semestres en la escuela, incluso con la carga de cursos más ligera.

El Frozen Four se acerca rápidamente.

Y aunque esas cosas podrían llenarme de ansiedad, estoy preparado para ello.

Empezamos la cuenta atrás para la medianoche, y agarro a War para atraerlo a mi regazo. Sus ojos azules están brillantes, sus mejillas sonrojadas por el alcohol que hemos bebido, y juro que nunca ha estado tan guapo.

—Tres... dos... uno... —susurra.

Su boca se cierra sobre la mía, y empujo todas las promesas que puedo darle en el beso. Lo amo tanto que a veces me duele físicamente, y juntos, vamos a hacer de este año nuestra perra.

Porque no importa lo que nos depare, sé una cosa con certeza.

Ya he ganado.

🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘

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