Cap. 7
A diferencia de War, aguanto las burlas del equipo antes de largarme. Tengo un nudo en la garganta y la rabia hirviendo en mis entrañas por haberme dejado arrastrar tan fácilmente.
Podrías haber dicho que no.
Aparto la voz de la razón porque ahora mismo no quiero ser razonable. Ahora mismo, quiero ignorar el beso y la sensación del cuerpo de War contra el mío. Ignorar el hambre que me ardió en el pecho cuando afianzó el beso, la forma en que su lengua lucho contra la mía por el dominio.
Un escalofrío me recorre la columna vertebral, pero rápidamente me lo quito de encima.
Apenas han pasado unos meses desde que decidí que soy total y completamente heterosexual, y de ninguna manera voy a dejar que un estúpido beso con un imbécil irritante se me meta en la cabeza. Cualquiera de las dos cabezas. Mi polla traidora no está de acuerdo. Sigue estando jodidamente dura.
Vuelvo a mi habitación y trato de relajarme, pero juro que todavía puedo saborear a War en mi lengua. Siento su pecho presionado contra el mío.
Sé que puedo quitar su sabor lavándome los dientes. Sé que puedo salir y enrollarme y reemplazar el recuerdo de su beso besando a otra persona.
Y sin embargo... ambas cosas no tienen ningún atractivo.
En su lugar, mis recuerdos cambian a Jumpol y la forma en que solía verlo en el hielo. Cómo cada vez que enviaba el disco por delante del portero contrario, la emoción se apoderaba de mí, porque marcar significaba llamar la atención de Jumpol. Ahí fuera, con la adrenalina a flor de piel, todas las emociones se disparan, y es imposible saber qué es real y qué está amplificado por el subidón de endorfinas.
Yo lo atribuía a la adoración del héroe, pero ahora no estoy tan seguro.
Porque en el vestuario no había nada de ese subidón. Fue un momento tranquilo, pero tan jodidamente intenso que sentí que mi piel se iba a desprender de mis huesos.
Hubo más carga en ese beso que en mil partidos de hockey, y ese pensamiento es aterrador.
Las inseguridades que creía haber dejado atrás cuando Jumpol se enrolló con Gun están empezando a aparecer de nuevo.
Gun es increíble, y me gusta, pero cuando él y Jumpol empezaron a salir, no pude evitar la pequeña semilla de resentimiento que tenía hacia ambos.
No sabía de dónde venía y no lo entendía.
Sentía algo más que amistad hacia Jumpol, pero no estaba seguro de qué era.
Cuanto más tiempo salían juntos, menos me confundía porque era obvio que eran el uno para el otro. Desapareció tan pronto, que lo atribuí a un episodio. Como una fase.
Pero esta noche, cuando War se separó de nuestro beso, sus pupilas dilatadas eran de pura lujuria, y la mirada me hizo querer agarrarlo, empujarlo contra la pared y besarlo de nuevo.
Entonces el pánico se apoderó de él.
Lo que me recordó exactamente cómo debía actuar. Cómo se suponía que debía sentirme.
Gemí entre mis manos y finalmente me permití admitir que me gustaba. Había olvidado que estaba en un vestuario con medio equipo mirando porque el único pensamiento que llenaba mi mente era lo bien que se sentía otro hombre contra mí.
Mi estúpido cerebro ni siquiera tuvo la decencia de olvidar a quién estaba besando.
El hecho de que fuera War debería haber sido un asesinato instantáneo a mi erección.
No lo fue.
Hizo todo lo contrario. Al diablo con esto.
No voy a sentarme en mi dormitorio y revolcarme por esto. Ni siquiera me voy a permitir pensar en ello.
Fue un desafío estúpido que no significó nada, y seguro que no volverá a suceder. Especialmente con alguien como War Wanarat.
Me estremezco. Incluso su nombre suena bien, importante y pomposo.
No pienses más en él.
Me levanto y me pongo unos pantalones cortos sueltos y una camiseta sin mangas, y me dirijo al gimnasio del equipo. El entrenador me ha dado un juego de llaves para el verano para que podamos llevar a los chicos del campamento a las sesiones de pesas a primera hora de la mañana.
Es hora de hacer ejercicio hasta que me desmaye.
¿Es esa una forma saludable de afrontarlo? Mierda, no. Pero no conozco a ningún chico de nuestro equipo que no afronte sus problemas exactamente de la misma manera.
Hay un silencio inquietante cuando entro y empiezo. El torbellino de la cinta de correr, el fuerte golpe de mis pies y cada respiración entrecortada es lo único que oigo durante un buen rato. Normalmente es suficiente para despejar mi mente, pero esta vez, cuando todo lo demás se desvanece, el beso vuelve a estar bien enfocado.
Su boca. Su gran cuerpo apretado contra el mío...
Me presiono cada vez más fuerte hasta que apenas puedo ver con claridad.
Mi lengua se distrae en lamer mis labios, y ahí está de nuevo ese sabor. Ni siquiera es algo específico, sólo aliento cálido y labios duros y un ligero toque de algo dulce.
Mi polla es persistente, así que finalmente reduzco la velocidad de la cinta hasta detenerla y me inclino hacia delante, luchando por respirar. Mi camiseta de tirantes está pegada a la espalda y al pecho, y tengo que apretar el bulto que crece entre mis piernas.
Y mientras estoy allí, agotado, intentando desesperadamente no excitarme, una especie de conciencia lenta empieza a filtrarse en mis músculos cansados.
De vez en cuando llega un momento en el juego en el que vas lento, y tu cuerpo está dolorido, y tu mente se ha roto, y te das cuenta de que no tienes nada más que dar. He luchado contra este tirón durante mucho tiempo, pero esta noche, ese beso, he llegado a mi punto de ruptura.
¿Sobre qué cantaba Katy Perry? Besé a un chico.
Y a mi polla le ha gustado mucho, carajo.
============
War no se presenta al entrenamiento del sábado: el entrenador dice que está enfermo. Aparte de algunas miradas de interrogación en mi dirección y algunas risas, el equipo lo deja pasar. Tampoco nos cruzamos el domingo, nuestro día libre, aunque me encuentro con Pirapat y Leo en un bar fuera del campus. Cuando se trata de alcohol, War habitualmente es capaz de encontrar cualquier cosa para reducirlo, pero Pirapat dice que no ha tenido noticias de él.
No sé por qué me molesta tanto.
Incluso mientras entrena a los chicos del campamento el lunes, War está raro. Lanzó sus habituales ocurrencias, pero no hay corazón detrás de ellas. No hay nada de esa chispa que odio.
Y ni siquiera puedo reunir la energía para sonreír por eso. Tal vez sea otra cosa la que me ha estado afectando todo este tiempo, y no tiene nada que ver con su personalidad.
Mis ojos traidores se dirigen a sus labios cada vez que habla con los chicos de la defensa en una jugada, y constantemente vuelvo a centrar mi atención sobre mi lado. Me recuerdo a mí mismo que tengo un trabajo que hacer, y aunque esta crisis existencial es un puesto a tiempo completo por sí mismo, no voy a meter la pata aquí.
Sobre todo, porque War parece estar tomándoselo en serio.
Eso podría haber sido un choque más grande que el hecho de que me guste besarlo. El cambio se produjo a finales de la semana pasada y, aunque sigue haciéndose el tonto –no sería War si no lo hiciera–, los niños lo admiran y le prestan atención. Y él lo disfruta.
Creo que nunca antes había visto en él sonrisas tan despreocupadas y genuinas. Siempre son sonrisas de confianza.
Terminamos la sesión y enviamos a los niños a comer antes de que tengan entrenamiento con pesas esta tarde. Me acerco lentamente a la bolsa de material de hockey y recojo un disco perdido por el camino. Pirapat y Ice han desaparecido con los niños, y la única persona que queda en el hielo conmigo es War. Está quitando la red de los postes, ya que hemos terminado aquí por el resto del día, así que me acerco patinando y empiezo a quitar la otra.
—¿Crees que necesito tu ayuda? —dice War, con su voz engreída de nuevo en toda regla. Se acerca patinando y me espera junto a los laterales de la pista que se abren a la zona de equipamientos.
—Está claro que te cuesta seguir los pasos de las cosas. Te acobardas. Pensé que ayudar era la opción más segura —Le miro y, si no me equivoco, el interés se dibuja en su rostro.
—Besarme es un puro regalo. Simplemente decidí que no te lo merecías. Gruño.
—Nada que ver con que sea un tipo, por supuesto.
—No soy un imbécil de mente cerrada. Pero si me inclinara por eso, ni siquiera estarías en mi top ten.
—No lo parecía cuando me besabas —No sé por qué me burlo de él, pero no todos los días tengo una ventaja sobre War.
Excepto que la mirada que pone de repente me hace sentir que vuelve a estar al mando.
—Es curioso, ahí estaba yo jugando a la gallina gay cuando alguien gimió en mi boca.
—Yo no he gemido.
—Nadie te culpa. Hay pocos que puedan resistirse cuando mi boca está sobre ellos.
—Tal vez esperabas escucharlo y lo imaginaste.
—¿Deberíamos ir a preguntar al equipo? —Sugiere, desviando el pulgar sobre su hombro—. Seguro que Pirapat estaba prestando mucha atención.
Me acerco un poco más, para que estemos mano a mano.
—Pareces bastante desesperado por demostrar que estaba en ello. ¿Dudas de tus habilidades?
Su sonrisa fácil adorna su cara.
—Oh, sabes que tengo habilidades, Topher —Ladea la cabeza—. Casi parece que te burlas de mí para que lo haga de nuevo.
—Tienes razón. Me gustó. ¿Quieres saber por qué? —Mi respuesta le toma claramente por sorpresa, porque cuando bajo mi boca junto a su oreja, no se aparta—. Por fin estabas jodidamente callado.
No estoy seguro de lo que espero, pero su risa no lo es. Y cuando me sostiene mi barbilla y me gira la cara hacia la suya, con los ojos azules brillando tan cerca que juro que puedo ver motas de plata en ellos, soy yo el que se queda sin palabras.
—Supongo que ya sabes qué hacer la próxima vez que te moleste.
Me alejo de él, volviendo a fruncir el ceño para ocultar la forma en que su voz grave me revuelve las tripas.
—Si te besara cada vez que me molestas, mi lengua estaría permanentemente en tu boca.
Se frota una mano grande sobre la mandíbula, y yo intento no seguir el movimiento mientras pongo más distancia entre nosotros.
—Suerte que sólo hay un reto más.
—Entonces hemos terminado con esta mierda.
—Para siempre.
Dejamos el equipo y nos dirigimos hacia la salida. No puedo evitar pensar en lo que está por venir.
—Sabes... estamos empatados a dos. Y ambos sabemos que lo que viene no va a ser bueno. Si el beso fue sólo el número cuatro, ¿Cuál será el cinco?
—Realmente no importa. Te patearé el culo de cualquier manera.
—Sólo estoy diciendo —aprieto los dientes—. Los dos podríamos decidir terminar. Renunciar al último. Los desafíos son una mierda y no tienen nada que ver con quién votan como capitán. Nos están jodiendo.
—Jodido duh. Se llama diversión. ¿Has oído hablar de ello?
—Me has pillado —respondo secamente—. Soy alérgico a la diversión.
Completamente anafiláctico [Reacción segundos o minutos después de exponerse a un agente alérgeno].
—Ahora todo tiene mucho sentido. Si te hago reír, ¿Te saldrá urticaria?
—No, porque para hacerme reír, tendrías que ser divertido.
—Ooh, para —Se gira para mirarme cuando llegamos a la rampa, y su sonrisa parece que podría partirle la cara por la mitad—. ¿Te has masturbado después de besarnos? Porque ahora pareces mucho más relajado.
Por supuesto que su cerebro se ha ido por ahí, y por supuesto que no me siento ridículamente incómodo, porque por supuesto que eso no es exactamente lo que hice. Mi mandíbula se tensa.
—Mira eso, ya no estoy relajado.
—Me alegro de oírlo. Pensé que iba a necesitar un EpiPen [ayudar a tratar una reacción alérgica severa. Parece un bolígrafo y consiste de una dosis del medicamento].
—Apártate de mi camino, War.
Se hace a un lado, pero antes de que lo rodee, su brazo sale volando y atrapa mi pecho. Esta vez, es su voz en mi oído.
—En caso de que no te hayas dado cuenta, no estoy perdiendo una mierda.
Mejor frunce el ceño, cariño. Esta vez me apunto a todo.
🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top