Cap. 21


Sin duda, esta es la cosa más tonta que he hecho. Y claro, tuve que comprobar el vestuario para asegurarme de que no había nadie, pero cualquiera podría haber olvidado algo o el entrenador podría haber entrado. ¿Qué diablos habrían dicho al encontrarme de rodillas?

Es una preocupación persistente, pero cada vez más silenciosa cuanto más tiempo pasa. Porque cuando tengo las manos en War, me cuesta pensar en otra cosa.

¿Quiero que el equipo lo sepa? No, pero es menos sobre nosotros y más sobre ellos. Son un montón de idiotas. Sólo necesito recordar cómo se comportaron con la marca de la mordida para saber que, si se enteran de que estamos tonteando, jamás podré escuchar el final.

Me siento cohibido cuando salimos del estadio y nos dirigimos al coche de War, pero no hay nadie cerca.

—¿Has visto lo orgulloso que está el entrenador de nosotros? —pregunta War cuando llegamos a la carretera. El imbécil no me ha dejado conducir su coche, así que tiene que ocuparse de que yo lo guie. No le he dicho a dónde vamos por si le parece una tontería.

¿Pero qué le gusta más a War que la competencia amistosa?

—Quizá deberíamos habérnosla chupado antes —dice.

—Mira, si tenemos que seguir follando el resto del año, estoy feliz de hacer ese sacrificio.

—Por el equipo.

—Qué buen capitán —digo con falsa seriedad.

—¿Por aquí? —pregunta War, encendiendo su intermitente.

—Sí. Y luego la siguiente a la izquierda.

El restaurante y la cena de anoche fueron geniales, y me encantó verlo bajar la guardia, pero esta noche quiero hacerlo sonreír.

Entra en el aparcamiento y se inclina para leer el cartel de la entrada.

—¿Bolas y hoyos?

—Mini golf.

—¿Este lugar se llama realmente bolas y hoyos? Dime que esto es algo parecido al cielo.

Me río y le doy un empujón para que salga mientras me desabrocho el cinturón de seguridad y hago lo mismo.

Cuando vi el nombre de este lugar en Internet, supe que tenía que traerlo aquí sólo por eso. ¿Quién sabe si el minigolf es divertido? Pero si algo estoy aprendiendo rápidamente es que War puede hacer que cualquier cosa sea divertida.

Pagamos por el juego estándar de dieciocho hoyos y nos llevamos las bolas y los putters [palo de golf]. Todo el campo está iluminado, y me alegro de que hayamos esperado a venir una vez que ha oscurecido, porque las luces intermitentes y los sonidos hacen que el lugar parezca más una feria que un aburrido campo de golf.

—¿Has metido alguna vez las bolas en los agujeros, Topher? —War me lleva al tee [soporte de bola] marcado con un número uno.

—Regularmente pongo el disco en la red; eso se acerca bastante, ¿No?

War se ríe.

—Vamos a hacer esto interesante.

—Oh, sí, ¿Qué tienes en mente?

—Apuesto a que te doy una paliza en esto.

Entrecierro los ojos ante su tono arrogante.

—¿Has jugado antes al minigolf?

—Nunca —Apoya una mano sobre su corazón—. Lo prometo.

—De acuerdo, te toca. Pero esta vez vamos a decidir un premio.

—Bien. Si yo gano, te follo. Si ganas tú... —Se gira y se inclina frente a mí, alzando su camiseta y dándome una clara visión de su redondo culo. Tengo que contenerme para no tocarlo—. Por fin tendrás lo que buscabas.

—Trato —La palabra sale de mi boca antes de que haya considerado lo que ha dicho. Estoy demasiado distraído por su culo. Y entonces... oh, demonios. He aceptado que me folle. Me sacudo el extraño sentimiento de amor-odio que me produce ese pensamiento y me resigno a ganar esto.

War se endereza y me mira por encima del hombro.

—Puede que no haya jugado al minigolf, pero papá solía llevarme a jugar al golf todos los fines de semana.

—¿Qué?

Su sonrisa se amplía.

— Sí, sé cómo manejar... un palo.

—Me has engañado.

—¿Puedes culparme? Soy un tipo de sangre roja, y tú estás muy bueno.

Me acerco más a él.

—Sigo teniendo confianza. Tengo más incentivos para ganar, y si no lo hago, me da ventaja para ser mejor pasivo que tú —Me alegro de que mis palabras salgan más seguras de lo que me siento.

—¿Qué tal si te doy algunos consejos para nivelar el campo de juego? Las bolas en los agujeros requieren mucha más paciencia de la que estás acostumbrado. Estos agujeros son mucho más pequeños. Tienes que ser más suave... No puedes ir a toda velocidad hacia el hoyo. —Alinea su tiro—. Agarra con firmeza el palo, y luego dale un empujón.

Golpea la bola, y es un tiro perfecto. Hoyo en uno a la primera. Estoy en problemas.

—Sabes qué, creo que tengo el control de las cosas —Intento hacer una sonrisa arrogante—. Siempre investigo antes de... jugar al minigolf.

Imito su postura anterior. Agarre fuerte, pies separados. Alineo el tiro...

Al principio me preocupa haber golpeado la bola con demasiada fuerza, pero hace un rápido bucle en el agujero y cae dentro. Sí.

Me encojo de hombros.

—Suerte de principiante.

Recuperamos nuestras bolas y pasamos al siguiente campo.

—Así que... —Algo se entrecorta en la voz de War—. ¿De qué tipo de investigación estamos hablando?

—Una investigación muy completa. Involucrando Wi-Fi, lubricante y ciertas partes del cuerpo.

War gime mientras alinea su tiro. Me acerco de nuevo.

—Te voy a hacer sentir muy bien después.

—Bastante confiado para un primerizo.

—Gane o pierda... —Me inclino cerca de su oído—. Voy a hacer que te corras más duro que nunca en tu vida.

Él estropea su tiro, y yo estallo en carcajadas.

—No es justo —se queja.

—Hazte a un lado y te enseñaré cómo se llena un agujero.

Hoyo en uno. Otra vez. Esta vez no contengo mi expresión de suficiencia.

Seguimos burlándonos el uno del otro mientras nos abrimos paso por el campo. Consigo despistar a War lo suficiente como para que la puntuación esté empatada cuando llegamos al último hoyo.

—Tú vas primero —dice War—. Y nada de hablar mientras hacemos estos disparos. Juego limpio. Justo ganador.

—Así que no puedes eludir la derrota esta vez.

—Ya veremos.

Este campo es más complicado que los otros, y me toma tres tiros para meter la bola. No está mal, pero no es suficiente para que me sienta confiado.

War se acerca a tomar su turno. Estoy tentado de molestarlo, cualquier cosa para ganar, pero me imagino que exigirá que se repita. Así que, en lugar de eso, me quedo ahí y espero el resultado final, comprobando descaradamente cómo se menea.

El primer golpe falla, pero la bola acaba a uno o dos metros del agujero. Todo lo que necesita es un golpe rápido y se acabó.

Supongo que esta noche me agacharé. Se me revuelven las tripas ante eso, pero luego miro a War y decido que no importa. Sé que War no me hará daño —no más de lo que yo quiero— y si tengo que retractarme, no me obligará a justificarme. Ese pensamiento me reconforta mientras se balancea de nuevo.

Y de alguna manera se excede completamente.

—Uy —dice War mientras sigue la bola.

Le cuesta otros dos golpes antes de hundir la bola, y me doy cuenta de que he ganado.

¿Que...

—Perdiste la partida...

—No sé de qué estás hablando —dice War mientras dirige el camino de vuelta a la salida.

—Es imposible que hayas fallado ese tiro.

—Bueno, lo hice. Y ahora tú ganas.

Lo agarró del brazo y tiro de él para que se detenga.

—War...

—Topher.

—Teddy Bear... Querías perder.

—No sé de qué estás hablando. Odio perder.

—No, te gusta ganar. Y en este caso, no creo que el mini golf fuera el juego al que estabas jugando.

Se acerca hasta que estamos juntos.

—Alguien se cree muy listo.

—Y alguien quiere la P[polla].

—Soy un hombre P.

La forma en que trata de contener su sonrisa lo delata.

Dios, me excita.

La lujuria se dispara a través de mí cuando pienso en hundirme finalmente en su culo, pero hay algo más allí también. Algo que reacciona ante este descarado imbécil y me hace agarrar sus caderas y acercarlo.

—Podrías haber preguntado simplemente.

—Ahora, ¿Dónde está la diversión en eso?

—¿Oírte suplicar? —Finjo un gemido—. A mí me divierte mucho.

—Te dije que te haría trabajar por ello.

—Merece totalmente la pena.

Las luces rojas y amarillas parpadeantes del falso molino de viento que tenemos al lado se proyectan sobre su cara. Levanto la mano para trazar el dibujo en su mejilla. Se me hace la boca agua cuando me inclino y le doy un suave beso en los labios. Sus manos me agarran por los hombros y nuestras lenguas se juntan una, dos veces, antes de que se retire.

—Creía que se suponía que yo era el arrogante —dice—. Estamos bastante al descubierto aquí.

—Eh —Lo beso de nuevo. Luego, cuando nos giramos para volver, entrelazo mis dedos con los suyos.

Los latidos de mi corazón laten de igual forma como antes de salir al hielo para el primer partido de la temporada. Se me hace un nudo en el estómago. Me digo a mí mismo, una y otra vez, que es porque estoy a punto de follar con un tipo por primera vez, pero esa excusa es poco convincente.

Chico, chica, hace tiempo que no me importa.

Lo único que importa en esta ecuación es War. Y que siempre que estoy con él, lo quiero más cerca.

Se la chupé antes, sin importarme si nos pillaban. Lo besé, en un lugar público y parcialmente concurrido, a apenas diez minutos del campus.

Él hace que me olvide de tener cuidado.

El muy imbécil ha conseguido que me guste, algo que meses atrás habría asumido como imposible.

Aprieto su mano con más fuerza. Creo que estoy en problemas.

🔥 𝕭𝖑-𝖋𝖎𝖈𝖘

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