03
31 de Octubre. Halloween, día en el que todas las escuelas tenían algún evento escolar y donde asistían los gemelos Rey y Arquímides no era la excepción.
Yolo despertó por los constantes mensajes que su hermano Santiago le mandó para decirle que no olvidará el evento y que pasarían por ella. Se levantó de prisa, sacó su ropa que un día antes había preparado, un pantalón negro, blusa de cuadros negros y blancos, unos tacones no tan altos, color negro. Se estaba viendo en el espejo viendo si era algo adecuado hasta que su celular sonó, en la pantalla se podía leer "Mamá", suspiró y contestó
—Ya estamos cerca, ¿estás lista?—pudo escuchar del otro lado
—Sí, sí, buenos días, espero que tú también hayas descasado—respondió con sarcasmo
—¿Aristóteles viene con nosotros?—cuestionó
—¿Ari? No ¿tendría?
—Pues para acompañar a su familia política
Yolo rodó sus ojos, aclaró su garganta
—No, él también tiene un hermano al que tiene que ir a ver, y por cierto, ya te dije que no somos novios.
—Ok, ok, Yolo, ya casi llegamos
—Marcame cuando lleguen
Terminó la llamada, tomó una bolsa pequeña color negra, metió maquillaje, su celular y dinero. Cepilló su cabello, tomó unas gafas y en ese momento su celular volvió a sonar, de nuevo era su madre, canceló la llamada, sabía que era para decirle que ya la esperaban, así que tomó sus cosas y bajó muy rápido, subió al auto
—¡Yolo!—expresaron sus hermanos (quienes vestían de zombies científicos) muy emocionados
—Hola Andy, Santi —les dio un beso en la mejilla— Hola pá
—Hola hija—le sonrió por el retrovisor
—¿Y qué yo estoy pintada?
—Me gustaría—susurró— Hola mamá
—Que bueno que si te animaste a acompañarnos—expresó Andy muy feliz
—Si se trata de ustedes me animo a lo que sea
El auto se puso en marcha y entre platica de los hermanos Rey, mientra su hermana se maquillaba, llegaron al colegio, entraron a este, Andy y Santi los llevaron hacia los lugares en los que se sentarían, para después irse a reunir con sus compañeros.
Mientras que por el lado de Ari, él estaba saliendo del edificio Córcega junto a su familia, para asistir al festival de Arquímides, el niño de 9 años iba disfrazado de, en realidad no sabían que nombre darle, tal vez, asesino zombie, iba con la cara verde, con manchas de sangre e iba jalando un muñeco sin cabeza y en la otra mano la cabeza de este.
—Pensé que vendría Yolotl —habló Audifaz
—No, tenía que ir con sus hermanos
—¿Pero si vendrán a la fiesta de disfraces?—él miró a su mamá e iba a hablar, pero su padre no lo dejo
—Claro que vendrán, ¿verdad, mi Ari?
—Sí, tal vez
Tenía que buscar la forma de zafarse de esa fiesta, pues ya habían quedado con Temo y Paloma que se verían en el antro. Ya había pasado una semana de que se conocieron y no perdieron contacto, pues se mensajeaban constantemente.
Durante el camino iba escuchando como su papá le decía que era muy afortunado de tener como novia a Yolo, él sólo intentaba distraerse con cualquier cosa, al menos hasta que llegaron a la primaria donde asistía Arquímides, dio inicio el festival y después de bailes, algunas otras actividades, premiaron a los mejores disfraces, el pequeño Córcega ganó el tercer lugar, otros bailes más y el festival terminó. Antes de que Amapola o Audifaz dijeran algo, Aristóteles decidió irse de ahí con el pretexto de que tenía unos pendientes.
Fue directo al departamento de Yolo, quien lo invitó a comer y para hablar de como harían para no asistir a la fiesta de la familia del chico, pero por más excusas no les quedó de otra que ir, sólo se maquillaron del típico catrin y catrina, se pusieron ropa "formal" y salieron hacia la casa de la familia de Ari. Antes de tocar la puerta planearon todo para salir muy rápido.
En aquel departamento que era de la señora Imelda, abuela de Ari, ya se encontraban todos, tan sólo faltaban ellos, no faltaron los típicos comentarios que hacían una bonita pareja y que se estaban tardando en formalizar.
—Sí, bueno, nosotros sólo veníamos a hacer acto de presencia, pero nos tenemos que ir—habló Yolo, muy rápido.
—¿Pero, cómo? Si todavía ni comienza esto—expresó Linda, prima de Aristóteles
—Es que... Ya teníamos planes —contesto el chico
—Sí, unos amigos nos invitaron a una fiesta y no les podemos fallar
—Pero ustedes diviértanse, pásenla bonito, disfruten, gracias—abrió la puerta
—¡Yolotl!—gritó la madre de la chica— ¿Se te hace educado lo que estás haciendo?
—Pues no, pero, luego nos vemos—tomó a su amigo de la mano y salieron de ahí escuchando algunos murmuros
Tomaron un taxi para que los llevaran hacia el antro, al llegar se encontraron con Temo y Paloma quienes sorprendentemente estaban maquillados al igual que ellos, catrines, se saludaron y entraron a aquel lugar donde habían bastantes personas y más por ser viernes, la música estaba a todo volumen, decidieron irse a las mesas de la terraza, ya que había una mesa desocupada
—¿Quieren ordenar algo de tomar?—les cuestionó un mesero
—Pues —Paloma miró a los 3— No sé que quieran tomar, pero yo quiero un mezcal
—¡Ay, sí por favor!—dijo Temo
—¡Wow! Tenemos unos expertos en tomar mezcal—habló Ari viendo a sus nuevos amigos— Nosotros un tequila, por favor
El mesero apuntó la orden y se retiró
—¿Nunca lo han tomado?— cuestionó Temo, refiriéndose a la bebida que había pedido
—No, sólo unas veces hace bastante tiempo, pero es muy traicionero, según—se quedó callado
—Según...—la pelirroja alargó la u
—Un conocido —contestó Yolo— No sé si Ari ya les dijo, pero su cumpleaños es en dos semanas
—¿En serio?—Temo lo miró sonriendo
—Sí
—Pues si aún no tienes planes, deberíamos organizar una salida, para pasarla bien—expresó la amiga de Temo y él la miró— Aunque, si sólo está invitado Temo, no te preocupes, Yolo y yo hacemos una cena para nosotras, no hay problema
—Me gusta la idea—confesó Ari sonriendo y mirando a Temo
—¿Cuál de las dos?—cuestionó aquel chico
—La dos... Digo, las dos
Su orden de alcohol llegó, siguieron platicando, Aristóteles les contó que era compositor y que algunas canciones han tenido éxito y ademas que estaba terminando de estudiar publicidad.
En el caso de Cuauhtémoc, estudiaba administración pues era hijo de el dueño de Avón e hijastro de la dueña de Cklass y obviamente, junto a sus hermanos y hermanastros seguirían con esas empresas.
Yolo, les contó que no era de sus cosas favoritas, pero estaba terminando su carrera en pedagogía y daba clases de inglés en una primaria.
Por último, Paloma, no se encontraba estudiando, pero no tenía mucho que preocuparse, pues su padre era un empresario y no sufría por dinero.
Entre otras datos algo importantes para ellos, risas, bailes y alguno que otro coqueteo, la noche se fue, eran las 4 de la mañana y el antro ya iba a cerrar, por lo que tuvieron que salir de ahí
—¿Entonces nos ponemos de acuerdo para tu cumple?—preguntó Paloma al despedirse de Ari
—¿Ó sea, no nos vamos a volver a ver hasta ese día?—Yolo preguntó mirando a la chica
—No, bueno, ó sea, quiero decir que sí, pero hay que ir planeando la salida
—Sí, hay que planearla, por mi encantado de que en mi cumpleaños estén ustedes—dijo mirando a López.
—Ya, vamonos porque es algo peligroso estar aquí en la calle a estas horas—trató de no tener contacto visual con Córcega, porque por más que intentará ocultarlo, se notaba que lo ponía nervioso.
Se despidieron, Yolo y Ari pidieron un taxi, en esas ocasiones Rey odiaba no haberle aceptado el auto a su mamá, que 6 años atrás le intentó regalar. Durante el trayecto ambos iban callados, lo único que se podía escuchar era el radio del taxista, hasta que Córcega habló
—¿Me puedo quedar contigo?—la miró tratando de poner una sonrisa angelical
—Sí, claro, ya es tarde para que te vayas a tu casa
—Gracias
Y el silencio volvió a reinar. Llegaron al departamento, bajaron del taxi, entraron al edifico, subieron al elevador, comenzaron a hablar de cosas que habían pasado de la fiesta o en su día que habían olvidado contarse, segundos después ya estaban en el piso 3 donde estaba el departamento de Yolo
—Cuando regresaba de estar con mis hermanos, me encontré con Grecia—dijo Yolo
—¿En serio? Hace bastante tiempo que no la veo, ¿platicaste con ella?—cuestionó Ari muy sorprendido
—Sí, no mucho, sólo cruzamos unas palabras
—Yo no entiendo como tu pap...
—Ari —lo interrumpió su amiga
—¿Qué?
Yolo señaló al piso, donde se encontraba un paquete, se agacho para recoger lo que habían dejado frente a su puerta, al ver de que se trataba, ambos se miraron, aquel paquete resbaló de las manos de Yolo y terminó en el piso ensuciándolo
—Para unos grandes amigos, Aristóteles Córcega y Yolotl Rey —leyó Ari— Disfruten del mezcal Mussi
n/a
¡Hola! Espero que tengan un increíble fin de semana
¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top